El ave de la biblioteca

Notas: Ningún personaje me pertenece, son obra de Hato Moa.

Hago estos drabbles por el concurso TrueLove de FickersGang.

Advertencia: Pareja heterosexual.

El ave de la biblioteca

Silencio.

Eso era lo que abundaba en la biblioteca, no por nada era el lugar ideal para cualquier tipo de tranquila lectura.

No habían gritos ni cuchicheos, ningún sonido capaz de perturbar el ambiente. El lugar ideal para tomarse un aire apacible y tal vez hojear alguno que otro ejemplar que descansara sobre algún estante.

A los ojos de la humana, la biblioteca realmente no podría ofrecer algo más. No existía un escenario más alejado de las aventuras inusuales que solía vivir que ese; sirviendo como un templo de serenidad cuando su burbujeante espíritu lo necesitase. Siempre fue así y no esperaba que ahora que logró ingresar a St. Pigeon eso fuese a cambiar, las bibliotecas no podrían cambiar sin importar el tipo de institución a la que perteneciesen ¿O sí?

Nadie parece haber llegado aún. Pensó, dirigiendo una aburrida mirada a su alrededor.

Todo lucía tan normal y tranquilo, pero... Estaba tan equivocada.

_¿Uh?

Aquel primer día en particular dentro de tan prestigiosa Institución había resultado tan desabrido que realmente ya no esperaba mucho para lo cual sorprenderse; mucho menos en la biblioteca; hasta que sus ojos finalmente se posaron en una inesperada presencia, bien al fondo de los estantes de libros.

Totalmente en silencio y muy enfocado en un pequeño libro cuya portada no pudo reconocer, una joven tórtola se encontraba acomodada en una de las mesas más alejadas de todas. El sol de la tarde sobrecogía su apariencia, dándole un aspecto casi místico como las de los protagonistas trágicos de alguna novela visual de citas, a la vez que inspiraba un aire en particular que le costaba distinguir.

De hecho, ni lo había notado hasta ahora que volvía a recorrer visualmente el lugar.

¿Qué rayos? ¿Desde cuando sus instintos de cazadora le fallaban de aquel modo?

¡¿Q-qué?! ¿Estaba aquí antes?

Hiyoko mentiría si dijera que tanto la presencia ajena como su increíble capacidad de borrar su presencia no le sorprendía. Aquella especie de ave no era muy común en Japón, así como tampoco se explicaba cómo no le vio antes.

Suspiró, puede que solo fuera efecto del cansancio del primer día de clases... ¡Sí, seguro era eso!

Pero en fin, tampoco iba a pensarlo demasiado; en lugar de ello sería mejor acercarse y saludar ¿No?

Parece muy concentrado en su libro, pero... ¡Mi espíritu burbujeante me dicta ir a decir 'hola'!

De verdad Tohsaka Hiyoko no sospechaba ni remotamente que a partir de un simple saludo como aquel, su vida y corazón se envolverían en la aventura más hermosa de todas.

_...¿Y cómo te llamas?

_Nageki... Fujishiro Nageki.

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