Capítulo 44
Joe:
—¿Listas chicas? —preguntó Lucy mientras se preparaba para lanzar el ramo a las solteronas.
—¡Sí! —gritaron todas muy emocionadas.
—Qué absurdo que solo las mujeres puedan agarrar el ramo —comentó Ben mientras se cruzaba de brazos.
—Reglas son reglas, Benny.
—¡Uno, dos...!
—Pues a la mierda las reglas —y cuando Lucy gritó tres, Ben corrió hacia las chicas y saltó para poder agarrar el ramo, afortunadamente logró conseguirlo, dejándome con la boca ligeramente abierta y a muchas solteronas descontentas.
Ben bailaba con el ramo, movía el trasero y levantaba las flores a la altura de su cabeza muy contento mientras daba saltitos.
—¡Eso no se vale! ¡Esto es solo chicas! —exclamó Adria.
—¡No me interesa! ¡Si soy chica por ser la pasiva de mi novio, no me importa! —dicho esto, corrió hacia mí y pegó un brinco para enredar sus piernas a mi cintura y besar mi mejilla—. ¿Verdad, amor?
Yo no podía responder, me sentía más rojo que la maldita nariz de Rodolfo el reno, así que solo me limité a asentir y caminar con él hacia el auto.
—¡Nos vamos a casaaaaar! —chilló y yo solo sonreí.
***
Ya nos encontrábamos en el local de la fiesta, habíamos comido una deliciosa cena y ahora, Lucy estaba agradeciendo a todos por venir, mientras soltaba algunas lágrimas.
—Y especialmente quiero agradecer a mi hermosa sobrina —mi amiga señaló a Clau—. Claudia Mazzello, porque si no hubiese sido por ti y la irresponsabilidad de tus padres, nunca hubiese conocido a Rami en el orfanato y nada de esto hubiese pasado.
—¡Te quiero, tía! —le gritó Clau y ella le envió un besito volado.
—Gracias a todos por venir y espero que disfruten de la fiesta —concluyó su discurso y todos comenzamos a aplaudir.
—¡Que viva el santo! —chilló Allen.
—Dios todavía no puedo creer que éste se emborrachó a media ceremonia —dijo Jessica mientras se tomaba las sienes.
—Tranquila, a todos nos puso en vergüenza —ella asintió ante mi comentario.
—Iré al baño, ya regreso —dicho esto, Benny se levantó de su asiento y caminó hacia dicho lugar.
—Papá —me llamó Clau—. ¿Algún día tú y mi papi Benny se casarán como la tía Lucy?
—Oh, claro que sí, pero ahora no, porque somos muy jóvenes y estamos más centrados en nuestros trabajos, tú sabes.
—¿Y mi papi va a usar un vestido blanco?
Solté una carcajada.
—Si lo desea, por supuesto, no me negaría a verlo así.
Ella sonrió y yo acaricié su preciosa carita, toqué su pequeña nariz y la abracé, amaba tenerla a mi lado. De pronto, la canción "Can't help falling in love" de Elvis Presley, resonó en mis oídos, todos dirigimos nuestra mirada a la pista, dónde una Lucy muy contenta bailaba abrazada a Rami. Una gran sonrisa se formó en mi rostro, estaba muy feliz por ella, y de verdad deseaba absoluta felicidad para la nueva pareja.
—Jess... ¡Hip! ¿Quieres bailar? —le preguntó Allen a la mencionada.
—¿Cómo negar a mi borracho favorito? —ella tomó su mano y juntos salieron a la pista.
Eso fue el detonante para que el resto de parejas saliera a bailar, miraba sonriente a todos, mientras esperaba que mi novio saliera de una vez por todas de ese estúpido baño para bailar con él. Miré mi hija, quien balanceaba sus pies mientras tarareaba la canción y movía a Corny para a hacerlo bailar. Entonces se me ocurrió una idea:
—Clau —ella me miró—. ¿Quieres bailar una pieza con tu padre? —sonrió como respuesta para luego asentir y tomar mi mano.
Caminamos hasta el centro de la pista, tomé sus manitos y me moví con ella lentamente de derecha a izquierda y viceversa, disfrutando cada segundo de la canción, porque bailar con mi hija es una de las mejores cosas que pude hacer, es como bailar con una princesa, pero esta princesita es mi hija, solo mía, y está conmigo, que es lo más importante. La tomé en brazos y extendí nuestros brazos para continuar bailando, ella sonreía contenta, algo que no había notado desde que la salvé de las sucias garras de Hope, me alegraba que poco a poco la felicidad regresara con ella, solo espero que se recupere por completo, porque odiaba verla mal y juro que daría lo que fuera por congelar el tiempo y bailar con ella por siempre. La canción terminó, y en cuanto vi a Brian pasar junto a mí, bajé a mi niña para que fuese a jugar con él. De inmediato, la canción "Unchained Melody" de Righteous Brothers retumbó en mis oídos, de inmediato los recuerdos llegaron a mi mente: en la despedida de soltero de Ben, él y yo bailamos esta canción, abrazándonos fuertemente, deseando poder estar juntos y no tener que sufrir tanto por ello. Sonreí en cuanto giré y observé a mi novio salir corriendo del baño para después lanzarse a mis brazos y abrazarse a mi cuerpo, su cabeza reposaba en mi pecho y sus manos subieron para enredarse en mi cuello. Rodeé su cuerpo y apegué mi cara a su suave y delicado cabello que tanto amaba olfatear y juntos bailamos lentamente al son de la música, disfrutando completamente la compañía del otro. A media canción, levantó la mirada y juntó nuestros labios en un lento y apasionado beso, mordí levemente su labio inferior y cuando nos separamos, unimos nuestras frentes y nos miramos a los ojos.
—Te amo —me susurró y un par de lágrimas rodaron por sus mejillas.
—Yo también —musité limpiando sus mejillas ahora húmedas por las lágrimas—. ¿Por qué lloras? —tomé su mano y besé sus nudillos delicadamente.
—¿Recuerdas la última vez que bailamos esta canción? —asentí mientras sonreía, no fui el único que lo había pensado—. Pues lloro de felicidad porque ahora puedo bailarla contigo libremente sabiendo que no debo casarme a la fuerza con alguien que no sea tú —acarició mi mejilla y lo abracé lo más fuerte que pude.
—Vas a hacerme llorar, maldito —una lágrima se deslizó por mi mejilla, nos separamos para mirarnos a los ojos y el comenzó a jugar con mi cabello.
—Te amo, Joe Mazzello, lo gritaré a los cuatro vientos, porque quiero que se enteren que nunca me arrepentiré de haberte encontrado y tenerte en mi vida.
—Benny... tú y Clau son lo mejor que me han pasado en la vida, podrá faltarme todo, pero menos ustedes —lo volví a abrazar—. Te amo muchísimo.
Esa fue una de las noches más románticas que pude haber tenido con él. Bueno, solo por el momento, porque solo bastó de un par de copitas para que lo romántico y tierno se nos fuera, y lo divertido y pendejo apareciera en nosotros.
—¡Mírenme ssssoy shuperman! —exclamé mientras extendía mi brazo derecho hacia adelante.
—Yo ssssssoy el de Madagascar —dijo Gwil.
—¡Y yo ssssoy tu padre! —gritó Benny haciendo referencia a Star Wars.
En ese momento, la Macarena retumbó en mis oídos, provocando una sonrisa en mi rostro. Tomé la mano de mi novio y corrí junto a él a la pista.
—¡La Macarena, Benny! ¡Bailemos! —comencé a hacer un baile tonto y él rio.
Creo que en ese momento hice pasos de baile de todo tipo, menos los que correspondían a La Macarena, estaba tan borracho que ni siquiera recordaba la coreografía, incluso pude ver a Allen y Gwil colocar sus manos en sus traseros.
—No recuerdo como sssse baila esssto —comentó Benjamín moviendo sus hombros exageradamente como Peter la Anguila.
—Yo peor, Benny, pero sssé que aquí nunca debes tocarte las nalgas.
—¿Ah no? —preguntó con las manos ahí.
—¡Ay, Benny! ¡No así!
En conclusión, entre copa y copa, la gente se alborota. Por eso, hasta la propia novia estaba más peda que todos los invitados juntos, era muy divertido verla así, o tal vez en este instante todo era divertido para mí, incluso ver un florero estático sobre una mesa. Estaba tan ido, que perdí de vista a Ben, me angustié tanto que comencé a llorar mientras lo buscaba por todo el lugar, caminé hacia Gwil, quien bailaba tomado de la mano de Allen, ¿y su esposa? Nadie lo sabía.
—¿Dónde essstá mi Benny? —le pregunté a Gwil entre lágrimas mientras tomaba su camisa bruscamente, Allen nos observaba raro.
—Oye no ssssoy tú shalvavidas para ssssaberlo.
—¿No sherá guardaeshpaldash? —cuestionó Allen.
—¡Ah sí cierto! —ambos comenzaron a reír.
—Diabloss, pinches tontos, no ayudan en nada —solté a mi amigo y continué caminando por la pista.
Movía mi cabeza hacia distintas direcciones, lo único que veía eran luces y personas bailando borrachas, pero nunca a mi Benny. Incluso llegué a marearme debido a todas las vueltas que daba para buscarlo. Estaba a punto de gritar y comenzar un berrinche a media pista, hasta que lo vi a lo lejos bailando frente a una planta muy alta. Junté mis cejas y caminé hacia él furioso, lo tomé de la camisa y lo alejé de la planta.
—¡¿Por qué le bailash a esha planta?! —le reclamé.
—¡Yo eshtaba bailando contigo!
—¡¿Tengo la cara verde acasho?!
—¿Eresh Hulk?
—¿Hulk? —ambos comenzamos a carcajear—. No vuelvash a engañarme con una pinshi planta, vamosh a bailar.
—Oye, ¿y Perry?
—¿Cuál Perry?
—Esha niñita que vive con noshotrosh.
—¡Esh tu hija, idiota! —exclamé levantando los brazos—. Eshtá con abuelito cabeshita de algodón, déjala y vamosh a bailar.
***
Joe, Benjamín y Claudia se encontraban en la habitación de la pareja mirando televisión. Shaggy llegó más tarde mientras movía la colita y sacaba la lengua. Saltó a la cama e intentó subir a ella sosteniéndose con sus garritas, sin embargo, como era tan pequeño, no tenía las fuerzas suficientes para hacerlo, agitó rápidamente sus patitas y cayó de espaldas al suelo, soltando un montón de aullidos en forma de llanto. Joe y Ben estallaron en carcajadas, a excepción de Claudia, quien de inmediato se levantó de la cama para socorrer a su perrito.
—¡Shaggy! —lo tomó en brazos y lo arrulló—. No llores, no pasó nada —miró enfadada a sus padres, quienes no dejaban de reír—. ¡Ya basta! ¡No es gracioso!
—Lo siento, Clau, pero es que es igual de tonto que Joe —la sonrisa del mencionado desapareció al escuchar aquellas palabras.
—Deberías ser comediante —le dedicó una sonrisa falsa y Ben le pegó.
—Bueno, ¿podemos dejar de hablar del pésimo humor de papi y jugar?
—Solo si tu papi se disculpa —Joe se encogió de hombros.
—¿Yo? ¿Disculparme de qué? —preguntó Ben confundido.
—Me ofendiste —el pelirrojo habló con la voz quebrada apropósito.
—¿Por qué te dije tonto? Joe, no exageres.
—Lastimaste mi corazoncito —comentó mientras hacía puchero.
—Papi, discúlpate ya, quiero jugar —se quejó la niña.
—Ah, Joe, perdón por compararte con el perro, él está más tonto que tú.
—¿Y no vas a besarme?
—Obvio —susurró y juntó sus labios en un suave y delicado beso.
—Iug, Shaggy, no veas eso —Claudia cubrió sus ojos y los de su perro.
Joe capturó el labio inferior de su amado y lo mordió con delicadeza después de haberlo succionado, la lengua del rubio entró en la boca del pelirrojo, permitiendo una batalla entre sus lenguas. El menor tomó el rostro de Ben y dio leves caricias en su mejilla con su pulgar.
—¿Ya dejaron de comerse sus bocas? —preguntó la niña con la mano en sus ojos—. ¿Ya podemos jugar?
***
—¡Alto en nombre de la ley! —exclamó Joe colocándose delante de Ben, quien se encontraba en un pequeño carrito de su hija, ¿cómo había entrado? Ni él lo sabía.
—Deme su licencia, señor —Claudia uso un tono de autoridad muy gracioso mientras se colocaba unas gafas.
—Oh sí aquí la tengo —Ben hurgó en sus bolsillos, al no encontrarla, entró en pánico y miró sorprendido a su hija—. Emmm, ¿si le doy unos billetes me dejaría ir?
—¡Eso es soborno, señor Jones! —exclamó Joe indignado—. Agente Claudia, arréstelo.
—Baje del auto por favor.
—Si tan solo pudiera —musitó mientras sacaba una pierna del auto, al intentar sacar la otra se le hizo difícil debido a su tamaño, se había atorado.
Antes de que Joe pudiese acercarse a ayudarlo, Ben perdió el equilibrio y de esta manera su cuerpo se tambaleó hacia la izquierda y cayó con el carrito sobre él.
—Genial acaba de atropellarme mi auto estacionado.
—¿Sabe con qué puede sobornarme, señor Jones? —preguntó Joe mientras quitaba el auto del cuerpo de Ben y se posicionaba sobre el mencionado con sus rodillas a cada lado de su cuerpo.
—¿Cómo?
—Con un beso —dicho esto, acabó con la distancia que los separaba.
Ben subió sus manos hacia el rostro de Joe y enrolló sus piernas a su cintura, abrió su boca y permitió que la lengua del pelirrojo ingresara en él. En cuanto se separaron, Joe comenzó a dar múltiples besitos y mordiscos en el cuello de su amado, soltando un gruñido con cada uno, el mayor reía por las cosquillas que le provocaba mientras acariciaba el cabello del menor.
—Oigan, aún sigo aquí —dijo Claudia con sus manos cubriendo sus ojos.
—Oh, lo siento, Agente Claudia —se disculpó su papá mientras se incorporaba.
—Con ustedes no se puede jugar porque solo se la pasan besando —la niña rodó los ojos y salió de la habitación.
—¿A dónde vas? —le preguntó el mayor.
—A Fondo de Bikini.
Los padres rieron negando con la cabeza y Joe se acercó a su novio para capturar delicadamente con sus dientes el labio inferior de su novio y así volverlo a besar.
--------------------------------------------------Meses después-------------------------------------------------------
Narrador omnisciente:
—Muy bien princesitas, les tengo una gran noticia, así que siéntense por favor —anunció la maestra y todas las niñas obedecieron mientras la miraban atentas—. ¡El sábado, 18 de febrero, tendremos nuestra primera presentación!
Todas las niñas soltaron un grito de celebración junto a la maestra, y es que el sueño de ellas era presentarse por fin, luego de tantos días de práctica, se sentían más que listas.
—La obra será: "La Bella Durmiente" de Tchaikovsky y para esto, escogeré a la más talentosa para que sea nuestra Prima Ballerina, nuestra bailarina principal y más importante de la presentación.
Entonces los ojos de Claudia se iluminaron demasiado, aquel brillo adornaba sus ojitos y daba a entender que estaba muy emocionada por saber quién sería, obviamente lo deseaba, amaba el ballet con toda su existencia y a pesar de su condición, siempre se destacaba entre todas las niñas, así que tenía la sospecha de que la maestra diría su nombre para encabezar el grupo y ser la Prima Ballerina.
—Y nuestra elegida es...
—Vamos, vamos, vamos, sé que puedo —susurró Clau cruzando los dedos.
—¡Tatiana!
Todas comenzaron a aplaudir contentas mientras se levantaban del suelo y corrían a abrazar a la niña, a excepción de Virginia, quien permaneció al lado de Claudia para darle ánimos mientras palmeaba su espalda. Tatiana era una gran competencia para Clau, no era mejor que ella, pero bailaba más debido a la condición de la pequeña y eso la ponía furiosa, así que se levantó del suelo y caminó hacia Julia.
—Maestra Julia, ¿por qué no me escogió?
—Ay, Clau —la mayor se arrodilló a su altura—. Créeme que tú fuiste mi primera opción, pero tú sabes que no puedes cansarte demasiado y esta obra necesitará de muchísimos ensayos.
Los ojitos de la niña comenzaron a cristalizarse, miró a Tatiana y el resto de niñas y no pudo evitar sentir celos hacia su oponente, quien daba saltitos junto al resto y miraba a Claudia mientras se burlaba de ella. Soltó un sollozo y limpió las lágrimas acumuladas en sus ojos, la maestra no pudo evitar sentir pena por ella, así que la abrazó mientras acariciaba su espalda lentamente, pudo notar la presencia de Virginia también, quien la miraba sumamente triste.
—Tranquila, Clau, a pesar de que Tatiana sea la elegida, siempre serás la mejor en el ballet para mí —le tranquilizó su amiga.
—Es que yo... yo quería ser la... principal —la pequeña no podía hablar por las lágrimas.
—Pero, Clau, debes entender que no puedes cansarte demasiado.
—Le prometo que no me pasará nada, deme una oportunidad, por favor —Claudia suplicó mientras juntaba sus manos en forma de oración—. Le demostraré que podré con esto.
—¿Y qué haré con Tatiana?
Que se vaya a Marte. Pensó.
—¿Podemos salir las dos? —comenzó a jugar con sus dedos nerviosa.
—Es difícil, pero lo haré, solo porque las dos son mis mejores alumnas, ¿Ok?
—¡Síííí! —la pequeña comenzó a dar varios saltitos contenta y su amiga Virginia la abrazó.
—Niñas, nuestra Prima Ballerina adicional, será Claudia Mazzello, quien junto a Tatiana nos ayudarán a brillar en la pista.
—¿Qué? —Tatiana sonaba muy molesta—. ¡No! ¡Maestra Julia, no es justo!
—Ambas son las mejores de mi clase, Tati, y ambas merecen esta oportunidad, así que... —dio dos palmadas en el aire—, ¡a trabajar!
Estaba decidida, no iba a bajar la guardia frente a su competencia, demostraría ser la mejor sin importarle sus problemas respiratorios. Por primera vez desobedecería a sus padres.
***
Ben llevaba horas grabando escenas para su nueva película bajo la luz del sol intenso que hoy hacía en Los Ángeles; sin embargo, trabajaba muy contento en el set. Joe se encontraba en el set de The Pacific grabando la última temporada de la misma, el tiempo había pasado tan rápido que la serie ya casi terminaba. Cuando Ben terminó de grabar, fue a su camerino, dónde vio su celular sobre una mesa. En cuanto notó que tenía más de diez llamadas perdidas de Joe, el miedo se apoderó de su cuerpo y comenzó a temblar. De seguro algo malo había pasado o tal vez su novio había hecho alguna estupidez en la casa. De todas maneras, le marcó de inmediato, quien sabe y qué había pasado. Llevó el celular a su oreja mientras golpeaba con sus uñas una silla de madera y esperaba a que le contestara.
—¡Benny! ¡Al fin apareces!
—Estaba trabajando, amor, lo siento, ¿qué pasó? ¿Estás bien?
—Eso no importa... estoy en el hospital.
—¡¿Qué?! ¡¿Qué pasó?!
—Es Claudia, Benny —suspiró—. Tuvo otro ataque.
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