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Draco: 


Me coloque el saco mientras miraba a mi mujer desnuda sobre la cama, tuvimos mucho sexo por la noche y quedó agotada. No podía creer que aquella mujer sobre mi cama era mía, solo mía. 

Me siento un maldito afortunado cada vez que la miro, que la toco, que la huelo, que la follo. Me enorgullece saber que toda ella me pertenece. Ella es tan mia, solo mia. 

Me senté en la cama y metí mi mano dentro de aquella sábana para tocar su sexo, ella comenzó a removerse y a gemir, me acerque a su oído. 

—Despierta muñeca.

—Draco —gimió. 

—Vamos preciosa —meti mis dedos y comencé a masturbarla—, eso es...

Ella giro su rostro para mirarme, le sonreí de lado pero ella seguía gimiendo, acerque mi rostro al de ella para besarla con intensidad mientras seguía metiendo y sacando mis dedos de ella, me encantaba como ella gemía sobre mi boca. 

Saque mis dedos de ella, me pare para soltar mi cinturón y sacarme la polla, la voltee para embestirla con fuerza. 

—Joder Elizabeth, se supone que debo irme —gruñi.

—Cállate y follame Draco. 

Tome su cabello entre mis manos y le di un leve tirón que a ella le gusto porque me sonrió. Toque su muslo con mi mano libre mientras me hundía más en mi mujer, los gemidos de mi mujer sobre mi oído hacían que me endureciera aún más. 

Salí de ella para dejarla boca abajo. Tome mi polla y se la meti de manera ruda, ella gimió sobre la cama, tomé sus manos para dejarla en su espalda. Aumente la velocidad de mis embestidas hasta que sentí como me apretaba la polla, con eso fue suficiente para correrme. 

Salí de ella, mi mujer se volteo y sonrio. 

—Buenos días muñeca —me incliné hacia ella para dejarle un beso corto. 

—Buenos dias ¿no te fue suficiente anoche? —comenzó a soltar mi camisa. 

—Jamás voy a tener suficiente de ti —mire sus pechos— soy yo ¿O estan mas grandes?

—Me van a crecer, estoy embarazada, recuerdalo —ella rió. 

—Oh joder —toque uno de ellos—, creo que me encantará que estes embarazada.

—O sea que no te gusta. 

—Bien sabes a lo que me refiero muñeca, has estado más caliente, más húmeda —acerqué mi rostro a sus pechos y deje un beso en ellos—, eso me encanta..

—Me alegra que te guste —soltó un jadeo—, creí que debías irte. 

—Si, tengo que hacerlo —bese su cuello—, pero mi mujer huele delicioso y me esta poniendo duro de nuevo..

Ella comenzo a reir. Luego escuchamos la puerta ser tocada. 

—Mami, papi...

—Joder —la miré—, eso de ser padre es difícil. 

—Espera que nazca nuestro otro bebé, menos tendremos privacidad. 

Ella se acomodo en la cama y le pase la bata para que se vistiera, yo me acomode la ropa para abrirle a Liam, al hacerlo me sonrio, traía puesta su pijama de aviones. Lo alcé en mis brazos para darle un beso en su mejilla. 

—Buenos días campeón. 

—Buenos días papá —sonrio. 

—¿Dormiste bien? —el asintió— Aun es temprano, puedes dormir con tu mamá, yo debo salir. 

—Si papi —el asintió orgulloso. 

Camine hacia la cama en donde estaba Elizabeth esperándolo. Lo acosté a su lado y se acurruco a ella, así como lo hago yo cada noche, luego se volvió a dormir. 

—Vendré más tarde —ella asintió—, mandaré a que te preparen la comida, mañana quiero que vayamos al médico ¿bien? Necesito saber como esta mi bebé.

—Esta bien, por favor, ten cuidado —asentí. 

Bese su frente y salí de la habitación. Cuando baje las escaleras y me dirigí a la cocina, pedí que le hicieran el desayuno a Elizabeth y a Liam, que se los llevaran a la habitación ya que no quiero que ella haga nada. 

—Hola Draco. 

—Rubia —dije al ver a Sabrina—, hace días que no vienes. 

—Pues estaba ocupada, vine a ver a mi amiga sobre su embarazo —se cruzó de brazos—, la embarazaste de nuevo tonto.

—No tengo porque darte explicaciones sobre eso —reí—, es mi mujer, tu solo cuídala mientras no estoy. 

—Como digas, por cierto ¿Damon está? 

—No lo se, no lo he visto aun.. ¿Por que? —alcé una ceja. 

—Por nada..

—Te gusta —hice una mueca—, ya ustedes se entenderán —rodé los ojos. 

Salí de la casa, el auto estaba listo. Hoy iría al almacén a reunirme con mis hombres para presenciar la maldita subasta que se efectuará en dos horas. 

Lo bueno de esto es que el pago sera en efectivo, asi que el no podra saber que yo compraré a una de esas chicas. 

El condujo hacia el almacén en donde ya estaban todos mis hombres reunidos. Cuando sepa en dónde está ese hijo de puta, yo mismo voy a matarlo con mis propias manos. Es un hijo de puta asqueroso y todos los malditos compradores, van a caer uno a uno.

Dentro de aquellos compradores habían empresarios, funcionarios y políticos, de solo pensar que ellos hacen cosas como esa, me llenó de ira. Porque la mayoría de ellos, tienen hijas, esposas, hermanas. 

Lo que hacen es asqueroso. 

Baje del auto y entré al almacén. Ya todos estaban reunidos, incluyendo a Damon, quien se encargaría de hacer la subasta. 

Esto no sera sencillo. 

—Bien muchachos, la subasta comenzará en unos minutos —anunció Damon. 

Ya que Damon es muy experto en esas cosas de tecnología, nos ayudaria al menos buscar la dirección IP de la página, el mismo dijo que sería complicado más no imposible. 

Me posé detrás de Damon, en la pantalla se veía la cuenta regresiva de la maldita subasta. Al lado de Damon estaban otros chicos más que trabajan para mi, quienes también saben de informatica y esas mierdas. 

—Atención, ya saben que hacer.. 

La cuenta regresiva llegó a cero, luego comenzaron a salir las fotos de las chicas que serían subastadas. De inmediato Damon comenzó a ordenar que pujaran más alto por ellas, me causaba asco ver toda esa cantidad de dinero subir y subir, todos esos malditos depravados subian mas la cantidad de dinero por ellas. 

—¡Tengo una!

—¡Tengo la segunda! 

—¡Tercera! 

—Joder, perdí una —escuche a uno de los chicos. 

—Tengo la ultima —dijo Damon, luego se puso de pie—, la entrega es en el hotel Dummont —dijo fuerte y claro—, hoy a las nueve de la noche. Ya reserve las habitaciones, no falten, hay que ir armados. 

Esto se termina hoy. 


(...) 

Más tarde: 


Estábamos preparados para ir al hotel, pase toda la tarde con Elizabeth con Liam. No pude ni quise decirle sobre lo que haremos. Ella está embarazada y necesito que ella esté tranquila, se quedó en la casa con la rubia viendo películas. 

Yo justo ahora estaba preparándome, estaba cargando mi arma para defenderme en caso de que todo saliera mal. Nada podía salir mal, tenía que acabar con ese bastardo y toda su organización cuanto antes. 

—Draco, haremos lo que podamos para atrapar aunque sea a uno —me dijo Damon. 

—Las chicas —me miro—, quiero que tomen a las chicas ¿está claro?

—Claro. 

La puerta sonó un par de veces, ya estábamos en el hotel. Damon se ocultó al otro lado de la habitación, yo me guarde el arma dentro del saco. Camine hacia la puerta para abrirla, frente a mi estaba un hombre casi de la misma estatura que la mía de piel oscura, traía un traje. 

—¿Señor Andrews?

—Soy yo. 

—Le traje la mercancía —se hizo a un lado. 

Cuando lo hizo, me mostró a una chica de baja estatura, rubia, sus ojos eran azules, sus mejillas rojas y se podía ver el miedo en sus ojos. 

—Que pase. 

Me hice a un lado para que ella pasara, luego el lo hizo. 

—La mercancía no se entrega hasta que se vea el dinero —iba a tocar a la chica.

—No la toques, pague por ella —dije molesto. 

—El dinero. 

Busque por la habitación el maletin con el dinero, le avise a Damon que debía estar preparado. Camine hacia la mesa y le deje el maletín sobre esta, el sujeto la abrio y comenzo a contar el dinero. 

Yo no perdí tiempo y me le posé atrás para poner el arma en su cabeza. 

—Muy bien hijo de puta —mascullé—, ahora me vas a decir dónde está el bastardo de tu jefe. 

Sin verlo venir me dio con el codo en cara, me tambalee un poco, tanto que el arma cayó de mis manos.

—¡Damon! 

Me abalance sobre el sujeto quien intentaba de huir. Escuchaba los gritos de la chica, pero ahora eso no me importaba, quería detener al sujeto para que no se pudiera escapar. 

Lo golpee en el costado, pero el me golpeó de vuelta. Rodee mi brazo en su cuello para dejarlo inmóvil, el comenzó a patalear así que hice más presión sobre su cuello hasta que dejó de moverse y quedó inconsciente. 

Yo jadeaba, lo deje sobre el suelo. Al ponerme de pie mire a la chica que estaba sentada sobre el mueble hecha un ovillo con la mirada perdida. 

A la habitación llegaron todos mis hombres, listos y armados. 

—¿Está bien, señor?

—Lo estoy ¿donde estan los demas? 

—No llegó nadie Draco —entró Castro—, es una maldita trampa. 

De inmediato mire al sujeto que estaba comenzando a recuperar la conciencia, ya hastiado lo tome del saco barato y lo alce con todas las fuerzas que tenia en mi. 

—Habla maldito ¡Habla! 

El sujeto no decía nada, solo tosia. Le solté una bofetada con fuerza haciéndolo sangrar. 

—¡Habla ya! 

Lo arrastre hacia una de las sillas. Lo senté y lo até con lo primero que encontré, las sábanas. Le tome el mentón y le di un par de palmadas en su mejilla, luego el comenzó a despertar. 

—Muy bien hijo de puta, ahora me dirás todo lo que quiero saber de ese bastardo.. ¡Habla!

—E-El señor Anttoneti me envió hacia acá porque el sabia que tu vendrías —soltaba quejidos—, e-el dijo que iba a llevarse a alguien.. —se quejaba. 

—¿A quien? —el no respondió— ¡¿A quien?! 

—A su mujer.. 

Elizabeth.. 

Sin pensarlo demasiado salí corriendo mientras escuchaba los gritos de Damon, justo ahora me importaba una mierda todos, necesitaba ir a la casa a buscar a mi mujer y a mi hijo. 

Al bajar a la recepción me subi al auto en donde vine. Conduje sin pensarlo, me importaba una mierda pasarme los altos y los semáforos. Tomé mi teléfono como pude para marcarle a Elizabeth, pero no me contestaba. 

—¡Maldito, maldito! —golpee el volante muchas veces. 

Aumente la velocidad en el auto, pise el acelerador lo más fuerte que pude, hasta que llegue a la casa. Al hacerlo no encontré a nadie, ninguno de mis hombres estaban a los alrededores, entre a la casa con el arma en la mano. 

No había nadie. 

No había nadie en la cocina. 

¿Donde demonios estan todos? 

Subí las escaleras rápidamente, aun con mi arma en la mano. Lo primero que hice fue entrar a la habitación que comparto con ella, todo estaba revuelto. 

—Elizabeth... —susurre. 

Sali de la habitación, de pronto se escucharon pasos, eran todos mis hombres. Al verlos les apunte con el arma. 

—¡¿Donde demonios esta mi mujer y mi hijo?! —alce la voz. 

—Señor, e-ella nos llamó —respondió uno de ellos—, nos dijo que estaba en peligro y salimos de la casa, no entendemos cómo salió de la casa si estábamos aquí... Nos dijo que se la habían llevado, por eso nos fuimos. 

—¡Maldita sea! —patee una de las mesas— ¡Quiero que la busquen, ahora! ¡Si no lo hacen, los mato! —ninguno se movió— ¡Muevanse! 

Regrese de nuevo a la habitación y me senté en la cama con el arma en mano. Miré hacia mi closet cuando escuche algo dentro de el. Deje el arma en la cama y camine hacia el closet para abrirlo, removí todos mis trajes y encontré a Liam hecho un ovillo. 

—Liam.

Lo tomé en mis brazos y lo saque del closet. 

—Papá —comenzó a llorar al verme—, se llevaron a mama y a la tía Sabrina —sollozó.

—Calma campeón —lo abrace a mi y acaricie su espalda—. Calma.. 

El muy maldito se las había llevado. 


 Hola mis lectoras, espero que esten bien, no olviden dejarme sus votos y comentarios. Recuerden que la historia esta por finalizar. ✨❤

Besos, Ross. 

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