Cap. 3 - Dudas Sobre las Sombras

Vagar por la noche no era buena idea, y cuando se alejaron lo más posible de la taverna, decidieron montar un pequeño campamento a la luz de una fogata. Un momento para pensar que hacer con claridad antes de dar el siguiente paso. 

Sven revisó sus cosas, y si bien su equipo era bastante precario, era lo mejor que podría conseguir hasta el momento. Irónicamente, miraba como ese creed tenía un objeto que todo lo que tenía en su inventario. Pero si estuvo meces cazando criaturas del bosque, no era para nada difícil de creer. 

El caballero de azul se vió tentado en consumir su posión de salud. No es que la necesitara, pero podría olvidarse de ingerir alimentos por unos cuantos días... Sin embargo, el sabor de la carne cocida al fuego lento o la maravillosa senzación que las especies de una buena sopa dejaban sobre sus papilas era algo que no quería volver a olvidar.

Ya adentraba la noche, el caballero azul descanzaba mientras el creep hacía la primera guardia. Era una noche tranquila, sin mucho que destacar más que la hermosa luz de luna y el cielo interminable de estrellas. Un momento de tranquilidad, donde el creep pudo recostarse y pensar en el porvenir. Sin embargo, algo de repente llamó la atención de sus sentidos. 

El creep alzó el torso, y esa sensación de incomodidad le parecía abrumadora. Como si algo lo estuviese mirando desde la oscuridad de la noche. El fuego apenas iluminaba unos metros a la redonda. Después de eso, solo había un abismo de oscuridad infinito. 

Creep: - Sven... Levanta. - Susurró, pero no fue escuchado. - Sven... 

Sven: - ¿Qué...? ¿Qué ocurre? ¿Ya es hora...? - Dijo aún medio dormido. 

Creep: - No... Hay algo allí. -

El caballero se azul no lo pensó dos veces. Tan pronto sus sentidos apenas recobraron la estabilidad, estiró su mano, tomo su gran espada y se puso en guardia. Las espaldas del guerrero y el creep ahora eran confidentes cercanos, y no tendría puntos ciegos en su defenza. Sin embargo, pasado unos segundos, nada parecía moverse.

Sven: - ¿Qué pasó? -

Creep: - No lo se... Algo... Algo llamó mi atención. -

Sven: - ¿Sabes que fue? -

Creep: - No... No pude ver nada. -

Sven: - Mmm... ¿Crees que se halla ido? -

Creep: - No... No lo se. No puedo escuchar nada. -

Sven: - Seguro fue un animal sal... -

Creep: - ¡CUIDADO! -

El grito de creep interrumpió al guerrero, cuando un extraño sonido captó la atención de sus agudos oidos de cazador. No sabía lo que era, pero sabía que era peligroso, y se acercaba demasiado rápido. El creep embistió al guerrero de azul y lo lanzó contra el suelo, mientras una sombra pasaba por encima, justo donde antes estaban sus cabezas. 

Un fuerte ruido sacudió el silencio del bosque, ya ambos alzaron la mirada, solo para ver con asombro una extraña arma encrustrada sobre el tronco de un frondoso árbol. Un tipo de shuriken giratorio, lanzado por un cazador oculto entre las sombras. 

Creep: - ¡Mierda! ¿¡Qué ha sido eso!? -

Sven: - ¡Mantente abajo! Esto no es bueno. -

Creep: - No puedo ver nada. -

Sven: - No necesitarás hacerlo. -

El creep no entendió a la que se refería, pero el peligro era evidente. Sven actuaba errático, mirándo hacia todos lados, pero sin enfocarse en ningún punto en específico. El creep se mantenía sobre el suelo, temeroso y tan ciego como el guerrero. Entonces... una voz habló desde la penumbra. 

??????: - Valla, valla. Jamás pensé que alguien sería capaz de ver venir eso. Eres más interesante de lo que creía. 

Sven: - Déjate de estupideces. Se quien eres, y no mostraré piedad contigo. -

?????: - Te crees muy confiado, eh Sven. - Dijo tras una burla. - Si, yo también se quien eres. No deberías sorprenderte. -

Sven: - ¿Qué haces aquí? No tenemos nada que te interese. -

?????: - Bueno... Puede que si halla algo. -

Esto no era bueno. Sven pronto se entendió el motivo de tal ataque. Sabía quien era, y sabía que lo motivaba, y esa espada que ahora el creep portaba sobre su cintura era la pista ideal. Sven apretó los dientes, y su agarre sobre su arma se hizo más férreo. Este era un oponente temible, y él era consiente de eso. 

De pronto, la espalda del caballero recibió una sacudida, mientras un envolvente sonido metálico estalló a la par que una chispas. Algo lo había golpeado por la espalda, algo de metal. Pero el creep no veía nada. 

Sven se estremeció ante el impacto, pero su armadura resistió el ataque. Agarró su colosal espada y la blandió, haciendo un poderoso giro que estremeció el aire a su alrededor, sin embargo, su gruñido colérico dió a entender que no había conectado con su objetivo. 

El creep no sabía que hacer. Sven se mantenía de pie sobre él, haciendo un inntento forzado por defenderlo. Defenderlo de un enemigo que no era capaz de ver. Uno que golpeaba la pesada armadura azul sin descanzo. ¿Cómo? ¿Cúando? En creep no sabía que estaba pasando, y eso era lo que más lo aterraba. Un enemigo invisible caía sobre ellos sin piedad, y ya el caballero no se mantenía en su mejor forma. 

Numerosos fueron los ataques que Sven recivió, y su espada giró en repetidas ocasiones en vano. Quien quiera que fuese su oponente, estaba claro que tenía control total sobre este combate. Un rugido escapó de la boca del caballero, de forma inexplicable, su cuerpo se tonró más duro, como si su propia armadura se incrementase por unos intantes, en los cuales los ataques invisibles parecía hacerle menos daños... Pero fue solo un efecto temporal. 

Sven se veía canzado, y las marcas sobre su armadura ean cada vez más notorias. Su enemigo no era poderoso, pero lo compensaba con velocidad y su inexistente presencia. Era como luchar contra un fantasma, uno que acecha a sus víctimas y las desangra hasta la muerte. 

El creep demoró demasiado tiempo para calmar su mente asustada, buscando una forma de salir de esa situación mientras el caballero azul hacía lo imposible por defenderlos a ambos. Podía escuchar los pasos de su oponente, pero con el ruido de los metales rechinando y la pesada respiración de Sven era muy dificil localizar su origen. Tenía que ver algo más... Algo que no había notado antes. Y lo había. 

La atención del creep se posó sobre una sombra repentina. La luz que irradiaba el fuego a sus espalda iluminaba los árboles cercanos, y una sombra ocasional se deslizaba entre ellos. Un reflejo. Uno que parecía coincidir ocasionalmente con los ataques que el propio Sven recibía. No había duda alguna. Ese era la pista que necesitaba. 

Desesperado, el creep prestó sumo detalle a su alrededor. Sven hiperventilaba, y ya algunas heridas había comenzado a mostrarse por los fragmentos de aramdura rota. Este era un oponente que no podía derrotar. Al menos no en un combate en solitario. Pero no estaba solo. 

Creep: - ¡CUIDADO! -

El grito de su camarada lo alertó, y al darse media vuelta vió la oportunidad que tanto estaba esperando. Bajo sus pies, el creep había desemrañado el truco de su oponente, y sus ojos se abrieron como platos cuando vió una pequeña cortina de tierra y suciedad alzarse del suelo, lanzada por la propia mano del su compañero. 

No parecía ser la gran cosa, pero pronto una silueta difusa se mostró entre los restos de suciedad. Lo tenía. 

El espadón de Sven giró con violencia, en un tajo casi vertical al tener que girarse en su totalidad. Su filo se encajó con fuerza sobre el suelo con una furia debastadora, y pronto, un constante rastro de sangre se esparció sobre la tierra e hiervas.  Estaba hecho. 

Una silueta salió volando, y su truco de invisibilidad desapareció ante sus ojos. El asechante había perdido su anonimato, y ahora respiraba con violencia ante el impacto, y al constante pérdida de sangre que le producía el haber perdido la totalidad de su brazo derecho a la altura del biscep. La espada de Sven no mostró piedad alguna, y el hecho que siguiera vivo era todo un milagro. 

Sven: - Suficiente... Bounty Hunter. -

Bounty: - Je je... Eso me tomó por sorpresa. - Dijo para luego quejarse del constante dolor. 

Sven: - Bastardo... Nos seguiste hasta aquí... Todo por una espada. -

Bounty: - Hay... Hay mucho que ignoras... Sven... Corres más peligro del que realmente crees... Yo no seré el último.... Eso puedo asegurarlo. -

Sven: - ¿Qué.... Qué diablos significa eso? -

Bouty: - Lo siento... Pero no hablo de mis clientes... -

Sven: - Maldito bastardo... Voy a... -

A pesar de su debilidad, Sven juntó todas sus fuerzas para llegar al asechante lo antes posible, pero su pesado andar no fue rival para la voluntad de Bounty Hunter. Antes que el caballero pudiese acercarse demasiado, el rastrero metió su única mano en una de sus bolsas, y un objeto de formá silíndric afue lanzado hacia donde Sven estaba. 

En un intento por cubirse, el objeto de crista estalló violentamente, y una espesa cortina de humo inundó el lugar, y su composición inestable causó que hasta el fuego se sacudiese ante su presencia. Para cuando volvieron la vista al frente, Bounty Hunter ya había desaparecido.

Sven trató de alcanzarlo. Sobre el suelo aún estaba el reastro de sangre. Si se apuraban lo suficiente podrían alcanzarlo. O eso pensó, pero su propio cuerpo se desplomó ante la fatiga y el dolor. 

Creep: - ¡Sven! - Le gritó mientras se acercaba con prisa. - ¡Oye! ¿¡Estás bien!? ¡Sven! - 

Sven: - En mi mochila... frasco... verder... -

Al escuchar sus débiles palabras, el creep se lanzó sobre sus cosas y no demoró en encontrar el objeto que buscaba. un bálsamo curativo, que no tardó en abrir. Pensaba dárselo, pero Sven tenía la fuerza suficiente para agarrarlo con su mano y beberlo. Con la habilidad suficiente para no dejar caer su máscara. 

Creep: - ¿Puedes levantarte? -

Sven: - Dame unos minutos... A que haga efecto. 

Creep: - Es muy peligroso... Ese bastardo puede seguir rondando los alrededores. -

Sven: - Lo dudo... No en su condición... Seguirlo en la noche es... peligroso. -

Creep: - Bueno... Trata de recuperarte... Yo estaré alerta. -

El caballero no pudo hacer nada para contradecirlo. Su condición era dolorosa, y aunque el bálsamo estaba haciendo efecto, necesitaría un tiempo para recuperarse. Aunque no lo dejaría al cien por ciento, pero si lo suficiente para valerse por su cuenta. De momento, solo podía desplomarse ante el cansancio, y confiar en que su escudero. Sabiendo que en la mañana, ya su cazador estaría demasaido lejor para intentar perseguirlo. 

Ahora, una vez Sven logró ponerse de pie, su ruta marcaba un nuevo destino. Al norte, casi que regresando sobre sus propios pasos, pero casi el doble de largo. Su destino se encontraba tras días de caminata ininterrumpidas, allá, donde los días del sol cada vez eran más cortos, y el frio cada vez más notorio. 

El pelaje de los animales que cazaban se conviertió en su mejor amigo, llevando cada vez más capas encima a medida que su trayecto los conducía más al norte del continente, siguiendo la ruta que un enorme pasaje les permitía. 

Un trayecto extraño sin lugar a dudas, aplastado por la inclemencia de la influencia de Radiant. Un camino hecho de forma artificial, que sisagueaba entre montañas y praderas, seguro algo creado por la civilización antigua. Una carretera que conectaba distintas urbes ahora consumidas por el olvido, llenas de estructuras de un material que parecía piedra muy elaborada y metal. 

En ocasiones, se topaban con grupos de creep Radiant que marchaban al frente sin descanzo. Cuerpos que respondía a la voluntad de la divinidad que los controlaba. Carente de mente y alma. Solo cuerpos vegetales móviles, hechos para un único propósito.

El creep que viajaba con el guerrero los veía pasar, y la tristesa era claramente notoria en su oculto rostro, pues esos lumínicos ojos no podían esconderse de la mirada de Sven. Se sentía, impotente. Sabiendo el destino que les aguardaba, y que no podían hacer nada para evitarlo. Solo una marcha fúnebre hasta la brutal y última batalla que verían. 

Sven: - No eres como ellos, pequeño. -

Las palabras del caballero se alzaron, cuando la vista del creep se posaba sobre algunos de sus semejantes que pasaban a su lado. No miraban hacia otro lado que no fuese el frente, así eso significaría tropezar con algo que los tumbase sobre el suelo. La primer vez que lo vió, el creep trató de ayudar a su semejante, pero este simplemente se puso de pie y continuó su eterna marcha. Sin decir nada, sin mostrar respuesta alguna sobre su acción. Ahora los veía, y ni siquiera lo intentaba. 

Creep: - ¿Estás seguro? Yo... Sigo sin notar la diferencia. -

Sven: - Eres más que un cuerpo vacío. Y lo sabes. -

Creep: - Pero... Estoy aquí... Estoy haciendo lo mismo que ellos... Solo... Que no lo estoy haciendo directamente. Pero al final, mi meta parece sar la misma. -

Sven: - Es posible. Sin embargo... ¿Esta meta la elegiste por voluntad propia? ¿O porque alguien más te lo impuso? -

Creep: - Yo... A veces no estoy seguro... -

Sven: - Tal vez, necesites darte cuenta por ti mismo. Necesitas algo que te haga único. Algo que te haga diferente al resto. -

Creep: - Bueno... tengo esta espada. - Dijo con ironía, sabiendo lo inútil que fue hace un par de noches. 

Sven: - No. Necesitas algo intangible. Algo que definas quién eres... No qué eres. -

Creep: - No se que pueda ser eso... -

Sven: - Eso me traes recuerdos... Cuando era niño y aún era un mero aprendiz. Uno de cientos que entrenaba día y noche para ser el mejor... Sin embargo, no era mi habilidad con la espada lo que más me identificada, pues había varios otros que eran igual de buenos. No fue mi deseo de ser el mejor espadachín lo que me hizo diferente, pues había otros que compartían mi misma meta. ¿Sabes que era lo que me hacía diferente entre todos mis semejantes? -

El creep alzó la mirada confusa, buscando esperanzadoramente una respuesta. Algo que le dijese que era eso, que no podía ver. ¿Sería algo tan complejo que tardaría años en obtener? ¿O algo tan astracto que no lo alcanzaría a menos que dedicase su vida a su búsqueda? Lo que ignoraba, era que la respuesta era tan simple como el agua cristalina. 

Sven: - Mi nombre. -

Creep: - ¿Tu nombre? - Preguntó confundido. 

Sven: - Si. Algo tan simple como eso. Mi nombre era el único consuelo que tenía para saber quien era yo. Quien era dentro de los cientos que eran identicos a mi. Mi nombre me difereciaba del aspirante que tenía al lado, como su nombre era lo que lo diferenciaba de mi. Ambos portábamos las mismas espadas, las mismas armaduras. Blandíamos las espadas con los mismos movimientos, y teníamos la misma convicción de ser los mejores de entre todos. Sin embargo, era nustro nombre lo único que realmente nos diferecnia. Lo que nos decía quienes realmente éramos. -

Creep: - Un nombre... - Decía con la mirada perdida en el horizonte. Donde el grupo de creeps sin mente se difuminaba en la distancia. - ¿Algo tan simple como eso? -

Sven: - Algo tan simple como eso, es el inicio de todo. En la fortaleza creíamos que el destino escribía nuestros futuros dependiendo de nuestros nombres. Por esos nuestros padres tenían la tarea sagrada de darnos un nombre digno. -

Creep: - Entonces... ¿Quién debería darme mi nombre? - Preguntó asustado. 

Sven: - Tal vez quieras escogerlo tu mismo. Algo que te identifique por quien eres. -

Creep: - Yo... No lo sé. Siendo sincero, tu nombre es el único que conozco... No se que deba significar un nombre... ¿Podrías darme algún ejemplo? -

Sven: - Mmmm... ¿Nombres para ti? Esa es una buena pregunta... ¿Que tal Ignacio? Aquel que desciende de las llamas. ¿No te convence verdad? - El rostro del creep fue todo lo que necesito para darse cuenta. - O Rodolfo. El lobo glorioso. No... Ese tampoco. 

El caballero de azul se sumergió en sus pensamientos, de brazos cruzados, mientras su pierna derecha daba pequeños golpeteos sobre la estructura de piedra donde estaba sentado. ¿Un nombre digno y adecuado para un creep? Esa era una muy buena pregunta. 

Sven se mantuvo un tiempo en ese estado, volviendo en su pasado. Recordando sus vivencia, tanto antes como después de haberlo conocido. Aquella vez que lo salvó de la pesadilla. El tiempo que cuidó de él, y ahora que lo acompañaba en su cruzada. Era como un vigilante, que siempre prestaba atención a lo que Sven ignoraba. Eso es... Un vigilate. 

Sven: - Gregor... - Dijo casi en un suspiro.

Creep: - ¿Gregor?... ¿Qué significa? -

Sven: El vigilante... Un nombre antiguo. Uno para aquel que vigila mis espaldas en todo momento. -

El creep tardó unos segundos en reaccionar. Su mirada apuntó en varias direcciones. Primero abajo, luego hacia un lado, y finalmente hacia el horizonte. 


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