El amor es un sentimiento puro e inocente.

El amor es como un árbol, que si se planta y cuida con cariño, pero sobretodo con mucha paciencia, dará frutos tan dulces que embriagaran todos tus sentidos.

El amor es como un pastel, es dulce y delicioso, incluso puede ser adictivo y curioso. Pero esto solo pasará si lo sabes preparar, solo tú tendrás la decisión de decorarlo y pulir sus detalles, en otras palabras; seguir a tu corazón en la decisión de una vida.

El amor también puede ser amargo como el más caliente e insípido café mañanero de todos los días, las dolencias pueden dominar la vida y hacernos olvidar la verdadera felicidad.

Solo tuya será la elección de acabar de hornear aquel delicioso pastel de canela, si escoges ese camino, y solo si en verdad lo tomas; sabrás que jamás te arrepentirás de hacerlo, disfrutarás de su adictivo aroma a canela, su sabor azucarado con toques de miel, sus deliciosas pasas y su embriagante crema que hará que sus sentidos se paralicen y tu paladar añore por más, una sensación única en el mundo.

Tan bello como la luna, tan dulce como el amor y tan frágil como las esmeraldas que lleva por ventanas.

Nunca dejes de sonreír y de pelear, por amor y pasión llegarás más lejos de lo que puedes creer.

Para él serás una señal de paz.

Una señal de vida y felicidad.