Capítulo 54
Tardamos casi dos horas en llegar nuevamente a la cuidad, íbamos tan lento que me comenzaba a aburrir por estar girando el volante a la izquierda o a la derecha todo el tiempo. Nos llevó a una mecánica, donde tuve que dejar el auto, agradecí al señor que nos sirvió de grúa con treinta dólares, eso sí a escondidas de Britt, ya que anteriormente le había dicho que no traía dinero.
Fuimos juntos en taxi directo al hospital, tuve que explicarle a Britt que Claudia estaba muy delicada y que era importante para mí ver cómo estaba, lo bueno fue que para ella no hubo problema. Encendí mi celular para ver la hora y noté que tenía más de cinco llamadas perdidas de Kaya, rayos, ahora sí me tocaba una gran reprendida.
En cuanto llegamos a nuestro destino, corrí con ella cerca de mí por todos los pasillos, al llegar a la habitación de Clau, pregunté a una enfermera que pasó por ahí si podía entrar, ella me respondió que sí, incluso me contó que Kaya se encontraba adentro muy enojada. Tragué saliva y tomé valor para tocar levemente. Giré la perilla y entré suavemente, encontrándome con una Kaya dormida en el sofá y a Claudia recostada en la cama, dándome la espalda y levantando sus hombros con cada sollozo, sí, estaba llorando.
Poco a poco giraba en su lugar mientras me adentraba en la habitación con Britt detrás de mí. Cuando nuestras miradas cruzaron, Claudia se sentó en la cama y gateó hacia mí, levantó sus brazos tal y como lo hacía cuando era bebé, y la tomé en brazos, me abrazó lo más fuerte que pudo mientras recostaba su cabeza en mi hombro.
—Estás mojado —me miró y tocó mi mejilla—. ¿Dónde estabas? Me asusté mucho, pensé que te pasó algo
—Sí Dylan —giré mi cabeza y vi a Kaya acercarse a mí muy enojada—. ¡¿En dónde chingados estabas?! ¡Me tenías con el Jesús en la boca! ¡¿Qué te...?! —se quedó callada al ver a Britt detrás de mí—. ¿Y tú quién eres? —el tono de voz que utilizó no me gustó para nada
—Soy...
—Cálmate, ¿sí? —interrumpí a una Britt muy tímida mientras colocaba mi mano delante de Kaya—. Ella es mi nueva compañera de trabajo. Es mi amiga y me pidió que la llevara a la casa de sus tíos y resulta que estaba a las afueras de la ciudad, donde no había señal. El maldito auto se me averió y comenzó a llover a cántaros afuera, no nos quedó más que esperar hasta que un señor nos ayudó y nos trajo hasta aquí, ahora por eso estoy aquí mojado, a las dos de la mañana con ella —señalé a Britt—. Solo por esa, ¡esa tonta lluvia! —chillé saltando y Kaya me miró perpleja
—¡Bien! ¡Te creo! —exclamó agitando las manos, luego se acercó a Britt—. Soy Kaya mucho gusto
—Britt —ambas se dieron la mano
Kaya dio media vuelta y fue directo al baño, segundos después se encontraba con una toalla en sus manos caminando hacia mí. Sonreí y dejé a Claudia en la cama, tomé la toalla que me trajo mi amiga y comencé secarme con ella todo mi cuerpo. Al secar mi cabello, Claudia soltó una risita.
—Papá la próxima lleva una sombrilla—Claudia volvió a reír y me abrazó—. No te vuelvas a ir así, tuve mucho miedo
—Eh, eh, no bonita —dije acariciando su cabello—. Siempre estaré para ti, recuerda nuestra promesa
—Chi —me volvió a abrazar
—Uh... Dylan —giré mi cabeza y vi a Britt haciéndome una señal para que ya nos fuéramos
—Oh sí, ya nos vamos
—¡No papá! ¡Quédate! —Claudia se abrazó más a mi pecho y yo acaricié su cabeza
Miré a Britt, quien me dedicó una mirada de desesperación, solté un suspiro y le guiñé un ojo.
—Está bien, me quedaré, pero ya es hora de dormir pequeña, ¿sí?
—¡Chi! —chilló y se acostó en la cama, me dejó un espacio a su lado y lo palmeó
—Voy en un segundo —me acerqué a Britt—. Escucha, solo estaré con ella hasta que se duerma y luego nos iremos de aquí, ¿ok? —le susurré y ella asintió
—¿Vas a irte? —me susurró Kaya mirándome seria
—Tengo que —susurré señalando a Britt—. Deja que duerma en tu casa por favor
Kaya rodó los ojos y suspiró.
—Está bien, entonces supongo que debo quedarme con Clau
—Sí —junté mis manos como si fuera a rezar—. Por favor, te prometo que no volverá a pasar
—Tienes una hija Dylan, espero que para la próxima seas más responsable— asentí con la cabeza rápidamente y ella negó—. Qué horror —dicho esto fue a acostarse en el mueble
—Espérame afuera, ¿sí? —le susurré a Britt y ella salió—. A dormir bebé
Me acosté a su lado y la abracé delicadamente, Claudia tomó mi mano y soltó un largo suspiro.
—¿Por qué estabas con la señora maleducada? —me preguntó de pronto
—Es mi compañera mi vida
—No me cae —me susurró y reí
—Es buena onda Clau, tienes que conocerla mejor, porque, ¿te digo un secreto? —ella asintió—. A mí tampoco me caía
—Bueno, solo espero que no la veas tan seguido
—Solo en el trabajo bebé, luego le diré adiós
—Ok
De pronto, recordé lo que el doctor me había dicho sobre ella, la abracé contra mi pecho mientras pensaba en si decirle o no, tal vez este sería un buen momento porque estábamos juntos, pero tampoco quería verla triste.
—Clau —al final me decidí en sí decírselo
—¿Sí papá?
—El doctor... me dijo algo
—¿Que estoy muy sanita? —sus palabras rompieron mi corazón
—No del todo —en su cara se mostró la confusión—. Mira, hay un bichito aquí —señalé sus pulmones—. Que está haciendo que te den esos ataques —abrió los ojos de par en par sorprendida—, ese bichito se llama... em... Pepe. Y Pepe es muy malo, el doctor dice que a Pepe no le gusta que las personas corran, ni se cansen demasiado
—¿Por qué?
—Porque luego se pone muy enojado y provoca ese ataque que te dio ayer —dije y soltó un grito de asombro
—¿Entonces no debo correr para que Pepe no se enoje?
—Exactamente —sonreí para mis adentros, por lo menos no se lo tomó a mal—. Prométeme que nunca harás enojar a Pepe
—Lo prometo papá, no quiero que me de otro ataque —dicho esto, se abrazó a mi pecho y escondió su cara en él
—Hey, tranquila —tomé su mentón y lo levanté para que me mirara—. Papá hará todo lo posible para que quiten a Pepe de tus pulmones, pero tú no debes volver a correr, ni saltar, ni cansarte, ¿sí?
—Sí papá
—Esa es mi campeona —besé su mejilla con una sonrisa—. Ahora sí, a dormir
—Noches papá
—Buenas noches Clau —besé su cabeza y esperé a que se durmiera
Creo que pasaron aproximadamente cinco minutos para que se escucharan los ronquidos de Claudia. La giré lentamente, ya que tiene el sueño pesado, para verificar si estaba dormida, sus ojitos cerrados, sus ronquidos y su boca entre abierta efectivamente lo demostraban, la giré nuevamente y me retiré de la cama lentamente. Besé su cabeza y la tapé con la sábana hasta los hombros.
—Descansa corazón —susurré y caminé hacia la puerta—. Descansa Kaya —la miré y recibí un dedo del medio por su parte—. Te quiero
—Y yo a ti —me respondió con la cara contra la almohada—. Por cierto, buen trabajo con lo de Pepe —me sonrió y yo le guiñé un ojo
Al salir de ahí vi a Britt sentada, cabeceando de sueño en una de las sillas de la sala de espera. Tomé su mano involuntariamente y caminamos juntos por el pasillo. Nuestras manos no se soltaron hasta subir a un taxi. Al llegar entramos a la casa y encendí las luces. Sentí un revoloteo en mi estómago y miré a mi amiga.
—Y bien, ¿dónde dormiré? —rompió el silencio
—Ah... sí, ehhhh, arriba —tomé nuevamente su mano y subí a mi habitación—. Puedes dormir en mi cama, yo dormiré en la cuna de mi hija
—¿En la cuna? —preguntó extrañada
—Sí, ya he dormido una vez ahí —dije entrando en la cuna—. Buenas noches
Britt soltó una carcajada al verme con el trasero metido en la cuna y las piernas y brazos saliendo de la misma.
—Por Dios Dylan, ¿por qué no vas al cuarto de Kaya?
—Porque infringiría su regla número uno
—¿Y cuál es?
—Nunca entres o duermas en el cuarto de Kaya
—Entonces ven a dormir aquí —palmeó la cama
—Oh no, de ninguna manera, no, no —quise matarme al sonar nervioso
—No dejaré que duermas ahí, te he incomodado mucho por hoy, así que ven. No muerdo
—Ah... —dudé unos segundos—. Está bien
Nerviosamente me recosté a su lado, me quedé quieto mirando el techo mientras sentía los nervios recorrer mi cuerpo, por Dios Dylan, ¡cálmate! Britt soltó una carcajada y me miró sonriente, temblando, giré mi cabeza y la miré nervioso.
—¿Qué?
—¡Por Dios Dylan! ¡No tiembles! —exclamó riendo
—No estoy temblando
—¿Ah sí? ¿Y qué es esto? —tomó mi muñeca y la levantó, mis dedos temblaban sin control
—Bueno, bueno, tal vez sí esté temblando
—Cálmate —tomó mis manos de golpe—. Ya te dije que no muerdo, ahora descansa, ¿sí?
—Ok —respondí nerviosamente—. Hasta... mañana —le di la espalda y ella imitó mi acción
—Hasta mañana
Minutos más tarde escuché su leve y tranquila respiración, lo que daba a entender que ya estaba dormida. Pero yo no podía dormir, el sueño se me había ido de todo el nerviosismo que sentía al estar al lado de Britt, en mi mente se desataba una batalla de pensamientos sobre ella, ¿por qué me pongo así cuando estoy a su lado? ¿Será que estoy volviéndome hetero? ¿Será que al fin Thomas saldrá de mi cabeza? Eso espero, es lo que más deseo en la vida, pero tampoco quería hacerle esto a Tyler.
Pero entre tanto pensar y todo el dolor de cabeza que experimenté, me quedé dormido.
--------------------------------------------------------Días después----------------------------------------------------
Britt y yo conversábamos al pie de la cama de su personaje, una corriente extraña recorrió todo mi cuerpo y me provocó espasmos cuando Britt tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos. Sus manos eran tan suaves cual pétalos de rosa, podía acariciarlas todo el día.
—¡Y corte! —nos gritó Jon—. ¡Buena escena chicos!
—¡Gracias! —le guiñé un ojo y miré al frente, nuestras manos aún no se separaban
Los camarógrafos se fueron, al igual que el director, la brisa de la noche, el silencio, la tenue luz de la luna y nuestras manos que continuaban juntas, creaban un hermoso ambiente, no existía la incomodidad, a pesar de que estuviéramos callados.
—Tus manos son muy suaves —le susurré
—Gracias —me sonrió
Y en se momento me di cuenta de que existían dos cosas adicionales que me gustaban de Britt: sus ojos, su sonrisa y sus manos. Quise abofetearme, pero no quería quedar como un tonto delante de ella.
***
—¡Dylan vuelve aquí! —me gritaba Britt mientras me perseguía
—¡Atrápame jijiji! —exclamé riendo mientras corría con su plancha de cabello
—¡Te hago cosquillas de nuevo! ¡Devuélvemela!
—¡No la necesitas! ¡Te ves bien así!
Parece que ambos nos pusimos de acuerdo para detenernos en seco por lo que acabé de decir.
—¿Qué dijiste? —me preguntó sorprendida
—Que—que—que... —tartamudeé mientras observé cómo se acercaba a mí con una sonrisa
—¿Me veo bien así? —levantó una ceja—. ¿Qué quieres decir con eso?
—Pues que te ves bonita con el cabello con churitos —eso salió sin pensar de mi boca
—Gracias O'Brien, pero la necesito para grabar —de tan nervioso y aturdido que estaba, ni siquiera me di cuenta de que me quitó la plancha de las manos—. Y prepárate para el beso de hoy —dicho esto dio media vuelta y caminó hacia su camerino
—Ah... sí, ¡lávate los dientes! —le grité y ella me respondió con su dedo del medio
Sonreí y fui a mi camerino para vestirme como Dave. Al terminar me miré al espejo y suspiré, voy a besar a una chica. Una chica. ¡Chi—ca! ¡A Britt! No iba a mentir, pero estaba más nervioso que nunca, no había sentido una sensación tan rara en el estómago desde hace mucho tiempo, vaya, creo que tengo gastritis. Arreglé mi cabello con algo de agua y gel, lo peiné hacia arriba y me di una última mirada al espejo. Volví a suspirar y me pasé una mano por el rostro, mientras recordaba las líneas que debía decir en la escena que grabaríamos hoy. El sonido irritante de la alarma me hizo saltar, era hora. Comencé a temblar, guardé mis cosas y salí con el guión en mis manos, con miedo de olvidarme los diálogos por los nervios, me siento como un estudiante presionado a punto de dar su examen de admisión para la universidad. Fui a la calle en la que grabaríamos, ahí estaban los camarógrafos y el director. Al fondo se encontraba Britt mirándose en la ventana del auto de Dave, meneándose de adelante hacia atrás. Cuando me vio, una sonrisa se formó en su rostro.
—Dylan, por favor deja de temblar —dijo al acercarse lo suficiente a mí, al escuchar sus palabras temblé aún más
—Lo... siento
—Solo será un beso, hombre, cálmate
—Estoy cal—calmado
—Sí claro y yo soy hija de Lady Gaga, ven, es hora
Subimos al auto y comenzamos a grabar, ella me contaba que había terminado con su novio, no podía dejar de sonreír tan estúpidamente, ni siquiera tenía control en eso, solo la maldita sonrisa aparecía de la nada y ya. Pasamos al lado de una ambulancia, en donde unas personas se habían accidentado; luego me dijo que se sentía mal, así que detuve el auto y ella se bajó desesperada, corrí tras ella y la observé preocupado. Mi corazón latía cada vezas rápido con cada frase que decíamos, estábamos tan cerca.
—Pero tienes a tu familia, a tus amigos, a tus... —y en ese momento fue cuando todos mis nervios se fueron al sentir sus labios chocar contra los míos
Una sensación rara y bonita se formó en mi estómago, mis manos subieron a su cuello y lo acariciaron mientras degustaba de sus deliciosos labios, y digo deliciosos porque lo eran, Britt, es... increíble, además de ser linda y tener unos hermosos ojos, y manitas suaves, besa increíble. Podría probar sus labios miles de veces y nunca me cansaría. Quería pegarme un tiro al darme cuenta de qué tal vez me gustaba o me sentía atraído por ella. Pero creo que con ese beso todo se ha confirmado, me gusta, y no pude evitarlo, por más que quise esperar a Thomas o a que mi corazón sanara para regresar con Tyler, no resistí, a veces el amor es algo inesperado, llega cuando menos lo esperas y se va de la misma manera. Pensé en que Britt era la indicada para por fin olvidar a Thomas, creo que ya era hora de hacerlo, no tenía sentido seguir esperándolo o buscarlo para que continuara evitándome, no, ya no, lo más tonto que puedes hacer es rogar por amor, si no te ama simplemente debes dejarlo ir, puede ser para bien o para mal, pero eso debes hacer, con tal, después de mucho tiempo encontrarás a una persona que sí valdrá la pena, alguien que te haga sentir algo más, algo aún más mágico, y en este caso es Britt. Ya no, ya no buscaré a Thomas, encontré a alguien más y si él también lo hace, espero que sea feliz, no le deseo el mal porque no soy rencoroso, es más, le deseo buena suerte, porque al parecer, la buena suerte ya cayó sobre mí. Entonces pensé en Tyler y en mi mente batallaban los pensamientos, no sabía cómo decirle sobre esto y de verdad me aterraba que el sufriera por mi culpa. Decidí dejar de pensar y enfocarme en el beso, luego vería qué hacer.
—¡Corte! ¡Qué hermosa escena! —a pesar del grito de Jon no nos separamos—. Ah... chicos
—Déjalos —escuché la voz de alguien, quizá un camarógrafo—. Lo están disfrutando
Abrí mi boca lentamente para respirar un poco, ambos tomamos aire y continuamos en lo nuestro.
—¡Grábalo! ¡Grábalo! ¡Lo están haciendo excelente!
No nos separamos a pesar de que todas las cámaras y las luces nos apuntaban, era tan delicioso que nunca queríamos que se acabara. Segundos más tarde tuvimos que separarnos para tomar aire. Tomó mi cara con sus manos y sonrió levemente.
—Bueno... —dijo Britt con la respiración entrecortada—, supongo que... ya nos vamos
Me quedé mudo, las palabras no podían salir de mi boca, me había quedado plasmado con lo que había pasado hace algunos segundos.
—Sí—sí —fue lo único que salió de mi boca
Sonrió y tomó mi mano, Jon nos observaba plasmado y con una sonrisa en su rostro, al parecer estaba satisfecho con nuestra improvisación.
—Oye —la detuve y me miró
—¿Q...? —no pudo pronunciar nada, ya que la interrumpí con un beso
Al separarnos me miró y sus mejillas tomaron un leve color rojizo.
—¿Y eso por qué fue?
—Porque me gustó —sonreí, la besé de nuevo y juntos caminamos tomados de la mano
Sí, soy un tipo suertudo.
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