| 6 |
Elizabeth:
Días después.
Días, en tan solo días mi pequeño se descompuso de una manera que no podía asimilar. Perdió peso en solo días. Verlo así me partía el alma por qué no podía hacer nada para aliviar su dolor.
Lloraba al inicio pero después se acostumbró un poco a esto. Mi pequeño es fuerte y valiente.
La primera sesión fue buena, Pero la segunda no tanto, se debilitó un poco y durmió por casi dos días.
No podía esperar más, tenía que buscar aquel hombre a como diera lugar. Ese hombre tiene que aparecer por qué si.
Por suerte tenía el dinero suficiente para poder costear la habitación, medicinas y quimioterapia. Ese dinero lo usaría para mudarnos a un mejor lugar, iba a vender del departamento e irme pero ahora es más complicado.
Sabrina viene a verme a diario y a traernos comida, por cuestiones que estaban fuera de mi alcance tuve que renunciar a mi trabajo, también avisar en la escuela que Liam no iría por tener leucemia, su maestra se puso un poco mal pero me prometió que rezaría por su recuperación.
Estaba a punto de llamar a mis padres y decirles lo que estaba pasando con Liam, pero decidí que no, por qué sabía que ellos lo rechazarían de nuevo.
Lo único que deseo es paz en este momento y cuidar de mi pequeño.
Hoy amaneció con un buen semblante, estaba sonriendo y jugando con sus juguetes. Era como un pequeño respiro.
Pero ver a esas madres luchar aquí con sus pequeños que están mucho más enfermos que el mio me destrozaba el corazón, por qué mi hijo estaba en este lugar. Aun así, no pensaba rendirme y el mucho menos, Liam quiere vivir y yo hare todo lo que esta en mis manos para que eso pase.
—Te lo comiste todo —bese su frente—, bien hecho.
—Hoy me siento bien mami —sonrió.
—Eso es bueno, si el doctor dice que hoy saliste bien en los resultados, le preguntare si puedes comer un dulce.
—Está bien.
No es nada sencillo lidiar con esto, pero agradezco mucho de tener a Sabrina apoyándome. No sabria que hacer en este momento si estuviese sola.
—Buenos días —su doctor entró a la habitación—, que buen semblante tienes hoy Liam.
—Hola doctor.
—Buen dia doctor —me acerque a el— ¿como esta Liam? ¿Todo bien con los estudios?
—Tengo buenas noticias afortunadamente —sonrio—, Liam esta llevando la quimioterapia bastante bien, ha respondido a sus medicamentos de forma favorable, asi que se podria ir a casa a descansar por unos dias.
—¿Irse? No lo creo —negué— no quiero arriesgarme a que recaiga en casa, eso de estar moviendolo de un lado para otro, no seria bueno para el.
—Se que no quiere arriesgarlo, pero es importante que el se mantenga en calma y serenidad para su recuperación y creame que un hospital no es buen ambiente, necesita estar rodeado de cosas que lo alienten a mejorar y sobre todo la paz.
—Entiendo —murmuré— ¿Cuando tendría que venir?
—En una semana o dos, todo depende de como vaya avanzando y de como su cuerpo reciba el tratamiento —asentí.
—¿Que hay de la dieta?
—Puede comer como siempre, pero trate de no darle demasiada azúcar o grasa, de igual manera le haré un recetario completo de lo que debe comer y en que cantidades.
—Muchas gracias doctor.
—No hay de que, firmaré el alta temporal, permiso.
Salio de la habitación, yo me sentia un poco aliviada, solo un poco. Podremos irnos a casa y asi podre descansar un poco, llevo dias sin poder dormir adecuadamente.
(...)
Liam estaba durmiendo en nuestra cama, tuve que acondicionar el departamento y mantenerlo aún más limpio que antes para no correr riesgos.
—¿Sigues con la idea de buscar a ese hombre?
—Si —suspiré—, es la unica manera de asegurar la médula para Liam, se que esta mejorando pero... No quiero correr riesgos.
—Sigo pensando es mala idea, no por la médula si no por lo complicado que es buscar en Londres a un hombre, ni siquiera recuerdas bien su rostro.
—Luce como Liam —respondí segura—, el no se parece en nada a mi, nada. Eso es una enorme ventaja ¿no lo crees? —ella asintió— comenzaré por el club.
—¿Irás a aquel club?
—Si, es este —le di mi teléfono— es el mismo al que fui con Astrid hace cinco años.
—Justo ahora es un lugar de mala muerte —la mire sin entender—, sigue siendo un club pero tiene casas de apuestas arriba. Tiene muy mala reputación... Ya no se si quiero que vayas.
—Solo... Solo quiero ir y preguntar, nada más. Por favor Sabrina, déjame hacer esto.
—Es que temo por ti ¿que tal si ese tal Draco es un mal hombre? ¿Un matón o mafioso? Tu eres lo único que el tiene.
—No, te tiene a ti tambien, amiga... —hice una pausa— Una madre desesperada haría cualquier cosa por su hijo, así tenga que correr el riesgo, lo hare, por que estoy asustada —sentí mis ojos empañarse— Me asusto de solo pensar en la idea de ver a mi hijo morir, tiene solo cinco años, no ha vivido lo suficiente y... Yo no podria vivir sin el.
De tan solo pensar en la idea de perder a lo más valioso que tengo, me asusto. Yo, haría cualquier cosa por mi hijo y si tengo que meterme a los lugares más bajos de Londres lo haría sin pensarlo.
—No soy madre pero creo que entiendo tu punto —dijo— Entonces ¿Cuándo irás?
—Mañana, quiero hacer esto cuánto antes, necesito tiempo.
—Bien, me quedaré con Liam y por favor, no apagues tu telefono, quiero saber todo ¿entiendes?
—No te preocupes, seré cuidadosa.
(...)
Al dia siguiente.
Lo que estoy por hacer es demasiado riesgoso, pero es la unica solución de poder encontrar a Draco, no se como vaya a salir todo, aun asi, voy a arriesgarme.
Salí del departamento dejando a Sabrina con Liam, pedí un taxi para que me llevara hacia el club El Dragón Rojo, que es a donde fui con Astrid hace cinco años.
Aún tenía vagos recuerdos de lo que paso aquella noche, no recordaba nada por mas que me esforzara, no se si en el momento de tener sexo con el le di mi consentimiento, en mi mente no había nada de lo que sucedió, solo su nombre.
No se con que me vaya a encontrar en ese club, pero sea lo que sea, debo dar con el.
Cuando entre, me quite el abrigo, no quise usar vestido asi que opte por un pantalón ajustado y una blusa de tirantes con botas no tan altas, todo por si la situación se ponía fea y había que huir.
Entrar fue como ver a aquellos recuerdos de hace cinco años en los que era feliz y disfrutaba mi vida plenamente antes de que todo se me viniera encima. El club había cambiado solo un poco, solo que ahora hay bailarinas metidas en jaulas que colgaban del techo, meseras usando trajes ajustados con moños y orejas de animales. Conejos, gatos y zorros.
Sabrina tenía razón, este no era un lugar bueno.
Claro, habían mujeres divirtiéndose, bailando en la pista y bebiendo, pero la cantidad de hombres era enorme. Espero que al menos los de seguridad cuiden de las chicas.
Caminé hacia la barra y me senté.
—Bienvenida al Dragón Rojo —Un chico me atendió amablemente— ¿que deseas tomar?
—Algo sin alcohol y sellado.
—Una soda ¿te parece bien? —le asentí.
El chico busco una soda y frente a mi la sirvió en un vaso con hielo, me entregó el vaso junto con una especie de tela y un sorbete.
—¿Qué es esto?
—Es para que protejas tu vaso, la tela lo cubre por completo y solo se queda el orificio del sorbete, es para cuidar a las chicas —sonrió.
—Jamás lo había visto..
—Es que este es un lugar para divertirse y pasarla bien, nuestro jefe detesta a los que se quieren pasar de listos con las mujeres y los hombres... No me lo estas preguntando pero, hace un año drogaron a una chica para abusar de ella en el baño, lo peor es que eran tres contra ella y pues el jefe les dio un escarmiento y desde entonces pusieron esto —señaló mi vaso.
—Buena técnica.
—Lo es, es mas seguro asi. Diviértete —se fue a atender a los demás clientes.
Creí que esto era de los peores lugares de Londres, pero creo que no es tan malo como lo pintan, pero debo mantener la guardia alta, tampoco puedo preguntarle al chico de una vez, tengo que aprender a disimular.
Mi vista se fue hacia los hombres de traje que venían entrando, luego subieron una especie de escaleras, seguramente que era el área de juegos que me había mencionado Sabrina.
—¿Esperas a alguien? —el chico que me atendió regreso, estaba limpiando vasos.
—Si, pero creo que esta retrasado.
—Pero que feo que hagan esperar a una mujer tan linda —hizo una mueca— soy Peter.
—Elizabeth —estreché su mano.
—Tu nombre es elegante, pulcro.. Me gusta.
Parece un chico muy simpático. El siguió con lo suyo mientras que yo me moví en la silla buscando algo que pudiera llevarme hacia Draco.
—Peter Sont-ils arrivés ? (Peter ¿llegaron?)
Me tense al escuchar esa profunda voz, si no estoy mal, es francés.
—Oui patron, ils sont debout (Si jefe, estan arriba.)
—Dis à mes hommes d'être vigilants, ils ne peuvent pas s'échapper (Dile a mis hombres que estén alertas, no se pueden escapar)
—Oui monsieur (Si, señor)
Un hombre pasó por mi lado y juro por Dios que su aura me resultaba aterradora, era alto, demasiado alto al igual que enorme, caminaba con seguridad y elegancia, el traje que usaba era negro y se le nota que le queda muy ajustado.
Subió por las escaleras donde anteriormente habían subido aquellos hombres.
Me puse de pie y lo seguí con cautela, si el es el jefe, podria darme informacion o algo sobre ese tal Draco.
Con cautela subí aquellas escaleras, la música iba disminuyendo, cuando termine de subir, mire por el pasillo que estaba cubierto de rojo, el suelo y las paredes eran rojas, habían cuadros de dragones y luces de Neón en el techo del mismo color que las paredes.
Camine un poco mas hacia la unica puerta que había, se podían escuchar voces y una fuerte discusión.
—Zahl mir mein verdammtes Geld, wenn du nicht willst, dass dir eine Kugel durch den Kopf geht (Págame mi maldito dinero si no quieres que una bala atraviese tu cabeza)
—No tengo dinero señor... —se escuchaba a un hombre sollozar.
—No me jodas —un hombre soltó una risa sarcástica—, vienes a mi club para apostar y no tienes dinero para pagarme, muy mal señor Bourne, muy mal.
—S-Solo deme tiempo señor, se lo pido.
—Yo no doy tiempo, tampoco segundas oportunidades... O me pagas o me pagas, tu decides.
Entonces todo comenzó a volverse un caos dentro de aquella habitación, disparos, gritos y personas corriendo. Me aleje de la puerta e iba a comenzar a correr cuando esta se abrió dejando salir a un montón de personas asustadas huyendo de los disparos.
No me dio tiempo de correr ya que me derribaron, justo a mi lado derecho cayó un hombre muerto y a mi lado izquierdo otro, pero este estaba vivo.
—A-Ayudeme..
No se por que carajos lo hice pero lo ayudé a ponerse de pie y cuando lo hice, me dio un empujón fuerte haciendo que cayera al suelo de nuevo. En todo el lugar se podían escuchar los gritos y personas corriendo.
—¡Atrapenla maldita sea! —se escuchó algo romperse.
Sentí que fui levantada de manera brusca, no quería emitir algún sonido, luego fui arrastrada hacia la habitación de donde las personas huyeron, fui lanzada al suelo luego hicieron que me arrodillara, una de mis manos se cortó con un trozo de vidrio.
Trataba de mantenerme tranquila pero era imposible.
—¿Sabes lo que hiciste? Ayudaste a escapar a ese bastardo...
No era capaz de alzar la vista, solo miraba sus costosos zapatos andar de un lado a otro. Sollocé cuando sentí que algo fue puesto en mi cabeza.
—No me mate por favor —sollocé.
—¿Que no te mate? —hizo presión esa cosa en mi cabeza— dejaste ir casi cien mil euros ¿crees que te dejaré viva después de eso?
Aquella cosa que se que es un arma, fue quitada de mi cabeza, luego vi como el hombre se agachó frente a mi, el arma fue puesta en mi mentón e hizo que alzara mi rostro, yo lo hice sin poner resistencia.
Mi vista estaba nublada por el llanto, luego pude verlo mejor, un jadeo salió de mis labios al ver al hombre frente a mi.
—Elizabeth —susurró.
—Draco.. —susurré.
AHHHHHHHHHHHH SE VIERON POR FIN SE VIERON ¡QUE EMOCIÓN! 🔥🔥 No puedo con la emoción y eso que yo misma lo escribí
Esto se va a poner mejor gente, a esto hay que colocarle drama por que si. Por que de eso vivimos, el siguiente estara super intenso.
Ya saben que:
Besos, Ross.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top