Capítulo 27

Dylan:

Todo había pasado demasiado rápido, solo fue cuestión de parpadear un par de veces para después ver a Lucy tomar la mano de Claudia y caminar hacia la puerta de entrada, luego a mi novio levantándose bruscamente de su silla -que provocó que esta cayera al piso- y fuera tras ella, cosa que no pudo hacer, ya que un par de tipos verdaderamente altos y fortachones se lo impidieron. Desde aquella silla observaba todo, mi novio luchando y pataleando para ir tras Claudia, Kaya hecha un mar de lágrimas mirando todo, y sobretodo, cómo se llevaban a mi hija, el pequeño amor de mi vida, la pequeña bebé que fue abandonada en mi hogar, por quien di mi vida entera y dedicación por cuidarla y verla crecer; y aún así, esa mujer tan irresponsable logró quitármela de las manos y dejarme con un vacío dentro de mi corazón que tal vez nunca podría llenar; porque ella fue mi compañera y mi confidente, con ella podía contar cuando estaba triste con cualquiera de sus ocurrencias. Los recuerdos llegaban a mi mente como flechas a un tiro al blanco, pero en lugar de eso, llegaban a mi corazón y lo perforaban, provocando un dolor increíble, y es que recordaba cuando era una pequeña bebé, cuando al conocí por primera vez y supe que estaríamos juntos para siempre, cuando creció y era mi mano derecha para afrontar todo tipo de problemas. Un millón de personas pueden pasar por tu vida, pero cuando se trata de una hija, nunca la podrás reemplazar. Al ver su rostro lleno de lágrimas mirarme y luego mirar a Thomas, me partía el corazón, aún tenía los recuerdos presentes y las imágenes se proyectaban como una película, recordaba cuando era pequeña y lloraba en mis brazos, ahora no podía ni abrazarla, ¡porque ni siquiera podía moverme de la impresión! Mi cerebro intentaba hacerse la idea de que todo esto era una imaginación de mi loca cabeza, que era un sueño del que despertaría pronto, pero no, nada de eso, todo era real, y dolía aceptar la cruda realidad. Pero fue cuando vi a los grandulones golpear a Thomas, porque este había pegado en las partes bajas de uno de ellos, para intentar escapar, que mi mente despertó y mi cuerpo pudo moverse. De la fuerza incluso tiré la silla, sin importarme nada, y es que no lo hacía, quería ayudar a mi novio de una vez por todas. Salté sobre uno de los matones, y lo alejé de un buen empujón, lo mismo hice con el otro para después arrodillarme a la altura de Tommy y tomar su carita llena de lágrimas entre mis manos.

—Tranquilo, bebé, no te preocupes, iremos por ella —le susurré y él asintió, nos levantamos del suelo y nos echamos a correr directo a la salida, bueno lo intentamos, ya que los mastodontes nos agarraron antes de intentar escapar

—¡DÉJENME! —chillaba Tom en medio de la desesperación—. ¡ES NUESTRA HIJA! ¡ NO PUEDEN HACERNOS ESTO!

—¡BÁJENME CERDOS ASQUEROSOS!—gritaba, pataleaba y golpeaba, pero parecía que al hombre no le afectaba en lo más mínimo—. ¡CLAUDIA! ¡CLAUDIA NO VAYAS CON ELLA!

—¡Papá! —su voz me lastimó

—¡Claudia! —dejé de forcejear y caí de rodillas al piso para comenzar a llorar

Al parecer los grandullones se dieron cuenta de que ya no lucharíamos por nuestra hija, porque a medida que pasaba el tiempo, aflojaban su agarre hasta que nos soltaron por completo. Una vez liberados, corrí a los brazos de mi novio y lo abracé para llorar en su hombro. Ambos llorábamos por la pérdida de una persona demasiado especial en nuestras vidas, lamentando cada segundo desperdiciado en este tonto juicio. Sin embargo, al escuchar un fino grito, pude sentir la vida regresar a mí.

—¡Papá! ¡Papi! —levantamos nuestras cabezas y la vimos correr hacia nosotros con una pequeña sonrisa en su rostro, la cual provocó una sonrisa en los nuestros

Claudia se lanzó a nuestros brazos y nos abrazó alegre, pude percibir que soltó una pequeña risita. Pude sentir una sensación de alivio al tenerla nuevamente conmigo, el hecho de estar junto a Thomas y a ella alegraban mi corazón y era suficiente para estar bien.
Al separarse nos miró con lágrimas en sus ojos, sorbió su nariz y limpió todo rastro de lágrimas en nuestros rostros.

—No sé si lo que me dijo mi mamá de ustedes es cierto, pero quiero que sepan que muy en el fondo, aún los quiero

—Perdóname hija —le susurré y la abracé, pude escuchar un sollozo de Thomas—. Perdóname por no decírtelo nunca, no quería romper tu corazón tan temprano

—Ya lo hicieron —susurró con la voz quebrada y se soltó de mi agarre

—Lo siento —esta vez habló mi novio

—Ya no importa, ahora viviré con mi mamá, extrañaré mucho a mis tíos y abuelitos... y a ustedes

—Claudia quédate con nosotros, por favor —le rogué—, no digas nada y vámonos ahora

—No papá, después te perseguirá la policía

—No me importa

Ella negó con la cabeza, luego buscó algo en sus bolsillos, parecía que se había acordado de algo. Sacó de él un pequeño trozo de papel y me lo extendió.

—Encontré esto afuera, no sé si sea suyo —asentí y lo guardé en mi bolsillo, ni siquiera me interesaba en abrirlo ahora—. Ya me voy —nos abrazó a ambos y cuando fue mi turno, permanecí un buen rato con mis brazos cruzados en su espalda, cerrando los ojos para disfrutar el momento—. Adiós

—Cuídate mucho —le susurré y una lágrima se deslizó por su mejilla, la cual limpié con delicadeza—. No olvides que Thomas y yo te amamos un montón, y si quieres volver, nuestras puertas siempre estarán abiertas, te llamaremos todos los días, ¿sí? —ella asintió y me volvió a abrazar, parecía que no quería irse—. Siempre sé obediente como te enseñé, sé una buena niña —volvió a asentir

Cuando se separó de mí, abrazó a Thomas una última vez y giró sobre sus talones para ir afuera con su madre, quien la esperaba con una terrible expresión de fastidio en su rostro. Tomó su mano y ambas se alejaron de nosotros. Suspiré y agaché la cabeza, luego sentí unos brazos rodear mi cintura, sabía perfectamente que era Thomas por sus delgados brazos.

—Maldita vida que no quiere que Claudia esté con nosotros —me susurró—. Sobretodo conmigo

—¿Contigo?

—Cuando volví, fue a parar en el hospital, y ahora que estuve a punto de ser su padre, Lucy nos la quita. Creo que es el karma

—Tommy, créeme, muy en el fondo de mi corazón sé que la recuperaremos

—¿Y si no?

—La robaremos

—Ay Dyl, eres tremendo —se sonrió—. Pero apoyo la idea

—Oigan —ambos giramos al escuchar la voz de Kaya—, ¿qué fue lo que les dio Claudia hace un momento?

—Esto —dije sacando la hoja de mi bolsillo y dándosela

—Ustedes son unos idiotas, díganme que por lo menos la leyeron

—No —respondió Thomas un tanto extrañado y nuestra amiga nos tiró el papel en la cara después de pegarnos un buen zape a ambos

Abrí delicadamente el papel y al leer su contenido, ambos nos miramos incrédulos a punto de querer suicidarnos.

"Hola extraños:
Hoy han recibido a una gran bendición, perdón por hacer esto, pero no le puedo dar un buen futuro yo sola.
Espero que ustedes puedan hacerlo.
Tiene un año y le encanta jugar con el osito de peluche que dejé en la canasta.
Buena suerte y gracias."

—¡Mierda! —exclamé

—¡Traigan a ese juez otra vez, este juicio debe reanudarse!

***

—¡Me niego a reanudar el juicio! —gritó Lucy muy enojada

—Demandante Lucy, debemos ver qué encontraron los demandados, doy la palabra al abogado de los mismos

—Señor, juez, el motivo de la reanudación de este juicio, es esto —nuestro abogado le enseñó el papel—. Mis clientes encontraron la evidencia

Los ojos de Lucy se abrieron de par en par, el juez tomó la nota y la analizó detenidamente. A continuación la leyó en voz alta y clara:

"Hola extraños:
Hoy han recibido a una gran bendición, perdón por hacer esto, pero no le puedo dar un buen futuro yo sola.
Espero que ustedes puedan hacerlo.
Tiene un año y le encanta jugar con el osito de peluche que dejé en la canasta.
Buena suerte y gracias."

El juez bajó la nota con expresión seria, y miró a Lucy, quien de inmediato bajó la mirada e intentó controlar sus nervios, Thomas agarró mi mano mientras me sonreía, una sonrisa pícara que demostraba felicidad absoluta, sabía que esta vez sí ganaríamos. La vista del juez recorrió la nota otra vez, parecía que debía leerla un montón de veces para entenderla del todo.

—Bien, ahora necesito una prueba de la letra de Lucy, abogado de la demandante, ayúdeme, por favor —le extendió la nota y la tomó—. Que escriba exactamente lo mismo de la nota

Su abogado sacó una hoja de papel de su bolsillo junto a un esfero, y se los entregó a la mujer, quien temblaba de nervios al mismo tiempo que escribía en la hoja, Claudia observaba atenta lo que hacía. Pero la mujer se tardaba, parecía que se ideaba la manera de cambiar su letra o por lo menos hacerla un tanto distinta a la de la nota, cosa que me atormentaba con cada segundo que pasaba.
Cuando terminó, entregaron ambas hojas al juez, y este las analizó detenidamente junto a ambos abogados, luego sacaron algunos papeles de una carpeta que era de Lucy, al parecer la muy mentirosa sí había cambiado su letra, entonces necesitaban aún más evidencias. Después de que trajeran a un par de hombres para que continuaran analizando, el juez dio un par de golpes con su martillo al parecer ya tomaron una decisión.

—Bien, después de analizar todas las pruebas, este grupo de profesionales concluyó que la dueña de la letra... —hizo una pausa tan larga que parecía de esas películas en la que la espera es eterna, quieres que diga la respuesta de una vez por todas y no aguantas la intriga, incluso un redoble de tambores se escuchaba en mi mente—, efectivamente es de Lucy, felicidades Dylan y Thomas, se han ganado la custodia de Claudia

—¡Sí! —chillamos ambos mientras dábamos pequeños saltitos y bailábamos

—¡Wooohoo! —exclamó Kaya y nos abrazó

Los aplausos abundaron la sala, junto a nuestro festejo lleno de gritos y exclamaciones alegres. Thomas y yo nos miramos contentos, con lágrimas en los ojos y a punto de llorar, soltó un pequeño sonido de felicidad, se lanzó a mis brazos y comenzó a llorar en mi hombro, ya no era por tristeza, sino por felicidad de por fin conseguir lo que tanto anhelábamos, habíamos trabajado muy duro para lograrlo y esa era nuestra recompensa.
Al separarnos observamos a Claudia abrazando a su madre con lágrimas en sus ojos, cosa que quitó mi sonrisa y la de Thomas de nuestros rostros. Un policía se le acercó, tomó su pequeña mano y la alejó lentamente de Lucy, su mirada permanecía clavada en el piso y con cada paso que daba parecía que más lágrimas quería derramar. En menos de un parpadeo, mi corazón se hizo añicos, al parecer mi hija no quería vivir con nosotros, en ese momento odié a Lucy por llenar su corazón de odio a tan temprana edad. Al llegar a nosotros, Thomas fue el primero en levantarla por los aires y abrazarla, pude percatarme que ninguna sonrisa se dibujaba en el rostro de mi hija, la seriedad y la tristeza no desaparecían. Segundos después, mi turno llegó, Tommy me pasó a mi hija y la abracé con una pequeña sonrisa en mi cara, estaba feliz, sin embargo, la incomodidad que percibía por parte de Claudia me cambiaban los ánimos. Kaya llegó más tarde y me la quitó, para llenarla de besos y abrazos muy cariñosos, volví a sonreír levemente mientras las observaba, mi amiga se veía tan feliz.

—Bien —Thomas llamó nuestra atención y levantó sus hombros, haciendo un tierno puchero—. Vamos a casa —esta última frase la dijo mientras cargaba a Claudia en sus brazos

Asentí con la cabeza y giré sobre mis talones para caminar hacia la salida, bueno casi, si no fuera porque Lucy se encontraba delante de nosotros con los brazos cruzados, las lágrimas resbalando por sus mejillas provocando que se viera horrenda por su maquillaje corrido y su semblante.

—Gran trabajo, me la quitaron —sonrió falsamente—. Pero ya veremos quien gana la batalla final, recuerden que el que ríe al último ríe mejor, y no descansaré hasta que mi hija haya regresado conmigo

—Tommy, llévate a Claudia al auto, esto se va a poner feo —le susurré al oído y él obedeció

—Mira quien habla, tú nos la quitaste primero

—Ni siquiera es tu hija —habló entre dientes y me agarró de la camisa

—No lleva tu apellido

—No lleva tu sangre

—Pero madre es quien cría, no quien engendra —le guiñé un ojo y retiré su mano de mi pecho, sin quitar mi pequeña sonrisita burlona con la que la intimidaba—. Suerte en tu tonto intento de quitármela, pudo haberte funcionado una vez, pero créeme que una segunda vez ya no habrá — dicho esto, giré sobre mis talones y comencé a andar hacia la salida, sin embargo, al no sentir la presencia de mi amiga, giré de nuevo, la observé hablándole a Lucy, por lo que me acerqué para asegurarme que no se agarraran a golpes.

—Vamos, Kaya

Pero parecía que mi amiga ni siquiera me escuchaba, su mirada continuaba clavada en la mujer echa un desastre, de repente, una sonrisa pícara se formó en su rostro.

—Te dije que ganaría, perra —escupió y se alejó de ella, resonando sus tacones por todo el lugar

Miré por última vez a Lucy y caminé, siguiendo a mi amiga, quien se encontraba junto a Thomas y mi hija.

—Asunto resuelto, vámonos —dije y los cuatros fuimos al ascensor que conducía al parqueadero

Mientras caminábamos, el sonido de un mensaje de WhatsApp me distrajo, por lo que saqué mi celular y lo revisé, era Ki, en un grupo que había creado para informar noticias sobre el juicio, su nombre era: "El juicio, krnal", la mayoría de personas queridas por Clau estaban en él.

Ki: ¿YA SALIEROOOON? ¿COMO LES JUEEEEEEE?

Dexter: Quita las mayúsculas, Ki, por Dios .-.

Ki

Rosa: Esperen, mi bella sobrina está en peligro de ir con la bruja oxigenada esa y ustedes mandando memes, ¡maduren raios!

Alexander: quiere que maduremos la que escribe raios en lugar de rayos 😑

Ya está con nosotros :D

Tyler P: EEEEEEEEEEH 🕺🕺🕺🕺

Shelley: FIESTAAAAAAAA

Dexter: QUE HERMOSA ES LA VIDA

Ki: FIESTA EN MI CASA!

Dexter: Yo pongo la comida!

Tyler P: Yo animo!

Holland: Yo las decoraciones

Giancarlo: Yo las bebidas y el alcohol

Tyler H: Yo solo llevaré mi presencia!

Estaremos ahí en una hora 😉

—Al parecer harán una fiesta —le susurré a mi novio en cuanto guardé el celular

—Qué tiernos son, espero que no lo hagan en la casa, no quiero limpiar

—No, será en la casa de Ki

—Oh, entonces así sí —sonrió y caminamos al auto

***

Y como dije, tardamos una hora en llegar, en todo el camino, Claudia no decía ni una palabra como solía hacerlo siempre, ni siquiera hablaba con Kaya. Al bajarnos del auto, quise tomar su mano para ir a la casa de mi amigo, sin embargo, se alejó de mí y caminó más rápido. Suspiré y fui tras ella, se la veía enojada y triste, cosa que me dolía.

—Clau, ¿estás bien? —asintió a mi pregunta sin siquiera mirarme

—¿Qué le pasa? —me susurró Thomas y yo me levanté de hombros

Después de que Kaya tocara la puerta, Ki nos abrió sonriente y nos hizo pasar, al ver a Claudia la tomó en brazos y la llenó de besos, solo en ese momento la vi sonreír levemente.
Caminamos lentamente por el pasillo hasta que llegamos a la sala, donde todos salieron de sus escondites y gritaron: "¡Bienvenida!".
Esta vez, pude ver una verdadera sonrisa en el rostro de Claudia, la felicidad se hacía presente en sus ojos, los cuales brillaban de una manera genial. En la pared más grande de la sala reposaba un cartel enorme que decía: "Bienvenida Clau" con un montón de fotos pegadas en él, al verlo con un montón de detalles color rosa, supuse que lo había hecho Holland. La mayoría de mis amigos estaban ahí, los únicos ausentes eran Daniel, Crystal, Blake, Aml y los gemelos Carver.
Todos se sentaron al rededor de una mesa, la cual contenía un montón de bocaditos de diferente tipo, los cuales eran degustados por todos.
La fiesta había comenzado.

***

—¿Notaste que Claudia...? No sé, parece que no está feliz —me preguntó mi novio, quien se encontraba recostado sobre mi pecho

—Sí, yo también, lleva varios minutos mirando la ventana —dije preocupado—. Creo que no quería venir con nosotros

—No la culpo, Lucy le metió cosas tan feas en su cabeza, los niños tienden a ser manipulados muy fácilmente

—Lo que no sé es cómo es que supo lo del orfanato —mi novio me miró con mi misma expresión de preocupación

—Nadie lo sabía, además de ellos —susurró señalando a los demás—. Y ni siquiera lo saben todos

—Quizás es un misterio por descubrir

—Quizás —se abrazó más a mi cuerpo y suspiró—. No sé si estoy feliz o no

—Yo tampoco, verla así me duele

—Lo sé —susurró—. Oye me contacté con el juez que llevó a cabo el juicio de hoy y... le pregunté sobre esto de la custodia, me dijo que solo tú la posees por el momento, pero yo aún debo pasar por el proceso de adopción, algo así como tú pasaste, pero un poco menos complicado

—Lo lograremos mi amor, serás el mejor padre del mundo, ya lo verás —le sonreí y luego lo besé

Continuamos en silencio en el sillón abrazados y calmados, tenernos el uno al otro a veces lograba calmarnos. Observábamos a nuestra pequeña con la mirada perdida en la ventana y no pudimos evitar sentirnos mal, hasta que más tarde llegó Shelley con ella para regalarle una muñeca, una sonrisa se formó en su rostro, después de mucho tiempo.
Mi amiga la llevó a quién sabe dónde y después ya las veíamos riendo por toda la casa, al menos ella la hacía feliz.

Claudia:

La fiesta se había vuelto un poco divertida cuando mi tía Shelley me regaló la muñeca y me invitó a jugar con ella, por suerte, porque ya me estaba aburriendo, claro, hasta que tuvo que irse, sin embargo, encontré un nuevo entretenimiento al ver a mi tío Ki y a mi papá bailando borrachos en sobre la mesa de centro, mi tía Kaya y mi papi estaban en la cocina conversando, por lo que no podían verlos hacer sus ridiculeces, cosa que quería demasiado, sin embargo, ninguno de los dos quería porque estaban muy ocupados hablando sobre cosas de adultos. Los invitados ya se habían ido, a excepción del cuarteto de siempre, es decir, mis tíos Ki y Kaya y mis papás, aunque... en realidad no lo eran. Después de reír un montón, decidí ir por algo de beber, por lo que fui directo a la cocina a buscar un vaso de refresco. Como no quise incomodar a mi tía y a mi papi en su conversación, lo busqué yo sola, al no encontrar nada en la cocina, opté por buscar en el comedor. ¡Bingo! Un par de vasos de refresco de manzana se encontraban sobre la mesa, tomé uno y lo bebí, al notar un sabor extraño en él, fruncí mi rostro y contuve mis ganas de vomitar, sabía amargo y quemaba mi garganta cuando el líquido se transportaba por ella. Sin embargo, la curiosidad me ganó y volví a beber, frunciendo el ceño y sintiendo mi garganta ardiendo, quería saciar mi sed, y a pesar de que el sabor era horroroso, podía con ello.
Ya había bebido ambos vasos, y quería más, no sabía el por qué, o bien era mi curiosidad, o ya me había acostumbrado al sabor. Encontré un tazón lleno hasta la mitad de esa extraña bebida, por lo que con el cucharón, serví en ambos vasos y me los bebí como si de agua se tratara. Al dejar el vaso en la mesa, un pequeño hipo se escapó de mi boca la cual cubrí antes de que me saliera otro y alguien me escuchara, ¿y por qué tenía miedo? Porque posiblemente bebí algo con alcohol y me encuentro mareada.
¿Estoy ebria? ¿Ahora se supone que también debo bailar chistoso como mi papá y mi tío?

Caminé de vuelta a la sala a paso lento, mi cabeza daba muchas vueltas y parecía que todas las cosas cobraban vida y se movían lentamente. Logré sentarme en uno de los muebles, mi papá y mi tío ya habían dejado de bailar y se encontraban dormidos en los sillones uno sobre el otro. Reí al ver la cara graciosa de mi padre, un poco de saliva chorreaba de su boca y lo hacía ver tan cómico. Sin embargo, al reír, un hipo resonó por toda la sala, automáticamente cubrí mi boca, pero los hipos continuaban.

—Claudia, ¿qué pasa? —el miedo recorrió mi cuerpo al escuchar la voz de mi papi

—Nara... ¡HIP! —mi voz sonó un tanto rara, casi no podía hablar

Al escuchar los pasos de mi papi y mi tía, sentí una sensación escalofriante y terrorífica, tenía que estar bien, no debía verme así. Pero todo intento de huir fue en vano, ya que antes de levantarme, mi papi ya se encontraba en la sala. Lo miré con vergüenza y tragué saliva, sabía que me esperaba lo peor. Se me acercó con el ceño fruncido y me analizó de pies a cabeza, se arrodilló a mi altura y me olfateó, con suerte traía mi boca cerrada. Pero de igual manera me atrapó.

—¡Reina Claudia, ¿bebiste alcohol?!

—No shé... ¡HIP! —cubrí mi boca con miedo mientras lo miraba

—No es posible —susurró—. ¡DYLAN!

—¡¿QUÉ?! —le gritó con la cabeza contra una almohada

—¡¿DEJASTE QUE CLAUDIA BEBIERA ALCOHOL?!

—¿Quién es Claudia? —preguntó levantando la cabeza y mi papi le dio una bofetada

Sabía que esto se pondría feo.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Por fin todo es felicidaaaad :') jsjs nos vemos en mil años #MalditaUniversidad :) *c ahorca con un fideo*

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top