Capítulo 56
Dylan caminaba de un lado a otro a lo largo de su habitación, en su mente batallaban un sin fin de ideas sobre cómo hablar con Tyler sobre Britt, no encontraba un buen argumento y se estaba quedando sin tiempo, pronto tendría que ir al set y verlo a la cara.
—Tyler conocí a alguien más y me gusta, pero tranquilo, podemos ser amantes si quieres —practicó una vez y de inmediato golpeó su rostro—. No, no. Tyler, te quiero, pero como amigos. ¡NO! Tyler me enamoré de un chico travesti, su nombre era Brian, pero cambió su nombre a Britt —dio un leve golpe a la pared, cansado de la situación—. Soy un idiota
—¿Con quién hablas, papá? —la voz de su hija lo hizo saltar y gritar como un gatito
—No vuelvas a hacer eso, Reina, me asustas
—Tú eres el que me asusta porque hablas solo
Dylan suspiró y se recargó en la pared.
—Son cosas de adultos corazón, mejor ve a ver un abrigo, en unos minutos iremos con tus tíos los lobitos
—¡Chiiii! —exclamó contenta y corrió a la habitación
—¡Sin correr Reina Claudia!
—Oh, perdón —sonrió levemente y disminuyó la velocidad
—Dios, ¿qué voy a hacer? —susurró y golpeó su frente contra la pared
***
Lo primero que hizo Dylan al llegar a su trabajo fue dejar a su hija al cuidado de Melissa, con quien de inmediato jugó a las doctoras, curaban a Corny porque aparentemente se había caído de las escaleras. Se despidió de ella con un beso y corrió a su camerino a cambiarse. Una vez listo continuó paseándose en el lugar mientras pensaba en Tyler.
Su celular emitió el sonido de una notificación entrante, era un mensaje de Tyler Posey:
Bro, encontré algo RE INTENSO, pero no sé si enviártelo o no 0_0
El castaño frunció en ceño y tecleó:
¿Qué cosa? Suelta la sopa
Es que siento que te va a doler y vas a chillar D:
Ya me dijiste, ahora me lo envías >:v
Conste que te lo advertí
[T-Pose ha enviado una foto]
De inmediato, abrió la foto y sintió una ligera presión en su corazón. Tyler se encontraba en ella, junto a un chico que lo abrazaba exageradamente, sus rostros estaban muy pegados y ambos lucían ebrios. No le dolió la foto, sino que el chico, cuyo nombre era Joe, la había publicado con la siguiente descripción:
"Gracias por ser un chico tan dulce, por amarme y hacer locuras junto a mí, este es el comienzo de algo gigante y hermoso <3"
De inmediato, otro mensaje llegó a su celular:
Corre a reclamar lo que es tuyo prra (ya sé que andas con la oxigenada de Britt, pero aún los shippeo #Hobrien4ever bai)
Cuidado con lo que dices de mi novia, Tyler.
#Hobrien4ever .l.
Negó con la cabeza y salió corriendo de su camerino, moviendo su cabeza hacia varias direcciones para buscar a Hoechlin y aprovechar que se dio esta situación y restregarle en la cara que él también había conseguido a alguien. Lo encontró riendo junto a Crystal, así que aceleró el paso y lo tomó del brazo sin decir nada para llevarlo lejos de su amiga, quien de por sí no estaba del todo contenta.
—¿Qué te pasa? —preguntó el pelinegro algo molesto
—¿Qué te pasa a ti?
—¿De qué hablas? —Tyler rió cuando Dylan le enseñó la foto—. ¿Es en serio?
—Explícate
—No tengo nada que explicar
—¿Ya tienes a alguien más? —aquellas palabras salieron sin querer de su boca, y Dylan quería matarse por eso
—Sí, y creo que no debería importarte porque por lo que vi, ahora eres heterosexual
—Soy bisexual —susurró, conteniéndose para no gritar
—Da igual, la cosa es que ahora te gusta la papaya
—¡Tyler!
—¿Qué?
—¿Quién es?
—¡Es mi novio, ok?! ¡No sé por qué tienes tanto interés si tú también conseguiste a alguien! ¡Incluso sin decírmelo antes!
—¿Cómo te enteraste?
—Paparazzis
—Mierda
Ambos guardaron silencio, uno muy incómodo, Dylan pensó de inmediato que todo había terminado, porque desde que conocía a Tyler, nunca se había sentido así con él.
—¿Entonces? —el castaño rompió el silencio
—¿Esto es todo?
—Creo
—Mira Dylan, no quiero quedar en malos planes contigo —lo miró y tomó sus manos—. No vamos a negar que, por más que prometimos estar juntos, ambos encontramos a alguien más y no se lo dijimos al otro por miedo a romper su corazón —Dylan asintió—. Así que... llevemos la fiesta en paz, ¿sí? Espero que seas feliz con la tal Brianna
—Es Britt —ambos soltaron una carcajada—. Y yo espero que seas feliz con el chico ese cuyo nombre comenzaba con J
—Te quiero Dylan
—Yo también grandote
Y en ese momento, se dieron un lindo y cálido abrazo, Dylan no podía sentirse mejor, el hecho de que todo salió bien, lo reconfortaba bastante, tenía miedo de que Tyler no volviese a dirigirle la palabra, pero aquí estaba, diciéndole que le quería.
Tengo mucha suerte, pensó mientras disfrutaba del abrazo.
-----------------------------------------------------Un mes después--------------------------------------------------
La pequeña Claudia se encontraba en los brazos de su tía, disfrutando los últimos momentos con ella. Era oficial, Dylan y Britt habían conseguido una flamante casa para vivir los tres, y Claudia no quería irse, quería vivir con su tía Kaya para siempre, incluso había propuesto la opción de que Kaya se mudara con ellos, pero era imposible. La niña no podía dejar de llorar, por más que Kaya la consolara, nada lograba calmarla. Pensaba y pensaba en qué pasaría si su papi Tommy se enteraría que Dylan lo estaba engañando. Pensó en dónde diablos estaría y qué estaría haciendo. Deseó con todo su ser que volviera y los salvara, pero nunca llegó. El sol se estaba poniendo y ya faltaban poquísimas cosas por subir al camión de mudanza, quedaba poco tiempo para partir.
El tiempo se acababa y Claudia con cada segundo que pasaba se sentía más nerviosa, incluso llegó a sentir un leve dolor en el estómago, provocado por los nervios y el miedo. Sintió cómo su corazón comenzó a latir desesperadamente al ver la puerta de la habitación de Kaya abrirse y a su padre entrar por ella, se abrazó más a su tía y escondió su cabeza en su pecho.
—Clau, ya debemos irnos —dijo seriamente y Claudia negó con la cabeza
—No —decía la pequeña y sollozó—. Ya te dije que no quiero
Dylan torció los labios y se acercó a ambas, se sentó al lado de Kaya, quien miraba a la niña con tristeza; a continuación, acarició la cabeza de su hija.
—Clau, ya lo hablamos
—¡No quiero! ¡No me quiero ir! —Claudia miró a su tía—. Por favor tía, no dejes que me lleve con Bitt
—Lindura, no puedo hacer nada, es la decisión de tu padre. Ya habló contigo hace unos días. Y tú prometiste que aceptarías a Britt como un integrante más de tu familia, recuerda que lo haces por papi Tommy
La niña juntó sus cejas y miró al piso, Kaya había dado en el blanco, ya no tenía otra cosa por decir. Sollozó y abrazó con fuerza a la muchacha.
—Te voy a extrañar tía —dijo acurrucándose en el pecho de la misma
—Y yo a ti corazón —las lágrimas humedecían las mejillas de la mayor, quien besó la mejilla de la niña y comenzó a mecerla—. Ve con tu papá
Claudia no hizo nada, continuó abrazada a ella a pesar de la orden que le habían dado. Era una niña obediente, pero cuando se trataba de algo que no le agradaba, podía hacer hasta el más grande de los berrinches con tal de que eso no sucediera. Como no quería seguir lidiando con los caprichos de la pequeña, Kaya le hizo una señal a Dylan para que la cargara, porque debía ir quiera o no. El muchacho asintió y se acercó, colocó sus manos a los costados del cuerpo de la niña y la levantó, a continuación, Claudia comenzó a gritar y a patalear entre llantos, extendiendo sus manos hacia Kaya e intentando zafarse del agarre de su padre.
—¡No! ¡No! —gritaba Claudia—. ¡Suéltame! ¡Suéltame!
—Claudia amor, ya basta debemos irnos —decía con pena Dylan, le daba tanta tristeza que su hija no quiera ir con él
—¡No! ¡No! ¡Papá!
Dylan no sabía qué hacer, Claudia se movía como loca en sus brazos e incluso ya le había dado unos buenos golpes en las piernas. Pero cuando sintió un fuerte golpe en su pierna derecha, no se contuvo más y le dio una buena nalgada para que se detuviera. Claudia, se calló, lo miró asustada y volvió a llorar a gritos, parecía que lo hacía apropósito.
—¡Reina Claudia, ya basta! —le gritó Dylan, pero la niña siguió con su berrinche
—¡Dylan así no! —gritó su amiga—. No resuelves nada con golpes
—¡Pero, ¿qué quieres que haga si se comporta así?!
—¡Paciencia!
El muchacho la ignoró y optó por seguir caminando con su hija a forcejeos, no iba a ceder, así que debía hacerlo. Llegaron al auto y Dylan sentó a Claudia en el asiento trasero. Tomó con dificultad el cinturón mientras intentaba que ella no se escapara. Un clic bastó para que el cinturón estuviera colocado, colocó el seguro para niños y cerró la puerta antes de que huyera. Miró a Britt quien se encontraba cerca del auto, su mirada demostraba preocupación y estrés, Dylan se acercó y la abrazó.
—¿También estresado? —el castaño asintió—. El llanto de tu hija es muy potente
—No te imaginas cómo era de bebé —sonrió
Kaya salió de la casa con la pañalera de Claudia en su mano, se acercó a la pareja y se la entregó a Britt.
—La estaban olvidando —hizo una larga pausa después de soltar un suspiro—. Cuídala bien. Ahora tienes un lindo tesoro en tus manos. Suele ser algo imperativa, pero es la niña más dulce que podrás conocer
—Lo haré Kaya, gracias —mintió la rubia
—Creo que ya es hora de irnos —agregó Dylan con dificultad
Kaya asintió y abrazó con fuerza a su amigo, quien al separarse de ella extrajo un cheque de su bolsillo y se los entregó a su amiga.
—¿Y esto qué es? —preguntó ella examinándolo—. ¿Diez mil dólares?
—¿Recuerdas que cuando me salvaste la vida te dije que algún día te pagaría todo el dinero que me habías prestado y todo lo que habías hecho por mí? Pues al fin te lo pagué
—No... Dylan no puedo aceptar tanto dinero
—No, quédatelo y créeme, así no lo quieras, yo no lo tomaré
Kaya sonrió y negó con la cabeza.
—Ya que, si insistes —guardó el cheque en su bolsillo y les sonrió a la pareja—. Suerte en su nueva vida chicos
—Gracias Kaya, nos vemos —sonrió Dylan con nostalgia
—Adiós Kaya —se despidió Britt y fue al auto
Kaya miró a su amigo y suspiró, luego ambos soltaron una carcajada y dejaron escapar un par de lágrimas.
—¡No puedo creer que mi Dylan creció tanto! —exclamó riendo, el castaño se le unió
—Es parte de crecer y madurar, ¿no? Seguir rogando a la misma persona no vale la pena cuando tienes a una mejor a tu lado que en verdad te valora
—Anotaré eso en la sección de frases filosóficas de Dylan O'Brien
Volvieron a reír.
—Te quiero hermanita, gracias por todo lo que has hecho por mí
—No hay de qué, de todos modos lo hago porque los amo, recuerda que si Britt se enfada contigo, puedes venir aquí
Dylan asintió con una leve sonrisa y le dio un último abrazo a su amiga, le hizo un gesto de despedida y caminó hacia el auto.
—¡Si necesitas algo me llamas! —le gritó su amiga
—¡Creo que ya no lo haré!
—¡Te conozco y sé que dependerás de mí toda tu vida!
—¡Ya lo veremos! —dicho esto, el muchacho abrió la cerradura del auto, entró en él y partió junto a su novia hacia su nuevo hogar y su nueva vida
***
Dylan sentía que la cabeza le explotaría, en la avenida principal había un montón de tráfico desde hace diez y minutos y Claudia no dejaba de gritar, llorar, patalear o quejarse. Estaba a punto de perder la cordura, pero se contenía porque la niña apenas tenía 3 años y no quería ser duro con ella. Pero hubo un momento en el que ya no pudo más y desquitó todo el coraje que tenía, contra ella, le gritó que se callara y que dejara de hacer berrinche o la castigaría, Claudia se había asustado y quedado muda, comenzó a gimotear y Dylan la volvió a amenazar.
—¡Si vuelves a llorar te juro que no te vuelvo a comprar nada en toda tu vida!
La niña quedó muda ante el grito de su padre, nunca la había tratado así y le sorprendía. Decidió dejar de llorar exageradamente, parecía que sería imposible lograr convencerlo con un berrinche, simplemente se dedicó a mirar por la ventana mientras gimotear levemente, porque quiera o no, ahora sí sentía muchas ganas de llorar por cómo le había gritado.
Quince minutos tuvieron que pasar para poder llegar a su nuevo hogar. Claudia lo observó atenta, aquella casa debió haber costado millones de dólares, ¿cómo hicieron ambos para comprarla? No tenía idea. Dylan fue el primero en bajarse y entrar para revisar que todo estuviera en orden. Cuando vio que todo estaba bien, regresó al auto y abrió la puerta a su novia, luego rodeó el auto e hizo lo mismo con su hija. El muchacho intentó ayudarla a bajar, sin embargo, Claudia se negó y deshizo su agarre para bajar por su cuenta. Cuando la pequeña caminó hacia la puerta principal sintió una sensación de náuseas al ver la casa y saber que tendría que estar aquí con Britt por lo menos hasta que tuviese dieciocho años. Continuó caminando, inspeccionando cada rincón, la casa era muy bonita y se pondría feliz sí en ella fueran a vivir ella, su papá y su papi Tommy, pero no todo era color de rosas para Clau. Entró y descubrió aún más cosas, había una sala muy grande, una cocina, un comedor, un baño y un patio trasero, el cual llamó su atención, por lo que fue directo a él. Había un montón de pasto en él, la mayoría de sus juguetes se encontraban ahí, pensó que sería un lindo lugar para jugar hasta que vio una piscina y comenzó a llorar. Giró sobre sus talones para comenzar a correr, pero en el intento se estrelló contra la pierna de su padre, quien la cargó apenado y la recostó en su hombro, sabía perfectamente que sería una mala idea de comprar una casa con piscina.
—¿Por qué hay una piscina aquí? —decía entre llantos la pequeña
—Lo siento amor, Britt me convenció que la comprara
—¿Y yo no te importo? —se separó un poco de él para mirarlo a los ojos
—Sí me importas corazón, pero te prometo que solo la usaremos cuando sea necesario, ¿ok?
—No quiero volver aquí nunca más —dicho esto, comenzó a moverse para que Dylan la bajara, su padre lo hizo y la niña corrió adentro
—¡Claudia no corras!
Ante aquella orden, lo único que hizo la niña fue detenerse un momento y reanudar su ida, pero esta vez, reduciendo la velocidad. Caminó por un pasillo hacia las escaleras, las miró detenidamente, eran demasiadas y tenía miedo de caerse en ellas. Dylan, quien la había seguido, la tomó en brazos y subió las escaleras con ella, al llegar arriba la bajó nuevamente y Claudia continuó inspeccionando. Primero se encontró con una habitación muy simple, que supuso que sería el cuarto de huéspedes, luego estaba un baño, al cual no tomó importancia, a continuación seguía una habitación, abrió su puerta y entró, había una cama muy grande, una televisión y un mueble enorme para la ropa, sonrió internamente y se tiró en la cama, al ver que rebotó unos centímetros en el colchón, se dio cuenta de que amaba esa cama, por lo que se paró en ella (después de haberse quitado los zapatos o sino su padre la regañaría) y comenzó a saltar un montón de veces contenta, le agradaba esa cama y creía que era lo único que le gustaba de esa casa horrible.
—¡Me encanta esta cama, papá! —exclamó sin dejar de saltar contenta—. ¡Ya quiero dormir en ella!
—Clau, no... —Dylan fue interrumpido por los gritos de felicidad de su hija
—¡Salta conmigo papá! ¿Por qué no has traído mis juguetes?
—Claudia —el muchacho se acercó a ella para tomarla de ambos brazos y detener sus saltos—. Esta no es tu habitación
En menos de un parpadeo, la sonrisa de la pequeña desapareció.
—Pero... ¿ya no vamos a dormir juntos? —su voz sonó muy triste
—No mi vida, aquí vamos a estar Britt y yo
—¿Y por qué? —los ojitos de Claudia comenzaban a cristalizarse
—Porque ambos necesitamos espacio
—¿Y no puedo dormir con ustedes? —el pánico se apoderaba de la pequeña
—No amor, ven, acá está tu habitación
Dylan tomó la mano de su hija y juntos caminaron al último cuarto, abrió la puerta y le dejó ver su nuevo refugio. Las paredes eran rosadas y moradas, habían un montón de mariposas pintadas en ellas. Sus juguetes se encontraban en el suelo, junto a una cama, una televisión, un guardarropa y una mesa chiquita. Claudia observó el lugar con desprecio y a punto de llorar. Soltó un sollozo y caminó por la habitación, observándola atentamente, y pensando que ahora estaría sola ahí mientras que la tonta de Britt disfrutaría todo el tiempo con su papá. Después de mirar la mesita, giró sobre sus talones para enfrentar a su papá.
—Eres un tonto —dijo con la voz quebrada debido al llanto
—¿Por qué dices eso? —Dylan se agachó a su altura y Claudia no pudo más, rompió en llanto y se llevó las manos a los ojos
—Primero te olvidas de mi papi Tommy y ahora a mí me cambias por Bitt
—Nunca te he cambiado por ella
—¡Sí lo hiciste! —gritó enfurecida y aún llorando—. ¡Ya no me prestas atención! ¡Solo estás con ella! ¡Ya no me quieres!
—No digas eso mi amor —Dylan tomó la mejilla de Claudia, pero ella retiró su mano—. Yo te amo
—¡Sal de mi cuarto! —exclamó señalando la puerta—. ¡No te quiero ver traidor!
—Clau...
—¡VETE! —gritó lo más fuerte que pudo y lo empujó con las pocas fuerzas que tenía
Dylan se levantó y la miró tristemente, no creía lo que estaba ocurriendo en ese momento, por un momento se sintió culpable, pero después dedujo que estaba haciendo lo correcto, él y Britt necesitaban espacio y su pequeña ya tenía la edad suficiente como para dormir sola. Claudia comenzó a golpear sus piernas y Dylan no tuvo más remedio que salir y dejarla sola un momento, la niña cerró la puerta y comenzó a llorar aún más fuerte. Caminó hacia su cama y se recostó en ella para abrazar una almohada y derramar todas sus lágrimas convertidas en ira sobre la misma. No podía creer que después de todas las aventuras que había vivido con su papá la fuera a cambiar por una rubia fea y odiosa. Se sentía pésima, quería huir de ahí, pero, ¿a dónde iría? Quizás a buscar a su papi Tommy y vivir con él, contarle todo lo que había pasado y no volver a ver a su papá nunca más en su vida, pero, ¿cómo lo haría si no sabía en dónde estaba y no tenía dinero?
Después de llorar un montón durante varios minutos, encontró el control de la televisión en su mesita de noche. Lo tomó y oprimió el botón On/Off y la tele se prendió, quería distraerse un poco. En la pantalla apareció un montón de chicos con guitarras caminando por una calle vieja y llena de casas bonitas. Le llamó la atención aquel programa, por lo que continuó viendo para averiguar qué harían los chicos. Hablaron con un señor y continuaron caminando, al parecer habían entrado a una casa. Y después vino lo peor, todos comenzaron a tocar sus guitarras y a cantar la canción In spite of all the danger. [multimedia jsjs] La pequeña escuchó atentamente y de inmediato los recuerdos llegaron a su mente, cuando ella era una linda bebé, su papi Tommy siempre sacaba su guitarra y le cantaba la misma canción para que dejara de llorar y se durmiera. Esa fue una razón más para romper en llanto otra vez, escuchaba atentamente las voces y el corazón se le paralizó, era la voz de su papi. Se levantó de la cama y caminó hacia la pantalla para cerciorarse si su papi estaba ahí o solo era su imaginación, pero al verlo ahí, tocando la guitarra con su mano derecha, sintió una presión terrible en el corazón, era él, lo reconocería donde sea, incluso si tuviese el cabello oscuro como en ese momento.
—Papi —susurró con la voz quebrada y soltó un sollozo mientras tocaba la pantalla—. Regresa, por favor, no quiero vivir con Britt, quiero estar contigo
Pero parecía que no le escuchaba.
—Papito —dicho esto comenzó a llorar más fuerte y fue directo a su cama para acostarse en ella y continuar observando a Thomas
La pequeña se había rendido, sabía que, como muchas veces, Thomas nunca le respondería. Abrazó a Corny mientras se concentraba en la melodiosa voz de su padre, sintiendo paz y a la vez nostalgia; de pronto, el sueño comenzó a apoderarse de ella, comenzó a cerrar sus ojos poco a poco hasta quedar profundamente dormida con su papi cantándole desde la televisión.
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Tal vez suba otro en unos minutos para llegar más rápido a la parte que todos desean aunque me duele el cuello jsjs :)
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