Capítulo 59 (FINAL)
Una pistola reposaba en su mano, la cual temblaba levemente a medida que se acercaba hacia ambos. Esa mujer estaba hecho un desastre, su ropa rasgada, su maquillaje corrido y su cabello era un alboroto, parecía que había salido de una película de terror.
Coloqué mi cuerpo delante de mi novio para protegerlo, sin embargo, él se adelantó y me cubrió con su cuerpo.
—Tommy...
—Esto es conmigo, Dyl, déjame arreglarlo —me interrumpió mientras se acercaba con terror a Gzi.
—¡Volvió la bruja! —me dijo Clau con sus labios desde su asiento, le hice señas para que no gritara nada y se quedara con Kaya, quien la escondía contra su pecho por si a esa loca se le ocurría disparar.
—Gzi... por favor, baja el arma —mi novio temblaba, intentaba que su voz fuese lo más calmada posible para no alterar a la chica—. ¿Quieres hablar? Hagámoslo, pero el arma no es necesaria.
—Ni hablar, Thomas —ella lo apuntó con el arma e inmediatamente palidecí—. He venido únicamente a impedir tu hermosa boda. Deja a Dylan y cásate conmigo, así no acabaré con todos aquí.
—Gzi, por favor, esto es algo tonto, nuestra falsa relación terminó, no te amo, nunca lo hice. Mi corazón pertenece únicamente a Dylan y a mi hija.
—¡¿Y todos tus halagos?! ¡¿Todas las cosas bonitas que decías de mí eran falsas?! ¡Habla, querido Thomas! ¡¿O temes que tu matrimonio barato y con un chino de cura no se lleve a cabo?
—¡Oye, esa es una ofensa para mí! —exclamó Ki desde el fondo.
—¡Entiende que solo lo hice por mi hija! ¡Jamás le fui infiel a Dylan!
—¡¿Y los besos que nos dimos?!
—¡Nunca fue real, lárgate de aquí ahora! —mi novio pegó un grito estruendoso.
—¡No iré a ningún lugar! ¡Chicas, ahora!
Lo que vi a continuación fue algo que me dejó helado por varios segundos y no me permitió reaccionar, y es que de repente sentí cómo alguien rodeaba mi cuello con su antebrazo y apuntaba mi sien con un arma.
—Hola, Dylan, qué gusto saludarte otra vez —esa voz de Pitufina la reconocería en cualquier lugar: Isabella Melling.
—¡Que nadie se mueva! —un grito muy conocido me hizo temblar y provocó el miedo y los gritos de desesperación en todos los invitados, al girar mi cabeza para buscar el sonido, mi rostro palideció al ver a Britt apuntando con un revólver a Kaya y a mi hija.
—¡Papá! —gritó Clau muy asustada mientras se abrazaba a mi amiga.
—¡Una palabra y te vuelo los sesos, mocosa tonta!
—¡Más cuidado en cómo le hablas a mi hija, Brittany! —error mío al gritar, ya que recibí un golpe en la cabeza con la pistola que traía Isabella.
—¡Ahora se quedarán aquí mientras me llevo a Thomas al auto! —chilló la cabeza de Maruchan—. ¡Y pobres de ustedes si intentan algo, porque Bella y Britt también están armadas y pueden matar al novio, a la niña chinchosa o a cualquier imbécil aquí presente!
—¡Tommy, no! —grité con la voz quebrada, las lágrimas habían salido sin avisar.
Mi matrimonio se estaba yendo al carajo.
—Te amo —fue lo último que pudo decirme antes de que Gzi se lo llevara.
—Un momento —la desagradable mujer detuvo su paso y centró su mirada en mi hija—. Creo que hoy tendré premio doble.
—No, Gzi, no te atrevas —habló Tommy con la voz quebrada.
—Pues lo haré, mi vida —le sonrió—. Quiero que la niña venga con nosotros.
—¡A mi hija no la tocas! —el grito que pegué fue tan fuerte que alarmé a todos los presentes.
—¿O prefieres que la mate delante de tus ojos? Vamos, solo quiero divertirme un momento con ambos.
—No... yo-no me quie...ro ir con Gzi —suplicó Clau mientras temblaba—. Papá, haz algo...
—¡Ven aquí, mocosa, antes de que acabe con tu padre! —entonces llevó el arma a la sien de Tom.
—Te lo ruego, no lo hagas, todo menos ella —no dejaba de llorar—. Iré yo, pero déjala en paz.
—Si no viene en cinco segundos, juro que acabo con la vida de Thomas en este instante.
—¡Mátame entonces! —chilló mi novio con lágrimas en sus ojos.
—¡No! —entonces mi hija corrió hacia ella—. ¡Iré, pero no... lo ma...tes!
—¡Claudia no! —grité sollozando.
—Estaré bien, papá, recuerda la promesa —me miró con sus tristes ojos azules—. Y si muero, por lo menos lo hice por mi papi.
—Qué niña tan obediente, ¡ahora caminen! —dicho esto, tomó a Clau del brazo y apuntó la espalda de mi novio con la pistola para obligarlo a andar.
Narrador omnisciente:
Los tres blondos se encontraban en un faro situado a quinientos metros del altar donde se había arruinado la boda de Dylan y Thomas, este último aferraba con fuerza la mano de su hija contra la suya, intentando calmar su llanto con una leve caricia, porque Gzi no les permitía hablar. Maldecía el día en que entabló conversación con esa mujer, el día en que se le ocurrió buscar una amistad, se odiaba por ser torpe al no conocerla antes de entregarle su confianza, ahora no sabía si él o su hija morirían, incluso el pobre de Dylan que quién sabe qué estaría haciendo en este momento.
—Papi, si morimos, quiero que sepas que te amo mucho, a ti y a mi papá —le susurró la pequeña abrazándose al brazo del rubio.
—No vamos a morir, Reina, algo se me ocurrirá... no te dejaré morir, lo prometo, pero también te amo muchísimo, mi angelito.
Llegaron hasta la cima del faro y Gzi se detuvo delante de ambos para girar frente a ellos.
—Mocosa, ven aquí —ordenó al ver cómo la pequeña abrazaba con fuerza la pierna de su padre.
—¿Qué... me vas... a hacer? —preguntó aterrorizada.
—¡Que vengas, te digo! —entonces tiró con fuerza de su brazo y la separó de Thomas.
—Espera, Gzi, no...
—¡Silencio, Sangster! Esta mocosa lo único que hizo fue fastidiarme mientras estaba contigo, y ahora pagará.
—Gzi, te lo suplico, no le hagas daño, apenas es una niña...
—¡No me interesa! ¡Ahora tú! —tiró bruscamente de la pequeña para llevarla al pasamanos del faro, el cual impedía que los turistas cayeran desde una altura enorme—. Quiero que saltes.
—¿Qué? ¡No, por favor, tengo mucho miedo a las alturas!
—¡He dicho que saltes! —dicho esto la cargó y la sostuvo por fuera del pasamanos, un movimiento y Claudia caería.
—¡Papi! —la niña gritaba desesperada mirando al vacío: un montón de rocas bañadas bajo la fuerte corriente de las olas de mar.
—¡Gzi, no! —Thomas se acercó de inmediato para salvar a su hija, mas la rubia fue más rápida y lo apuntó con la pistola, sin embargo, eso no fue impedimento para el rubio, no le importaba si moría, le daba igual, solo quería poner a salvo a Claudia.
—¡Lárgate! —entonces pateó al rubio en su punto débil y lo dejó sin aliento en el piso—. ¡Esto es para que aprendas que Gzi Wisdom nunca pierde! ¡¿Oíste?! —entonces sostuvo a Claudia de su brazo, si abría la mano estaría muerta.
—¡PAPI! —gritaba la niña con terror.
—Y ahora tú, ricitos de oro, te vas a morir —le sonrió la rubia desde arriba, Thomas lloraba al sentirse tan impotente y no poder salvar a su niña.
—¡SUELTA A MI HIJA, MALDITA! —al rubio nunca le había alegrado tanto el escuchar la voz de su esposo, quien se encontraba en la puerta y de inmediato corrió contra ella.
Comenzaron a forcejear, Gzi aún no soltaba a Claudia, así que, con el poco esfuerzo que le quedaba, Tom se levantó aún sin respiración y se apoyó en el pasamanos para estirarse y tomar la mano libre de su hija.
—¡Papi, súbeme!
Entonces Gzi soltó la mano de Claudia, obligando a Thomas a emplear más fuerza para no dejarla caer e intentar subirla, giró su cabeza mientras tiraba de la niña y vio a Dylan y a Gzi forcejeando en el suelo, por lo que rápidamente subió a Claudia y la abrazó para llevarla dentro.
—Cielo, quédate aquí, no salgas hasta que papá y yo vengamos por ti —habló lo más rápido que pudo, la niña no dejaba de llorar.
—Por favor no dejes que esa loca los mate, no quiero perderlos.
—No pasará nada, cielo, solo quédate aquí y no salgas hasta que todo haya pasado —entonces el rubio besó la frente de la niña, la abrazó y regresó con Dylan.
El castaño logró levantarse y huir de las garras de Gzi, quien no dudó ni un segundo en perseguirlo, por lo que Thomas decidió ir tras ella cuando escuchó que ella había comenzado a disparar. Logró agarrarla por la cintura y la mujer comenzó a forcejear, caminó con todas sus fuerzas hacia el pasamanos nuevamente y empujó al rubio contra este para tirarlo al vacío.
—¡Gzi, basta, si continúas nos caeremos ambos!
Pero la rubia no obedecía y continuaba con su maldad, ya estaba a punto de tirar a Thomas, de no ser porque Dylan llegó a tiempo y empujó a la mujer con todas sus fuerzas para que dejara en paz a su esposo, sin embargo, no contó con que Gzi se sujetaría de su brazo y lo obligaría a caer también. Con suerte, Tom logró agarrar su mano antes de que ambos cayeran, mas el peso era tan grande que el rubio apenas podía agarrar a su esposo, por lo que su cuerpo se impulsaba hacia abajo a punto de caer también.
Dylan dirigió su vista hacia abajo y vio a Gzi intentando trepar por su cuerpo para salvarse, acción que empeoraba la situación para Thomas, lo único que le tocó hacer al moreno fue sacudirse para que la mujer cayera, pero era imposible, la fuerza que empleaba era muy grande.
Solo había una cosa que podían hacer...
—Tommy... suéltame...
—¡¿Estás loco?! ¡No lo voy a hacer! —entonces intentó subirlos a ambos, pero falló en el intento, Dylan cada vez se le resbalaba.
—¿Quieres caer tú también y dejar huérfana a Claudia? —Dylan miró a Thomas con lágrimas en sus ojos.
—Dyl, no, por favor...
—Hazlo, cielo, solo suéltame, déjame caer.
—¡No lo escuches, Thomas! —gritó Gzi.
—¡Tú cállate! —Dylan no se contuvo más y le proporcionó una patada, la rubia se abrazó al cuerpo del moreno para evitar caer—. Tommy, si me amas, déjame caer.
—Claro que te amo, pero no soy idiota, debe haber una forma.
—¡Solo suéltame, joder!
—¡No lo haré!
—¡Papá, cierra los ojos! —entonces Claudia se apoyó en el barandal con un extintor en sus manos y lo activó sobre la cara de Gzi.
La mujer comenzó a gritar al sentir el frío proveniente de aque aparato, entonces no pudo más y soltó el cuerpo de Dylan, cayendo al vacío y terminando con su vida de una vez por todas.
Thomas abrió los ojos sorprendido y no dudó ni un segundo en levantar a Dylan con el máximo esfuerzo posible, sus músculos dolieron gracias a ello, pero al final todo valió la pena, porque en menos de un parpadeo, el moreno ya se encontraba arriba nuevamente, de inmediato, los tres se abrazaron con desesperación y rompieron en llanto.
—Clau... ¿cómo...?
—¿Ya les dije que el papá de Sam es bombero? —la niña apenas sonrió para volverse a abrazar a sus padres.
—Olvídalo, Clau, ya me cae bien ese niño, es más, lo quiero como yerno —comentó Thomas y de inmediato tomó el rostro de Dylan para besar sus labios agradeciendo completamente el no haberlo perdido.
Dylan:
—Dyl... —Tommy apenas pudo hablar, su voz sonaba como la de un niño muy asustado, así que no dudé en apretarlo contra mi pecho.
—Tranquilo, Tommy, ya pasó.
—¡No vuelvas a pedirme una cosa así, ¿oíste?! —ambos nos miramos en silencio—. Si caes, te ayudaré a levantarte —repitió las palabras que había dicho en sus votos y sonreí—. Creí que uno de los tres moriría, tuve mucho miedo.
—Oh no no, cielo, si algún día sus ojitos llegarían a cerrarse sería porque no luché lo suficiente para mantenerlos abiertos, y yo jamás haría eso.
—Te amo, Dyl, como no te lo imaginas —susurró con una pequeña sonrisa, sin embargo, el miedo aún estaba presente en su vocecita.
—Yo también pensé que todos moriríamos —comentó Clau mirándonos.
—Estamos vivos, cielo —dije acariciando su carita—. Y eso es lo que importa.
Solo pasaron un par de minutos para escuchar el sonido de una ambulancia aproximarse, seguido de los gritos de Kaya y Ki quienes interrogaban si estábamos bien mientras corrían hacia el faro. Lo único que pude hacer fue sonreír aliviado, el peligro había pasado al fin
—¡Chicos! ¡Dios mío, están vivos! —Kaya y Ki se nos acercaron con un par de paramédicos que revisaban si nos habíamos hecho daño.
—¿Están todos bien por allá?
—Sí, tu plan funcionó de maravilla, Dylan —Ki palmeó mi espalda.
—¿Qué plan? —preguntó Tommy.
—El de tirarnos contra las dos viejas y llamar a la policía, Gzi fue muy tonta al dejarnos a todos con ellas, ¿por qué crees que Dylan fue a salvarlos? —Kaya sonrió—. Las otras dos ya están en las patrullas listas para ir a su nuevo hogar.
—¡Eres nuestro héroe, papá! —chilló Clau abrazándonos a ambos.
—Te amo, Dyl —entonces Tommy entrelazó nuestras manos y me besó con dulzura.
—Bueno... —susurró mi amigo el asiático—. ¡¿Continuamos con la boda?!
***
—Y como decía antes de que esas locas arpías llegaran a cagar todo —Ki aclaró su garganta, después de verificar que todos estuviéramos bien—. Si hay alguien que se oponga a este santo y joto matrimonio, que calle ahora o calle para siempre, no mamen, pero puto el que hable, porque ya no quiero más sorpresitas ni sustos.
El ambiente estaba más calmado, las patrullas se habían retirado y llevaron consigo todo rastro de terror en los invitados. Ahora tenía nuevamente a mi precioso novio delante de mí.
Ante las palabras de Ki, nadie dijo nada, silencio total.
—Bien. El silencio otorga, así que, por el poder que me confieren todos los chinos, yo los declaro marido y pasiva. Dylan, puedes besar al novio.
Ya estaba, la sonrisa no se me borraba del rostro, no había otra cosa que lo hiciera, así que, sin dejar de reflejar mi felicidad en mi cara, tomé el rostro de mi esposo y lo atraje hacia mí para darle el beso más sincero del mundo. Pude sentir que sonrió sobre mis labios y una lágrima suya rebotó contra mi dedo que acariciaba su pómulo. Sus labios, qué mejor paraíso en el que pueda perderme, eran una tentación tan grande que no podía dejar de acariciarlos con los míos. Suaves, rosaditos y carnudos, los probaría todo el día porque ¡ahora estos labios son míos!
No pude evitar ponerme nostálgico mientras nuestras bocas encajaban como un par de piezas de rompecabezas, las memorias formaban en mi mente una gran nube de momentos que había pasado con este hombre tan maravilloso. Entonces recordé nuestro primer beso, cuando besé a aquel chico asustado y confundido que me había abierto muchísimas puertas, entre ellas la de la felicidad.
Ese mágico momento me hizo llorar con sentimiento y para cuando nos separamos, mi rostro estaba lleno de lágrimas al igual que el de mi novio, a quien no dudé en abrazarlo y apretarlo contra mi corazón, el lugar que le pertenecía completamente.
Todos los invitados aplaudieron contentos, pude observar a mi hija, Kaya y Ki Hong llorando de felicidad desde su asiento.
Con ellos empezamos y con ellos terminaremos.
—Te amo, Dyl —me susurró mi esposo con la voz entrecortada, en respuesta volví a besar sus labios que tanto me gustan.
—Y yo a ti, Thomas Brodie O'Brien.
—Ya soy O'Brien —susurró contento y volvió a besarme.
—¡QUE VIVAN LOS NOVIOOOOOOS! —chilló Kaya contenta y de inmediato escuchamos un par de explosiones.
Era hermoso. Besaba los labios de mi esposo con delicadeza y felicidad, mientras un montón de confeti descendía cerca de nosotros. Escuchaba los aplausos y gritos de felicidad de mis amigos y más emocionado me sentía, mi corazón palpitaba tan deprisa que sentía que en algún momento llegaría a salirse de mi pecho por todo el sentimiento que estaba experimentando en este momento.
Cuando nos separamos, cargué a Tommy y corrí contento a lo largo del pasillo. Pude ver con el rabillo del ojo que Clau y Shaggy nos perseguían. Todo el mundo estaba feliz, al final de aquel pasillo nos echaron arroz para festejar nuestro tan esperado matrimonio.
Los fotógrafos se hicieron presentes, no tengo noción de cuántas fotografías se obtuvieron de ese día, pero debo decir que disfruté cada una de ellas, mirar a mi hija correr sobre la arena junto a su cachorro, mientras no dejaba de agradecer por su salud; y a mis amigos festejando con abrazos y risas el hecho de estar juntos y a salvo.
Si fuese por mí, detuviera el tiempo en este momento para vivirlo por siempre.
***
—Dylan y... Thomasss... ¡HIP! —soltó un Ki muy borracho desde la tarima, el pobre apenas podía pararse y sostener el micrófono—. Yo losh conozzzco deshde que eran unos bebeshitos y ahora son ¡unos bebeshotes!
—¿Cuánto bebió? —le pregunté a Kaya.
—Apenas un shot de tequila, pero ya sabes cómo es, hasta con el agua se emborracha.
—Y chicosh... ¡HIP! ¡Los amo chingadama...!
—¡Eso fue todo! —lo interrumpió Posey mientras le quitaba el micrófono —. Gracias por tus lindas palabras, ahora quiero pedir al par de jot... digo novios que se acerquen al centro de la pista para su precioso vals.
Los aplausos se hicieron presentes en todo el lugar, sonreí con timidez y tomé la mano de mi esposo para llevarlo a la pista a bailar junto a él. La canción de Foreigner "I want to know what love is" comenzó a retumbar en las bocinas, la suave melodía me provocó una sonrisa y lo único que pude hacer, fue tomar de la cintura a mi novio para acercarlo a mi cuerpo y juntar nuestras frentes mientras nos movíamos de lado a lado al son de la música.
Pude percibir un leve sollozo proveniente de la persona a la que estaba unida en este momento, levanté mi mirada y aprecié un montón de lágrimas en su rostro, pero no me preocupé, porque sabía perfectamente que aquellas gotas saladas eran producto de la felicidad que experimentaba, porque yo también la sentía, así que opté por apretarlo aún más contra mi pecho para sentirlo cerca y saber que ya nada malo pasaría desde ahora, de eso estaba muy seguro.
Todo estaba bien y en orden, hasta que mis ojos captaron la silueta de mi hija bailando con ese chico... Sam, ¿y cómo me di cuenta? Fácil, porque todos los invitados soltaron un "awwww" cuando ellos llegaron a la pista.
—¡Oigan tortolitos aquí no...! —interrumpí los gritos de mi novio con una mano en su boca.
—Tranquilo, Tommy, déjalos disfrutar —tomé su rostro y lo obligué a mirarlo—. Clau está creciendo, y eso no lo podemos evitar.
—Pero es mi pequeña...
—Si la amas, déjala que viva y experimente, además si no fuera por ese niño probablemente estaría muerto.
Torció sus labios y ojos mientras intentaba no explotar y caminar hacia ellos para separarlos, lo conocía tanto que sabía que eso era lo que pasaba en su mente en este momento.
—Odio cuando siempre tienes razón —sonreí y uní nuestros labios en un dulce beso—. Te amo.
—Y yo a ti, pequeñito. Oye, te tengo preparada una sorpresa.
—¿Para mí? —sus hermosos dientes se dibujaron en su rostro.
—No, para el lechero, fíjate.
—Ay, tonto —golpeó mi pecho—. ¿Qué es?
—Ya lo verás, solo necesito que te sientes en esa silla del fondo —señalé dicho objeto que se encontraba frente al escenario donde Posey nos miraba picarón.
—Dylan, ¿qué estás tramando?
—Tú solo siéntate —él obedeció—. Y disfrútalo, ¡ahora, Tyler!
Entonces la música romántica cambió radicalmente a You're the on that I want de John Travolta y Oliva Newton, la sonrisa de Thomas relució en su rostro de inmediato y sus manos lo cubrieron. Automáticamente, Posey, Daniel, Will y Dexter se me acercaron con sus respectivas chamarras de cuero, Dex trajo la mía y en seguida me la puse.
https://youtu.be/e__Pp4FxsjU
—I got chills they're multiplying —le canté a mi esposo mientras me acercaba a su silla para bailarle, mis amigos bailaban detrás de mí muy coordinados, gracias al cielo no incluí a Ki en la coreografía—. And I'm losing control. Cause the power you're supplying —me quité la chamarra y la aventé muy lejos después de darle muchas vueltas—. It's electrifying —entonces me arrodillé frente a él para mirarlo a los ojos—. Anda cielo, canta conmigo.
Tom no dudó ni un segundo, tomó mi mano y caminó conmigo al centro de la pista. Le extendí el micrófono y comenzó a cantar con su melodiosa voz:
—You better shape 'upcause I need a man —cantó mientras caminaba en mi dirección y me obligaba a restroceder, ¡como en la peli! ¡Esto era muy emocionante!—. And my heart is set on you. You better shape up. You better understand, to my heart it must be true.
—Nothing left —canté.
—Nothing left for me to do.
—You're the one that I want (you are the one for) ooh, ooh, ooh, honey —nuestras voces se fusionaron mientras bailábamos al ritmo de la música, pude mirar a Clau en el fondo bailando contenta junto a Dexter—. The one that I want (you are the one for) ooh, ooh, ooh, honey. The one that I want (you are the one for) ooh, ooh, ooh, honey. The one I need, oh yes indeed.
Thomas estaba decidido a continuar la canción, de no ser porque esta se interrumpió y dio paso a una nueva: "Olha a Explosão" de Mc Kevinho. Mi esposo lucía sumamente confundido, sus gestos no tardaron en causarme una carcajada. Entonces le quité el micrófono con una sonrisa dibujada en mi rostro y lo llevé de vuelta a la silla.
https://youtu.be/P9PVi3tXP8o
—Dex, cubre los ojos de Claudia, por favor —hablé por el micrófono, el cual dejé en el piso para acercarme a mi novio mientras me desabotonaba el saco, él me miraba perplejo.
—Dyl, ¿qué vas...?
—Shhh, solo disfruta, mi amor —en cuanto mi saco y corbata estuvieron fuera, tomé esta última y me la até a la cabeza.
Cuando estaba lo suficientemente cerca, la parte movida de la canción había comenzado. Todos chiflaron cuando comencé a mover mis caderas frente a Thomas, quien me miraba rojo y con deseo a la vez, se notaba a leguas que le estaba gustando. Agitaba la corbata sobre mi cabeza, movía mi trasero de arriba hacia abajo, todo ese show para mi amado esposo. El perreo O'Brien lo llamaba.
Entonces el ritmo cambió junto a mis pasos, comencé a mover mis piernas también, me movía de un lado a otro, ahora mi camisa estaba desabotonada hasta la mitad. Y cuando llegó la parte suave, me senté sobre Thomas y comencé a moverme nuevamente sobre él, de adelante hacia atrás.
—Dyl, para, estás despertando a ya sabes quién —me susurró mi novio entre dientes, más no me importó y continué bailando sobre él.
Entonces pasó algo extraño, Thomas se levantó de la silla sosteniendo mis muslos contra su cuerpo para que no cayera, luego me soltó. Al principio creí que pararía todo, conociéndolo, sé que era capaz de eso. Pero me equivoqué, porque ahora él se quitó el saco, se colocó delante de mí, tomó mis manos y las ató a su cintura para comenzar a bailar pegado a mí.
—Tommy —hablé picarón.
¡Puedo decir que este ha sido el mejor baile que he tenido con mi novio! Jamás nos habíamos soltado de esa manera como para bailar así en frente de nuestros conocidos. Sin embargo, no me preocupaba, ellos sabían que no lo hacíamos con mala intención, sino que estábamos disfrutando de la cercanía del otro. Además, ese baile fue el detonante para que todos salieran a bailar a la pista con nosotros.
Claudia:
Ahora todos los adultos bailaban muy borrachos en la pista, mis papás ni se diga, apenas podían ponerse en pie de lo mal que se encontraban, pero era tan gracioso verlos bailar así, el que más besaba el suelo era mi papá y papi siempre lo ayudaba a levantarse, pero en el intento, caía al suelo con él, reían juntos, se abrazaban y luego se besaban. Así llevaban toda la noche desde que probaron el alcohol, porque antes de eso, los tres bailábamos contentos, uno de mis padres me cargaba en sus hombros mientras el otro bailaba con ánimo, luego intercambiaban papeles. Además, podía ver a mi tía Kaya bailando alegre con el pequeño Billy y a mi tío Ki Hong con su hijita Valerie, en ese momento me di cuenta de que mis días como la pequeña de la familia habían terminado, era triste, pero así debía ser.
También bailé con todos mis tíos, con Blake, con Sprayberry, quien por fin aceptó que es gay y ahora es feliz al lado de mi tío Cody, ¡¿acaso no es genial?! ¡Adoro la diversidad dentro de mi familia!
Mi mamá Shelley no dudó en cargarme y bailar junto a mí, no dejaba de repetirme que estaba agradecida de que estuviera con ellos y yo, no pude evitar sonreír, porque hay tantas personas allá afuera que, por más cercanas que sean a ti, romperán tu corazón como un vaso de cristal, y por otro lado, quienes menos te lo esperas, valoran que estés a su lado, tu compañía, el hecho de que existas, esas personas que ni siquiera comparten tu sangre, pero darían lo que fuera por verte feliz y viviendo. Y esa era mi mamá Shelley, mis papás mis tíos, mis primos, mis abuelitos y Sam.
Hablando de él, ahora estábamos bailando una canción movida de los 80's en medio de la pista. Tomó mis manos y me dio una vuelta, y justo cuando volví a mirarlo, sujetó mi cintura con firmeza y no dudó en acercarse para acabar la distancia entre ambos con un beso corto, por más que quería un besote como los que se daban mis papás, no lo hizo. En cuanto se separó, sus mejillas tomaron color y en seguida cubrió su rostro muy apenado.
—Perdón, no quise hacerlo, Clau —sus manos aún reposaban en su rostro.
—Hey, tranquilo —tomé sus manos y lo miré, sus ojos demostraban pena—. ¿Por qué lo hiciste?
—Porque... porque te quiero y... estoy enamorado de ti.
Sus palabras fueron suficientes para formar una batalla de mariposas dentro de mí, ¿había escuchado bien? ¿Le gustaba a Sam? ¡Era un sueño hecho realidad!
Sonreí y esta vez fui yo quien lo besó, sus ojitos verdes se abrieron de par en par y me miraron muy grandes en cuanto me alejé.
—¿Por qué... por qué lo hiciste? —su voz tembló.
—Porque también te quiero y me gustas.
Una sonrisita se formó en su rostro y de inmediato se lanzó contra mi para abrazarme y bailar a mi lado, bueno, eso fue hasta que su mamá llegó y nos interrumpió.
Nunca olvidaré la carita de felicidad con la que se despidió de mí aquella noche mientras su mamá arrancaba el coche y su mano se movía sobre el vidrio en forma de despedida.
Ese niño es un sueño.
Bueno, ahora me había quedado solita junto a mi unicornio de peluche, así que no dudé en salir del local de la fiesta y caminar un momento en la playa, procurando no alejarme demasiado para que nadie se preocupara. Entonces me senté en un banco y miré las estrellas con Corny sobre mi regazo, y recordé todo lo que había vivido hasta ahora, nueve años junto a mi papá y bueno cinco junto a papi, en los cuales reí, lloré y sobretodo, recibí su amor incondicional.
A veces me preguntaba, ¿qué hubiese pasado si mi mamá nunca me hubiera dejado bajo la puerta de ambos? ¿Y si hubiese escogido otra familia? Hubiera tenido otra vida, así de sencillo, y no me gustaría tenerla porque amo a las personas que me rodean, amo ver a papi regañando a papá por las mañanas porque la leche se desparramó por la cocina por un simple descuido; amo reír a carcajadas con sus ocurrencias hasta que mi estómago comienza a doler y ya no puedo más; amo a mi familia disfuncional y no me veo viviendo en otro hogar, nací para estar con ambos.
—Mamá —susurré mirando las estrellas—. Espero que estés bien dónde quiera que te encuentres, aún no te perdono por lo que me hiciste, pero no me gusta ser mala como tú.
Entonces abracé a mi Corny, mi mejor amigo, ese peluche que mis papás me habían comprado con tanto esfuerzo porque no tenían dinero para gastos innecesarios, aquel par de adultos tempranos que dieron todo por cuidar de una bebé extraña: yo.
Desde ese entonces he tenido más aventuras que nadie, gracias mamá por escogerlos, te lo juro que si fuera por mí, repetiría todo otra vez y no cambiaría nada (bueno ahora que lo pienso, sí haría algunos cambios, como evitar que mi papi desapareciera, y mi horrible enemigo Pepe me molestara, que en paz descanse, ah sí... y Gzi, Britt y Bella, ojalá y esas brujas jamás se hubiesen interpuesto en nuestros caminos).
Estoy tan agradecida de pertenecer a esta familia. Gracias a ellos aprendí muchísimas cosas, entre ellas están: que no necesariamente un papá y una mamá deben amarse para formar un hogar, sino también pueden hacerlo dos papás o dos mamás y nadie tiene el derecho a insultarlos o pensar que son anormales; que el amor puede con cualquier cosa, sobretodo si es un amor paternal (en mi caso); que nadie en el mundo debe decidir sobre tu forma de ser y de actuar, tú tomas la decisión final; que siempre debes demostrar valentía y fortaleza frente a los pequeños tropiezos que se presentan en tu vida, y nunca lamentarte ni hundirte en ellos, sino buscar salir adelante y pensar que un error te sirve para aprender de él y no volver a cometerlo en el futuro; que no debes rendirte cuando un obstáculo se cruza en tu camino, sino buscar la forma de solucionarlo; que la paciencia es la virtud más grande que puede existir; que siempre debes proteger a los que más amas y pensar en su bienestar; y por último, pero no menos importante: ser un tonto con el alma y el espíritu de un niño sirve de mucho para disfrutar mejor de la vida.
De pronto, el sonido de las puertas abrirse llamó mi atención, así que giré mi cabeza y vi a papá cargando a papi muy borracho, quien lucía un vestido de novia y un velo, un momento, ¿de dónde lo sacaron?
—¡MÍRENME, SHOY LA SHEÑORITA DE O'BRIEN! —chilló papi mientras papá corría hacia la playa con él en brazos.
—¡Y YO SHOY EL SHEÑOR O'BRIEN! ¡QUE VIVAN LOSH NOVI...! —papá no pudo seguir gritando, porque tropezó con una piedra y cayó sobre mi papi.
Esperaba el regaño de papi Tommy, de no ser porque escuché las carcajadas de ambos. Negué con la cabeza al observarlos jugar como un par de niños pequeños en la arena.
No se dieron cuenta, pero una ola cayó sobre ellos y los empapó, sin embargo, no les importó y continuaron con su juego.
—¡Clau! ¡Ven a mojar tush patitash! —me llamó mi papá con una seña, no dudé en levantarme y correr contenta hacia ellos para unirme a su juego.
Me siento muy feliz, no saben cuánto, mis papás por fin pudieron casarse, por fin tengo el apellido de ambos y creo que a partir de ahora la suerte cambiará para los cinco (contando con Corny y Shaggy) sé que no tendremos más problemas porque todo lo malo se ha ido ya, lo único que me queda es crecer, continuar creciendo junto a ambos, vivir aún más experiencias y cuando sean unos viejitos, cuidar de ellos así como me cuidaron toda mi vida.
Estoy orgullosa de tener dos papás tontos que ahora...
—¡DYLAN, DEVUÉLVEME MI ZHAPATO!
—¡ALCÁNZHAME, MI AMOR!
Mis padres son el mejor dúo que puede existir, altos, guapos, gays y tontos, una combinación perfecta. Ambos son almas gemelas destinadas a estar juntas, creo que no había visto a alguna pareja brindarse el mismo cariño que los dos se tienen, de verdad me alegro que la vida los haya unido de nuevo gracias a Maze Runner. Los amo, no hay palabras para describirlo, punto final.
Soy Reina Claudia Sangster O'Brien y soy hija de dos tontos que ahora pelean sobre el arena por un zapato.
Fin.
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¿Adivinen quién está llorando? c: Yes, me.
Wooooow no puedo creer que esto terminó al fin :c aunque aún queda el epílogo, no se preocupen :') todavía tendremos un poquito más de esta hermosa familia que tanto ha cautivado mi corazón, así que espérenlo, l@s amo muchísimo, gracias por leer esta locura <3 :')
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