—¿Es enserio? ¡Ah, Jimin!

Taehyung sólo... sólo no puede creerlo.

Frente a él, Jimin luce igual de precioso que siempre. Sus rulitos rubios caen por su bello y expresivo rostro, sus mejillas están igual de coloradas que toda la vida y su aroma dulce es todo lo bueno del maldito mundo.

Ese día en particular, su atuendo consiste de unos jeans negros rasgados y ajustados, zapatillas deportivas blancas y un gran abrigo del mismo color que extrañamente —y dirá que es así, porque jode aceptar la realidad— se parece a uno que cierto alfa ha usado en un par de ocasiones.

Pero lo que distingue al precioso omega, son aquellos dos stickers con el rostro de Jungkook, que adorna una de sus clavículas y su mejilla derecha.

—¿De donde sacaste eso?

Jimin sonríe, él sólo esta siendo muy travieso.

—Eso es secreto.

—Claramente. Ojalá tu amor por Jeon fuese así —Taehyung muerde su labio, ignorando el hecho de que sonó como un estúpido.

—Yo no...

Pero entonces, justo cuando Jimin está a punto de hablar sobre el tema, Jeon Jungkook aparece detrás suyo y le abraza por la espalda, depositando besitos en su mejilla y haciendo que el aroma de Jimin se dispare de total felicidad.

Ah, vaya jodida mierda.

Taehyung realiza un ademán con la cabeza y decide que ya tiene suficiente con los nuevos stickers favoritos de Jimin, como para soportar su miel.

—¿Esos son stickers de mi cara?

Rodando los ojos, Taehyung da media vuelta y no sin antes susurrar; espero que tengas unos de mi cara, soy tu mejor amigo.

—¡Si tengo! ¡También tengo unos del solecito!

—¿Quien? —Jungkook ríe ante lo tierno que Jimin luce.

—Hoseok hyung.

—¿Solecito?

Jungkook solo espera que Hoseok no se entere de su nuevo apodo.