Capítulo 7
—¿Eh Dylan? ¿Entras? —me preguntó Thomas mientras caminaba cerca de él y Clau, quienes se encontraban sentados al borde de la piscina
—Ah, no gracias así estoy bien
—Anda, ven, se ve que necesitas diversión
Rodé los ojos al ver un tierno puchero en su rostro, rayos siempre lograba convencerme con su bella cara de bebé. Me quité mi pantalón, camiseta y calcetines, quedando de esta manera en traje de baño, a continuación salté a la piscina y provoqué la risa de ambos.
—¡Ese es el espíritu!
—¡Llegó mi cerdito favorito! —el grito que pegó Alex hizo que todos miráramos en dirección a la puerta, donde lo vimos abrazando a Blake y sacudiendo su cabello
—¡Blake! —le gritó Clau mientras lo saludaba con su mano y de inmediato el niño se nos acercó
—¡Hola Clau! ¡Hola Dylan! ¡Hola Thomas!
—¿Qué hay pequeño? ¿Quieres entrar? —le pregunté
—¡Claro que sí! —dicho esto, corrió hacia la casa para cambiarse, luego de unos cinco minutos, regresó con un salvavidas al rededor de su cuerpo y saltó a la piscina, luego nadó hacia nosotros—. ¿Quieres usar mi flotador, Clau?
—No gracias, tengo miedo al agua
—Oh bueno entonces... —salió de la piscina y caminó hacia su mochila, sacó de ella un par de juguetes y regresó con nosotros—, juguemos con mis barquitos
—¡Qué buena idea! Papá, papi, si quieren ir a nadar con los demás no importa, me quedaré con Blake
—¿Nos estás echando? —levanté una ceja
—No, pero ustedes no son niños como nosotros
—Thomas cuenta por tener cara de bebé —Ki se unió a nuestra conversación
—¡Sal de aquí chino metiche! —exclamó Tom mientras lo salpicaba con agua
—¡Soy coreano! —ahora mi amigo lo salpicó
—¿Estás segura de que quieres quedarte sola? —mi hija asintió y yo suspiré
—Vamos Dylan, no pasará nada —dijo Thomas mientras tomaba mi mano debajo del agua, acto que se sintió lindo—. Porque Ki se quedará a cuidarlos, ¿no es así? —lo miró y el asiático abrió los ojos sorprendido
—¡Oh, abrió los ojos! ¡Es la primera vez que veo que un chino lo hace! —exclamó Blake
—¿Quieres callarte niñito? O le diré a Kaya que te meta al horno junto al cerdito que están asando —al escuchar aquella frase, Blake simuló cerrar su boca con un cierre—. ¿Y por qué debo cuidar a los bebitos de set?
—Porque eres metiche —Thomas pellizcó sus mejillas y él se retiró
—Está bien, lo haré solo porque quiero ganar mi apuesta con Kaya, pero sin hacer cochinadas, ¿eh?
—¿Qué cochinadas hacen ellos? —le susurró Blake a Claudia
—No lo sé, nunca nadie me lo quiere decir —le respondió y yo solté una risita
—Te cuidas, ¿sí? No te muevas de aquí, por favor —le hablé a mi hija y ella asintió—. Te amo —besé su frente y tomé la mano de Tom para adentrarnos en la piscina—. Juguemos al Titanic —él me miró raro
—¿Cómo se juega?
—Tú eres el barco y yo el Iceberg que te hundirá —dicho esto me monté sobre sus hombros, como lo tomé por sorpresa, resbaló y ambos nos hundimos, segundos después, salimos a la superficie, pude notar que Tom intentaba recuperar la respiración
—¿Quieres matarme acaso? —dijo después de toser un par de veces
—¡Sí, pero a besos, chiquito! —me lancé a sus brazos y nuevamente nos hundimos
—¡Dylan basta! —exclamó cuando salimos y esta vez hundió mi cabeza en el agua
—¡Yo soy el Iceberg! ¡Solo yo puedo hundirte! —ahora repetí su acción
Más tarde, después de un largo rato ahogando a Thomas en la piscina, Kaya anunció que la comida ya estaba lista, así que salí de la piscina con Tom detrás de mí, saqué a Claudia y coloqué una toalla sobre sus hombros para que no tuviera frío, en cuanto vio a Blake salir también, fue con él y lo llevó a jugar con sus fichas. Entre todos los presentes ayudamos a colocar la mesa, es decir, platos, vasos, cucharas, servilletas y esas cosas. Todos se sentaron a comer cuando todo estaba servido, llamé a Clau y esperé a que Thomas se sentara para poder estar a su lado, y así fue, cuando lo hice, una pequeña sonrisa se formó en su rostro. Alex trajo una botella de champán de la cocina y la abrió con un sacacorchos, todos soltaron un grito de festejo y le dieron sus copas para que las llenara.
—Papá, ¿qué es eso? —me preguntó Clau señalando mi copa
—Es champán, amor
—¿Puedo tomar el champán?
—No
—¿Por qué?
—Porque solo es para grandes
—¡Yo ya soy grande! Papi, ¿verdad que ya soy grande? —le preguntó a Thomas
—No Clau, obedece a Dylan —le dijo él y ella se cruzó de brazos—. O bueno, ¿quieres una probadita?
—¡Oye! —exclamé golpeando su brazo—. No la hagas alcohólica
—Ah, solo será un poquito, no pasará nada
—Bien, pero un poquito
Thomas acercó la copa a Claudia y ella bebió un sorbo de su contenido, su reacción fue fruncir el rostro y escupir.
—¡Qué asco! ¿Por qué les gusta esto?
—Te dije que solo era para los grandes —le guiñé un ojo y alboroté su cabello
—Yo soy más grande que Clau —dijo Blake de pronto—. ¿Puedo tomar champán también?
—No, tú no —respondió Tom
—Ay
—No te preocupes, no nos perdemos de nada, estaba asqueroso, mejor disfrutemos de la gaseosa, porque a los grandes les encanta las cosas feas —Claudia lo animó
—Como tus papás con sus novias —le susurró el niño y ambos comenzaron a reír, a pesar de su susurro, pude escucharlo perfectamente
—Te escuché —lo señalé con mi dedo y él se escondió detrás de Clau—. Pero debes aceptar que la de Thomas está más fea
—¿Que yo qué? —preguntó el mencionado
—Nada, que estás bien guapo —le guiñé un ojo y él sonrió ligeramente
—Bien, atención todos —habló Kaya golpeando una cuchara contra su copa—. Primero que nada agradezco a todos por venir, en verdad son muy especiales para mí. Gracias a esta película hemos hecho amistades de por vida, somos una gran familia y todos nos amamos
Al escuchar aquella frase, tomé la mano de Thomas por debajo de la mesa y le sonreí, pude notarlo nervioso.
—Es por eso que quiero brindar, por The Maze Runner y por nosotros, ¡que nuestra amistad sea eterna! ¡Salud!
—¡Salud! —dijimos todos en coro mientras chocábamos nuestras copas, incluso Clau y Blake chocaron sus vasos con refresco
—¡Espera! —le grité a Thomas y se asustó—. Hagámoslo así —crucé mi brazo con el suyo y bebimos nuestras copas muy pegados
—Owww, son muy lindos —dijo Aml y Thomas lo fulminó con la mirada—. Ah qué digo... ¡QUE VIVA MAZE RUNNER!
—¡Que viva! —gritaron todos y yo negué con la cabeza
De inmediato todos se sentaron para comer, tomé un cuchillo y un tenedor y corté la carne del plato de Claudia.
—Todo, ¿sí? Nada de papá ya no avanzo —ella asintió y yo besé su frente
—Haces un buen trabajo —me dijo Thomas llevándose un trozo de carne a la boca
—Gracias —le sonreí
A partir de ese momento no dijimos ni una palabra más y nos concentramos en comer. Al principio solo se escuchaba el roce de los cubiertos con los platos, pero después solo bastó que Ki hablara para que la mesa se llenara de risas y bromas.
—¿Te han dicho que te ves sexy cuando comes? —le pregunté a Thomas y él casi se atora
—¡Dylan! —sus mejillas tomaron color
—Awww te sonrojaste
—No es cierto, es el calor
—Sí, claro, lo que tú digas, Sangster
Sonreí internamente mientras bebía un poco de refresco, mi plan comenzaba a funcionar.
***
Día 2:
—¿Quieres ayudar en algo? —me preguntó Thomas y yo asentí con cara de tonto, de inmediato un balde cayó a mis brazos—. Ve a traer más fertilizante
—¡Y corte! —gritó Wes—. Muy bien chicos, eso fue todo por hoy
Thomas se recargó sobre un poste y tomó su machete que se encontraba clavado en el suelo, lo observó con cautela y lo lanzó por los aires para después atraparlo del mango y observarlo con una sonrisa.
—Y ahora, ¿cómo te digo? ¿Ninja? —me burlé y él me apuntó con machete, retrocedí un par de pasos ante su reacción—. Oye tranquilo viejo
—Me tienes miedo —sonrió y bajó su arma
—¿A ti? —comencé a reír—. No lo creo
—¿Quieres probar de qué estás hecho?
—¿Quién dijo miedo? —le enseñé mi mejor sonrisa picarona y me lancé contra él, sin embargo, Thomas fue más fuerte y me empujó hacia adelante
—Anda —hizo un ademán con sus manos, indicándome que me volviera a acercar, y eso hice, corrí hacia él y extendió sus brazos, también lo hice
Nuestras manos se unieron y ambos utilizamos toda la fuerza que teníamos para hacer retroceder al otro. Fruncimos el rostro mientras continuábamos empujando, tomé un poco de impulso y logré que Thomas retrocediera un par de pasos, luego tres, cuatro y así hasta que fueron más de diez. Pude notar la presencia de Will, quien nos observó curioso y luego negó con la cabeza.
—Parecen niños —comentó mirándonos
—Tú pareces Sid de Toy Story y a ti nadie te dice nada
Thomas soltó una carcajada a la cual yo también me uní, nuestro amigo me fulminó con la mirada y se alejó de nosotros, giré mi cabeza y lo observé irse, por un momento tuve el presentimientos de que nos haría algo, pero no fue así. Aquella acción hizo que perdiera ventaja y que Thomas lograse empujarme dos pasos, para el tercero me tropecé con una piedra y ambos caímos al suelo entre risas. Nuestras risas comenzaban a bajar de tono hasta que nos quedamos callados, mirándonos el uno al otro, miré sus carnosos labios y Thomas levantó una ceja, al parecer me leyó la mente o simplemente adivinó lo que pasaba en mi sucia cabeza. Me señaló con su índice, advirtiéndome que no hiciera nada loco, pero no pude resistirme, sus labios eran tan deliciosos que no me importaba que los demás nos miraran. Junté nuestros labios de golpe y él comenzó a golpear mi pecho para que me separara, sin embargo no se lo permití y lo apegué más a mi cuerpo para que no pudiera intentar escapar. Giró su cabeza bruscamente y logró separarse, me fulminó con la mirada e intentó apartarse de mí.
—¡Aquí no tonto! —me susurró y me moví para cambiar de posiciones, esta vez yo sobre él
—No tiene nada de malo —comencé a besar su cuello
—¡Dylan basta!
—No quiero
—Dylan, Thomas, yo sé que se aman, hasta he llegado a shippearlos, pero basta de actos románticos en el set —me quedé congelado al escuchar la voz de Wes, por lo que el rubio aprovechó para tirarme a un lado
—Lo siento Wes —se disculpó Thomas y se alejó de ahí a paso lento, posiblemente con las mejillas rojas al igual que yo
***
Día 3:
—¡Hoy es tarde de películas! —chilló Clau mientras caminábamos por el parque—. ¿Te apuntas papi?
Sí, Thomas también estaba con nosotros, lo había convencido de ir juntos a al parque con mi hija, de igual manera su hotel quedaba muy cerca a mi casa, así aprovechaba para que pasara más tiempo con ella y de esta forma lograra encariñarse y darme el sí el miércoles, en cuatro días, tenía que hacer todo lo que estaba a mi alcance para tenerlo de vuelta.
—No lo sé, debo ir a hacer unas compras hoy —se excusó, sin embargo sentía que estaba mintiendo
—Anda papi, las compras pueden esperar, o si quieres te acompañamos, ordenamos una pizza y vamos a nuestra casa a ver películas los tres
Sonreí para mis adentros, le había dicho a Claudia que convenciera a Thomas para ver películas en nuestra casa cueste lo que cueste, no importaba si implicaba gastos u otras cosas, y al parecer lo hacía muy bien.
—Si tu papá quiere —me miró y yo asentí—. Entonces vamos
Fuimos en mi auto al supermercado más cercano, ya adentro, senté a Claudia en uno de los carritos de compras y lo sostuve desde atrás para empujarlo, Thomas iba a mi lado muy camuflado con un par de gafas y una chaqueta de cuero, casual de él.
Pasamos por la sección de lácteos, Thomas caminó hacia uno de los estantes e intentó alcanzar una botella de yogurt que estaba en lo más alto del mismo. Sonreí y caminé hacia él para tomarlo de la cintura y elevarlo, acto que provocó que se asustara y soltara un pequeño grito, reí ante aquel acción y él tomó el yogurt, golpeándome con el mismo.
[[Ya sé que Thomas es una pinche jirafa, pero tenía que ponerlo :') es muy tierno]]
—Se dice gracias maldito rubio malagradecido —le dije sacándole la lengua
—Gracias —susurró y yo sonreí
Continuábamos buscando cosas para Thomas, papel higiénico, toallas, jabón, caramelos y algunos bocadillos para la película. Caminé detrás de él y me le acerqué para recostar mi quijada sobre su hombro, tomar sus manos sobre el tubo del carrito y apegarme cada vez más a su cuerpo. Pude sentir que se ruborizó ante mi tacto.
—Dyl... Dylan, aquí n... —su voz fue callada debido a un pellizco que le proporcioné en el trasero—. ¡Oye! —le guiñé un ojo y besé sus labios
—¡Guácala, no frente a mí! —Claudia se tapó los ojos y ambos reímos
Después de pagar, fuimos a mi casa, Claudia corrió a alistar la habitación mientras Thomas y yo servíamos toda la comida en varios platos entre risas. Subimos las escaleras y fuimos a mi habitación, dónde Clau nos esperaba en la cama con una manta y un montón de almohadas. Dejé la bandeja al filo de la cama y al ver una foto de Britt y yo besándonos corrí desesperadamente hacia ella y la escondí en mi mesita de noche, por suerte, Thomas no miró lo que hice. Me recosté al lado izquierdo de mi hija, y por el contrario, Tom fue al derecho. La película comenzó, tomé la comida y la acerqué a nosotros para poder disfrutarla con la película.
—¿Qué película es? —preguntó Thomas
—El Rey León —respondió mi hija—. Ayer la compramos, mi papá dice que es muy linda
—Lo es
La película transcurría y la comida se iba terminando poco a poco. Tomé un cachito y lo coloqué en mi boca al mismo tiempo que me acercaba a Thomas y tocaba su hombro para llamar su atención. Giró su cabeza y me miró confundido, señalé el cachito y él negó con la cabeza.
—Ah, vamos, no me rechaces
—Déjame ver la película
—Solo una mordidita —hice puchero y comencé a mover el cachito de izquierda a derecha—. ¿Siiii?
—Ah, está bien —rodó los ojos y sonreí
Me coloqué en cachito en la boca nuevamente, se acercó a mí y lo mordió, rápidamente le robé un beso y giré para continuar mirando la película.
—Dylan —hice caso omiso a su advertencia y continué con mi vista clavada en la televisión, sin que se diera cuenta, Claudia y yo chocamos nuestros nudillos
La hora de la estampida llegó, pude notar cómo mi pequeña se preocupaba por Simba, y peor fue cuando Mufasa estaba sosteniéndose con sus garras sobre la roca, pidiéndole ayuda a su hermano Scar. Soltó un grito cuando cayó y todos los búfalos lo aplastaron.
—¡No! —chilló y yo sonreí al ver su reacción, era muy tierna
Cuando Simba intentaba reanimar a su padre, Claudia comenzó a sollozar, el llanto llegó al ver al león llorar y huir del cadáver de Mufasa. Tuve que pausar la película cuando Clau se tiró sobre Thomas para llorar abrazada a su pecho. El rubio se sorprendió y automáticamente la abrazó, acariciando su cabeza e intentando calmarla.
—Es solo una película, Clau
—Me recuerda a ti —levantó la cabeza y lo miró con lágrimas en los ojos
—No te entiendo
—Cuando no estabas, me sentía como Simba —escondió su cara en su pecho nuevamente—. No quiero que te vayas otra vez
Thomas y yo nos miramos conmovidos. Me acerqué a ellos y acaricié lentamente la espalda de Clau para darle consuelo, de inmediato tomó nuestras manos y nos miró.
—No quiero que me dejen nunca
—Siempre estaré para ti, recuérdalo —besé el dorso de su mano
—¿Y tú papi? —ambos lo miramos
—Ah... sí corazón, ¿y si seguimos mirando la película?
Thomas tomó el control para reanudarla, mientras Claudia asentía y dirigía su vista a mí, le dediqué una mirada para darle a entender que todo saldría bien y que haría todo lo posible para que Thomas regresara, ella me sonrió y regresó su vista al televisor.
Día 4:
—¡Hey! ¡Hey! ¡Ayuda! —gritaba mientras tenía a Chris sobre mis talones a punto de atacarme
Chris saltó sobre mí, me tumbó en el suelo e intentó atacarme, cosa que Thomas impidió al "golpear" su lanza contra la cabeza de mi agresor. Me levanté y después de algunos diálogos, Chris fue llevado lejos y Wes cortó la escena. Antes de que Thomas pudiera ir a su camerino, lo tomé de la mano y lo llevé lejos de ahí, al árbol vigía.
—¿Por qué me trajiste aq...? —guardó silencio debido a un beso que le di, al separarse de mí me miró serio, solté una risita—. ¿De qué te ríes tonto?
—Eres muy tierno cuando te enojas
—¡No soy tierno!
—Oh si lo eres —pelizqué sus cachetes y los moví varias veces—. Tommy el tierno
—Y tú Dylan el baboso
—Muy gracioso —me hice el ofendido y lo llevé escaleras arriba
Cuando estuvimos en lo más alto, nos miramos atentamente y le sonreí, una pequeña sonrisita se formó en su rostro. Regresamos nuestra vista al horizonte, observando el sol y las nubes moverse lentamente a su lado.
—Es hermoso, ¿no? —el asintió
—¿Por qué me trajiste aquí? —me volvió a preguntar
—Es un lugar muy tranquilo, te brinda paz interior y te ayuda a pensar
—¿Pensar qué?
Tomé su mano y me apegué más a él.
—En mí, en nosotros
—Dyl...
—Shhh —lo callé con un beso muy suave y delicioso—. Disfruta el momento
Asintió y permanecimos en silencio, hasta que el tono de llamada de su celular interrumpió nuestra paz. Lo sacó de su bolsillo, dejando a la vista el emisor de la llamada: "Bella, mi amor ❤️". Desvié mi vista, para no ver cómo deslizaba su dedo por la pantalla y contestaba, pero al no escuchar su voz, giré mi cabeza y lo miré guardando su celular en su pantalón nuevamente, levanté mis cejas y él sonrió levemente.
—Dijiste que disfrutara el momento
Una gran sonrisa se formó en mi rostro. Con mi mano derecha rodeé su cuerpo y lo apegué más hacia mí, pude sentir cómo recostó su cabeza en mi pecho y buscó mi mano para tomarla. Suspiré feliz, a partir de ese momento nadie dijo una palabra en todos los diez minutos que pasamos ahí arriba, podíamos sentir las miradas de la mayoría del cast, pero no nos importó, incluso decidimos ignorarlos para solo ser él y yo.
***
Día 5:
—¡Mirenme soy el Newt! —exclamé caminando al lado de Thomas y quitándole su machete que traía en la mano
—¡Oye Dylan, devuélvemelo! —comenzó a dar varios saltitos, levantando su brazo y estirándose mientras yo colocaba el machete sobre su cabeza
—No —ahora caminé con el objeto y lo giré varias veces en el aire, cuando este estaba a punto de tocar el piso lo tomé del mango—. Voy a imitarte un momento —di pasos exagerados, moviendo mis caderas de lado a lado—. Mírenme, soy el segundo al mando, Thomas no entres al laberinto
—¡Oye yo no camino así!
—Bueno ya, sé que exagero, pero esto no me lo vas a negar —dicho esto comencé a cojear—. Mírenme mi trasero casi explota por culpa del papucho de Dylan O'Brien
—¡Dylan cállate! —corrió hacia mí y cubrió mi boca, luego la lamí y se alejó soltando un sonido de asco
Reí y volví a lanzar el machete, este dio algunos giros en el aire y luego lo dejé caer apropósito. Thomas había colocado sus manos sobre sus rodillas observando todo lo que hacía.
Cuando estuve a punto de levantarlo y volverlo a tirar, sentí que me empujó y caí al piso con él sobre mí.
—Ya basta, Dylan
—¿Estás enfadado?
—No, pero ya párale, ¿no?
—Oblígame —aquella palabra fue lo suficiente para que juntara nuestros labios
Abrí mis ojos como platos como reacción, ni siquiera podía seguirle el beso porque me había quedado muy sorprendido, nunca me imaginé que haría eso, creí que sería complicado, pero al parecer Thomas había cedido por fin. Cerré mis ojos y llevé mis manos a sus mejillas, permitiendo que su lengua ingresara a mi boca y jugara con la mía. Podía sentir un montón de mariposas en el estómago, batallando entre todas, aunque por la sensación podría decir que se trataba de gorilas intentando darme a entender que estaba enamorado otra vez de él, o tal vez no otra vez, quizá nunca dejó de gustarme, siempre lo esperé a pesar de todo, y es que puedo ser un tonto por darle una oportunidad cuando no se la merece, pero lo amo y no lo voy a negar, lo amo tanto que lo intentaría todo por él, atravesaría cualquier adversidad solo para estar junto a él, volver a formar una familia juntos y ser felices sin importar lo que digan los demás, eso deseaba, ser feliz a su lado y hacer todo lo posible para que así sea.
Tuvimos que separarnos al quedarnos sin aire, lo miré asombrado al igual que él.
—Oh Dios —musité con la voz agitada
—¿Qué?
—¡Al fin me besaste! —exclamé contento y él sonrió, esa sonrisa que era producto de mí
Volvió a juntar nuestros labios, esta vez el beso era más delicado. Sonreí sobre sus labios al darme cuenta de que había cerrado sus ojos y que sus mejillas tomaban un lindo color rojo, todo por mí. Al separarnos, ambos nos miramos con una sonrisa, levanté mis manos lentamente y comencé a acariciar su cabello, como si buscara algo en él. Thomas me enseñó sus perfectos dientes y sus ojitos achinados, acercó su cabeza a la mía, por un momento creí que me daría un cabezazo, pero no, simplemente lo hizo para darme un pico y volver a caer contra el llano. Sonreí ante su acción.
—Lo siento —susurró
—Ah cállate —y volví a besarlo
—¡Chicos basta de actos románticos en el set! —gritó Wes de pronto y ambos nos separamos de golpe
Día 6:
Narrador onmisciente:
—¿Por qué estás pelón en esta? —le preguntó Thomas al castaño señalando una foto de Dylan en el set de Teen Wolf
—Tenía que hacerlo para mi personaje, ya sabes, uno debe cambiar sus apariencias
—Yo tomé esa foto —comentó Claudia
—¿De verdad?
—Sí, es una de las pocas que no salieron movidas o torcidas, ella siempre me acompañaba al set, ¿verdad Clau? —ella asintió—. Y lo sigue haciendo
—¿Ya podemos ver la película? —preguntó la niña un tanto cansada, sus padres habían estado mirando un álbum por mucho tiempo y ella lo único que quería era ver el Rey León 2
—Ponle play —dijo Thomas dejando de lado el álbum
***
Tal y como lo habían ensayado, a media película, Claudia gateó hacia adelante para ver mejor la película, boca abajo a la cama y apoyando su cabeza en sus manos. Ahí fue cuando Dylan agradeció que su niña sea tan inteligente y aprovechó para apegarse a Thomas y tomar su mano. Cuando Kobu y Kiara se reencontraron, ambos sintieron aquel impulso de besarse, y eso hicieron, sus labios jugueteaban, sus mejillas se pintaban de un lindo color rojizo, desde ese momento no miraron más la película, solo se besaron hasta cansarse.
Pero cuando estaba a punto de terminar, los tres escucharon la puerta abrirse, rápidamente Claudia pausó la película y se mantuvieron en silencio para saber de quién se trataba. Dylan pensaba en qué tal vez un ladrón había entrado a la casa, por lo que se levantó de la cama para buscar su bate de baseball y así proteger a las dos personas que más amaba, sin embargo, soltó aquel objeto al escuchar una voz muy familiar:
—¿Dylan? ¡Amor, he vuelto!
Era Britt.
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Preparen todo, pañuelos y mucho helado, porque el siguiente cap estará bien intenso 7u7
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