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Elizabeth: 


Estaba terminando de suturar la herida que tenía Draco en la cabeza. El se mantenía en silencio mientras lo hacía.

Podía sentir que estaba molesto, también por qué sus facciones no se relajaban para nada.

—¿Me dirás que pasó?

—No creo que quieras saberlo..

—Pues, estás herido, solo dime.

—Encontré a una niña —murmuró—, dentro de la habitación de un club al cual le ofrezco protección, estaba herida y la habían violado... Por eso estaba molesto, por lo que encontré.

Detuve mi acción al escucharlo. Me aparte un poco de el, estaba en completo shock.

—Por eso estoy molesto... Me odio a mi mismo por eso.

—¿Por qué? Si, más bien la rescataste.

—Si, claro que lo hice... Pero ¿Cuánto tiempo habrá estado ahí? —frunció el ceño— He ido por semanas y jamás me percate de ello, si tan solo me hubiese dado cuenta antes...

—No es tu culpa —tomé sus mejillas—. Hiciste lo que pudiste con ella, la sacaste de ahí.

—Si pero siento que debí haber hecho más... De solo pensar en que tú estuvieras en ese lugar... En su puesto —quito el rostro de mis manos—. La culpa me  está consumiendo, me estoy volviendo loco.

Se aparto de mi y comenzó a caminar de un lado a otro. Se que sigue sintiéndose mal por lo que pasó hace cinco años. Pero agradezco al menos que haya Sido el y no otro hombre.

Posiblemente estaría en manos de traficantes sexuales o muerta.

Se que Draco puede ser temperamental y bastante tosco. No lo conozco demasiado pero algo me dice que jamás me haría daño.

—Calma —se detuvo—, debes calmarte... Ella, está a salvo ahora ¿No?

—Si, pero... Sigo sintiendo rabia por no haber hecho más.

—Ya hiciste mucho con rescatarla, ella debe tener familia que la está buscando.

—Si, posiblemente... Pero debo encontrar al resto —masculló—, debo encontrar a los demás bastardos que le hicieron eso.

No sé cómo funciona esto. Pero no pensaba meterme en sus asuntos, pero por lo que me contó, es una niña, lo que le hicieron no es justo.

—¿Dejarás que te cure?

—Haz lo que quieras...

Pero que humor tan cambiante tiene este hombre. Tomé las cosas y el se recargó del lavamanos, me acerqué para terminar de curarle las heridas, la herida de la cabeza era la que más fea se veía.

Tiene un par de golpes en el torso y los nudillos lastimados, supongo que peleó o golpeó a alguien.

No quiero siquiera imaginar como dejó a la otra persona puesto que el es enorme. En todos los sentidos así que, aquella persona debe estar muy golpeada o posiblemente muerta.

—¿Dónde está Liam?

—Dormido, ha estado muy cansado —murmuré y el asintió—, a ver tus nudillos.

Tomé una de sus manos y comencé a limpiarle los nudillos, estos estaban enrojecidos y tenía rastros de sangre en ellos.

—¿Siempre te peleas con las personas?

—No, es más sencillo pegarles un tiro en la cabeza —lo miré—, pelear no es lo mío.

—Entiendo.. Que se puede esperar de un mafioso.

—¿Podrías parar con eso? Ya se quien soy maldita sea, no debes recordarmelo cada cinco segundos.

—No tengo la culpa de que seas quien seas... Entiende que estoy preocupada por mi hijo.

—Se más clara.

—De que no quiero que mi hijo siga los pasos de su padre —me aleje de él y salí del baño.

—Un momento —lo escuché venir detrás de mi—, no es necesario que me digas eso Elizabeth, yo no...

—¿Tu que Draco? ¿Me dirás que no lo harás? Por qué no te creo...

—No Elizabeth, eso no es así...

—¿Entonces como es? —rei— Dime por qué no quiero que mi hijo sea como tu...

—Basta. 

—No Draco, no me pidas que pare...

—¡Basta! —alzó la voz.

—¡No lo haré! —alcé la voz también— ¡¿Te duele que te diga tus verdades?!

—Cállate maldita sea —se acercó a mi, su rostro quedó cerca, muy cerca del mío—, no sabes las mierdas que sueltas...

—Claro que lo sé Draco, yo no quiero que mi hijo siga tu legado... No quiero que lo obliguen como lo hicieron contigo.

—¿Eso crees? —me tomó con fuerza de la mandíbula— ¿Crees que me obligaron a ser lo que soy? —masculló con sorna— No muñeca, esta vida la escogí yo mismo por qué me gusta el poder, me gusta mandar y que obedezcan... Me gusta tener el control de todo. Por eso soy lo que soy... Y estás muy Pero muy errada si crees que obligare a mi hijo a seguir con mi legado, al menos que el lo decida.

Mi cuerpo comenzó a tensarse debido a la cercanía entre nosotros. Dios, debo estar mal por esto, pero el que gritara así, lo hacía lucir aún más atractivo de lo que era.

Me odio a mi misma por contradecirme tanto con este hombre, lo odio por confundirme. Draco me confunde demasiado.

Miró mis labios y se relamió los suyos. No esperó demasiado cuando unió sus labios a los míos, ambos comenzamos a besarnos con desesperación. Sus enormes manos se posaron en mis piernas para impulsarme hacia arriba.

Rodee su torso con mis piernas y el comenzó a caminar hacia el baño, sus besos se volvieron intensos, deje que metiera su cálida lengua en mi boca y jugara con la mía.

Sentí como me sentó en el lavamanos, en un solo movimiento rompió mi camisa en dos. Eso me hizo jadear demasiado, el soltó mi boca para besar mi cuello, cerré mis ojos disfrutando de la calidez de su lengua tocando mi piel.

Draco me quito el brasier en un solo movimiento, rápido y preciso. Volvió a tomarme en sus brazos Pero esta vez, me alzó bastante algo haciendo que mis pechos quedarán cerca de su cara.

Mi cabeza se fue hacia atrás cuando comenzó a succionar uno de mis pechos y con su mano libre daba pequeños apretones a mi otro pecho. Un grito bajo salió de mis labios cuando mordió mi pezón, tome su cabello para dar pequeños tirones a el. Quería acercarlo mas a mi, sentirlo más y el estaba complaciendome en ello.

Soltó mis pechos para mirarnos. Su respiración y la mia se mezclaban entre si. Dios, se veía demasiado sexy con los labios rojos y el cabello desordenado.

—Te odio —dijo en un susurro ronco—, pero quiero que seas solo mía Elizabeth...

Volvió a sentarme en el lavamanos, cerré mis ojos cuando sentí sus dedos acariciar mi espalda.

—Draco —susurré impaciente.

—Dime muñeca —susurró en mi oído.

—Yo... Yo quiero.. 

—¿Que quieres? Tu pídelo y yo obedezco... —comenzó a dar besos a mi mandíbula.

No fue necesario que le dijera, solo lo bese de nuevo dándole a entender que quería que me tomara justo ahora.

Al parecer el lo entendió, entendió que le estoy dando mi consentimiento para que me hiciera el amor justo ahora.

El se separó de mi y salió del baño para después regresar con algo en sus manos. Era un preservativo.

—Es necesario... Al menos que desees darle un hermanito a Liam —sonrió de lado.

—Idiota...

El solo rio. Me mordí el labio al ver cómo comenzó a desabotonarse el pantalón mientras seguía mirándome. Esos ojos oscuros y esa piel brillante, causaban muchas cosas en mi.

Además de ese enorme torso y sus tatuajes. El es tan distinto a Arnold, en todos los sentidos.

Jadee al ver la enorme erección de Draco salir de sus pantalones, terminó por desvestirse y comenzó a abrir el condón con la boca, cosa que me pareció lo más sexy que he visto.

Luego se lo colocó, de una manera lenta y ver como su mano rodeaba toda su dureza, hizo que cerrara las piernas por lo excitante que se veía esto.

Me tomó de la mano y se agachó solo un momento para quitarme el resto de mi ropa y así, quedarme desnuda por completo.

Ambos caminamos hacia la habitación, me tomó del cuello para besarme con demanda. No sé que tiene el con alzarme pero lo volvió a hacer, pero esta vez, entro en mi de una sola estocada, fue tan dura que ahogue mi grito en su boca.

Al sentir como se sentó en la cama conmigo encima, cerré mis ojos al sentir como se hundía más en mi. Su mano se metió en mi nuca y su brazo rodeó mi cintura. Draco comenzó a moverse debajo de mi mientras nuestras bocas se volvían a encontrar, la excitación estaba llegando aun más en mi cuerpo.

Mis caderas comenzaron a moverse por si solas, estaba deleitándome con los gemidos de Draco en mi oído cuando soltó mi boca.

—Me encanta como me aprietas muñeca —me inmovilizó—, eso, follame.

—Callate —jadee.

Lo tumbé a la cama y quedó acostado, sus manos se fueron a mis caderas mientras que yo seguía moviéndome encima de el. Draco jadeaba y gemía con rudeza mientras seguía encima de el.

Me incliné hacia el, nuestros rostros quedaron cerca como hace un momento.

—Se mía Elizabeth —su mano se fue a mi mejilla—, te juro que si existe un Dios, voy a cuidarte con mi vida, a ti y a nuestro hijo...

En un rápido movimiento, quedé debajo de el. No pude responderle, así que el siguió con lo suyo. Comenzó a embestirme con fuerza. Mi espalda se arqueó cuando empezó a darme en mi punto sensible. Mi cuerpo se tensó por completo dejando salir mi orgasmo, fue tan intenso que sentí mucha debilidad.

Mierda.


(...)

Al dia siguiente.. 


Alce la cabeza de manera brusca, mire a mi lado y estaba sola en la habitación de Draco. Me senté como pude ya que mi cuerpo estaba demasiado adolorido. Me estire un poco y me di cuenta de que estaba vestida con una pijama de seda blanca. 

¿En que momento me vestí? 

Me puse de pie como pude, las punzadas en mi cuerpo no ayudaban demasiado. Cuando salí de la habitación me dirigí hacia el comedor ya que escuche la risa de mi hijo viniendo de ese lugar. Al bajar, el estaba sentado en el comedor junto a Draco, me quede viéndolos a ambos, son tan idénticos en todo, no cabe duda que son padre e hijo. 

Draco se percató de mi presencia, se puso de pie, tomó una taza y se acercó a mi. 

—Buenos días —me dijo y sonrió— ¿como amaneciste muñeca?

—B-Bien —recibí la taza. 

—Me preocupe —inclinó su rostro hacia el mío y susurró:— te desmayaste anoche. 

—¿Que? 

—Lo que oíste, después de llegar al orgasmo —susurró en mi oído—, caíste inconsciente por el placer... —se aparto de mi— Yo mismo te vestí, dormiste toda la noche. 

Parpadee un par de veces cuando me dijo eso. Luego recordé que tuvimos sexo anoche en su habitación, recordaba cada una de las cosas que hicimos. Al hacerlo, sentí como algo se subió a la boca de mi estómago. 

El solo sonrió y regresó a la mesa con Liam. 

—Hola mami. 

—Hola mi amor —me acerque a el para dejar un beso en su mejilla— ¿como amaneciste?

—Bien, mi papá me cambió la pijama, me ayudó a cepillarme y me hizo el desayuno. 

—¿Ah si? —me senté al frente de Liam y mire a Draco— no sabia que tenias madera de cocinero. 

—Me se defender —se encogió de hombros—, además, lo hice para mi campeón, debe alimentarse bien para que mejore —acarició su cabello. 

—Lo haré papá —respondió mi hijo orgulloso. 

—Buenos días. 

Vi entrar al comedor a los padres de Draco, ambos venían tomados de las manos. Desde que están aquí, he notado como el señor Valkov mira y trata a su esposa, ella es realmente hermosa, además de muy dulce. 

Draco tenía razón con respecto a sus padres, ellos amaron a Liam en el mismo instante en que lo conocieron, no lo rechazaron como pensé que lo harían, fue todo lo contrario, ellos quieren a mi niño. 

—Debemos irnos hijo —dijo su madre mientras miraba a Draco—, Danna nos necesita. 

—¿Pasó algo con ella? —Draco se noto un poco preocupado. 

—Nada de que preocuparse —respondió su padre—, es que su esposo ha estado lleno de trabajo y no puede cuidarla, por eso nos iremos, pero regresaremos en un par de semanas para los estudios de mi nieto. 

—¿Estudios? —pregunté y ellos me miraron. 

—¿Draco no te contó? —negué— Draco. 

—Iba a hacerlo mamá... Se me paso. 

—Nosotros nos haremos los estudios de compatibilidad, para saber si somos compatibles con Liam, esperemos que no lo necesite, pero... Hay que adelantarnos a todo. 

—Señora Valkov, no tiene que hacerlo, no tienen que hacerlo.. 

—Claro que lo haremos muchacha —dijo el señor Drago—, Liam es nuestro nieto, tu ya formas parte de esta familia —sonrió un poco—, ambos forman parte de nuestra familia y para los Valkov, la familia está primero que todo... No seremos perfectos, pero ten presente que protección y amor jamás le van a faltar. 

—Mi esposo tiene razón —ella me sonrió de manera dulce—, para un Valkov, la familia esta primero y mi hijo se encargará de ello ¿no es así Draco?

—Claro que si mamá —respondió con seguridad. 

—Ya lo oíste —volvió a sonreír—, además de que no he tenido la oportunidad de felicitarte por haber criado a Liam, es un niño precioso y muy educado... Ya sabes que cuentas con nosotros para cualquier cosa y si Draco llega a lastimarte, puedes irte a nuestra hacienda.. 

—Mamá.. 

—Mamá nada Draco, sabes que debes portarte bien con ella, es la madre de tu hijo y de mi nieto —el asintió en silencio, vaya que su madre sabe controlarlo—, ya lo sabes linda, son bienvenidos a nuestra hacienda. 

—Abuelo —mire a Liam— ¿Volverán pronto?

—Claro que si campeón, esperemos que cuando regresemos, estes mucho mejor. 

—Lo estaré —el sonrió. 

Me senti triste por un momento, por que hubiese querido tanto que mis padres hubiesen querido y aceptado a Liam así, tratarlo como su familia, pero no, mi niño lo que recibió fue rechazo de su parte. 

Pero los señores Valkov quieren a mi hijo y lo tratan con mucho amor. Se siente bien que no traten mal a mi hijo. 

Se siente como el hogar. 



Hola hola, espero que esten bien, que hayan esperado a Draco con ansias, aqui les dejo el capítulo donde tuvieron su delicioso jeje 🤭

No olviden dejar sus votos y comentarios. 

Besos, Ross. 

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