Capítulo 25
Dylan:
—Bien, ahora sí vayamos a pasear —dije después de tomar la mano de Thomas
—¿A dónde iremos?
—¿Qué te parece si vamos a comprar cosas para esta reina?
—Estoy completamente de acuerdo
Caminamos hacia una parada de bus y esperamos el mismo, por las calles andaban diversas parejas, algunas con hijos y otras no. Sonreí al ver a una pareja con una niña de cinco años aproximadamente, me daba mucha emoción saber que algún día Claudia estaría así, que crecería junto a nosotros y yo tendría esa dicha de verla crecer. Quince minutos después, un bus azul llegó, Thomas subió primero y pagó, yo iba detrás suyo. El bus estaba lleno, por lo que abracé fuertemente a la bebé contra mi pecho, ya que tenía mucho miedo de que se cayera o que alguien la golpeara o hiciera daño. Casi al final, había un asiento vacío, Thomas caminó hacia allá y me hizo una señal para que me sentara, negué con la cabeza.
—No, no, las damas primero
Recibí un golpe como respuesta, reí y él se sentó, le di a Claudia, y me coloquéa su lado.
—Papá —me dijo Claudia y yo le sonreí
—¿Qué pasa mi amor?
—Teta
De inmediato, Thomas abrió la pañalera y sacó de ella su biberón. Lo agitó varias veces y lo destapó para después llevarlo a la pequeña boca de mi hija. Sonreí al ver una sonrisa en el rostro de mi novio, se veía muy tierno con ella en sus brazos. Alboroté su cabello y él levantó su cabeza, rápidamente le robé un beso y me sonrió.
—¿Es su hija? —nos preguntó una señora y asentí con la cabeza—. Es muy linda
—Gracias —respondió Thomas
—Cuídenla muy bien, hacen muy linda pareja —dicho esto se bajó en su parada
Cinco minutos después habíamos llegado a nuestro destino. Dejé que Thomas bajara primero y después bajé yo.
—¿Traes dinero? —le pregunté mirando el pequeño centro comercial del pueblo
—Pensé que tú lo traías
Golpeé mi mano contra mi cabeza.
—Bueno, nos tocará pagar a crédito
Entramos y fuimos directo a una tienda de bebés.
—Buenas tardes —nos saludó una chica—. ¿En qué puedo ayudarlos?
—Ah... buscamos... —miré a Thomas—. ¿Qué buscamos?
Él rodó los ojos.
—Queremos comprar varias cosas para esta tierna bebé
—Ya veo, ¿qué tipo de cosas quisieran comprar?
—Una cuna —respondió
—Está bien, síganme por favor
La chica caminó hacia adelante y nosotros la seguimos. Giramos dos veces a la derecha, había un montón de cosas para bebés, sábanas, juguetes, ropa, sillas, y a decir verdad, los precios no eran muy económicos; Dios, de seguro esto nos costaría un ojo de la cara. Después de unos cuantos segundos caminando, llegamos a una sección en la que habían cunas y muebles de varios colores.
—Aquí tienen las cunas, pueden escoger entre las más económicas que se encuentran al fondo y las más caras que están aquí —señaló las que estaban cerca de nosotros
—Muchas gracias señorita —le dijo Thomas y ella se retiró asintiendo con la cabeza
—Mmm veamos —dije mientras observaba todas las cunas, todas eran muy lindas y sobretodo coloridas, rosadas, celestes, negras, de madera, ¡Dios esto es muy difícil!
—¿Tampoco sabes por dónde empezar?
—Son muchas... ni siquiera sé cuál elegir
—Somos dos
—¡Espera! ¡Esa me gusta! —corrí hacia una y Thomas me siguió
—¡Es hermosa! —exclamó Thomas y miró el precio, abrió los ojos como platos y giró sobre sus talones
—¿Qué te pasa?
—El precio también es hermoso —habló con sarcasmo y yo lo miré
—¡Seiscientos dólares! —di media vuelta y caminé lejos de ella—. Qué precio más hermoso, véndame dos
—Busquemos otra... ¡oh mira! ¡Allá hay una!
Corrimos en dirección a la cuna, era muy bonita, blanca y traía un protector y sábanas rosadas.
—Sólo espero que esta no sea tan... mierda, ¿creen que cagamos dinero?
—Trescientos dólares —dije haciendo una mueca
—¿Sabes qué? Creo que debemos ir directo a las baratas
—Opino lo mismo, viva la pobreza
Caminamos hasta el fondo, donde las cunas no eran tan bonitas como lo eran las más caras, sin embargo, no nos quedaba de otra.
—Dylan, baja a Claudia, deja que camine un poco
—No, de ninguna manera, ¿y si se pierde?
—Ah vamos —tomó a la bebé y la dejó en el piso, luego tomó su mano y caminó junto a ella—. Tienes que darle libertad, Dyl —tomé la otra mano de Claudia y caminé junto a ellos
—Sí, lo sé. Pero no quiero que nada le pase, ¿entiendes?
—No le pasará nada si nosotros la cuidamos
—Já, sí claro, sólo espero que aquí no hayan vacas asesinas que quieran matarnos
***
Después de buscar varias cunas, decidimos comprar una muy sencilla, era blanca, traía rueditas y un colchón rosado muy suave. No era la gran cosa, pero era lo que nuestra economía nos permitía comprar, además, Claudia era apenas una bebé, ella estaba contenta así durmiera en el piso, pero solo si le dábamos su peluche favorito.
Una de las asistentes nos ayudó guardándola en una caja gigante para poder transportarla cuando terminemos de comprar todo lo que necesitaríamos.
Fuimos a la sección de ropa, en el camino encontramos un carrito de compras, por lo que Thomas fue por él y con el mismo se nos acercó.
—¡Eh, eh! —balbuceó Claudia mientras señalaba el carrito
—Parece que alguien quiere subirse —dije y de inmediato la senté en el pequeño asiento del carrito—. Vamos, vamoooos, ¡pi pi! —simulé el sonido del claxon de un auto
—¡Pi... pi! —exclamó contenta
—Eso es —empujé el carrito y caminé detrás de Thomas—. Pi, pi, carrito, papi Tommy quítate del camino, pi, pi
—¡Pi pi, papi Tommy!
—Papi Tommy no te hagas el sordo, pi, pi, acelera pi, pi
—¿Podrías dejar de decir pi, pi? —dijo al voltearse
—No, pi, pi
—¡Papi! ¡Pi, pi!
Thomas sonrió y caminó hacia mí para empujar el carrito junto a mí. Llegamos a la seccion de ropa y literalmente en ese lugar nos emocionamos, el carrito casi se llenaba con ropa para la bebé, ¡es que todo era hermoso! Y todo le quedaba muy bien.
En total compramos varias camisetas con frases originales como: "soy la niña de papá" "Mi papá es el mejor" "Soy la reina de la casa" "Babeando desde 2008" "Futura reina" y mi favorita: "Mi papá es más sexy que el tuyo".
En el carrito también habían como cinco pares de zapatos, deportivos, casuales, botas, zapatillas y pantuflas; varios pares de medias con muchos dibujos en ellas, tres gorritos con las caras de un cerdito, un pato y un gatito, varios pantalones de todo tipo, jeans, licras y calentadores. Compramos cinco vestidos, un blanco, un turquesa, uno rosa palo, un fuxia y uno azul oscuro.
Y mi favorito de todos definitivamente fue un conjunto con body blanco con un panquesito en la mitad, una pequeña falda parecida a una de ballet y zapatillas blancas llenas de puntitos de colores.
—Tommy, ¿puedo tomar una última cosa?
—Claro Dyl, ¿qué cosa?
—Es un overol
—Ah no, eso no
—¿Por qué? —pregunté con un puchero en mi boca
—No me gustan, si le pones eso parecerá un niño
—No, por algo es de mujer
—No Dyl, puedes comprar lo que sea excepto eso
Hice otro puchero y bajé la mirada. Estuve a punto de dejar el overol en su lugar, hasta que se me ocurrió una gran idea: mientras Thomas se encontraba distraído observando un par de abrigos, rápidamente coloqué el overol debajo de toda la ropa, así no la vería. Levanté y mi mirada y está chocó con la de Claudia, quien me sonrió, con esa sonrisa me decía: "Ya vi la travesura que hiciste, papá"
—Shhhh —le dije poniendo mi dedo índice en mis labios
Minutos después de comprar tooooooda la ropa para Claudia, fuimos directo a su sección favorita: la juguetería. Su cara de felicidad demostraba que quería bajarse del carrito y correr hacia los juguetes, por lo que Thomas la levantó por los aires y la colocó en el piso.
—¡Aaaaaaah! —chilló y corrió directo a una montaña de peluches
Tomó un jabalí y sonrió, después tomó un elefante y jugó con ambos mientras hacía varios sonidos agudos. Thomas y yo la observamos con una sonrisa en nuestros rostros. Claudia corrió hacia una casa de juguete y entró en ella.
—¡Papá! —exclamó sacando su cabeza por la ventana—. ¡Papi! —nos hizo una señal para que entremos
Ambos nos acercamos a ella y nos agachamos a su altura.
—Paaapi, papaaa
—¿Qué pasa? Aquí estamos
—No —tomó nuestras manos y nos jaló, ya sé a dónde viene todo esto
—No podemos entrar a la casita, bebé. Papá Dylan y yo no cabemos
Su cara de felicidad cambió totalmente, un puchero se formó en su boca y sus ojos se cristalizaron.
—No Claudia, no vayas a llo...
Pero su terrible llanto me interrumpió.
—¡Ya! ¡Ya! ¡Entraremos! —exclamé—. Pero ya deja de llorar
De inmediato calmó su llanto y nos miró, las lágrimas aún se encontraban acumuladas en sus ojitos, y emitía gimoteos cada dos segundos.
—Dylan, no quiero ser un aguafiestas, pero no vamos a entrar ahí dentro
—O es esto, o escucharemos su llanto durante todo el día
—Ok, me convenciste
Abrí la pequeña puerta roja de la casita y entré gateando, pude hacerlo sin problemas, ahora solo faltaba Thomas, quien entró de igual manera que yo después de que coloqué a Claudia sobre mi regazo. Recogí mis piernas y me apegué a la pared lo más que pude, para que Thomas entrara con más facilidad. Cuando entró, obligatoriamente tuvo que abrir sus piernas y colocarlas a los lados de las mías, apegando su trasero a la pared y con su cara cerca de la mía, prácticamente estaba en cuarto, al igual que un perrito. Sus piernas estaban muy pegadas a mías y su cabello caía sobre mi frente, sí, estábamos MUY apegados, tanto que nuestras narices chocaban.
—Sííí —ella chilló y nos dio un beso en la mejilla a ambos
—Dyl, estoy apretado
—No eres el único, tengo tu pipi en mi pierna —soltó una carcajada
—¿Y se siente bien?
—Muy bien —hice una cara pervertida
—¡Cochino! —me golpeó en la pierna y yo reí—. No delante de Claudia
—¡Eh, eh, tú empezaste! —exclamé y me robó un beso
—¿Y cómo se supone que vamos a jugar aquí?
—No tengo idea, pero me gusta
—Ah claro como tú estás bien cómodo
De repente, Claudia se bajó de mi regazo y gateó hacia una pequeña salida. Al salir de la casa se puso de pie y nos miró con una sonrisa pícara. Levantó su mano como diciéndonos adiós y se fue corriendo.
—¡Claudia! —gritó Thomas mirando por la ventana—. Diablos
—¿A dónde fue?
—Directo a un oso gigante de peluche —respondió mirando por una pequeña ventana
—Nos ha trolleado nuestra propia hija
—Ahora sal
—¿Cómo?
—Pos como entraste
Thomas retrocedió y su trasero chocó contra la pared, levantó su cabeza y esta se estrelló contra el techo.
—Dios esto será más difícil de lo que pensé
De pronto, se escucharon unos pequeños golpes en la casa. Ambos levantamos nuestras cabezas y observamos a uno de los asistentes de la juguetería.
—Holi —le saludé con una mano
—Señores, ¿qué hacen ahi?
—Ah... jugando a la casita con nuestra hija
—Su hija está aquí afuera —dijo después de soltar un suspiro—. Necesito que salgan de ahí por favor
—Sí, sí. Lo sentimos, sal Tommy —lo empujé y el cayó sentado
—¡No me empujes pendejo, espérate!
—¡Sal rápido! ¡Se me acalambraron las piernas!
—¡Y a mí el trasero! ¡No te quejes!
Después de varios golpes y empujones Thomas logró salir de la casa. Luego me tocaba a mí, lo cual fue más difícil ya que al intentar salir por la puerta, me atoré.
—¡JÁLAME! ¡JÁLAME! —chillé mientras extendía mis brazos hacia Thomas
De inmediato él tomó mis manos y jaló con fuerza, eso creo.
—¡JALA MÁS FUERTE THOMAS!
—¡Eso hago! ¡¿Me viste cara de Hulk, acaso?! —gritó entre las risas de Claudia
—Esperen, yo le ayudo —el asistente tomó mis manos y jaló con más fuerza, en un parpadeo yo ya estaba afuera
—Ufff gracias
—Ahora los quiero lejos de aquí, sobre todo de las casas
—Ya, ya. Lo siento, ¡vámonos Clau! —chillé y ella caminó hacia mí y tomó mi mano
Caminamos hacia un pasillo que estaba repleto de muñecas. Claudia soltó un pequeño grito y tomó una muñeca CiccioBello, la cual estaba de moda en la actualidad.
—Papi —le dijo a Thomas mientras le enseñaba la muñeca
—A ver, veamos el precio —abrió los ojos como platos—. Sesenta dólares —susurró y me miró
—Imposible —le susurré de igual manera—. No podemos comprarla
—Papá —nos señaló la muñeca
—Sí mi amor es muy linda —la dejé en su lugar—. Pero no podemos comprarla
Claudia no hizo caso, simplemente tomó la muñeca y caminó con ella.
—Clau —Thomas tomó la muñeca—. No bebé
Ella observó a Thomas con tristeza y luego la muñeca, a continuación soltó un quejido, sus ojos se llenaron de lágrimas y se tiró al suelo para llorar.
—Ah vamos mi amor. Papi Tommy y yo te compraremos una muñeca
Tomé su mano, pero de un movimiento rápido se deshizo se mi agarre. Thomas rodó los ojos e intento lo mismo, pero de igual manera ella logró soltarse.
—Claudia —dije su nombre en señal de advertencia y la cargué en mis hombros, ella comenzó a patalear y a gritar
—¡No! ¡No! —gritaba
—Claudia basta —la reprendió Thomas, pero fue en vano
—Mira bebé, un osito —dije acercándole un oso de peluche, el cual fue tirado al suelo
Salimos de la sección de juguetes y fuimos directo a ver todo lo que habíamos comprado. La cajera nos miró raro mientras yo agitaba a Claudia de arriba hacia abajo.
—Venimos a retirar una cuna y ropa para bebé —dijo Thomas levantando un poco la voz debido al llanto
—¿A nombre de quién?
—De Dylan O'Brien —respondí y ella escribió algo en su computadora
Cuando trajeron todas nuestras cosas, la cajera me dijo que el total era doscientos cincuenta dólares. Ambos hicimos una mueca y pagamos.
—Gracias por su compra
Un chico moreno y una chica pelirroja se nos acercaron y nos ayudaron a llevar nuestras cosas. Llegamos afuera y le di veinticinco centavos a cada uno como propina, ellos nos agradecieron y regresaron a trabajar.
Justo cuando estuve a punto de alquilar una camioneta, un rayo cayó y comenzó a llover.
—Demonios, ¿y ahora qué? —pregunté fastidiado, uno por el cansancio y otro por el llanto de mi hija
—Llamaré a Ki
Me senté en una silla verde que estaba cerca e intenté calmar a la bebé.
—Claudia basta —busqué su biberón en la pañalera y lo saqué, en cuanto Thomas se sentó a mi lado introduje el biberón en la boca de la pequeña—. ¿Qué dijo Ki?
—Que está cerca y que en cinco minutos llegará
—Ok
Claudia comenzó a moverse desesperada, se quitó la teta de la boca y la tiró al suelo, luego escupió la leche que había en su boca sobre Thomas y volvió a llorar a gritos. Pude ver cómo mi novio estaba a punto de perder la cordura, histérico, se levantó y cerró los ojos para tranquilizarse. Miró a Claudia y me la quitó de las manos.
A continuación hizo algo que nunca pensé que haría: mientras la sostenía en los aires le dio una buena nalgada después de haber gritado un: "¡Ya basta malcriada!".
----------------------------------------------------------------------------------
Wenas nosheeeees
Me vuelto después de haber hibernado xdxdxd (sorry, pero son vacaciones y me lo tomé muy en serio xd)
Perdón porque no pasa nada emocionante en el cap, ya se vendrá el drama más adelante gg
Y como mañana termina el año, de paso les deseo el mejor comienzo de año, que todas sus metas se cumplan y sean muy felices.
Me da melancolía krnal porque este año ha sido uno de los mejores, he vivido hermosas experiencias, como publicar esta novela y recibir todo su apoyo.
Feliz 2019, las amo UwU
Nos vemos el próximo año jsjs
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top