Capítulo 59

Al llegar a casa, Claudia fue directo a su habitación por una gran botella de talco, la tomó y corrió al cuarto de Dylan y Britt para buscar el secador de la misma. Lo sacó de su caja, abrió la botella y vertió todo su contenido en el secador. Soltó una risita al imaginarse lo que le ocurriría, lo que más deseaba era que la rubia se hartara de ella y se fuera de la casa. Rápidamente fue a su habitación mientras reía internamente, se tumbó en su cama y tomó a Corny.

—Soy muy mala, ¿vedad? —le habló al unicornio—. Yo no tengo la culpa, ella se lo buscó

Diez minutos después escuchó la puerta del baño abrirse, Britt se había terminado de bañar. Tomó varios juguetes y simuló jugar con ellos para que nadie se diera cuenta. Escuchó cómo abría cajones y sacaba ropa y maquillaje, Claudia no podía contener las ganas de soltar una gran carcajada, pero debía contenerse para no levantar sospechas. Se escuchó cómo conectaba un cable a un enchufe, al parecer usaría la secadora. La niña cubrió su boca con una almohada para no reír y esperó a que el espectáculo llegase.
No pasaron más de cinco minutos cuando escuchó un grito femenino muy fuerte, ya había pasado, Claudia ya no aguantaba, quería reír hasta quedar sin estómago. A continuación escuchó los pasos de sus papá aproximarse posiblemente a la habitación de ambos, por lo que Claudia bajó de su cama y abrió la puerta para ir hacia allá. Simuló parecer confundida y curiosa, ninguna sonrisa se formó en su rostro, por más que quería arcajearse. Al llegar a la puerta tuvo que morder su lengua al ver a una Britt blanca llena de talco en su cabello y cara.

—¡De seguro fue ella! —Claudia estaba tan concentrada en el rostro gracioso de Britt que ni se había dado cuenta de que le estaba echando la culpa

—¡Yo no fui! —exclamó la niña haciéndose la inocente

—Claudia —la reprendió Dylan—. Dime la verdad, ¿fuiste tú?

—¡No! ¡Yo no entro a su cuarto, porque luego Britt me pega!

Esas palabras fueron suficientes para que Dylan supiera que Claudia no era la culpable.

—Ve a jugar Clau —la niña asintió y se fue de ahí, dejando a una Britt enfurecida con el secador en sus manos

—¡¿Por qué no la castigaste?! —chilló

—Porque sé que no fue ella —le respondió lo más sereno que pudo—. Deja de quejarte y culpar a mi hija,  cámbiate para tu entrevista

Claudia vio a su papá salir de la habitación y bajar las escaleras nuevamente, soltó la carcajada que se estaba aguantando y volvió a su cama. Apenas comenzaba su venganza.

***

Dos días después, un jueves, la pequeña Claudia se encontraba pintando un gran paisaje con algunas pinturas que le había comprado Shelley, ya que desde que ella le enseñó a dibujar, le había fascinado tanto que no paraba de hacer diversos dibujos en varias hojas hasta que su imaginación terminara, es decir nunca.

Claudia fue directo al baño con una botella de pintura y otra de pegamento en sus manos. Entró a la ducha y buscó la botella de shampoo, la abrió y vertió en ella el contenido de la pintura blanca y del pegamento. Cerró el envase y lo agitó para que las tres sustancias se mezclaran. Soltó una risita y caminó hacia las escaleras, bajó con cuidado y fue al patio, donde se encontraban Britt y su papá.

Los vio abrazados y muy contentos, reían enérgicamente y se daban besitos en el cuello, a la pobre de Claudia le daba tanta repugnancia ver eso, que tuvo que alejarse de ambos lo más que pudo. Caminó hacia las flores, y comenzó a cortar varias para regalárselas a su papá. 

Minutos después, Britt le dijo a Dylan que se iría a bañar, por lo que Claudia sonrió maliciosamente mientras la observaba entrar a la casa. Su papá se acercó con una sonrisa en su rostro y la abrazó

—¿Jugamos?  —le preguntó a su tierna hija, quien asintió con la cabeza

Claudia fue por una pelota y se la lanzó a su papá, luego este se la devolvió y viceversa. Así continuaron jugando durante diez minutos, ponían penitencias, a veces se golpeaban con la pelota y otras se caían, todo era risas y demás hasta que escucharon un grito de Britt. Claudia intentó no reír, pues sabía que si lo hacía, podrían descubrirla. La rubia bajó hecha una furia y caminó hacia ellos, su cabello era un desastre, se veía muy tieso, enredado y sobre todo blanco. Dylan abrió sus ojos como platos y caminó hacia ella, lucía terriblemente mal.

—¿Qué ocurrió?—le preguntó a su novia, quien de inmediato comenzó a llorar

—¡TU ESTÚPIDA HIJA!

—Eh, eh, cuidadito con lo que dices

—¡FUE ELLA!

—¡Mentirosa! —chilló Claudia, quien se había colocado detrás de su padre para esconderse de la bruja malvada

—¡¿Ah sí?! —exclamó y a continuación enseñó las botellas de pegamento y pintura de Claudia—. ¡¿Entonces explícame qué es esto?! ¡¿Son tuyos no?!

Claudia quedó muda, no podía articular palabra alguna, ahora sí que estaría en problemas, ¿cómo pudo olvidarse de llevar ambas botellas a su cuarto? Definitivamente eso había sido lo más tonto que pudo haber hecho. Dylan se acercó lentamente a Britt y tomó las botellas, giró sobre sus talones y miró a su hija decepcionado, quien contenía las ganas de echarse a llorar.

—¿Por qué lo hiciste? —el castaño intentaba no descargar su ira contra ella

—Lo siento mucho —dijo con la voz quebrada—. Yo solo... solo quería que se cansara de mí y se fuera

 Dylan no quería ser duro con ella, tenía apenas cuatro años y era su adoración, pero esto ya era el colmo.

—Supongo que tú también hiciste lo de la secadora—la niña asintió apenada, su vista nunca se despegó del piso—. Claudia no sé qué decir —la pequeña lo miró—. Estoy muy decepcionado de ti

—Perdón —comenzó a llorar

—Vete a tu cuarto ahora, no habrá televisión por mucho tiempo, hasta que yo decida, ¿me oíste?  —su voz sonó severa y furiosa—. ¡Estás castigada!

Claudia caminó hacia la casa y antes de llegar a la puerta, Britt alcanzó a darle una buena nalgada, lo que provocó que incrementara aún más su llanto. Subió a su cuarto y se tumbó en la cama para llorar, se odiaba a sí mismo por ser tan tonta, ella solo quería que Britt se fuera y que los dejara en paz a su papá y a ella, pero no, todo tenía que salirle mal. Más tarde llegó su padre y desconectó su televisión, Claudia ni siquiera se movió, le daba muchísima vergüenza de mirarlo a los ojos después de lo que había hecho. La televisión fue llevada al cuarto de huéspedes, y una vez ahí, Dylan la cerró con llave y se fue a quién sabe donde. Claudia no podía dejar de llorar, sabía que por tonta ya no podría ver a su papi Tommy en la televisión, quién sabe cuándo lo vería, quizá nunca. En ese momento se prometió a nunca más volver a hacer alguna travesura como esa.

***

Una semana después, un jueves en la tarde, Claudia se encontraba sentada en uno de los muebles de la sala, dibujando a una de las personas que más extrañaba: su papi Tommy. Vio de reojo, cómo Britt se paseaba cerca de ella limpiando los polvos, no pudo evitar soltar una pequeña risita al verla con un trapo en la cabeza, sí, había tenido que raparse porque el pegamento había dañado completamente su cabello.

Britt se colocó delante de ella y la miró seriamente colocando sus brazos en forma de jarra en su cintura.

—¿Qué quieres? —dijo la niña sin despegar su vista de su dibujo

—Quítate que quiero limpiar

—Estoy dibujando a mi papi Tommy  —respondió seriamente

—¿Puedes dejar de decir tonterías y quitarte? 

Claudia se paró sobre el mueble para llegar a su altura y la miró enfurecida.

—¡Mi papi Tommy no es una tontería!

—Oh, sí lo es 

—¡¿Y por qué lo es según tú?! —le gritó

—Porque él los abandonó, ¿contenta?

La niña se quedó sin palabras la miró triste y sus ojitos se llenaron de lágrimas.

 —No... —fue lo único que pudo decir ya que después rompió en llanto—. Eso... no es... ver-verdad, mi papá me dijo... que me ama

—¡No me hagas reír! —Britt sonrió al ver a la niña en ese estado, por lo menos se vengaría por todo lo que le había hecho—. él los abandonó y todo fue por tu culpa, porque eras un estorbo para ambos

—¡NO! —chilló Claudia y salió corriendo directo a su habitación, pero Britt detuvo su paso tomándola de uno de los tirantes de su overol y jalándolo con fuerza

—Recuerda lo que te dije, una palabra de esto a Dylan y te irá muy mal —la soltó con más fuerza, provocando que la pobre cayera al piso, la pequeña se levantó y subió las gradas con cuidado para no caerse

Le iría muy mal, le iría muy mal, estaba cansada de tener que soportar todo lo que le hacía Britt y no poder decírselo a su padre, claro, cuando ella le hacía travesuras su papá la castigaba, pero cuando Britt la trataba mal, nunca lo hacía. El mundo era tan injusto con ella, se sentía tan enojada que comenzó a dar golpes a una almohada, hasta cansarse y llorar observando el techo.

Una hora después, en medio de su aburrimiento, comenzó a buscar algo interesante en los cajones de su mesita de noche. Encontró un montón de papeles en el último cajón junto a un libro algo viejo. Se sentó en el suelo y lo abrió, había un montón de palabras que Claudia no lograba descifrar, pasó varias hojas y encontró algunos dibujos sin color, era un libro muy aburrido. Al abrir la última página encontró una foto y automáticamente, Claudia sintió que una corriente atravesaba su cuerpo. La foto era de su papi Tommy muy concentrado en comer un helado, los rayos del sol hacían que su cabellera rubia brillara más de lo normal.

—No importa cuánto tiempo pase —susurró mirando la foto—. Te encontraré y me iré contigo

----------------------------------------------------------Un año después--------------------------------------------- 

El celular de Dylan comenzó a sonar y vibrar sobre el mesón de la cocina, el castaño corrió a contestarlo, no sin antes observar la pantalla: "Llamada entrante: Kaya".

—¿Hola?

—¡DYLAAAAAAAAAAAAAAAN! —su grito fue tan fuerte que el pobre tuvo que alejar el celular de su oreja

—Hola Kaya, qué milagro, casi me rompes el tímpano, gracias —comentó haciendo una mueca

—LO SIENTOOOOO —volvió a gritar y Dylan negó con la cabeza—. Pero estoy contenta porque iré a verlos de nuevo, además tengo una noticia para ti

—¿Noticia? ¿Cuál? 

—¿Recuerdas que hace varios días me pediste que te consiguiera un empleo? 

—Sí, ¿lo hiciste?

—¡SIIIIIIIIIIIIIIIIII! —otro grito—. ¡¿Y ADIVINA QUÉ?! ¡TRABAJAREMOS JUNTOOOOOS! ¡KI HONG TAMBIÉN ESTARÁ! ¡ESTAREMOS JUNTOS DE NUEVOOOOOO!

 —¿En serio? ¡Estupendo! ¡Siempre consigues lo mejor! ¡Gracias!

—¡No hay de qué!

—¿Y cómo se llama la película o serie? ¿Qué es?

—¡Es una saga! ¡Se llama The Maze Runner

—Ok, se escucha interesante, ¿cuándo serán las audiciones?

—Pasado mañana en la tarde, te enviaré los guiones por correo y más te vale hacerlo bien porque me fascina la idea de que trabajaremos los tres 

—Sí a mí también

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SE LOS DIJEEEEEEEEEEEEEEEEEEE AHORA SÍ SE VIENE LO CHIDOOOOOOOO

Parezco Kaya, I'm sorry xdxdxd

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