Capítulo 4
—Dylan deja de esconderte —me dijo mientras me agachaba y corría de un auto a otro
—No voy a arriesgarme a que me vean contigo —respondí en un susurro
—Ah por favor, ya se fueron —me agarró de la camisa y me levantó para que caminara a su lado—. No te estreses
—Bueno en fin, ¿dónde vamos a comer? Es decir, ¿en ese lugar hay hamburguesas?
—Todos lo que quieras comer, ya lo verás —me guiñó un ojo y yo fruncí el ceño
—¿Eso fue un guiño? ¿Estás coqueteándome? —solté una risita burlona
—Tengo novia, futura esposa, por si no lo recuerdas —me enseñó su anillo en su dedo anular
—Pues qué pena sería si se enterara que sigues siendo gay y no dejas de caer en mis encantos
—Cállate —me pegó en el brazo—. Esto está yendo demasiado lejos
—¿Acaso yo te dije que me invitaras a comer? —coloqué mi mano en mi pecho y lo miré
—Intenté ser amable y tú todo te lo tomas a chiste
—Si ya sabes cómo me pongo, ¿pa qué me invitas?
Soltó una carcajada y negó con la cabeza mientras continuábamos caminando.
—En serio ya cállate —iba a decir algo estúpido hasta que vi que se detuvo frente a una puerta—. Es aquí
—Tienes buenos gustos Sangster —comenté mientras entrábamos—. Comenzando desde mí
—Si no te callas, te meteré un pan en la garganta
—Amargado —me crucé de brazos y caminamos hacia una mesa
Thomas se sentó en una de las sillas y yo en la del frente, ambos extendimos nuestras manos hacia adelante y nos miramos a los ojos. Cuando nuestros dedos se tocaron, reaccioné.
Esto está muy mal. No, no, ¿por qué acepté venir? ¿Por qué por un momento lo odiaba y después estaba bromeando con él? ¿Qué clase de tonto soy? ¿Por qué me tiene así? ¿Debería salir corriendo?
No Dylan, si sales corriendo luego lo verás más tarde y pasarás vergüenza frente a todas las personas que están disfrutando de su café. Me dijo mi subconsciente, maldita sea.
Aclaré mi garganta y retiré mis manos de la mesa.
—Esto no es una cita, ¿verdad? —carajo Dylan, ¿en serio debías preguntar eso?
—¿Estás tonto? Claro que no —rió—. Se supone que ambos nos casaremos
Por alguna razón esa respuesta me dolió. Me quedé callado y asentí con la cabeza.
—Me acordé de nuestra primera cita —dijo haciendo una mueca de desagrado y se sacudió—. Recuerdas cuando...
—¿Te dije lo mismo que hace treinta segundos, me dijiste que sí y luego se me cayó el café al suelo porque estaba nervioso, salimos corriendo y tú te caíste? Sí, lo recuerdo, fue lo peor de mi adolescencia
—La primera cita siempre es terrible —sonrió—. Eras un niño tan, pero tan sencillo, ¿qué te pasó?
—Já —solté una carcajada mientras me quitaba mi gorra y peinabas mi cabello hacia atrás—. ¿Qué te pasó a ti? No soy el único que he cambiado
—Pero a ti la pubertad te hizo efecto
Wait, ¿estaba insinuando que ahora estoy guapo?
—A ti no porque sigues teniendo la misma cara de bebé —le saqué la lengua y el me tiró una servilleta en forma de pelota
—¿Puedo tomar su orden, caballeros? —nos preguntó de pronto el camarero y ambos nos sobresaltamos por el susto
—Ah... sí, yo quiero un capuchino —respondió Thomas
—Y yo quiero una hamburguesa con queso y lo mismo que pidió él
—Muy bien
La comida no tardó mucho en llegar, habíamos conversado de tantos temas que a veces nos quedábamos callados sin nada que decir y la verdad era muy incómodo.
Comimos en silencio nuestra comida, solté una risita al ver a como a Thomas se le hacía dificil romper la funda del azúcar.
—Qué inútil —me burlé
—Ayúdame pendejo —me extendió la funda y la llevé a mi boca para abrirla—. Qué asco, ahora tiene tu saliva —se quejó tomando la bolsita
Lamí mi dedo y toqué su mejilla, de inmediato soltó un sonido de asco y se limpió con una servilleta.
—¡Dylan! —continuaba limpiándose—. ¡Qué asco!
Tomé un poco de crema de mi capuchino y se la puse en su nariz; repitió mi acción, sin embargo no fue solo mi nariz, sino toda mi cara.
—¡Oye! ¡Eso no se vale! —chillé
—Tú empezaste —rió y se acercó para ensuciarme con más crema, pero en el intento golpeó su copa y todo el café se vertió por toda la mesa
—¡Tonto! —exclamé y comenzó a reír
—Se repite la historia —dijo mientras tomaba algunas servilletas y limpiaba la mesa
—Fin del juego, no quiero que mi café se caiga también
Thomas ordenó otro café y esta vez comimos como personas normales y adultas. Quince minutos después pagamos la cuenta y nos dirigimos al set de Maze Runner. Al entrar, recibimos nuestro primer regaño por parte de Wes.
—¡Dylan y Thomas! ¡Llegan tarde! —nos gritó, pude sentir las miradas de asombro de Ki y Kaya sobre ambos
—Fue su culpa, me invitó a comer —expliqué señalando a Thomas
—No volverá a pasar, Wes, lo prometo —se disculpó Thomas, algo que de verdad me sorprendió, ya que creí que me seguiría la pelea
—Eso espero, ahora vayan a vestirse, los necesito listos en cinco minutos
Caminamos hacia nuestros camerinos, que de por sí estaban juntos -maldita vida- y cada uno entró al suyo. En un sillón negro reposaba el traje de mi nuevo personaje, suspiré y me lo coloqué, me miré al espejo mientras daba varias vueltas y salí, encontrándome a un Thomas vestido con una chamarra blanca y pantalones cortos, se le veía muy bien. Después de que nos peinaran y maquillaran, las grabaciones comenzaron al fin, Wes me indicó que entrara a una especie de ascensor de metal cubierto por pantalla verde, vaya vaya, así que esto será la famosa caja.
—¡Bien! ¡Comenzamos! —gritó Wes por el altavoz—. ¡A los demás quiero verlos practicando con sus machetes antes de que Dylan termine su escena!
Me coloqué en cuatro, algo así como un perrito, y miré al director, le hice una seña para indicarle que estaba listo y él asintió.
—Muy bien, ¡acción!
Hice mi trabajo, simulé que vomitaba, escupiendo un poco de agua que había mantenido en mis mejillas hace unos instantes, desorientado y perdido, cada vez trataba de adentrarme más en mi personaje, pensar como él para que todo saliera bien. Wes terminó la escena con un ¡Corte!, me felicitó y luego apareció Will sobre mí, otro ¡Acción! se escuchó desde afuera, nuevamente me metí en el personaje y recordé el guión. Will saltó dentro y me miró serio con sus cejas extrañas que me provocaban ganas de carcajearme en su cara, sin embargo me contuve, porque sabía que Wes se enojaría.
—Día uno novato, buenos días —dijo y el director gritó ¡Corte!
Salimos del ascensor y me paré frente a todos los habitantes, Will me tomó del brazo y Wes volvió a gritar. Me tiró al suelo e hice cara de confundido, el primer rostro que vi fue el de Thomas, quien me miraba con una sonrisa, me levanté y salí disparado hacia adelante, las cámaras me seguían en pequeños autos y yo soplaba fuertemente por el esfuerzo que hacía al correr.
Caí al suelo y todos comenzaron a reír, observé a mi alrededor, que estaba rodeado de pantalla verde y me levanté con cara de confundido, girando mi cabeza y mirando lo que aparentemente serían los muros del laberinto. Wes cortó la escena y continuamos grabando. Una hora después, tuve que grabar con Thomas, sentía una corriente estúpida atravesar mi cuerpo cuando escuché su voz y tuve que girar para mirarlo.
—Por un momento creí que tenías madera de corredor —las palabras salían de manera tranquila de su boca, no me había dado cuenta de que ya me tocaba hablar, incluso me olvidé lo que debía decir, solo por ver su tierna cara de niño que tanto quisiera golpear por hacerme volar—, hasta que tropezaste, me encantó
Me quedé callado observándolo sin saber qué decir, Wes paró la escena soltando gritos por doquier.
—Dyl... Dylan, ¿qué pasó? —podré estar sordo a veces, pero puedo jurar que Thomas me llamó Dyl y luego lo corrigió por Dylan
—No... no lo sé —respondí sintiendo mis mejillas arder
—¡Dylan por favor concéntrate! —me gritó Wes y yo asentí—. ¡A sus lugares! ¡Terminaremos esta escena y luego continuarán ensayando, para que después vayan a sus casas! ¡Acción!
***
—¿Qué te ocurrió Dylan? —solté el machete con un grito muy agudo, Thomas comenzó a reír—. Lo siento, pero te veías muy ido
—Solo estoy pensativo —mentí—, sí, por cómo le esté yendo a Clau en la escuela
—Ella de seguro está bien —le dio un buen golpe a un árbol con su machete y de un rápido movimiento lo sacó de ahí—. Es una niña linda, todos querrán ser sus amigos. Pero debes evitar distraerte, la escena iba muy bien
—Ya sé, lo siento
—Solo sé tú mismo —me guiñó un ojo y se alejó de mí, enterré mi cara en mis manos y suspiré
—Diablos hermano —levanté mis cabeza y vi a Ki frente a mí—. De verdad aún no lo superas
—Cállate Ki, no es eso
—Sí claro, no me vengas con la excusa de que te preocupa Clau, creo que iré a subirle mi apuesta a Kaya —dicho esto dio media vuelta y se fue
—¡Ki Hong! —lo único que obtuve de respuesta fue su risa
***
Caminé hacia la puerta de entrada de la escuela y mi vista viajó a muchas direcciones buscando a mi hija, sonreí al verla sentada en el mismo lugar que le dije que me esperara, en cuanto me vio, corrió hacia mí para abrazarme.
—¡Hola papá! —exclamó contenta
—Hola corazón —la tomé en brazos y besé su mejilla—. ¿Cómo te fue? —giré sobre mis talones y caminé a mi auto
—¡Súper! Dibujamos, jugamos, cantamos, hasta tengo una amiga, se llama Rose y es muy callada, pero le cayó bien Corny y el conejito que me dio mi papi, te la hubiese presentado si hubieras venido más pronto
—Perdón amor, traté de venir lo más rápido que pude y solo me retrasé cinco minutos, estaba trabajando
—Bueno, pero intenta no repetirlo —me señaló con un dedo
—Está bien
En la noche, fui a la habitación de Claudia para dormir con ella, quien en cuestión de segundos calló rendida y se durmió sobre mi pecho, en cambio yo no podía dormir, pensaba en lo que pasaría mañana, tendría que grabar otra escena con Thomas, pero esta era aún más larga.
La escena de la fogata.
Entre tanto pensar, logré dormirme a las dos de la mañana.
***
Era hora, me encontraba en mi camerino mirándome al espejo, con ambas manos sobre el mueble, no podía dejar de temblar. Como la escena debía grabaste en la noche, dejé a Clau con Shelley. Unos golpes en la puerta me hicieron sobresaltar y salir de mis pensamientos. Abrí la puerta y me encontré a Thomas afuera.
—Hola —mi voz sonó temblorosa, maldita sea quería pegarme un tiro
—Dylan —soltó una risita y entró, me miró sonriente y bajó su mirada a mis manos—. Deja de temblar —tomó mis manos y sentí otra vez aquella corriente terrible que viajaba por todo mi cuerpo
—Lo siento, estoy nervioso
—Todo saldrá bien, ¿ok? —asentí temblando—. ¿Es por mí?
—¿Qué cosa?
—Tus nervios
—Ah... no, no —levantó las cejas y suspiré—. ¡En serio!
—Dylan no quiero que lo que sea que haya entre nosotros vaya más allá de una amistad —auch, friendzone detectada—. Porque solo somos amigos, no quiero que te hagas ilusiones, deberías pensarlo por tu prometida
—¿Y crees que me sigues importando después de lo que hiciste? —mentí con toda la seriedad del mundo y me arrepentí completamente, no quería volver a pelear con él
—Solo digo —soltó mis manos y dio dos pasos hacia atrás—. Te veo luego, y ya prepárate para que no la vuelvas a regar —dicho esto salió de mi camerino
Suspiré cerrando mis ojos y le di un gran golpe a la pared. Me sentía tan confundido, primero estábamos bien y después nos alterábamos, Thomas piensa que estaba ilusionado con él, pero, ¿en verdad lo estaba? No quería que lo pensara, por ninguna razón, tampoco quería asumirlo. Tiré de mi cabello varias veces mientras caminaba en círculos por todas partes. Apegué mi espalda a la puerta y cerré los ojos con fuerza, una lágrima salió desprevenida, la cual limpié automáticamente con mi brazo.
—¡Dylan, sal! ¡Ya es hora! —me gritó Wes desde afuera y suspiré nuevamente
Bien, aquí vamos.
Abrí la puerta y salí con expresión seria, cerré con candado y caminé hacia los demás actores para buscar mi posición, ahí estaba Thomas sentado al lado de un tronco con un frasco cuyo contenido era un líquido de un color raro, el cual debía beberlo y escupirlo con asco más tarde. Wes me señaló el tronco y yo me senté sin mirar al rubio ni decirle nada, él ni siquiera me miró.
Todos se colocaron en sus posiciones, cerré los ojos y recé internamente para no confundirme.
Aquí vamos.
Wes dió el grito de entrada y Thomas me habló, me sentía aún más nervioso que antes, pero no quería que se notara. En resumidas cuentas me equivoqué cinco veces y provoqué el colapso de Wes en ellas. Al final las escenas fueron grabadas, me sentí tan bien al terminar, ya que me quité un gran peso de encima, por lo menos en esta noche porque aún faltan muchas escenas junto a Thomas.
Estaba a punto de ir a cambiarme, cuando de repente Will se paró en una roca y golpeó una olla con un palo.
—¡Escuchen! —juraría que estaba ebrio por el tono de su voz—. No se vayan —lanzó su mano hacia adelante y casi se cae por eso—. ¡Hay mucho alcohol! ¡Esto no es sólo actuación... hip! ¡Es una fiesta! ¡Celebremos toda nuestra...! ¡Hip! ¡Nuestra...! ¿De qué hablaba? ¡Bueno que siga la fiesta!
Todos gritaron en señal de festejo, rápidamente me escabullí entre los arbustos para salir de ahí, no quería beber, no tenía ganas, menos si Thomas estaba ahí, quién sabe y qué locura cometía. Estaba a punto de entrar a mi camerino, cuando sentí que me abrazaron por la cintura y me subieron al hombro de alguien. En cuanto distinguí a mi captor, intenté zafarme de su agarre.
—¡Dexter! ¡Suéltame! —le ordené pero él solo rió, al parecer también estaba ebrio
—¡Vamos a divertirnos!
Al regresar con los demás, me tiró en medio de todos, provocando su atención, me incorporé y limpié mi ropa sin saber qué hacer. De pronto, Alexander se me acercó con una botella en su mano, traía una sonrisa pícara en su rostro. De inmediato negué con la cabeza, ya sabía a dónde iba todo esto.
—Ten Dylancito, bebe un poco —me extendió la botella
—No gracias Alex, debo conducir, no puedo beber
—Ah, basta de la misma excusa, ten —tomé la botella con desconfianza y olfateé su contenido, olía terrible
—No, no quiero, huele asqueroso —le extendí la botella y él entrecerró los ojos
—¡Vamos Dylan! ¡No seas aguafiestas! —chilló Aml—. ¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo!
—¡Fondo! ¡Fondo! ¡Fondo! —gritaban todos muy animados
—¡Fondo! ¡Fondo! —Ki se me acercó y me tomó de los brazos, luego Alexander se me acercó con la botella
—¡Suéltenm...! —no pude seguir hablando, ya que la botella fue directo a mi boca y el líquido atravesó mi garganta
Estuve a punto de escupir sino fuera por el delicioso sabor que sentí en mis papilas gustativas,al parecer el aroma solo era un engaño; a pesar de que me quemaba la garganta me gustó, tanto así que tuve que empujar a Ki y Alex para poder beberla a gusto. Todo el mundo aplaudió y comenzó a beber junto a mí.
—¡Denme otra! —chillé y Kaya me extendió una
Estaba consciente de que no debía hacerlo, pero creo que necesito algo de diversión en mi vida.
Así comenzaba el mayor error que pude cometer.
***
Estaba sentado en el mismo tronco en el que grabé la escena con Thomas, la cabeza me daba vueltas y tenía muchas ganas de vomitar. Pensaba en cómo regresaría a casa en este estado y qué le diría a Shelley. Sin embargo mis preocupaciones se fueron en cuanto vi a alguien tambalearse delante de mí. Me acerqué lentamente a él y justo cuando estaba a punto de caer, lo sostuve y miré su rostro para averiguar de quién se trataba. Sus lindos ojos marrones me delataban que era Thomas.
—¡Hola flaquito! —chillé desorientado—. ¿Dónde esssshtuvissste toda la noshe? ¡No te vi en ningún lado! ¡Quería invitarte unassss copitassss!
—Esssstaba con Will —respondió, su aliento olía terrible
—¿En ssserio? Ya veo, ven —tomé su mano y lo llevé al tronco—. Sssssentémonosssss un momento porque me marea todo —ambos nos sentamos y nos miramos a los ojos—. Oye... ¿recuerdas lo que hablamos en la... hip mañana?
—¿Qué?
—Que... que... que a ti ¡Hip! —lo toqué con mi índice—. A ti te hizzzzo muy bien la pubertad
—Ay Dylan, qué coshas dicesssss —sus mejillas adquirieron un hermoso color rojizo
—¡En serio! ¡Hip! Cuando erasss mi novio estabas guapo, pero ¡hip! Ahora esstásss musho másssss —me quedé con cara de idiota mirando sus ojos
—Puesss, tú también estássss bien guapo, eres muy... ¡hip! Lindddooo —tomó mis mejillas con ambas manos—. Nunca dejassste de gussstarme
—A mí tampoco
—¡Oh mírenlooossss! —chilló Dexter y ambos nos separamos
—¡Qué bonito es el amor! —chilló Will—. ¡Les doy cien dólares si se besan! —abrí mis ojos como platos y Thomas y yo nos miramos asombrados
—¡Sí! —chilló Ki y Kaya le pegó—. ¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!
Todos comenzaron a gritar la misma palabra, sentí un revoloteo en mi estómago, no puedo creer que haremos esto, ¿en verdad lo haremos? No lo sé, pero yo sí quiero.
—¿Lo hacemos? —le pregunté a Thomas
—Es sholo un besho —me guiñó un ojo—. Y son cien dólaresssss
—Pero no le digassss a Britt —le susurré
—Y tú no le digasss a Bella, sherá nuesssstro shecreto, ¡hip!
—Esssstá bien —comencé a jugar con mis manos mientras no despegaba mi vista de ellas, estaba muy nervioso
Pronto levanté mi cabeza y lo miré, una sonrisa se formó en el rostro de ambos, Thomas se me acercó lentamente, pude notar su nerviosismo y que incluso cerró los ojos para disfrutar el beso. Mi corazón latía a mil por hora, no puedo creer que en verdad lo vayamos a hacer.
Estuve a punto de cortar la distancia que existía entre nosotros, pero de repente se me ocurrió una gran idea, me alejé de Thomas mientras soltaba una gran carcajada y aplaudía, él simplemente sonrió melancólicamente e intentó disimular que se había quedado con las ganas.
Continué riendo, pero Thomas había parado su risa hace varios segundos, lo miré, su mirada demostraba decepción total. Me miró enfadado y luego hizo algo que no creí que haría jamás.
Tomó mis mejillas con ambas manos y me atrajo hacia él, callando mi risa con un suave y delicado beso.
Abrí los ojos como platos y observé cómo cerraba sus ojos para disfrutar el beso. Me quedé frío, no podía seguirle el juego, no creía que ambos nos estábamos besando después de tres años, sus labios se sentían tan deliciosos como en aquella época en la que éramos novios y nos amábamos. Una corriente recorrió todo mi cuerpo, cerré mis ojos y tomé el cuello de Thomas con ambas manos, dejando entrar su lengua en mi boca y jugueteando con ella.
No podía describir lo que sentía, nunca había sentido algo parecido en los últimos años, sus besos eran los mejores del mundo y me doy cuenta de que eso no ha cambiado. Podría besar sus labios todo el tiempo y nunca me cansaría. Amaba, amaba sus labios, eran una maldita droga, me sentía en el paraíso. Segundos después tuvimos que separarnos para tomar aire. Nos observamos por un minuto y le sonreí, pude sentir cómo mis mejillas se encendían. Todos gritaban en señal de festejo y molestaban a Will por la cuestión del dinero. La sonrisa en el rostro de Thomas se esfumó poco completo, miró al piso preocupado y luego a mí. Confundido, me acerqué a él para besarlo otra vez y que se olvide de lo que posiblemente le esté preocupando, sin embargo, antes de que nuestros labios sean uno solo, se levantó y salió corriendo, perdiéndose en el bosque.
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