Atención.

Fandom; Osomatsu-san.
Pareja; ChoroIchi|IchiChoro.
Género; Bl|Yaoi|Chico x Chico.
Pg-13 (?
Advertencia: ⚠ Leve contenido homofóbico y temas incestuosos entre personajes ficticios ⚠

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Se sentía enfermo y desesperado.

No se podía perdonar a si mismo; su estómago ya había sacado todo su contenido y su cabeza punzaba como nunca antes.

¿La causa? Un enfermizo enamoramiento con un hombre. Si el hecho de que el otro fuera un hombre no le asqueaba por su cuenta, que fueran hermanos lo asqueaba aún más.

El "amor" entre hombres ya era anti-natural, asqueroso y sodomita. Daba asco sin bonus o disfrazar esa obvia lujuría o etapa de crecimiento. Nadie era así de manera natural. Por que eso esta mal... Y entonces llegó él.

Con un asco de personalidad, enamorado de un hombre  que es su hermano menor. Ni siquiera comprendía qué Demonios le veía al chico huraño, era grosero, era depresivo, casi nunca hablaba más que para decir alguna babosada emo y sus hermosos labios rosas brillaban a la luz del Sol, y su encantadora silueta con algunas llantitas o vellitos plebeyos, el amor que se desbordaba por sus ojos al cuidar a los animales, su elegancia felina cuando- ¡No! ¡Mal! ¡Está mal! Se repetía de nuevo en u cabeza, recordando por qué el NO amaba a su hermanito de esa manera.

¿El colmo? Esto:

No tenía su atención.

Rara vez hablaba con él, tenían una relación casi nula desde preparatoria, cuando Karamatsu 'Se volvió hipócrita' e Ichimatsu huyó herido, volviéndose un monitor mientras que Los dos mayores se volvían unos matones y los más jóvenes eran alumnos promedio...

Ahí llegó a conocer más a Ichimatsu. Le fue raro, ¿Sabes? Llevarse con él, poder hablarle diario y quejarse de sus hermanos con calma, incluso fueron una que otra vez a ver el puesto que recién estaba construyendo Chibita en su tiempo libre.

Ichimatsu le hablaba con ansias de sus sueños de estudiar veterinaria y curar a todos los animales del mundo -haciendo énfasis en los gatos-. Pero, como la basura necesitada que era, Choromatsu lo arruinó. Esa noche que tuvieron su primera borrachera y su hermano se veía increíblemente sumiso y lo besó...

Fue incómodo recordarlo, pues fue un beso demasiado húmedo. Una lengua frotandose contra otra como perro en celo, sus manos tomando de manera posesiva a Ichimatsu por su cintura, apagando sus cuerpos y sintiendo el calor de su hermano. Sintiéndose satisfecho con la atención que recibía, aún si el chico de cabello alborotado no reaccionaba.

Se separó cuando no aguantaba más la Falta de aire, observando con admiración los ojos llorosos y las mejillas sonrojadas del chico.

El chico empezó a llorar con fuerza ante eso, chillando el nombre de la chica que le gustaba "¡Osoko! ¡Osoko! ¡Mi primer beso era para Osoko!". El Matsuno verde se sintió despedazado.

Al día siguiente, Ichimatsu no recordaba nada, y él sentía como su corazón sangraba.

Él fue quien se alejó. Sería estúpido reclamar la atención maldita que el mismo tiró.

También recordaba cómo Ichi le preguntó con lágrimas en los ojos por qué ya no le hablaba, poco antes de "ir" a la universidad.

"Prometo que conviviremos más. Sólo estoy ocupado estudiando".

Ambos sabían que era un adiós piadoso, pues ya no estudiaba y ahora estaba ocupado con sus idols. Sumergiéndose en canciones alegres y mujeres lindas.

Era agradable convivir con Ichimatsu, aún le agradaba, pero ya no había pláticas cariñosas, ni abrazos ni se preocupaban tanto como antes el uno por el otro. Extrañaba la preparatoria, mucho y quizás demasiado, pero por una causa que no le enorgullecía.

Se odiaba a sí mismo por sus sucios sentimientos y sus mentiras, prefería alimentar el ego de Osomatsu o arriesgarse a burlas diciendo que amó la época de secundaria antes de admitir que fue la preparatoria. Cada vez que el tema salía a flote se daba cuenta de que Ichimatsu bajaba la cabeza y la melancolía bañaba sus ojos.

Era un sucio. Y ni el trabajo, ni las ídolos que tenía le quitaban esa sensación.

A veces intentaba iniciar una conversación con el de ojos morados, solía ser ignorado, el contrario era cortante o con un poco de suerte estaba de acuerdo con él.

No más. No importaba que más hiciera no recibía la atención de su hermano, ni siquiera cuando se fue de casa recibió la despedida que quería, o cuando volvió el saludo y abrazo que según él merecía.

Sentía asco hacia si mismo por desear tanto de su hermanito, durmiendo casi al otro lado del futon para no ser impregnado por su esencia y tener sueños sucios y pecadores con su hermano, no precisamente por la lujuria sino por el soñar que caminaban juntos tomados de la mano, disfrutando la presencia del otro, o que no eran hermanos.

Pecado.

A veces pensaba en hablarle de la nada, acercarse a él, darle un beso y actuar como una pareja normal. No le molestaría recibir atención en esos instantes si Ichimatsu no lo alejaba con un manotazo o dejando medio merengue para él antes de anunciar que se iría.

La necesidad de atención lo desesperaba, su ego se inflama cada vez que lo recibía y aún más cuando algún hermano suyo era negado de esta.

Y por eso se odiaba más, por que Jyushimatsu era el portador de esa suerte, y aún así le ayudaba a peinarse todas las mañanas con un falso cariño, solo permitiendo que un pelo se asomara por su cabeza, al hacerlo no le importaba si le jalaba el pelo o era muy tosco, pero al quinto no le molestaba.

Respiró con dificultad para huir de casa. No planeaba volver, ese día había robado demasiado.

"—Ichimatsu, ¿Aún tienes los datos de el café con gatos que te di? —No era eso lo que quería preguntar.

—Si, lo siento, los perdí. Fui a la propuesta pero como era de esperarse me rechazaron. Después de todo soy basura incombusti–

La próxima vez lo lograrás —Lo interrumpí.

Gracias Nii-san".

¿Aún recuerdas cuándo nos llevábamos bien en preparatoria? Por que me gustabas mucho. Me gustas mucho. Te "amo".

Fin de la conversación.

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