05

Mi lord

Bienvenidos queridos míos a la era mas sangrienta de la historia. La edad media, era de reyes, caballeros y princesas. Bueno, podríamos hablar de príncipes y princesas, amores prohibidos, vidas difíciles y bla bla bla, pero al final eso sería caer en la monotonía y en lo mismo de siempre. Mas bien, hoy hablaremos de un rey y un caballero de brillante armadura.

Min Yoongi, el joven rey de Daegu, un hombre excepcionalmente inteligente, dadivoso y diabólicamente hermoso, pero con una vida literalmente solitaria. Nunca se había casado y mucho menos había tenido novias, era difícil admitir que el rey del país simplemente no se interesaba en ninguna doncella que fuese presentada ante él. ¿candidatas? No faltaban a decir verdad, pero las preferencias del rey eran un tanto diferentes de las aceptadas por la sociedad aristócrata de ese tiempo.

Su rutina era la de siempre, levantarse, ser atendido como siempre, atender los asuntos del reino, tal vez leer un libro, tomar sus comidas y volver a dormir, todo verdaderamente monótono y aburrido. Pero desde hace unos meses la emoción había vuelto a llegar a su vida cuando él apareció. Al principio ese castaño de bella sonrisa solo había llegado a su vida para proporcionarle seguridad, pero prontamente esa seguridad se convirtió en deseo y el deseo se convirtió en mariposas en su estómago, se estaba enamorado del caballero que cuidaba su espalda, y grande fue su sorpresa al saber que sus sentimientos también eran correspondidos en secreto.

Jimin, por el contrario de Yoongi, era un caballero de hermosos sentimientos, con un alto sentido del deber y dispuesto a morir por servir a su señor. Pero, seamos sinceros, Jimin quería mas que solo proteger y servir, también quería amar y ser la luz de su señor el rey. Pero, él solo era un simple caballero, su familia siempre había sido pobre, Yoongi seguramente estaría acostumbrado a la vida fácil que la aristocracia aventajaba, y eso lo hacia dudar de si Yoongi en realidad estaría dispuesto a dejar su puesto como rey y vivir una vida humilde y trabajadora.

Ambos eran exactamente lo contrario de lo que la sociedad de aquella época hubiera aceptado, quizá las personas lo llamarían una total aberración, un hombre amando a otro hombre, eso solo merecía la hoguera en aquel tiempo de cruel tortura. Pero al final, ¿Qué más da? Ellos se amaban y eso bastaba, aunque lo hicieran en secreto el amor se sentía en el aire tal como un perfume de olor penetrante deja su Francia en cada parte en donde es colocado.

Aquel día era precioso, era una de esas tardes en que Yoongi se sentaba en la biblioteca y leía mientras Jimin se quedaba en la puerta, observando con gran atención cada uno dr sus movimientos, cada vez que cambiaba de pagina, cuando sonreía involuntariamente, cuando maldecía por lo bajo, incluso cuando su expresión se ponía seria o fruncía el seño en desacuerdo. Entonces Yoongi levantaba la mirada y sus ojos se encontraban y sonreían sin poder evitarlo.

Yoongi cerró el libro entre sus manos. Sé puso de pie y caminó hacia una de las libreras para colocar el libro en su lugar. Sé dió la vuelta y sus miradas chocaron nuevamente.

— ¿Le gusta la lectura, señor Park? —Preguntó con una sonrisa en el rostro.

— Siendo sincero, no es una de mis cosas favoritas mi Lord.

— Ya veo —dijo y se movió a una sección diferente de la biblioteca— ¿Qué hay de la poesía? ¿Le gusta? —volvió a preguntar.

— ¿La poesía? Creo que el único que recuerdo es a Shakespear. Y lo recuerdo vagamente.

— Me resulta impresionante su falta de interés por la lectura y mucho más que no sepas casi nada de literatura, mi querido Jimin.

— Lamento decepcionarte, mi Lord. Pero creo que mas allá de mi intelecto, lo mío en realidad es la fuerza bruta —admitió.

— Me parece excelente, y no eres una decepción. Es más, dedicaré un poco de mi tiempo a enseñarte algunos de mis poemas favoritos.

Con una sonrisa se paseó entre los estantes y se acercó a una mesa que se encontraba cerca de la ventana. Abrió uno de los cajones y rebuscó entré los papeles dentro del mismo. Luego de un rato sacó un par de papeles y los dejó sobre la mesa— Toma asiento, Jimin —le dijo con una mano extendida hacía uno de los sofás que habían en la habitación.

— Estoy en servicio, mi Lord —respondió, Yoongi frunció el ceño molesto por sus palabras.

— Sé que estas en servicio, Jimin, pero aún así yo te estoy ordenando que tomes asiento en el sofá, ¿acaso harás caso omiso a una de mis órdenes? ¿A las palabras de tu rey?

— No, mi Lord. Disculpe mi imprudencia —se disculpó.

El chico de cabello castaño se sentó en el sofá acatando la orden de su señor. Seguidamente, Yoongi tomó uno de los papeles entre sus manos y se sentó frente a él.

— El soneto número uno de Garcilaso de la Vega, es uno de mis favoritos. Escucha con atención —Le pidió con una sonrisa y Jimin lo miró con intriga.

"Cuando me paro a contemplar mi 'stado y a ver los pasos por do m'ha n traído, hallo, según por do anduve perdido, que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino 'stó olvidado, a tanto mal no sé por do he venido; sé que me acabo, y más he y o sentido ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte a quien sabrá perderme y acabarme si quisiere, y aún sabrá querello; que pues mi voluntad puede matarme, la suya, que no es tanto de mi parte, pudiendo, ¿qué hará sino hacello?"

Recitó las palabras suavemente y con delicadeza. La forma en que leía poesía era magnífica, y eso solo hacía que Jimin cayera aún más enamorado de ese hombre frente a él. Sus labios se movían con gracia, como si estuvieran en una danza junto con la melodía de sus palabras y la métrica con la que recitaba el poema, él hombre era hermoso, quería hacerlo suyo para siempre, un pensamiento, un simple pensamiento que quizá nunca podría expresar con certeza.

— Hermosas palabras, debo decir —una sonrisa brotó de sus labios y continuó— Supongo que una obra de arte como esa debe tener un significado sumamente profundo, ¿no es así, mi Lord?

— Precisamente, este soneto hace referencia a la observación de nuestro pasado —Y vaya pasado, a pesar de vivir entre lujos y una vida aparentemente fácil, la vida ultraconservadora no era la mas agradable, no es agradable que te digan cómo vestir, como comer, con quien codearse, como caminar e incluso de quien enamorarse. No es que se pusiera feliz de que su padre hubiese muerto hace un tiempo atrás, pero trató de verlo como un descanso para ambos. Un descanso de la enfermedad para su padre y un descanso para él mismo, deja de ver la decepción en sus ojos fue su mayor alivio.

— A veces es mejor no mirar al pasado —dijo Jimin— en ocasiones es demasiado doloroso —ciertamente los dos extremos eran dolorosos, vivir en la pobreza y ver a tus seres amados morir de hambre por la avaricia de la clase alta era algo detestable. A duras penas había logrado sobrevivir con un poco de suerte y trabajo arduo de su parte, la historia fue diferente para su familia, ahora él estaba dolo, desde hace mucho su corazón ya no se aceleraba, estaba frío como la mismísima tundra, pero cuando conoció al pequeño rey Yoongi la calidez regresó a su corazón y quiso tener al pequeño azabache solo para él.

— No se trata solamente de mirar al pasado, aunque he de concordar contigo en que en ocasiones suele ser demasiado doloroso —admitió— Pero mas allá de nuestro pasado dolido, a veces es necesario echar la vista hacia atrás y valorar las cosas que hemos logrado con nuestros propios altos y bajos. Aunque a parte del pasado, Garcilaso también hace referencia a un amor no correspondido.

— Es una forma muy interesante de ver el pasado, mi Lord —dijo y se levantó para caminar por la habitación— Tal vez mentí un poco sobre mi afición hacia la poesía. No es que sea un maniático de la lectura, pero aprecio la buena prosa cuando la veo. ¿Me dejaría recitar algo para usted, mi Lord? —preguntó.

Asintió con una sonrisa: — Adelante, me encantaría escucharte, Jimin.

— Creo que voy a contraatacar con el soneto 26, siempre de Garcilaso de la Vega.

Sonrió hacia su rey, volvió a su asiento y dejando su espada a un lado comenzó a recitar en voz alta:

Boscán, vengado estáis, con mengua mía, de mi rigor pasado y mi aspereza con que reprehenderos la terneza de vuestro blando corazón solía.

Agora me castigo cada día de tal salvatiquez y tal torpeza: mas es a tiempo que de mi bajeza correrme y castigarme bien podría.

Sabed que en mi perfecta edad y armado, con mis ojos abiertos me he rendido al niño que sabéis, ciego y desnudo.

De tan hermoso fuego consumido nunca fue corazón: si preguntado soy lo demás, en lo demás soy mudo.

Yoongi aplaudió a su recitación Clara y lírica del soneto de De La Vega: — Magnífico —aplaudió de nuevo— es una de las mejores recitaciones que he escuchado en mi vida, mi querido Jimin.

— Muchas gracias, mi Lord —agradeció— es uno de mis favoritos, lo escuché mientras estábamos en una misión de su majestad el rey, en paz descanse.

— Entiendo, —suspiró— supongo que al igual que el anterior este también debe tener alguna especie de significado, ¿no es así, Jimin?

— Lo tiene, mi Lord —dijo acomodándose en el sofá—  Este poema es un reproche del autor hacia un amigo.

— ¿Un reproche?

— Precisamente, en esencia le reprocha que deje a un lado sus miedos, que se entregue a la pasión y el amor, y al mismo tiempo que no deje escapar a la persona amada.

Yoongi se quedo helado, quizá estupefacto sería la palabra correcta. Él lo amaba, pero aunque creía saber de los sentimientos de Jimin hacia él, ¿realmente lo quería? ¿realmente quería dejar sus miedos del lado y acompañarlo aunque fuera lejos de todo, alejados de todo y totalmente fuera de la monarquía? Parecía algo realmente irreal y estúpido si lo pensabas bien, cualquiera podría pensar que quizá Jimin también quería disfrutar de los beneficios de la clase alta, cosa que será imposible en tales circunstancias.

— Supongo que ambos tenemos algo que decir, ¿no? —Le preguntó con la cabeza en alto. Se miraron por un par de de segundos y luego dijeron al unísono: — Tu primero.

— Empiece usted, mi Lord.

— Debo insistir en que hables primero, estoy seguro que tienes algo muy bueno que decir y no puedo esperar para escucharlo.

Lo dudo por un momento, había pensado mil y una vez en cómo seria ese momento, pero ahora que estaba pasando se sentía inseguro de sí mismo. ¿Qué tal si sólo estaba malinterpretando las palabras de Yoongi? ¿Y si él no quería apartarse de la monarquía solo para pasar sus días con un simple hombre con muy poco en sentido material? No lo sabía, pero ya no había vuelta atrás, era momento de que Yoongi supiera la verdad independientemente del resultado que obtuviera.

— Mis palabras, el poema, su significado. Todo eso va mas allá de simple prosa y lírica, son mis sentimientos, los sentimientos que me cuesta expresar con palabras y que es probable que nunca llegue a expresar con propiedad. Pero parte de lo que dije, era sobre dejar los miedos del lado para dejarse llevar por la pasión y los sentimientos de amor que hay en el corazón, y yo estoy haciendo los míos del lado para decirte que te amo. No sé exactamente cómo sucedió, tampoco puedo explicarlo con certeza y entenderé si vas a rechazarme pero, ¿te gustaría crear una vida juntos en el futuro?

Algo en Yoongi floreció, tal vez flores, quizá mariposas, pero algo revoloteaba en su interior. Había esperado tanto para escuchar esas palabras y al fin las estaba escuchando. Jimin realmente lo amaba, lo quería para formar una vida con él, eso era lo único que necesitaba para renunciar a todo lo que conocía y salir a conocer el mundo junto a Jimin.

— Por un momento pensé que mi idea sería en vano, pero veo que mis esfuerzos han valido la pena. No importa si debemos huir juntos esta noche, iré contigo hasta el fin del mundo, a la orca o al madero si es necesario. Te he amado y lo he callado demasiado tiempo para continuar guardandolo en secreto, te amo Jimin, ya no puedo ocultarlo más.

Jimin se levantó y tomó sus manos: —Escapemos juntos esta noche, Yoongi, se mío esta noche y dejame ser tu caballero.

Y fue la primera vez que no lo llamó mi Lord, y se sintió tan bien que lo estrechó entre sus brazos luego de murmurar un "si quiero" sellaron todo con un beso, un beso dulce que arremolinó sus corazones y estómagos. Su vida no sería fácil, tendrían que empezar de nuevo en donde nadie los conociera, pero siempre que estuvieran juntos todo estaría bien porque el amor es tan fuerte como la muerte y la cuerda mas difícil de romper.

"El florecer del amor es como una rosa llena de espinas pero que encierra el dolor de un amor verdadero"

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