Capítulo 46
—¡Abrázame y no me sueltes!
En cuanto Joe me envolvió en sus brazos, rompí en llanto como si fuese un niño pequeño, no podía con la felicidad, sentía que cualquier preocupación se había ido. Joe se unió a mi llanto, nuestros sollozos se mezclaban, me abrazó tan fuerte que me sentía en casa y a gusto, luego, su mano derecha fue a mi nuca y acarició mi cabello con delicadeza mientras recostaba mi cara sobre su hombro.
—Joe... —levanté mi cabeza y lo miré, su rostro estaba empapado en lágrimas—. Por fin soy su padre.
—Lo sé, mi amor —acarició mi cara, limpiando algunas lágrimas, y de inmediato me acercó a él para besarme varias veces, haciendo pausas para sollozar.
—Creí que nunca lo iba a lograr —entonces me arrodillé sobre el suelo y lloré mientras cubría mi rostro, de inmediato, mi novio me abrazó.
—Tranquilo, tranquilo. Después de la tormenta viene la calma, ¿lo recuerdas? Calma, mi corazón.
Pero yo no podía calmarme, nadie entendía cuánto dolor pasé todos los años que estuve separado de ellos, y después cuánta satisfacción sentía al escuchar aquellas palabras de la jueza, saber que tuve que sufrir tanto para al fin ser feliz. Moría por abrazar a mi niña en este momento y contarle la noticia.
—Señor Jones —la jueza palmeó mi espalda y me entregó una hoja donde decía que oficialmente ya era el padre de Clau—. Felicidades.
Sorbí mi nariz y me levanté para abrazarla.
—Muchas gracias.
—Cuiden muy bien a la niña.
—De eso no se preocupe —dijo Joe abrazándola, luego fue con Carmen—. Volvamos al hospital, Benny.
***
—¿Qué creen? ¿Qué creeeeeeeeen? —chillamos Joe y yo mientras corríamos hacia Rami y Lucy, quienes se sobresaltaron ante nuestra presencia, Gwilym ya no estaba con ellos.
—¡Shhhhh! —mi amiga colocó su índice en su boca—. ¡No hagan ruido!
—¡Qué importa! —gritó Joe—. ¡Cuéntales, Benny!
—¡Ya es mi hija! —les enseñé el papel—. ¡Ya soy su padre! —comencé a saltar junto a Joe.
—¡Dime que no es una broma! —negué ante el grito de Lucy—. ¡Oh Dios mío, lo consiguieron! —entonces nos abrazó junto a Rami y ahora los cuatro saltábamos—. ¡Felicidades, ya es Mazzello Jones!
—En realidad es Jones Mazzello —aclaré.
—Pero si tú eres la pasiva —comentó Rami.
—Eso no importa, se escuchaba mejor, más elegante.
—Bueno así sean los apellidos más horribles, siempre estaré feliz por todo lo que logren mi pareja de jotitos —comentó Rami limpiándose una lágrima.
—¿Lo ven? La vida está mejorando un poco, hay que seguir —me alentó Lucy y yo la abracé con lágrimas en mis ojos—. Clau saldrá sana de la operación y regresarán a casa como la linda familia que son.
—Solo nos toca esperar —suspiró Joe y se sentó donde estaban sentados nuestros amigos anteriormente, tomó mis manos y me atrajo a su regazo para que me sentara sobre él, ahí me dio un tierno beso que juro jamás olvidar.
------------------------------Un mes después---------------------------------------
Claudia:
Cuando apenas desperté me encontré con la viva imagen de mi tía Lucy llorando sobre mí, de inmediato moví mi mano hacia su cabeza y la acaricié levemente. En cuanto sintió mi tacto, rápidamente levantó la cabeza y soltó un chillido, saltó hacia mí y me abrazó con ternura y mucha felicidad, estaba contentísima y yo no entendía el por qué.
—¿Qué... pasó, tía?
—Reinita... Dios mío, ha pasado un mes desde tu operación, cielo, caíste en coma una vez más, pero despertaste más pronto de lo que imaginamos, los doctores ya te daban por muerta, creían que no sobrevivirías a esta, pero mírate, aquí estás. De hecho, debo llamar al doctor, espérame, ¿sí? —dicho esto, corrió hacia la puerta en busca de un doctor.
Me quedé plasmada mirando la puerta, no podía creer lo que me había dicho, ¿en coma? ¿Otra vez? ¿Y sobreviví? ¿Eso quería decir que...?
Toqué mi pecho y lo miré, había una cicatriz enorme en él, mas ya no me dolía como antes de hacerme la operación, ¿había funcionado? ¿Pepe se había ido al fin? Sonreí contenta y abracé a mi peluche, al cual encontré tirado a mi lado derecho, estaba feliz, a pesar de que aún no me daban la noticia, pero era obvio, esa horrible presión en mis pulmones había desaparecido y me sentía mejor que nunca.
Pronto, un doctor entró al cuarto y comenzó a revisar mis signos vitales, mi tía Lucy me miraba contenta, sin embargo, mis padres jamás aparecieron por ningún lado.
—Tía, ¿y mi pas? —pregunté mientras el doctor me tomaba la presión.
—¡Claudia! —giré mi cabeza al escuchar mi nombre, al ver a mis padres cansados bajo el marco de la puerta sonreí y abrí mis brazos, de inmediato, se me acercaron para abrazarme—. ¡Reina, estás viva, mi amor, estás viva! ¡Lo lograste! ¡Estoy muy orgulloso de ti! —decía mi papá entre sollozos.
—Pas.. díganme que Pepe ya se fue, por favor —pregunté al borde de las lágrimas.
—¡Sí, mi amor! ¡Se ha ido, mi Reina, porque tú lo venciste! —chilló mi papi.
Al escuchar esas palabras, lo único que pude hacer fue abrazarlos y comenzar a llorar fuerte. Pepe ya no estaba, lo que significaba que ya podía dejar de sentir miedo al caminar a paso rápido o correr inconscientemente, ya podía seguir con mis clases de ballet con tranquilidad y ningún ataque arruinaría mi obra, es más, ya podía ser la principal en las obras, porque Pepe ya no me molestaría más; definitivamente este día es el mejor de todo el mundo, -claro después de cuando vi a mi papi en el set de Bohemian Rhapsody después de cuatro años-.
—Pas... ¿estoy... soñando? —casi no podía hablar por las lágrimas.
—No, Clau, es real, Pepe se ha ido, ya puedes correr todo lo que quieras y bailar hasta el cansancio, serás la Prima Ballerina sin dificultad —papá besó mi mejilla.
No dije nada más, simplemente solté un fuerte sollozo y me abracé lo más fuerte que pude al pecho de mi padre, estaba contentísima, mis días de sufrimiento por fin habían terminado.
—Te tenemos una noticia —dijo mi papi entre sollozos mientras acariciaba mi carita.
—¿Es algo bueno?
—Sí, chiquita —mi papá me abrazó—. Cuéntale, cariño.
—Ya... —su voz se quebró, tomó mis manos y aclaró su garganta—. Ya tienes mi apellido, corazón, ahora sí ya soy tu padre legalmente.
—¡¿Es una broma?! —pregunté emocionadísima y ellos negaron—. ¡Qué emoción! ¡Entonces ahora soy Claudia Mazzello Jones!
—Claudia Jones Mazzello —corrió papá—. Se escucha más elegante, mi amor.
—¡Me encanta! —abracé a ambos muy feliz sin dejar de llorar.
Por fin soy hija de ambos, ya nada lo podía impedir.
Más tarde llegaron los doctores a revisarme y a hacerme varios chequeos, estaban felices de que haya despertado, muchos decían que era un milagro y otros que simplemente fue suerte o pura casualidad, pero yo estaba viva, eso era lo más importante y ahora ya podía correr, eso era aún más importante.
Tuvieron que pasar tres días interminables para que yo pudiese levantarme, como no había estado mucho tiempo en coma, se me hizo más fácil realizar mis actividades físicas como caminar o trotar, estaba tan acostumbrada a esas dos actividades que con solo pronunciar la palabra "correr" siento náuseas.
En fin, cuando por fin estuve apta para caminar, mis padres me llevaron de vuelta a casa, donde mis tíos, abuelitos y amigos me recibieron muy contentos, habían preparado una fiesta de bienvenida sorpresa solo para mí.
Ese día no pude ser más feliz.
***
Llegamos a la puerta principal, donde pudimos apreciar a nuestra pequeña corriendo de un lado a otro con su amiguita, no pudimos evitar sonreír de oreja a oreja al verla tan feliz, ahora que Pepe ya no estaba con ella, por fin podía jugar como una niña normal, sin temores a tener algún ataque, bien dicen que después de la tormenta viene la calma.
—¡Reinita, llegaron tus padres! —exclamó su maestra Julia.
Clau levantó su cabeza con un enorme brillo en sus hermosos ojitos de mar, al vernos, sonrió de oreja a oreja y corrió hacia nosotros.
—¡Llegaron temprano! ¡Hoy va a llover, ¿o qué?!
—Estamos cambiando —habló Joe abrazándola—. Todos los días intentamos ser mejores padres, ¿verdad, Benny?
—Así es, si somos buenos padres tendremos una buena hija —dije acariciando su carita—. Aquí está Corny —se lo di—. Dijo que te extrañó mucho.
—Owww, Corny, yo también te extrañé —entonces abrazó su peluche y los cuatro salimos de ahí, no sin antes despedirnos de la maestra y de la amiga de Clau.
Al llegar al auto, Clau saltó hacia el asiento del copiloto, donde se encontraba Joe y se acomodó sobre su regazo, luego nos enseñó una gran sonrisa.
—¿Y tú por qué estás tan feliz, señorita? —le pregunté mientras conducía el auto.
—Pueeees... ¡¿adivinen quién será la Prima Ballerina en la próxima obra de mi academia?!
—¡¿Tú?! —interrogamos Joe y yo al unísono.
—¡SÍÍÍÍÍÍÍ! ¡Al fin podrán verme en el escenario! ¡Sin que Pepe me moleste! ¡Todo será perfecto!
—¡Dios mío, Clau! ¡Qué excelente noticia! —mi novio comenzó a llenar su carita de besos, mientras ella reía.
—Me llenas de orgullo, Reina, te dije que todo mejoraría para los tres —comenté acariciando el mentón de mi hija—. Después de la tormenta viene la calma, siempre recuérdalo.
—Si estás atravesando un infierno, no te detengas —entonces Joe la abrazó.
Sonreí levemente mientras arrancaba el auto que había detenido a causa de un semáforo en rojo; al parecer todo estaba mejorando y ya nada podría salir mal.
---------------------------------------------------------------------------Días después---------------------------------------------------------
Joe:
—¡¿Ya tienen sus ojos cerrados?! —nos gritó Clau desde su habitación.
—¡Sí! —exclamamos desde afuera con las manos cubriendo nuestros ojos.
Claudia nos había pedido de favor que pidiéramos ayuda a Lucy para que la peinara, vistiera y maquillara para su gran presentación, así es, hoy era el gran día para nuestra pequeña y todos hemos puesto nuestro granito de arena para que fuese especial.
En este momento, mi novio y yo nos encontrábamos fuera de su habitación con nuestras manos sobre los ojos, esperando a que Claudia saliera para verla vestida. La sorpresa que nos llevamos en cuanto escuchamos el chirrido de la puerta que nos llevó a descubrir nuestros ojos fue tan grande que no pudimos evitar ahogar un pequeño grito. Estaba hermosísima, era un mismísimo ángel frente a nosotros, sus mejillas sonrojadas levemente por el rubor, su tenue maquillaje que quedaba a la perfección con su piel y ojos claros y ese traje que le quedaba tan bien junto a una corona sobre un peinado bonito por parte de la estilista Lucy Boynton, la hacían ver perfecta.
—¿Les gustó? —preguntó girando sobre las puntas de sus pies.
Cubrí mi rostro con una mano y sollocé, no pude contenerme, y es que estaba tan feliz de tenerla como hija que las lágrimas salieron sin avisar; pensaba en cuán afortunado me sentía de poder presenciar un momento tan importante para mi niña, ahora que por fin podía correr de aquí para allá, merecía hacer lo que le apasionaba.
—¿Qué pasa, papá? ¿No te gustó? —Claudia se encontraba abrazando mi cintura, Lucy y Ben también se habían acercado.
—No, mi corazón, amo cómo estás vestida, te ves muy hermosa, es solo que... —sorbí mi nariz—. Me llenas de orgullo y estoy feliz de que por fin puedas bailar sin problemas, es todo —la cargué y ella se abrazó a mi cuello, en ese momento recordé cuando era una pequeña bebé y siempre hacía ese gesto para sentir seguridad.
—Owww, mis niños, vengan aquí —Benny se nos unió al abrazo, era una sensación inimaginable, pude ver con el rabillo del ojo cómo Lucy nos tomaba un par de fotos muy orgullosa y feliz por los tres.
***
Gwil, Lucy, Rami, Benny, Tyler Clau y yo esperábamos en nuestros asientos, ansiosos por que el programa iniciara, Gwilym se encargaría de grabar todo y documentarlo en una transmisión en vivo de Facebook para los demás tíos de Clau que no pudieron estar presentes aquí gracias a lo reducido que era este establecimiento, de no ser por eso sus miles de tíos estarían aquí.
—¡Se ruega alistarse a las pequeñas de la Bella Durmiente por favor! —anunció el presentador por el micrófono.
—¡Ya casi me toca! —chilló Clau dando muchos saltitos—. ¡Me siento muy nerviosaaaa!
—Calma, cielo, calma —reí y la miré a los ojos—. Eres muy talentosa y lo lograrás, sobre todo porque le pusiste muchísimo esfuerzo y ganas, y también porque eres una Jones Mazzello y eso te hace aún más talentosa.
—Joe tiene razón, Reina, ve y lúcete, demuéstrale al mundo que sí puedes.
—Son los mejores padres del mundo, ¿lo sabían?
—Sí —dijimos Benjamín y yo al mismo tiempo, luego los tres reímos, una bella armonía para mis oídos.
La maestra Julia llamó a las niñas al escenario y Clau no pudo evitar ponerse más nerviosa que nunca, sin embargo, un par de besos y abrazos por parte de sus tíos y de nosotros fue suficiente para calmarla.
—Te amo, cielo, lúcete por nosotros, ¿sí? —pronuncié acariciando su carita, ella asintió.
—Respira y piensa que todo saldrá bien —le dijo mi novio y besó su frente, acto seguido corrió hacia su maestra.
Sin embargo, un pequeño niño rubio se atravesó en el camino de mi hija, el famoso Samuel Evans que tanto alborotaba las hormonasa Clau.
—Ese niño otra vez —susurré apretando los puños.
—¿Puedo darle una lección? —me preguntó Benjamín.
—Lo estoy pensando... lo pienso, analizo y... creo que es buena idea —ambos asentimos con la cabeza y caminamos hacia los niños.
—¡Oigan, par de imbéciles, ¿qué creen que hacen?! —el grito de Lucy nos detuvo.
—¡Ese niñito se roba la inocencia de nuestra bebé y solo queremos darle una pequeña amenaza! —exclamé.
—Es muy chiquita aún, ese niño la va a alejar de nosotros.
—Ay por favor, par de tontos, regresen a sus asientos. Claudia está creciendo, déjenla que sienta emociones, que experimente sus corazonadas, ¡que viva! Recuerden esto de ahora en adelante, puede que nos duela, pero Claudia no va a ser una niña para siempre.
Sus palabras nos dejaron completamente mudos, tenía razón, mas nunca lo habíamos pensado, siempre me había hecho la idea de que ella estaría conmigo toda la vida, pero no, era parte de este ciclo, crecer y hacer tu vida con alguien más, y eso hará Clau cuando sea adulta.
—Tiene razón —susurró mi novio con lágrimas en sus ojos—. Vamos a nuestros asientos, Joe.
—Cielo, estás llorando —dije mientras nos sentábamos.
—No, no, no —comenzó a limpiar sus lágrimas—. Se me entró una basura al ojo, es todo.
—¿Seguro?
—Sí, una basura llamada "no quiero que nuestra hija crezca" —me miró sumamente triste y a continuación las lágrimas empaparon su rostro, acción que me provocó el llanto de inmediato.
El telón se abrió justo en el momento en que abrazaba a mi novio para llorar junto a él, ahí vi a mi pequeña, tan sonriente al frente de todas las niñas, sonriendo tan feliz de poder conseguir lo que quería, nos miró a ambos y nos saludó con un guiño, a lo que todos le devolvimos el saludo con la mano. Y entonces comenzó a bailar, lo hacía como una profesional, nada podía impedirla cumplir con su trabajo, ella se lucía muy feliz y sonreía a todos, sobre todo a nosotros.
—¡Esa es mi hija! —chillé levantándome de mi asiento y atrayendo la atención de los espectadores—. ¡¿La ven?! ¡Es mi retoño!
—¡Joe, no hagas escándalo! —mi novio tiró de mi brazo, mas no logró sentarme.
—¡Mi hija de mis entrañas!
—¡Calmen a ese loco antes de que nos corran! —exclamó Rami.
—¡Cállate, Joe, Adam acaba de comentar en el live que no escucha nada por tus gritos! —gritó Gwil con el celular apuntando al escenario.
Al final, Lucy logró sentarme y tenerme quieto. Ese día lloré muchísimo, estaba tan orgulloso de verla tan fuerte y valiente, cumpliendo sus metas y haciendo lo que le gusta, no solté la mano de Ben en toda la presentación, todos la veíamos muy orgullosos y no dejábamos de llorar.
Cuando terminó, Claudia nos miró contentísima desde el escenario y bajó corriendo para lanzarse a nuestros brazos y llorar de felicidad, formando un lindo abrazo familiar.
—¡Lo logré, pas! ¡Lo logré! —exclamaba emocionada con lágrimas en sus ojos.
Sí, soy un padre feliz, orgulloso y agradecido con la vida por tener personas tan lindas a mi lado.
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Me dio sentimiento este cap, bye :')
Ya nos quedan 3 caps más y adiós c:
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