Cangrejo cupido II (Death Toll y DohkoxShion AU)

Estoy en modo desesperación y aburrición, vamo' a distraernos escribiendo el próximo capítulo, me dije a mí misma (?

Tardé un poco, pero aquí está, espero que les guste.

Ah, y creo que lo siguiente debería haber ido al inicio (?

DISCLAIMER: Saint Seiya es propiedad de Masami Kurumada.

¿En qué estábamos? Ah sí, Dohko le diría sus sentimientos a Shion, le daría el ramo de rosas que llevaba e irían a una muy probable cita. Simple, no podía salir mal.

Bueno, Death Toll no creía eso, así que pospuso sus compras importantes para después, yendo a las mesas del centro comercial para espiar, digo supervisar, a los dos tortolitos, como él les decía.

Claro que no se dejaría mostrar, por lo que se sentó unas cinco o seis mesas lejos de donde estaban los chicos y tomó una revista de farándula para disimular, mientras los miraba de reojo con ayuda de un catalejo.

—¿De dónde sacaste eso?

Death Toll se sobresaltó y volteó a ver, pero al percatarse de quién era su interlocutor simplemente soltó una risita.

—De la tienda del segundo nivel. Qué sorpresa verte, mi felino amigo.

—Vengo todos los fines de semana —respondió Kaiser, inexpresivo.

—Cierto, cierto, por tu despensa y ahora por las comida de Goldie y Blondie.

—Sí... Oye, ¿eso no es ilegal? —preguntó el felino, digo Kaiser, señalando el catalejo.

—¿Qué cosa? ¿Usar esto para supervisar que dos tortolitos formalicen su relación? Nah —respondió con una sonrisa, agitando la mano para restarle importancia.

—Como sea, no hay que inmiscuirse en asuntos así. Deberías irte.

—Eh... no —respondió mientras observaba por el catalejo—. Wow, Shion se ve nervioso, pero aceptó el lugar que Dohko le ofreció en la mesa, es buena señal.

Kaiser solo rodó los ojos ante la actitud de su amigo. Se hubiera ido, pero alguien más tuvo que involucrarse en la escena.

—¡Vine lo más rápido que pude, dime que no le ha dado las rosas!

—¿Cardinale? —preguntó Kaiser confundido, pero nadie le hizo caso.

—¡No, no te lo has perdido, chico de la rosa!

—¡Genial! —respondió Cardinale, o como a veces le decían, "chico de la rosa", por la rosa artificial que se colocaba en el cabello y por el jardín que tenía en su casa— Aprovecharé a usar los binoculares que me regaló Shijima en mi cumpleaños —agregó para luego unirse en el espionaje, digo supervisión.

—¿Por qué te regaló binoculares? —Kaiser arqueó una ceja.

—Nos gusta pasear en la naturaleza en nuestro tiempo libre —respondió Cardinale con una sonrisita sin dejar de observar a los tortolitos—. Espero que valga la pena, son las mejores rosas que tenía.

—Creo que sí... ¡Mira, ya se las ofreció, y Shion aceptó! Y ahora está llegando el helado que encargué para ellos, todo va acorde al plan, gracias Écarlate —agregó, siendo el mencionado quien trabajaba en la heladería.

—¡Aw, qué lindos tortolitos! Oye, ¿pagaste esos helados?

—¡Qué va! —dijo Death Toll con una risa— Dohko tendrá que pagarlos.

—Deberían buscarse otro pasatiempo —comentó Kaiser dispuesto a irse, de no ser porque las sonrisas de los espías, digo supervisores, se esfumaron.

—Ay no, Shion estornudó...

—Y como gatito...

—No, cangrejo, como gatito no —bufó Cardinale, molesto—, pero no me agrada eso, no es alérgico que yo sepa.

—Oye... esa abeja que acaba de salir del ramo de rosas no la vi...

—¡No te las envíe con abejas, no quieras culparme!

—¡Nos vemos luego! —dijo Kaiser antes de irse y que lo involucraran en un problema.

En efecto, una abeja salió quién sabe de dónde y revoloteaba en las rosas que tenía Shion ahora en sus manos, luego en el helado de frutos rojos que tenía frente a él y finalmente fue a enredarse en su esponjoso y largo cabello.

—¡Quítamela, Dohko, soy alérgico!

—¡Tranquilo, Shion!

Mientras ellos trataban de librarse de la amenazante abejita, Death Toll y Cardinale se vieron entre sí y pareciera que les corrió una gotita anime por la sien.

—Esto no está saliendo como lo planeé.

—¿No tienes un plan de emergencia, Death Toll?

—Tendremos que improvisar uno. Y ya sé quién nos va a ayudar —agregó con una sonrisa maliciosa mientras veían pasar al teñido, como le decían a Mystoria, por su cabello color aqua...

Luego de detenerlo de la lectura que llevaba mientras caminaba hacia quién sabe dónde, Death Toll y Cardinale le explicaron a Mystoria el problema y lo que debía hacer para ayudarlos.

—Estás hablando de dos jovencitos con un asunto sentimental que obviamente es privado, dame una sola razón por la que deberíamos inmiscuirnos en algo así y una sola razón para que les ayude —habló el teñido, digo Mystoria, cerrando de golpe su libro. Era un poco fan de las novelas de vampiros.

—Porque el amor es bonito, pero esos dos tortolitos son unos inexpertos —dijo Cardinale, señalando con el pulgar a Dohko y Shion, uno disculpándose mil veces por el incidente de la abejita y el otro tratando de calmarlo mientras se ponía de pie para dirigirse al baño y arreglar su cabello.

—Y porque Shijima dice que eres noble, por lo que no nos negarías tu ayuda. —agregó Death Toll

—Como sea —dijo Mystoria luego de un suspiro.

Pasando con Dohko y Shion, este último había vuelto y su cabello ya estaba como antes.

—Perdóname por eso, Shion, sé que eres alérgico y pues...

—No te preocupes —le respondió con una sonrisa—. Estas cosas pasan. Ahora, ¿qué es eso que querías decirme?

—Bueno... Sucede que —dijo tomándole la mano un poco nervioso, a lo que Shion se sonrojó un poco— siempre he querido decirte esto... Nos conocemos desde que tenemos memoria y hemos sido mejores amigos, pero quisiera que nuestra relación alcanzara otro nivel... —Dohko sacudió la cabeza, eso no era lo que había ensayado, se puso nervioso— O sea... Shion, tú me...

—Dohko... —interrumpió Shion un poco tímido.

—¿Sí? —preguntó un poco nervioso, temía que a Shion no le estuviera gustando el rumbo que tomaba la conversación.

—¿Por qué Mystoria sostiene un cartel detrás de ti?

—¡¿Qué?! —exclamó Dohko mientras volteaba a ver. En efecto, el teñido sostenía un cartel que se notaba hecho a las apuradas, con la siguiente frase, adornada de varios dibujos de corazones:

"SHION, ¿QUIERES SER MI NOVIO?"

—Le das muchas vueltas al asunto, deberías solo soltar la pregunta —dijo Mystoria, como si le hubieran pedido su opinión.

—¡¿Tú qué haces aquí?!

—Créeme, no fue mi idea, pero este es tu quinto intento más o menos, ya das pena ajena.

—¡Dame eso y dile a quien sea quien que nos esté espiando que no lo haga! —exclamó con furia Dohko, sonrojado hasta las orejas, mientras le quitaba el cartel de las manos al teñido.

—Lo haré, pero no creo que hagan caso —dijo Mystoria sin inmutarse, mientras se retiraba.

—¡Argh, esto es molesto!

—Creo que es tierno y acepto—comentó Shion un poco sonrojado.

—¿Ah sí? —preguntó Dohko, confundido, cambiando repentinamente la ira por duda y nervios, tal vez ni siquiera escuchó la última palabra.

—Seguro estas flores te las envió Cardinale... aunque no me explico lo de la abeja —empezó a explicar con un suspiro—, el que arreglaras tu cabello fue idea de Death Toll, aunque me gusta más como lo tienes normalmente, te hace ver algo rebelde —susurró un poco sonrojado—, Écarlate trajo el helado y Mystoria el cartel...

—Shion, pero esto ni siquiera lo planeé yo, ya ni te lo pregunté adecuadamente —dijo Dohko, suspirando derrotado.

—No importa, creo que solo querían ayudarte, y todo esto que ha ocurrido es extraño pero tierno. Aunque ya te dije que acepto, puedes volver a preguntármelo.

Y de vuelta con los espías, digo supervisores, festejaban mientras observaban por el catalejo y binoculares; cabe decir que Mystoria solo soltó un suspiro y una risa nerviosa, los amigos que tenía eran demasiado raros, pero así los quería.

—¡Al fin están juntos!

—¡Aw, qué lindos, se abrazan! Quizá alcancemos a ver su primer beso...

—Si lo hacen Dohko los matará —dijo Mystoria colocándoles un periódico en frente—. Mejor observen esto, mañana inaugurarán el nuevo hospital donde Odysseus trabajará, según nos contó.

—A ver... —dijeron Death Toll y Cardinale, olvidando el asunto de los tortolitos.

Y de vuelta con Dohko y Shion, todo estaba de maravilla, Shion dijo que se llevaría el cartel como recuerdo de tan curiosa declaración. La atmósfera romántica estaba muy bien, incluso ya estaban a escasos centímetros de rozar sus labios...

—Dohko, la cuenta —interrumpió alguien, qué conveniente.

—¡¿Por qué siempre me tiene que pasar algo así?! —exclamó Dohko muy molesto.

—Tranquilo, Écarlate solo cumple su trabajo —habló Shion, suspirando resignado.

—¿No podías esperar? —preguntó Dohko al bicho pelirrojo, digo Écarlate.

—Probablemente te irías antes de que te pudiera cobrar.

—Pero... me dijiste que nos los enviaban...

—Las instrucciones fueron entregárselos y que tú pagarías.

—¿Quién te encargó esto? —preguntó indignado y confundido.

—¿Tú qué crees? —preguntó Écarlate un poco aburrido, un poco divertido.

—Aquí está —dijo Dohko luego de un suspiro mientras pagaba los helados.

—Cuentas cabales conservan amistades —comentó el bicho pelirrojo con una risita antes de irse.

—¿Quieres que vayamos al parque, Shion? —propuso Dohko, antes de que le ocurrieran más cosas en ese día, por obra de sus "amigos raros".

—Me gustaría mucho —respondió el de cabello esponjoso con una sonrisa nerviosa mientras su ahora novio le tomaba la mano en un gesto caballeroso.

Bueno, el cangrejo no fue tan mal cupido después de todo.

Fin

Gracias por leer y hasta pronto.

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