Nick tenía 2 semanas que frecuentaba un bar después del trabajo. Él y Judy habían discutido, y no era una discusión pasajera que tenían bastante seguido, sino que está vez era totalmente diferente ya que ninguno estaba dispuesto a disculparse o intentar hablar de aquello... Al menos eso era al principio, el canido no sabía cuanto más podía aguantar esa situación.

Bebía y bebía cuando tenía problemas y eso no le gustaba ya que al estar ebrio no podía pensar con claridad, pero era algo que no lo podía evitar.

Nunca olvidaría esa noche y cada una de las palabras de la coneja, pero en especial lo que él le había dicho, una frase que seguía retumbando en su cabeza y que lo hacían sentir sumamente culpable.

«A veces desearía no haberte conocido«

Esa frase hizo a Hopps irse por unos días a su pueblo natal, para tener que evitar a su ahora posible ex mejor amigo. Ni siquiera el arduo trabajo del campo la hacía poder olvidar esas crueles palabras, así que decidió volver, pues tenía que cumplir con su deber y no dejarse llevar por sus emociones.

El zorro ya llevaba mitad de una botella de whisky, su buen amigo Finnick lo acompañaba esa noche. Odiaba verlo así.

— Debes dejar de beber de esa forma, viejo

— Si pudiera lo dejaría de hacer

Rodó los ojos — ¿Por qué no vas a su departamento y te disculpas? — Fue fulminado con la mirada verduzca de su amigo — ¿Qué? Solo era una sugerencia

— Deja de decir tonterías, ya lo intente 3 veces y esas 3 veces me ha cerrado la puerta en la cara. Es obvio que no quiere saber nada de mí, aunque convivamos en el trabajo casi a diario sigue sin dirigirme la palabra

— ¿Es encerio que te arrepientes de haberla conocido?

— No me arrepiento, es más fue lo mejor que me ha pasado en la vida, es más mi vida era una completa mierda hasta que esa coneja apareció

— Eso mismo la haría perdonarte, ese brillo en tus ojos cuando hablas de ella demuestra lo importante que es para ti. Tranquilo, estoy seguro de que va a perdonarte en cuanto puedas hablarle y decirle eso mismo que dijiste

— Eso haré, es más creo que intentaré ir a su hogar y disculparme — Pagó su cuenta y salió de ahí lo más rápido posible

...

Muy pocas veces en su vida se ponía nervioso y ese momento lo estaba. Mientras caminaba por el pasillo del décimo piso del "Gran pangolin" repasaba su disculpa.

— En verdad que lo siento, zanahorias, fuí un completo tonto y... ¡Agh, eso no suena muy sincero!

Cuando estaba frente a su puerta y a punto de tocar esa misma, logró escuchar gracias a su oído super desarrollado un leve gemido seguido de un jadeo que parecía ser masculino.

Era obvio que ella se encontraba con alguien y teniendo sexo. Eso hizo a Nick pensar que era mala idea el haber venido, se dió la media vuelta dispuesto a irse pero fue detenido por uno de los vecinos de la conejita. Bronk.

— Vaya que esa coneja es toda una caja de sorpresas ¿No lo crees? — Dijo con una sonrisa pícara

— Dejame en paz, idiota 

El ornix rodó los ojos — ¿Qué, es que acaso que no te molesta eso? Judy ha tenido visitas muy frecuentes de ese tipo desde que regresó de Bunnyburrow, es evidente que se trata de una manera de olvidarte

— ¿De olvidarme? No entiendo como ella podía creer que acostarse con alguien se olvidará de mi

— Creí que eras más listo, zorro. Ella ha estado enamorada de ti desde siempre, solo que no te habias dado cuenta de aquello o no querías darte cuenta

— Ella no está...

— Siempre habla de ti, te mira con ternura y sobre todo hemos escuchado como dice tu nombre mientras llora por las noches o... Bueno, eso no me corresponde decirlo. En fin, está completamente enamorada de ti y lo que sea que le hayas dicho para que se pusiera así la lastimó tanto que cree que estar con otros se sentiría mejor, lo cual es todo lo contrario, ella sigue de la misma actitud. Te sugiero que si no quieres perderla será mejor que la próxima vez que tengas la oportunidad te disculpes, sino te arrepentirás toda tu vida — Dicho ingresó nuevamente a su habitación

El joven zorro suspiró profundamente. Escucharlos le causaba gran conflicto así que ahora sí decidió irse. 

Pensó una y otra vez lo que él ornix le había dicho ¿De verdad ella si estaba enamorada de él y por eso la lastimaron aún más sus palabras?

Al día siguiente, la lagomorfa había llegado tarde cosa que jamás le había sucedido en su vida. Su compañero la esperaba en la sala de reuniones que ya se encontraba vacía.

— Es la primera vez que llegas tarde, zanahorias — Dijo, un poco molesto

Ella no respondió, sino que simplemente lo miró y siguió su camino hacia el estacionamiento y posteriormente a subirse a la patrulla. Nick subió de igual manera y el auto arrancó.

Las siguientes 4 horas de jornada fueron verdaderamente incómodas, pues ninguno se atrevía a decir algo. Judy lo miraba de vez en cuando y se estremecía cuando el pelirrojo se le acercaba demasiado. Se moría de ganas de abrazarlo y pedirle que no la abandonara, pero se resistió, debía hacerle caso a la frase que su abuela solía decirle "Nunca ruegues, deja que el que te hirió sea el que tome la iniciativa y asuma la responsabilidad de sus acciones"

Hicieron una pequeña parada en una cafetería que solían ir durante el descanso. Pidieron sus respectivos cafés y muffins para después volver a la patrulla. Judy había olvidado pedir un sobre de azúcar extra y justo antes de volver a la cafetería, su compañero le dió un sobre de azúcar.

— Toma, sabía que llegarías a necesitarlo — Sonrió tímidamente

— Gracias — Tomó el azúcar sin verlo a los ojos

— En algún momento tendremos que hablar de eso

— Pues yo no pienso eso mismo

— Lamento mucho el haberte...

— Olvida eso, ¡olvídate de eso maldita sea!

— ¡Es que no quiero olvidarlo, de verdad me siento mal por todo lo que te dije esa noche! Escucha, tu cambiaste mi vida y si no lo hubieras hecho quien sabe que sería de mí ahora. Ambos dejemos de ser orgullosos y aceptar que ambos cometimos un error

— Yo no cometí un error, tu si al haber dicho semejante estupidez. Nick... No podemos seguir con esto,  está amistad es extraña

— ¿Extraña, eh, eso te dijo el conejo con el que has pasado las noches?

— ¿Cómo lo...

— Tu vecino me lo dijo, pero descuida, si quieres estar con alguien más lo entenderé. Tal vez tengas razón y lo nuestro no es normal, digo, ¿un zorro y una coneja que son enemigos naturales siendo mejores amigos? es completamente diferente a lo que la sociedad estaría de acuerdo. Pero bueno, creo que estamos condenados a convivir casi a diario debido al trabajo y...

— ¿Seguimos hablando de nuestra amistad? Porque tal parece que estamos hablando de una relación de pareja

— Puede ser, pero ¿eso no es así o si? Puede que cualquiera de los 2 esté enamorado del otro y eso es lo que convierte todo lo que hemos pasado juntos como antinatural tal vez no para la sociedad, sino para nosotros ¿O me equivoco?

— Nick...

— Si lo pensamos bien, lo nuestro es raro más no incorrecto, lo nuestro se basa en la confianza, lealtad y sobre todo apoyo, ya que sin mi apoyo al enfrentarnos en el caso de los aulladores y tú apoyo para que ingresara al ZPD ni tu ni yo estaríamos aquí ahora. A lo que quiero llegar es que lo nuestro no es antinatural, raro e incorrecto sino algo supremamente maravilloso, y lo más importante es que no debemos arrepentirnos de habernos conocido porque de alguna manera u otra el destino tenía previsto que tu y yo nos conociéramos y nos volviéramos sumamente cercanos. Yo me sentí terrible de haberte dicho tal cosa ya que técnicamente me salvaste la vida y yo la tuya

Se había quedado sin palabras, estaba siendo del todo sincero. Sin poder evitarlo lo tomó del cuello de la camisa y lo besó luego de eso se separó rápidamente, terminó su café y siguió con la ruta. El zorro no daba crédito a lo que acababa de suceder ¿Eso era una reconciliación? Al parecer lo era y se sintió bien con ello.

...

Terminó su turno. El canido espero pacientemente a su amiga en la entrada del recinto, está sin dudarlo se le acercó y emprendieron camino al departamento de la joven coneja.

— ¿Por qué tú... — No pudo terminar la frase ya que ella lo tomó de la pata 

— No es conveniente hablar de esto aquí, debemos ir a otro lugar más privado

— ¿Tu hogar?

— No, mis vecinos entrometidos deben de estar impacientes por escuchar un chisme nuevo, vamos al tuyo

Ya estando ahí, el dúo se sentó en el viejo sofá, a una distancia considerable aunque aún sostenían sus patas con firmeza como sí no quisiesen separarse jamás. El oficial le volvió a preguntar.

— ¿Por qué me besaste?

— No lo se 

— Si lo sabes

— Yo...

— Se que lo hiciste por una razón en específico, y aunque ya lo se quiero que me lo digas 

— Bien... Me gustas ¿Ok? Desde que te conocí, trate de enterrar esos sentimientos todo esté tiempo pero fue imposible

— ¿Y por qué quisiste enterrarlos, acaso es que te avergonzabas de tener sentimientos hacia un zorro?

— ¿Qué? No, nada de eso, más bien un poco de miedo a tu rechazo. Ahora yo te pregunto ¿Tu sientes lo mismo que yo? 

Esté sonrió — Si fuese lo contrario te habría reclamado por el beso

— Entonces tu si...

— Por dios coneja, ¿Es que acaso quiere que te lo diga directamente? Porque si así lo quieres, está bien... Me gustas Judith Laverne Hopps, es más, te amo — La jaló del brazo y la besó — Eres todo para mí ¿Ok? Eres y siempre serás mi amada zanahorias

Se siguieron besando hasta que él la terminó recostando en el sofá mientras besaba su cuello.

Jadeo — N-Nick ¿Qué haces?

— Lo siento, no pude evitarlo, pero si quieres que me aleje...

— De hecho yo... — Desató su corbata y chaqueta del uniforme del zorro — Admito que me encanta eso — Se mordió el labio inferior cuando sintió el miembro del canido rozar su pelvis

— ¿Quieres que te haga el amor, pelusa? — Le quitó el chaleco antibalas y desabotono su camisa azul, para después seguir con un camino de besos húmedos desde su cuello hasta su vientre — ¿Eso es lo que quieres?

— Por favor, solo hazlo me estás volviendo loca

— Admito que he soñado miles de veces que me dijeras eso

— Ah ¿Cada cuánto sueñas conmigo de esa forma?

— 24/7 zanahorias

— Me alegro de no ser la única pervertida de los 2

Ya estando despojados de toda prenda, el zorro se dedicó en besar y apreciar cada centímetro de la lagomorfa. Podría hacerlo toda su vida.

Ambos no podían creer que de un favor para atrapar a una criminal desquiciada llegarán a esto, amarse tan profundamente, confiar uno en el otro como nunca lo habían hecho con otro animal, hasta ahora, en unirse de está forma.

Llegó el momento, cuidadosamente entró en ella, teniendo en cuenta la diferencia de tamaño y especie. De inmediato todo se convirtió en lo mejor que les había pasado en toda su existencia. Y lo que seguiría más adelante sería la mayor experiencia y sobre todo mágica. Pasarían el resto de sus días, juntos, sin importarles las opiniones de los demás.

Después de varias estocadas, jadeos y palabras dulces llegaron juntos al clímax. Una cúspide bellísima para los 2. El inicio de su intenso amor verdadero entre un zorro una coneja. Y el motivo de aquella discusión se les había olvidado.