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Draco: 


Semanas después.


Mis padres se habían ido para cuidar a Danna en su embarazo. La verdad que lo poco que duraron aquí fue de mucha ayuda, también por qué hicieron sentir bien a mi hijo. Pude notar la tristeza en Elizabeth, supongo que fue por el trato que le dieron mis padres a Liam.

Hasta lo poco que se, ella tuvo una buena relación con sus padres hasta que pasó lo que pasó hace cinco años. Supongo que para ella sigue siendo duro que las personas en quien se apoyaba la hayan desechado de esa manera.

Pero eso se terminó cuando ella entro a esta casa, le había prometido que la cuidaría y eso pienso hacer.

Aunque esa mujer me tiene loco en todos los sentidos. Es realmente desesperante cuando comienza a cuestionarme o querer hacer lo que quiera conmigo. Que haga lo que quiera conmigo, Pero en la cama, del resto, mi vida y mis decisiones las tomo yo.

Ese carácter me prende demasiado. Detesto cuando me desafían, Pero ella no se calla y me enfrenta, cosa que me hace poner duro y querer follarla. Yo se que ella lo disfruta, se que disfruta hacerme enojar. Pero se que no puedo tocarle un cabello, jamás lo haría.

Antes, me asesina mi padre.

—Maldita sea —mascullé.

—Vamos amigo, debes soportarlo.

—Lo dices como si fuese sencillo, necesito un maldito cigarrillo y un trago.

—Pero no debes.

Toda la sala de espera estaba llena por mis hombres, hoy nos haríamos los estudios para saber quien de todos era compatible con Liam.

Esperaba serlo yo, pero si eso no sucedía, usaría todos mis métodos poco cuestionables para conseguir esa médula ósea para mí hijo.

Elizabeth seguía sin estar de acuerdo pero me importa un carajo, yo necesito asegurar la vida de mi hijo, como le dije antes, no pensaba quedarme de brazos cruzados a ver cómo mi hijo moría lentamente.

Eso no lo pienso permitir.

—¿Draco Valkov? —me puse de pie y fui hacia la enfermera—, sígame.

Comencé a seguir a la enfermera hacia donde me harían los estudios, cumplí con lo que el doctor me dijo al pie de la letra, espero que esto de los resultados que espero.

—Señor Valkov —me saludó el doctor—, antes que nada ¿Era necesario que vinieran todos esos hombres?

—Ellos se harán los estudios también.

—Pero...

—Pero nada Doc, ellos donarán médula ósea para mí hijo.

—Señor Valkov, obligar a las personas a hacer estos estudios es poco ético.

—A la mierda la ética doctor, no me cuestione ¿Quiere? —dije serio— Usted hará los estudios a cada uno de ellos, todos están aquí por voluntad propia.

Sonreí al recordar que los amenacé a todos para que vinieran, ellos saben que les conviene, yo soy su jefe, yo les pago y por mi es que tragan y cogen sin problemas.

Me deben lealtad a mi y a mi familia.

Es lo mínimo que deben hacer.

—Comencemos entonces ¿Sabe cuánto pesa?

—Ciento sesenta kilos.

—¿Cuánto mide?

—Un metro noventa y dos.

El doctor comenzó a hacerme preguntas básicas sobre mi y mi salud. Tuve que preguntarle a mi mamá sobre eso, puesto que no se nada sobre mi salud cuando era niño, si tuve algún padecimiento o algo.


(...)


No pensé que hacerse esos estudios fuese tan doloroso. En mi vida he recibido disparos, golpes e incluso puñaladas, pero esto, esto era peor.

Todos mis hombres se quejaron por supuesto, Pero me importó una mierda, hacer esto era necesario.

Ahora regresaba a la casa junto con Damon, mi ceño se frunce al ver un auto que no conocía estacionado afuera.

¿Cómo demonios dejaron pasar un auto a la casa?

Si es una trampa, van a rodar cabezas.

—Guarda el arma Draco.

—Tu no me das órdenes —cargué el arma—, no se de quién es ese auto, además mi mujer y mi hijo están en la casa.

—Draco, la casa está rodeada por los chicos ¿No lo ves? Dios que paranoico eres.

Baje de la camioneta. Tuve que guardar el arma para que Damon dejara de sermonearme.

Al entrar a la casa escuché las voces, rodé los ojos al escuchar la voz de la rubia. Genial, ahora estará metida aquí día y noche.

—Papá —Liam vino hacia mi, lo alcé en mis brazos y se aferró a mi, me encanta cuándo hace eso.

—Hola campeón ¿Cómo estás?

—Bien —murmuró..

—Estaba esperándote —mire a Elizabeth—, quería que lo durmieras.

Sonreí un poco cuando escuché a Elizabeth.

—Hola, soy Damon —extendió la mano hacia la rubia—, el amigo del gorila.

—Un gusto, Sabrina.

No quería seguir oyendo estupideces. Salí de la sala para subir a dormir a mi hijo. Las terapias no están dando un buen resultado en Liam, está muy liviano a pesar de come mucho, tambien duerme demasiado y eso está causando una enorme molestia en mi. 

Quisiera tener todo el poder el mundo para buscarle un mejor médico, aliviar su dolor o intercambiarlo. Soy un maldito insensible, pero es mi hijo y deseo poder cuidarlo. 

Amo a Liam, lo amo con todo mi ser y no hay nada que quiera más, que su bienestar. 

Deje a Liam en su cama, luego salí de su habitación, Elizabeth venía subiendo las escaleras. 

—¿Todo bien con el examen? 

—Fue un poco doloroso —suspire—. Pero al final lo hice. 

—Hay algo mas —se acerco a mi— ¿Que sucede? 

No quise responderle. Ella me tomo de la mano y me llevo a mi habitación, me sentó en la cama y se metió entre mis piernas para abrazarme, dude un poco en hacerlo pero, la abrace me aferre a ella con fuerza, sentí como acarició mi cabello con suavidad. 

—Tengo miedo —dije—, por primera vez en mi vida, algo me asusta y es... Perder a mi hijo. 

Jamás quise dejar verme como alguien débil. Por que jamás quise serlo, pero ahora que tengo un motivo, siento mucho miedo de perder a mi hijo. 

—Yo también —la escuché susurrar—, pero se que el mejorara, yo estaba muy asustada. Lo sigo estando pero ahora Liam y yo no estamos solos, te tenemos a ti ahora. 

Me aparté un poco de ella y la mire, Elizabeth tocó mis mejillas y comenzó a darle caricias. No puedo creer lo hermosa que es, tampoco de que ella me haya dado mi primer hijo. 

—Todo va a estar bien Draco. 

—Se supone que yo sea el que debería ser tu soporte, no al revés. 

—No está mal sentirse vulnerable por un momento ¿no lo crees? Nos estamos ayudando mutuamente. 

La atraje hacia mi e hice que se sentara en mi regazo, sus piernas rodearon mi cintura, me encantaba tenerla así, cerca de mi y poder aspirar el olor de su piel. Ella se volvió mi mas grande debilidad desde aquella noche en el club. 

—Extraño tu cuerpo bajo el mío —susurré en sus labios, ella soltó un jadeo bajo que alteró mis sentidos—, tocarte... Necesito tocarte, déjame hacerlo. 

—¿El gran Draco pidiendo algo? —el tono de su voz bajó un poco, pude notar la picardía en el. 

—No te acostumbres muñeca, no soy de los que pide —rozamos nuestros labios. 

Nuestras miradas se cruzaron, esos hermosos ojos oscuros me volvían loco y era una de mis mas grandes perdiciones, ella en si es mi perdición. 

Mi mano se fue hacia su trasero para darle un apretón, ella se contuvo y eso es algo que me molesta, por que necesito escucharla. 

—No te calles los gemidos —sostuve su mentón e hice un poco de presión. 

La bajé de mi regazo para dejarla de pie a cómo estábamos hace un momento. Alcé un poco aquella blusa color negro que acentuaba su figura, deje un beso en su abdomen, pude notar aquellas marcas curvas que estaban por todo su vientre y caderas, eran las marcas de haber tenido a mi hijo dentro de ella. 

Mientras seguía besando su vientre, mis manos subieron por todo su torso, me encantaba el olor a vainilla que desprendía su piel. 

Dejé de tocarla por un momento y la observe, ella jadeaba y estaba sonrojada. 

Comencé a soltar los botones de su pantalon y asi, deslizarlo hacia abajo, todo esto mientras no nos dejábamos de mirar. Volví a besar su vientre mientras quitaba sus bragas en un rápido movimiento. La aparte de mi y me puse de pie para alzarla en mis brazos y llevarla al baño. 

La baje y la voltee haciendo que nos miráramos a través del espejo. 

—Recordaremos viejos tiempos muñeca —murmure en su oído. 

Bese su cuello, ella no tardó demasiado para comenzar a soltar esos hermosos gemidos. Mi mano se posó en su cuello, pero para mi sorpresa y deleite ella, tomó mi mano para comenzar a chupar mis dedos. 

—Joder muñeca —gruñí. 

La imagen de ella chupando mis dedos mientras me miraba, se ha convertido en una de mis favoritas. 

Me solte el boton de mi pantalón y sin esperar me saque polla que estaba endurecida ante la imagen de mi mujer lamer y chupar mis dedos. Rodee mi mano en mi polla para acercarme a su hermoso culo, me encantaba verla abierta de piernas para mi. 

Roce solo la punta de este en su entrada, solté un gruñido al sentir como estaba húmeda. Me introduje en ella lentamente torturandola y torturándome en el proceso. Ella soltó mi mano y esta se aferró a la carne de su cintura. Comencé a embestirla con fuerza, sus gemidos se convirtieron en música para mis oídos. 

No me resisti a meter mis dedos en su cabello y comenzar a darle tirones a este. Daba estocadas sin parar, la manera en que ella me apretaba la polla estaba enloqueciéndome. 

—Siempre lo dire —jadee en su oído—. Me encanta la manera en que me aprietas muñeca. 

—Cállate y sigue... ¡Ah!

La empotre contra el lavamanos, tomé sus manos, le sujeté las muñecas en la espalda dejándola inmóvil mientras seguía embistiéndola mas y mas duro. Comenzó a apretarme, los sonidos de nuestros fluidos se escuchaban por todo el baño. 

Esto me encantaba. 

Jadee cuando ella se corrio en mi polla, no me pude contener y me corrí con ella. 

Joder. 

Necesito mas de ella. 


(...) 

Más tarde.. 


Deje a Liam en el comedor con Damon y la rubia que decidió quedarse a cenar. No me agrada pero es la amiga de mi mujer asi que debo soportarla un poco. 

Entre a la habitacion de Elizabeth, estaba en el baño, cuando me asome por el umbral, la vi tomarse una pastilla. Camine rápidamente hacia ella y sostuve su muñeca. 

—Draco ¿qué mierda haces? Suéltame. 

—¿Qué son esas pastillas? ¿Para que son? ¿Te sientes mal?

—¿A que viene todo ese interrogatorio? —frunció el ceño y se soltó de mi. 

—Responde lo que te pregunté. 

—Son pastillas. 

—¿Para que mierda son? 

—Es mi asunto.. No te metas. 

—Hey no —la sostuve de los brazos—, desde que estás en esta casa, todos tus asuntos son los míos ¿quedo claro? Eres mi mujer y me debes explicar para que son esas pastillas. 

—Son pastillas anticonceptivas —se volvió a soltar de mi— ¿Contento señor controlador?

—¿Para que las tomas?

—Para no quedar embarazada, tu y yo cogemos —comenzó a recoger sus cosas— y mucho... No estoy para lidiar con otro niño. 

—¿No quieres tener más hijos conmigo?

—Ni contigo, ni con nadie —salió del baño y yo la segui.

—No menciones eso —me miro—, no vas a tener hijos con nadie más que no sea yo. 

—¿No escuchaste lo que dije? No quiero tener más hijos Draco. 

—¿Por que? ¿No ves lo hermoso que es Liam?

—¿Y eso que? —se cruzó de brazos— Nuestro hijo está pasando por una situación dura, si me embarazo ¿cómo podría lidiar con tanto?

—Me tienes a mi —me acerqué a ella—, no estás sola en esto.. —la tomé de la cintura y la pegué a mi. 

—Ya lo se, pero no quiero tener hijos, no ahora Draco. 

—Esta bien, voy a respetar tu decisión. 

—Lo aprecio —suspiró—, que drama me armaste —soltó una risa. 

—No es drama, me preocupe por un momento.. Creí que estabas sintiéndote mal y me lo estabas ocultando. 

—Si me sintiera mal, te lo diría —me sonrió un poco.

—Si no lo haces te azotaría —sonreí de lado y ella rodó los ojos—, vamos a cenar, nuestro hijo nos espera y los otros dos intrusos. 

—Draco por favor, Damon es tu amigo. 

—Eso no quiere decir que lo soporte —ambos salimos de la habitación. 

Verla tomarse esa pastilla me causo un poco de terror. Ya era suficiente con tener a mi hijo enfermo como para que ella se enferme. Creo que me volvería loco si algo le pasa a ambos. 



Hola hola espero que esten bien, que el capítulo haya sido de su total agrado. No olviden dejar sus votos y comentarios. ✨

Besos, Ross. 


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