Los rayos del sol lastimaban los ojos del pelirrojo, con el dorso de su mano cubrió su rostro mientras suspiraba, detestaba el sol tan tedioso que se presentaba en los días de grabación. Observó de reojo a Ben pasar delante de él, no le dijo nada, debía mantener la distancia, sobre todo porque Ari observaba cada movimiento que realizaba, sus celos y desconfianza habían crecido tanto que se había tomado el atrevimiento de ir al set, no solo para "hacerle compañía" sino para vigilar que no anduviera con Ben. Así, el pobre de Joe se sentía como un preso, no tenía libertad ni para ir al baño y eso estaba mal, quería poner un alto a eso, pero algo dentro de él le decía que no lo hiciera, y no entendía el por qué. Pronto, Brian dio una indicación para que todos fueran a sus lugares, suspirando pesadamente, Joe fue con Gwilym, Rami y Ben a grabar su escena.
Vamos, solo toca el bajo y listo, irás a casa.
¿A casa? Definitivamente no, después de Bohemian Rhapsody debía ir por Claudia a la escuela y después al set de The Pacific, cosa que llevaba haciendo durante una semana y lo tenía agotado todos los días.
Lo único que lograba subirle los ánimos era él.
—Vamos, chiquillo, a rockear se ha dicho —le dijo Gwil y de inmediato sintió una nalgada, el pelirrojo abrió los ojos muy grandes y miró a su amigo.
—¡Oye! ¡Mis pompas!
—Oh lo siento, Ben me matará.
—¿Quieres callarte y tocar de una vez? —habló cansado de sus bromas, desde la fiesta de Clau llevaba molestándolo con el rubio, cosa que a Joe lo lastimaba, porque con solo escuchar su nombre, sentía una ligera presión en el pecho.
—Aguafiestas —el británico rodó los ojos y Brian dio el grito para que comenzaran de una vez
***
Las grabaciones habían terminado, y Joe estaba muerto, había tocado y bailado por más de una hora y sentía que ya no daba más.
—¡Chicos! ¡Reunión! —chilló Allen colocando sus manos alrededor de su boca como un megáfono—. ¡Solo el cast! —enfatizó aquellas palabras dirigiéndose hacia Ari, quien rodó los ojos y le dedicó una mirada de odio.
—Te espero en el auto —le dijo a Joe y este asintió—. No te demores.
—¡Mandarina! —gritó Aaron y todos rieron.
—¡Ya basta! —un Ben muy enfurecido calló a todos, al parecer alguien tampoco estaba teniendo un buen día.
—Gracias —le susurró el pelirrojo pasando por su lado, ni siquiera se quedó ahí para entablar una plática, por miedo a que Ari los viera.
Todos caminaron lejos del set, acercándose a un espacio en el que se encontraban todas las cosas necesarias para la filmación: pantallas verdes, cámaras e iluminación. Allen comenzó a hablar, explicando que el fin de mes terminaría todo y que debían mantener el contacto porque habían formado una gran familia. Joe no prestaba atención, su vista estaba clavada en el suelo, hasta que escuchó que alguien gritó la palabra "festejemos" y el ambiente se tornó alocado, encendieron una radio vieja que se encontraba cerca y todos comenzaron a bailar, a excepción del pelirrojo, quien se limitó a observar.
—¿Por qué el bailarín estrella no está ahí? —saltó sobre su lugar al escuchar la voz de Ben detrás de él.
—No estoy de ánimos.
—¿Es por la bruja?
—En parte sí, estoy cansado.
—Vamos, deja el estrés de lado, bailemos un poco —Ben posicionó sus manos en los hombros del menor para comenzar a dar un masaje en el lugar—, ya hasta han formado un grupo.
—Te dije que estoy cansado.
—El Joe que yo conozco bailaría así no tuviera piernas, vamos, tu novia no está aquí.
El pelirrojo lo pensó unos minutos y luego asintió sonriendo, porque se había dado cuenta de que Ben aún tenía esa habilidad de convencimiento sobre él. Todos aplaudieron al ver a Joe posicionarse al frente del grupo conformado por Lucy, Aaron, Allen y Ben. Joseph guió los pasos mientras todos lo imitaban y reían juntos. El cansancio se iba poco a poco, parecía que solamente necesitaba un poco de diversión para que sus ánimos volvieran.
Cuando Joe regresó a su camerino para cambiarse, encontró un pequeño sobre encima de su sillón, el cual tomó, abrió y sacó de él una tarjeta blanca que decía:
"Ven a la despedida de soltero de Ben, este jueves 20 de junio."
Joe no quiso leer más al sentir una terrible sensación en su pecho. Se casaría, Ben se casaría con alguien que no era él.
Un mensaje de Ari que le recordaba que llegaría tarde a su otro trabajo distrajo sus pensamientos, rápidamente se vistió y peinó su cabello. Tomó la tarjeta y la guardó en su bolsillo, pensando en si iría o no.
***
—¿Vas a ir o no? —le preguntó Sebastian.
—No lo sé, baboso, por eso te lo pregunté a ti.
—Entonces anda, por diversión.
—¿Y Ari?
—Miente, dile que el cast de alguna de tus tantas películas han organizado una reunión y que irás solo.
—Eres increíble, ni siquiera a mí se me ocurrió.
—Definitivamente estarías perdido sin mí —dijo el mayor levantándose de su silla—. Disfruta bien al rubio joto y cojo a escondidas de su prometida —le guiñó un ojo y Joe le tiró la botella del refresco que estaba bebiendo.
—¿Y tú cómo sabes que en el cast de BoRhap lo llaman así?
—Gwil me lo contó —se encogió de hombros y salieron del camerino de Joe para ir a trabajar.
***
Claudia había quedado al cuidado de Manuel mientras Joe y Sebastian grababan sus escenas. La niña se encontraba dibujando en una pequeña mesa de plástico, al lado de un Manuel profundamente dormido en una silla. Al terminar admiró su pequeña obra de arte: sus papás tomaban cada una de sus manos y al lado estaba Ari tachada con color rojo.
Escribió los respectivos nombres: papi Benny, yo, papá Joe y Ari, las faltas de ortografía se hacían presentes, pero no era su culpa, apenas estaba aprendiendo las letras en la escuela, ni siquiera sabía si es que tenía coherencia lo que había escrito, pero no le importaba, ya que lo esencial para ella era expresarse mediante aquel dibujo y sobre todo plasmar sus deseos tan anhelados.
Al ver a su padre acercarse, dobló la hoja y la guardó en uno de sus bolsillos para después ir con él a casa.
***
Miraba la tarjeta sentado en la cama, apoyando sus codos en sus rodillas. No podía despegar su vista del pequeño pedazo de cartulina blanca con diseños extraños, mientras se decidía en si ir o no. Quería, pero sabía que no podría estar con él, por Ari y por Kat. ¿Por qué lo había invitado si él mismo le había dicho que no podían ser nada? ¿Por qué lo torturaba de esa manera? Otro debate se formó en su cabeza y logró estresarlo, necesitaba tomar una decisión ahora, porque mañana sería dicho evento. Quería una señal, por lo menos para decidir.
De pronto, la canción "Come and get your love" retumbó en sus oídos, la melodía del principio le provocó que moviera sus hombros de lado a lado junto a su cabeza y tarareara las primeras palabras:
—Hey,hey, what the matter with your head head (hey, hey, ¿qué pasa con tu cabeza?) —susurraba mientras pensaba.
https://youtu.be/AyFDKq69w3c
Esta vez arrugó la frente y juntó sus cejas al darse cuenta de que aquella oración por alguna razón correspondía con su situación.
—Come and get your love (Ven y recibe tu amor) —volvió a cantar y abrió los ojos muy grandes.
V-E-N Y R-E-C-I-B-E T-U A-M-O-R.
¡Claro! Esa era su señal, la canción "Ven y recibe tu amor". Estaba claro, debía ir, por lo menos para darle un beso de despedida y no volver a pensar más en él, dejarlo libre y aprender a vivir sin él.
Se levantó de un salto de la cama y se acercó a su armario para buscar uno de sus atuendos más elegantes y sexys que tenía, mientras bailaba alegre la canción que sonaba en la radio.
—¡Come and get your love! —cantaba a gritos y sonrío al encontrar un pantalón de tela azul marino, con el cual hizo juego con una camisa y unos zapatos negros de cuero.
Sonrió al ver la combinación que había creado, este outfit sería perfecto para aquella noche y sin lugar a dudas, luciría muy sexy para Ben.
—¡Come and get your love! —comenzó a dar vueltas con la ropa mientras la abrazaba contra su pecho—. ¡Come and get your loooove! —al girar una vez más se detuvo cuando vio a su novia bajo el marco de la puerta mirándolo confundida.
—¿Qué diablos estás haciendo? —le preguntó con una sonrisa en su rostro.
—Nada —dijo y fue a dejar la ropa en su lugar con Ari detrás suyo.
—¿Y esa ropa tan elegante, para qué?
Tomó un respiro y giró para enfrentarla y decírselo de una vez, los nervios abundaban su cuerpo.
—El cast de Undrafted hará una reunión, ¿puedo ir? —sacó todas sus habilidades como actor para mentirle
Ari lo miró seria, no porque no le agradaba que saliera y tuviera que cuidar a su hija, sino porque iría solo y no la llevaría. Hasta que recordó su estado y dejó ir aquellas ideas de su cabeza.
—Anda, yo cuidaré de Claudia.
Joe sonrió sorprendido, en verdad no se lo esperaba, se acercó a su novia y besó sus labios contento.
—Gracias, amor—le susurró y salió de aquella habitación.
***
El gran día había llegado, el pelirrojo no podía evitar sentirse nervioso mientras se miraba al espejo abotonándose su camisa. Al terminar se dio un último vistazo, solo quería cerciorarse que todo estuviera en orden para la gran noche, se guiñó un ojo apuntándose con sus índices y salió de su habitación.
—Qué muñeco más lindo ven mis ojos —Ari se le acercó en cuanto lo vio bajando las escaleras.
—Gracias —le guiñó un ojo—. Bueno, ya me voy, volveré a las tres, ¿ok? —tomó su rostro con ambas manos y ella asintió, a continuación, besó sus labios—. Adiós, te amo.
—Y yo a ti.
El muchacho salió de su casa a paso rápido y pulsó uno de los botones de su llave para abrir su lujoso auto. Entró en él y se miró una última vez al espejo, estaba irresistible y olía a macho varonil, tal y como le encantaba a Ben. Se colocó unas gafas para "camuflar" su identidad y encendió su auto para partir a su destino.
***
Después de andar en su auto por varios minutos porque se había perdido, Joe logró llegar al lujoso Salon Brandy, lugar que Ben había alquilado para organizar su fiesta. El chico aparcó su auto en el estacionamiento y permaneció sentado durante algunos segundos, pensando en cómo le robaría un beso a escondidas de los presentes. La sensación de cosquillas en su estómago regresó de imprevisto, provocando que el muchacho cubriera su rostro con ambas manos y suspirara. Bajó las manos y se miró por el retrovisor, era hora. Salió de su auto y lo aseguró bien, pasó frente a uno de los ayudantes del parqueadero sin saludarlo o desearle una buena noche, incluso sintió una mirada de envidia por parte de aquel chico, sin embargo, no le tomó importancia. Por favor, era Joe Mazzello, un tipo millonario, lo tenía todo, una hija hermosa y una linda novia que debía valorar, pero se negaba por un chico irresistible que le había hecho daño.
Entró sin más al salón, quedándose plasmado al mirar un montón de luces viajando por el lugar: rojas, azules y moradas, hacían un contraste perfecto. Había un montón de personas por doquier, pero su vista solo buscaba a una en especial. No sabía si su corazón había comenzado a latir rápidamente por el sonido de la música o porque había visto a Ben al fondo, al lado de la gran mesa llena de bocadillos y alcohol, conversando con un tipo algo gordo y rubio que no conocía, por un momento sintió celos del chico a pesar de que no sabía quién diablos era, Ben sonreía alegremente junto a él, y eso era algo que solo Joe podía hacer; por más egoísta que sonara, aquella risa tan tierna era de su propiedad. Estaba perfecto, no había duda, llevaba consigo una camisa blanca con un saco y pantalón de mezclilla negro y zapatos de igual manera negros pero muy brillantes, precioso, simplemente precioso, lo declaró como la octava maravilla del mundo.
Pensó en acercarse a él y llevarlo lejos, pero tampoco podía aprovecharse, Ben merecía disfrutar de su fiesta, así que luego lo molestaría. Bajo el potente ruido de la música, logró escuchar el llamado de su amiga Lucy desde lejos, giró varias veces sobre su lugar hasta que la vio agitando su mano un poco cerca de los baños que estaban a su derecha, Gwil, Allen y Aaron estaban con ella. Sonrió y caminó hacia ellos saludándolos después con un gran abrazo a cada uno.
—¡Creímos que no vendrías! —exclamó Allen extendiéndole una copa de ron adicional que traía en su otra mano, Joe la tomó y bebió su contenido, esa noche bebería sin parar por Ben.
—¡Te lo dije! ¡Es su amor prohibido, no se resistiría! —Gwilym recibió un golpe de parte de Joe.
—¡Bueno, no nos quedemos aquí parados hablando de la vida amorosa de Joe! —dijo Aaron alzando un poco la voz por el ruido de la música—. ¡Vamos a bailar!
Todos aceptaron con un grito y elevando su copa en el aire, a excepción de Joe quien permaneció callado y solo sonrió para ir con ellos a la pista. Algo pasaba en él, notó que se había convertido en un amargado, ¿y la razón? No la sabía con certeza, tal vez estaba pensando mucho en Ben y eso lo distraía de ser quién es realmente, ese tipo loco y alegre que no deja de bailar a cada instante. No quería ser así, detestaba ser amargado, no iba con su personalidad, así que agitó su cabeza y se abofeteó ligeramente, quería sacar a Ben de su cabeza de una buena vez, ¿por qué no se iba? Luego se ocuparía de él, primero debía beber y mover el culo con sus amigos, divertirse y pasarla bien. Levantó la mirada encontrándose a sus amigos mirándolo confundidos, tragó saliva y luego sonrió.
—¡A moverse! ¡Esto es una fiesta! —exclamó de pronto y todos sonrieron, los más satisfechos fueron Gwil y Lucy.
De alguna manera tenía que alegrarse, así que tomó dos vasos de ron que un mesero llevaba en una charola y de inmediato llevó el líquido a su boca, ambos vasos sin parar, luego tomó dos más y devolvió los vasos al mesero, quien lo observó confundido, Joe le enseñó su pulgar y el muchacho se alejó de él.
—Guau, ¿qué fue eso? ¿Tan temprano quieres marearte? —le preguntó Gwil de pronto.
—Ah por favor, amigo, ¿a qué diablos vas a una fiesta? No creo que a tomar té con galletas, ¿o sí?
—Sí, pero... ¿cuatro vasos seguidos? —preguntó extrañado—. ¿No es muy rápido?
—¿Ah sí? —el pelirrojo levantó las cejas retándolo—. Pues mira y aprende —dicho esto, fue a paso rápido al bar para regresar no con un vaso, sino con una botella de ron que bebió con desesperación.
—Amigo, tú quieres matarte hoy, debiste escoger una botella de algo suave.
—No me interesa —Joe se terminó la botella y la dejó en una mesa, la cabeza comenzaba a darle vueltas, así que tomó a su amigo del brazo y caminó hacia el pequeño círculo que habían formado sus amigos en la pista.
La canción Levels de Avicii resonaba en los parlantes, Joe comenzó a hacer movimientos extraños y contagió su energía a los demás, quienes lo imitaron mientras reían, el muchacho se había convertido en el alma de la fiesta, ¿y quién no con todo el alcohol que había bebido?
Otro mesero -con semblante amargado- se acercó al grupo que más tarde había crecido, el resto del cast de Bohemian Rhapsody estaba completo, la sonrisa de Joe relucía en el lugar, pues se alegraba que toda la familia estuviera unida, incluso Roger y Brian habían traído a Adam Lambert, solo faltaba uno que aún se mantenía alejado de ellos junto a su amigo misterioso. El camarero les ofreció vodka y Joe tomó dos copas, las cuales de un solo bocado se las llevó a la boca, todos gritaron al ver su reacción y Allen ordenó una botella para proponerle un reto.
Diablos, otra botella, pensó Joe mientras se tambaleaba en la pista.
La botella llegó al cabo de unos minutos y el chico se acercó a un Joe muy bailarín y feliz, le enseñó la botella y él acercó su copa para que le sirviera, pero Allen negó con la cabeza, le quitó la copa y colocó la botella en su mano. Todos abrieron los ojos muy grandes, a pesar de que nadie había notado que ya se había bebido una botella de ron, Adam fue el primero en gritar:
—¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!
—¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! —los demás se unieron.
Allen acercó la botella ya abierta a la cara de Joe, quien bebió la mitad de la botella, la misma que alejó con una mueca y soltando un grito de victoria. Todos aplaudieron y pidieron más copas para embriagarse al igual que Joe.
Minutos más tarde, los muchachos decidieron descansar un poco y sentarse en algunas sillas que estaban ahí, ya no podían más, sus cabezas eran varias montañas rusas alocadas que no dejaban de dar vueltas y vueltas. Comenzaron a hablar estupideces, productos de todo el alcohol que habían bebido, Allen fue el primero en caer, experimentó una arcada y cubrió su boca para echarse a correr al baño, Adam soltó una gran carcajada junto a los demás y lo persiguió con su celular, grabando aquel momento embarazoso. De pronto, Joe escuchó un pitido proveniente del micrófono que llamó su atención y provocó que levantara su mirada, vio a Ben con el cabello muy desordenado parado en la tarima, con el micrófono en la mano y luchando por mantenerse de pie cinco segundos.
—¡Que vivvvvva el noviooooooooooo! —chilló extremadamente borracho y todos rieron.
—¡Aún no te cashas! —le gritó Lucy colocando sus manos alrededor de su boca, simulando un altavoz.
—¡Como ssssea! —le devolvió el grito y una sonrisa se dibujó en el rostro de Joe al verlo en dicho estado.
La mirada de Ben se cruzó con la suya, el pelirrojo aún mantenía aquella sonrisa picarona en su rostro. El rubio bajó de la tarima y caminó sonriente y con una copa en su mano hacia Joe, quien no despegó sus ojos del menor. Se detuvo en seco y lo miró de pies a cabeza, de verdad estaba feliz de tenerlo frente a él.
—Viniste —Ben no podía expresar su felicidad, ni quitar su sonrisa de su rostro.
—No iba a perderme tu dessssspedida de sholter... —Joe se calló bajando la mirada y su expresión pasó a ser seria, había recordado que dentro de dos días, su amor prohibido se casaría.
Sintió unas manos acariciar sus mejillas, levantó su cabeza y lo miró, estaba sonriendo, aquella sonrisa le hizo saber que todo estaba bien de nuevo.
—Vamos —el menor tomó su mano y lo encaminó a la segunda planta del local, donde se encontraban montones de personas besándose salvajemente, por un momento los malos pensamientos llegaron a su mente
¿Y si me viola? Pensó y luego se abofeteó mentalmente.
Pero no, Ben no hizo más que llevarlo al balcón, donde podían observar toda la brillante cuidad. La brisa de la noche chocaba contra sus rostros y de alguna manera les brindaba la verdadera paz que necesitaban ambos. Sus rostros estaban fijos en todas las luces que alumbraban Los Angeles, era una vista tan preciosa que ni siquiera sintieron incomodidad por el silencio que se había formado en el ambiente. Pero pronto, el silencio fue detenido por Joe, quien giró un poco hacia su derecha para observar al menor.
—¿Por qué me trajissssste aquí? —su voz no sonaba clara y su aliento era asqueroso.
—Quería estar a solas contigo, ya sabes, para hablar.
—¿De la vida?
—Sí, Joe, de la vida —dicho esto tomó la mano del pelirrojo sin quitar su vista de sus ojos.
—¿Puedo preguntarte algo? —le dijo después de un momento de silencio.
—Claro, Joe.
El muchacho suspiró y se tomó un poco de tiempo para formular la pregunta que tanto quería hacer desde el primer día que lo vio, sin embargo, nunca se atrevía. Podía estar borracho en este momento, pero no le interesaba, es más, la borrachera lo hacía más valiente y se sentía listo para preguntárselo, además, pensaba que este sería un excelente momento. Tomó aire y luego lo soltó lentamente.
—¿Por... por qué te fuiste?
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Al fin sabrán la verdad sobre la desaparición de Beeeeen uwu
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