06
𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐨 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭𝐞 𝐝𝐞 𝐚𝐛𝐫𝐢𝐥~
El sol era cálido en aquella preciosa mañana de abril. Los pájaros cantaban gustoso sus hermosas melodías, los rayos de sol eran tenues y lo suficientemente agradables como para exponerse a ellos a tempranas horas de aquella mañana. Todo habría sido perfecto si Yoongi no se hubiera encontrado en un hospital y llevado en silla de ruedas por los jardines del mismo.
Hace unas semanas atrás Yoongi había tenido un accidente en el cual había salido terriblemente lesionado. Los ligamentos de sus piernas estaban maltraídos y tenía una pierna rota, estaba un poco cansado de estar encerrado, por suerte Hoseok siempre estaba ahí para animarlo.
— Venga, Hombre. ¿Por qué tienes esa cara? ¿Acaso la mañana no es lo suficientemente linda como para que sonrías un poco? —preguntó Hoseok con la sonrisa que lo caracterizaba, su alegría era tranquilizante, pero a veces resultaba ser exasperante para Yoongi.
Y pensándolo bien, ¿por qué debía sonreír? Su vida ya era lo suficientemente miserable cuando el accidente sucedió. Siempre le pasaba lo mismo, parecía como si la vida le enviara cosas para matarlo, pero por arte de magia siempre lograba salir vivo. Tenía más motivos para morir que para vivir según él, o... pensándolo bien, quizá si tenía un motivo para sonreír.
— Hola Yoonie, ¿Como está mi paciente estrella el día de hoy? —Le preguntó aquel rubio con una hermosa sonrisa de oreja a oreja.
— Hola, Jimin —susurró con las mejillas un tanto ruborizadas— Estoy bien, gracias.
— Me alegra escuchar eso, Yoonie —sonrió y creyó ver que sus ojos desaparecían por un instante— Tengo buenas noticias para ti, Yoonie, al fin saldrás del hospital. Tu pierna esta mucho mejor, la fisioterapia te ayudara y hará su efecto y creó que ya no necesitaras esa silla de ruedas nunca más, solamente usaras muletas.
Algo en Yoongi se rompió. Aunque había estado encerrado y habían momentos en que simplemente quería escapar o arrancarse los ojos del aburrimiento. Esta, por alguna razón, en lugar de ser la mejor noticia de su vida, en realidad lo entristecía y le hacía sentir una inmensa desdicha.
— ¿Saldré de aquí? —Preguntó con poco entusiasmo, cosa que hasta a él mismo le sorprendió.
Salir del hospital equivaldría a no volver a ver a la única persona que le había caído bien en todo el hospital. Aunque él odiaba los hospitales por múltiples razones, Park Jimin había hecho que su estadía fuera mas amena, divertida y llena de buenas vibras. Pero salir del hospital y lo volver a ver a ese maravilloso hombre le hacía sentir algo que no había sentido en mucho tiempo, era una mezcla de mariposas y un dolor punzante en el estómago y el corazón.
— ¿Me escuchaste Yoongi? ¿Pareces haberte perdido? —Le preguntó Park, cosa que lo hizo regresar a la realidad.
— No te preocupes, ya de por si era algo idiota y el golpe no ayudó mucho que digamos —dijo Hoseok entre risas, cosa que no le pareció muy graciosa a Yoongi ya que se dedicó a mirar mal a su amigo y a darle una pequeña bofetada en la boca.
— Animate, no seas tan amargado.
Solo bufó, pero no respondió, no sentía ni siquiera la mas mínima gana de hacerlo.
— Bueno, en realidad no me lo estas preguntando, pero si mal no recuerdo la palabra idiota es un sinónimo de inteligencia.
Ambos se quedaron estupefactos. ¡Genial! El hombre era la inteligencia en persona. No por nada a era un doctor, un guapo doctor. Pero, ¿lo había defendido?¿Lo había halagado? No lo sabía con exactitud, pero aun así podía sentir las mariposas revoloteando en su interior con intensidad nuevamente.
— En fin —continuó— lo que quería decir y aparentemente no escuchaste es que me gustaría salir contigo, una cena para celebrar que has sido dado de alta de este lugar.
— ¿Conmigo? —pregunto mientras se apuntaba a si mismo con su dedo índice y lo miraba con la boca abierta.
— No Yoongi, con mi novia sueca —se burló con sarcasmo— es obvio que contigo.
Lo pensó por un momento. ¿Debería aceptar? Después de todo quizá sería la última vez que lo viera, pero ¿qué pasaría con sus sentimientos? Quizá sería mejor rechazarlo, si iba con él quizá sus sentimientos aflorarían aún mas y luego no podría controlarlos, pero pasar tiempo con Park era lo mejor que le podía pasar después de las pésimas semanas que había pasado con su pierna lastimada, era un dilema grande y difícil de resolver.
— Yo... —dudo— me parece bien —respondió finalmente con una mueca rara en sus labios.
— Excelente, ¿Qué te parece el viernes? Es mi día de descanso y puedo pasar por ti.
— Me parece bien, me una gran idea después de todo aun no puedo hacer tanto como quisiera.
— Entonces viernes a las seis, pasaré por tu casa —Yoongi asintió con una sonrisa tímida. Se dio un par de bofetadas mentales, el famoso bad boy había caído presa de un ángel de bata blanca.
— Bien —reviso su reloj— debo irme, tengo citas esta tarde y guardia esta noche.
— No hay problema, ve tranquilo.
Jimin le dedicó una última sonrisa, se inclinó y se alejó de ellos hasta perderse entre las personas que habían en el lugar. Yoongi por su parte se sintió aliviado, aun tenía la extraña sensación en su estómago y por alguna razón también sintió culpa. ¿culpa? Se preguntó asi mismo, ¿Por qué culpa? Bueno, es cierto, él no era nadie interesante, apenas había acabado el bachillerato y había hecho algunos cursos vocacionales y eso hasta cierto punto le hacia sentir inseguro, quizá el no era la persona adecuada para Park, quizá era solo un gesto amistoso y en realidad no le gusta.
— ¿Volviste a perderte? —Le preguntó Hoseok mientras agitaba una mano frente a él.
— No exactamente, digamos que solo estaba pensando un poco.
— Pensando en qué, —le dijo divertido mientras le daba golpecito en su espalda— nunca me dijiste que estabas ligando con el doctor trasero sexy.
Yoongi lo miró mal y le volvió a dar un zape en la boca y uno en la cabeza.
— ¡Oye¡ qué manía tienes con golpearme, ¿eh? No seas tan bruto.
— Es tu culpa por faltarle el respeto a una persona tan respetable como el doctor Park.
— ¿Y? ¿acaso vas a negarme que su trasero no es grande? Mírame a los ojos y niegamelo.
Se miraron por unos instantes, una mirada fría en el caso de Yoongi y una divertida por parte de Hoseok. No podía negar la observación de Hoseok, debía aceptar que Jimin era un hombre agraciado. Casi siempre usaba pantalones negros de vestir, una camisa de vestir manga larga, una corbata y su bata blanca, se veía hermoso con ese conjunto, nadie podía negar que el hombre era un ángel caído del cielo.
— Bien, —se resignó cruzado de brazo— Sí lo es.
— Ves, Hoseok siempre tiene la razón —dijo su amigo orgulloso de si mismo.
— No te hagas el sabiondo.
— No lo hago, en todo caso ese eres tu, lo que sucede es que nunca quisiste hacer más para explotar tus capacidades —era cierto, pero el siempre había sido una persona simple y con una vida sencilla. Ser un gran empresario o cosas parecidas nunca habían sido de su atracción.
— Sabes bien que esa nunca fue mi meta.
— Lo sé, ¿y sabes qué? —Yoongi lo miro y asintió para que prosiguiera— tu pasado no define quien eres ahora, eres un buen maestro Yoon y es encomiable que renunciaras a ciertas cosas por tu familia.
— Gracias pequeño sol —le agradeció por su ánimo— si toda la gente pensara como tu este sería un mundo perfecto.
— Pero no lo es, aun así siempre podrás contar con todos Yoon, y al parecer el señor "buen trasero" tiene buenos gustos.
— ¿Buenos gustos?
— Obviamente, si se fijo en ti quiere decir que tiene muy buenos gustos.
Yoongi rió en su interior, nunca nadie se había fijado él, ¿por qué alguien tendría que hacerlo a estas alturas de su vida. El no era exactamente el modelo a seguir de todas las personas, casi siempre sonreía por los demás y se comportaba como un bad boy con quien se lo merecía, pero esa sólo era la fachada construida por el verdadero y roto Min Yoongi.
— Si tu lo dices.
— Claro que lo digo, Min Yoongi es genial, aunque no más que mi Tae tae.
— Lo dices solo porque es tu novio, y ambos sabemos que Taehyung tiene una personalidad fuera de este mundo.
— ¡Dejame! —Se quejó poniendo una mano en su pecho— es mi bebé y así lo quiero.
Yoongi puso los ojos en blanco y luego ambos se carcajearon como buenos amigos y, luego de calmar sus risas, se retiraron. Yoongi sería dado de alta pronto y Hoseok estaría ahí para acompañarlo a casa mientras que yoongi estaría listo y atentó para el esperar el viernes.
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El reloj marcaba las seis menos cuarto. Jimin había llamado un día antes para confirmar su salida, ¿Cómo había conseguido su número telefónico? No lo sabía, pero él hombre parecía siempre estar preparado para todo, cosa contraria de él que era un total despistado que dejaba todo para ultima hora.
Estaba nervioso, ese era un hecho. Se había visto mas de diez veces en el espejo, había obligado a Hoseok a planchar sus pantalones dos veces y no dejaba de jugar con sus nudillos, quería ser totalmente prefecto. Aunque siendo sinceros y tratándose de él, seguramente haría algo para arruinar el momento, pero su meta era no arruinarlo y hacer que la velada de Jimin también fuera lo suficientemente amena como para disfrutarse.
El timbre sonó y algo en su espina dorsal lo hizo estremecerse. Tomó las muestras y las colocó bajo sus brazos, con prontitud se acercó a la mirilla y observó la cabellera rubia a través de esta. Suspiro pesadamente, acomodo su camisa y abrió la puerta con calma. Jimin le regalo una de sus sonrisas, esa maldita sonrisa que lo volvía loco.
— Buenas noches, Yoon —saludó.
— Buenas noches, Doctor Park.
— Llámame Jimin, deja lo de Doctor para el hospital.
— Oh, lo siento —se disculpo— esta bien, Jimin...
— Bueno, ¿estas listo? —preguntó a lo cual Yoongi asintió en respuesta.
Ambos se montaron en el coche de Jimin. Pasados unos cuantos minutos este mismo le ayudó a entrar con las muletas a un pequeño restaurante alejado de la ciudad. El restaurante tenía un aire campestre bastante hermoso y parecía un lugar bastante ameno para charlar, pasar el rato y relajarse un poco.
Al entrar Jimin saludo a la dueña del lugar con un abrazo, al parecer la conocía desde hace bastante tiempo.
— Hace mucho que no te veía pequeño Jimin —Exclamó con alegría— Y veo que has traído compañía el día de hoy.
— Tienes razón Sunhee, él es Yoongi.
La mujer parecía ser bastante cálida, tenía un delantal de color rosado y sonreía de oreja a oreja. Se acercó a él y lo abrazó con cuidado al darse cuenta de su pierna aun un poco lastimada.
— Esta noche quiero tu mejor mesa Sunhee.
— Para ti siempre será lo mejor Jimin.
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