Capítulo seis

¿Cuál era el procedimiento adecuado para iniciar una conversación con un hombre de setenta años que pasaba la mayor parte del tiempo leyendo bajo un cerezo? Si alguien tenía la respuesta, no era yo.

Tyler y Daisy habían partido esa mañana rumbo a la Universidad de Oxford donde se realizaba el curso de escritura creativa y literatura, y yo me había quedado a solas con Artie. El desayuno en el jardín había pasado sin inconvenientes, él había mantenido una conversación por teléfono gran parte del tiempo y yo había fingido interesarme por una revista de modas que mi abuela había comprado para mí.

Sin embargo, cuando la llamada terminó y la revista llegó a su fin, el silencio se hizo presente. Y no me gustaba el silencio.

ꟷ¿Qué lees, Artie?

Elevó la mirada de su libro y me dedicó una sonrisa.

ꟷHarry Potter ꟷdijo.

ꟷ¿De verdad?

Alcé las cejas con asombro. Si decía que sí tendríamos algo de qué hablar; no obstante, mis esperanzas duraron poco.

ꟷNo, ¿pero verdad que sería más divertido que leer sobre los nuevos métodos de enseñanza?

Solté una risita y él me indicó que tomara asiento a su lado. Eso hice y entrelacé las manos en mi regazo como una niña pequeña. La hamaca se movió de atrás hacia delante repetidas veces de manera relajante.

ꟷ¿Cómo es ser profesor en Eaton?

Mi pregunta pareció gustarle y cerró el libro, no sin antes mirar el número de la página en la que se había quedado. Se acomodó sobre el asiento girándose hacia mí.

ꟷEs un trabajo exigente ꟷcomenzóꟷ. Nuestros alumnos son hijos de grandes empresarios o artistas, incluso los miembros de la realeza asisten al internado. Tenemos que estar a la altura. Como jefe de un dormitorio además debo estar atento a los jóvenes. Ven en mí no solo a un profesor sino a un confidente.

ꟷ¿Viven en el internado durante toda la semana?

Parecía que estaba haciéndole una entrevista.

ꟷAsí es, pero los fines de semana tienen salidas permitidas por los alrededores.

ꟷEso suena un poco triste ꟷcomenté.

Su sonrisa se transformó en una de entendimiento.

ꟷMuchas veces lo es ꟷadmitióꟷ. Los muchachos no asisten a ese colegio solo por el excelente nivel académico y las oportunidades que ofrece para ingresar a grandes universidades, la mayor parte de los estudiantes son enviados allí porque sus padres no pueden darse el tiempo necesario para cuidarlos o conocerlos. Tener una gran fortuna en un mundo en constante cambio implica hacer sacrificios, Gennie.

ꟷ¿Ese es el caso de...?

No completé la pregunta porque sentí un poco de vergüenza al hacerla. No tenía que meter las narices donde no me llamaban.

ꟷ¿De Julian, Jaden y James? ꟷTerminó mi abuelo por mí.

Respondí con un leve asentimiento de cabeza.

ꟷSí, es el caso de ellos ꟷconfirmó con un poco de tristeza en la vozꟷ. Julian es hijo de una madre soltera, una importante directora de cine. James tiene una familia dedicada a los negocios internacionales, la mayor parte del año sus padres están lejos del país. Jaden es nieto de un primer ministro, hijo de una senadora y de un miembro importante de las Naciones Unidas.

ꟷEso quiere decir que no tenían tiempo para sus hijos.

ꟷAsí es, por eso ellos y yo tuvimos tan buena relación. Vieron en mí alguien en quien confiar y yo supe que ellos necesitaban una figura paterna.

Mordí mi labio inferior mientras procesaba las palabras. Era realmente triste, no podía imaginar mi infancia sin mis padres presentes. La idea de asistir a un internado sin contacto con la familia y con salidas únicamente los fines de semana me resultaba horrorosa.

ꟷEllos son buenos chicos ꟷcontinuó Artieꟷ. Por eso quise que los conocieras y permití que te llevaran a una fiesta.

ꟷParece que les tienes mucho cariño.

ꟷAsí es, Gennie. No he sido un buen abuelo contigo, pero utilicé mi tiempo para ser el abuelo postizo de ellos.

El silencio se hizo presente entre nosotros una vez más y ninguno de los dos tuvo intenciones de romperlo. Artie volvió a su lectura y yo permanecí a su lado un poco más para no parecer grosera. No obstante, unos minutos más tardes me puse de pie sin saber qué hacer a continuación.

ꟷSaldré a pasear ꟷanuncié.

ꟷMe parece muy bien, ¿quieres que le pida a nuestro chofer que te lleve?

ꟷMe vendría bien tomar un poco de aire fresco y caminar. Gracias, Artie.

ꟷVe con cuidado, Gennie. Recuerda que las calles son en el sentido contrario.

Le dediqué una sonrisa y me apresuré hacia el interior de la vivienda. No sabía dónde ir porque con suerte Tyler y yo habíamos encontrado el camino hacia la cafetería la tarde anterior. Podía utilizar el GPS lo cual parecía una mejor idea que vagar sin destino esperando perderme.

Sorprendentemente para mí, decidí que sería una buena idea salir a caminar para hacer ejercicio. Me sentía un poco floja y ya que mis mañanas iban a ser sin la presencia de Tyler, podía utilizarlas para hacer algo beneficioso para mi salud.

Subí hasta la habitación y tomé la ropa más cómoda que tenía. No había mucho de donde elegir, la verdad. Nunca había hecho ejercicio por voluntad propia y mucho menos comprado ropa de deporte para tenerla guardada. Encontré una camiseta de tirantes y unos pantalones cortos holgados de algodón, recogí mi cabello en una cola de caballo y me coloqué mis zapatillas de siempre.

Si pensaba realizar ejercicio habitualmente lo ideal era ir de compras.

Siguiendo el camino marcado por el GPS encontré un parque natural famoso y muy recomendado por los usuarios de internet. No era lejos de la vivienda de mis abuelos y tenía unas lindas colinas que me robaron la respiración. No solo por la vista sino por lo inclinadas que estaban. Mi capacidad pulmonar seguía siendo nula.

Me senté a descansar, sintiendo como los pies me hormigueaban. No era el calzado adecuado, lo había comprendido.

ꟷ¿Genesis?

Coloqué una mano en forma de visera en mi frente y levanté el rostro para encontrar al dueño de esa voz. Jaden me observaba desde lo alto, con esa expresión neutral en el rostro y con un perrito negro enredándose entre sus piernas.

ꟷHola, Jade.

ꟷJaden ꟷme corrigió.

ꟷHola, Jade ꟷrepetí sonriendo.

Suspiró como si escuchar mi voz fuera todo un martirio. Él tenía buena voz, un poco rasposa y grave, pero no iba a decírselo.

ꟷ¿Qué haces aquí?

ꟷ¿Aquí en un parque en un día de verano? ꟷcontesté con sarcasmoꟷ. Vamos, Jade. Eres el inteligente de tu grupo.

Para no lucir tan maleducada le dediqué una sonrisa que pareció no surtir efecto.

ꟷ¿Siempre eres tan irritante?

ꟷ¿Y tú siempre tienes esa expresión de estar oliendo mierda?

Madre mía, él sonrió.

ꟷ¿Puedo sentarme?

ꟷEs un parque público. ꟷMe encogí de hombros.

Desenredando sus piernas de la correa, tomó asiento a mi lado con una separación de casi un metro y acarició las orejas de su mascota. Su mirada se posó en mi rostro, probablemente preguntándose por qué tenía el rostro colorado si no hacía tanto calor.

ꟷ¿Intentabas ejercitarte?

ꟷ¿Tanto se nota?

Asintió.

ꟷTienes la apariencia de un novato.

ꟷVaya, gracias.

Su perro dejó de parecer interesado en oler el césped y se acercó a mí. No dudé en acariciar su pelaje brillante y suave recibiendo un lengüetazo en la palma de la mano como agradecimiento. Era un buen perrito.

ꟷ¿Cómo se llama?

ꟷOdín.

ꟷSin presiones, perrito. Solo tienes que ser el padre de los dioses nórdicos.

ꟷEs un perro, no puede contestarte.

Ignoré el comentario mordaz y continué acariciando a Odín. A diferencia de su dueño no parecía ser un animal malhumorado, todo lo contrario. Balanceaba su rabo con alegría y quería jugar con mis manos cuando las movía frente a él.

ꟷLe agradas.

ꟷPor supuesto ꟷcontesté con superioridadꟷ. Soy encantadora.

ꟷO tiene un pésimo gusto.

ꟷBueno, te eligió como dueño.

Elevé la mirada al dar la respuesta y nuevamente estaba sonriendo. No obstante, borró la sonrisa cuando notó que le estaba prestando atención y frunció los labios. Jugó con el piercing en su labio inferior y el aro metálico negro atrajo mi atención.

ꟷ¿Estabas intentando correr?

ꟷMás bien caminar rápido.

ꟷY ahora te duelen los pies. ꟷSeñaló mis zapatillas.

ꟷAsí es.

ꟷTípico de novatos.

Blanqueé los ojos exageradamente para que notara que sus palabras me importaban lo mismo que la vida de Kim Kardashian: absolutamente nada.

ꟷLo lamento, Jade. El deporte no es lo mío.

ꟷEstás perdonada.

ꟷ¿Siempre eres tan pesado? ꟷPregunté con el mismo tono que él había utilizado para decirme "irritante".

ꟷSí.

ꟷEntonces no es personal.

ꟷNo.

Bueno, los monosílabos se le daban bien.

ꟷ¿Algún consejo para dejar de ser novata?

ꟷSí.

Le dediqué una mirada de ojos abiertos esperando una respuesta.

ꟷCompra mejor calzado y ropa más cómoda. Págale a alguien para que te enseñe o terminarás lesionada.

ꟷOh, lesionada ꟷexclaméꟷ. Eso suena muy deportista.

Fue su turno de rodar los ojos.

ꟷNo le pagaré a alguien por enseñarme a correr, es una actividad básica de la supervivencia humana.

ꟷY aun así no sabes hacerlo.

Tenía un buen punto, pero no era solo con el running, yo era mala hasta jugando a los quemados. Siempre terminaba golpeada lo cual alentaba al resto a golpearme más. No era de extrañar que mi permanencia en el equipo de animadoras hubiese sido de un día. En tanto me pidieron hacer una pirueta, renuncié.

ꟷ¿Quieres enseñarme?

ꟷ¿Me has visto cara de profesor?

ꟷSí, tu carisma natural me ha confundido.

Otra sonrisa. Estaba anotando puntos como Harry Potter junto a Dumbledore. A ese paso ganaría la copa de las casas para la hora de la cena.

ꟷLo haré como un favor para Arthur, dudo que quiera ver a su nieta siendo intervenida quirúrgicamente por subestimar un deporte.

ꟷEres un encanto ꟷironicé.

ꟷLo soy.

Se puso de pie sin dificultad y tomó al perro en brazos. Era pequeño, un poco más alto que un pequinés y en sus brazos parecía una ratita.

ꟷVamos.

Fruncí el ceño.

ꟷ¿Eh?

ꟷVamos. Debes comprarte zapatillas y ropa.

ꟷ¿Ahora? ꟷSolté con asombro.

ꟷ¿Tienes algo mejor para hacer?

No, claro que no. Eran las once de la mañana y yo estaba más aburrida que un payaso en un congreso.

ꟷQuizás.

ꟷDame un ejemplo.

Suspiré y me puse de pie también. Sacudí mis piernas y pantalones para quitarme rastros de césped. Al elevar la mirada me percaté de que Jaden estaba observando mis piernas atentamente.

ꟷ¿Te gusta lo que ves?

ꟷ¿Huesos recubiertos por músculos flojos y piel pálida? Nah.

Fruncí los labios para no soltarle una maldición. De todas maneras, terminé haciéndolo.

ꟷIdiota.

Jugó nuevamente con el aro metálico en su boca y me obligué a no mirar. En mi defensa, el brillo que producía el metal bajo el sol llamada la atención. No estaba viendo sus labios bien proporcionados ni su rostro apuesto. No, claro que no. Yo era fuerte y una muy mala mentirosa.

ꟷSígueme ꟷme indicó.

ꟷAsí es como comienzan las historias de terror.

ꟷEspero que ésta termine pronto.

Me burlé de él haciendo muecas que ignoró completamente y lo seguí por el sendero sin saber hacia dónde se dirigía. Realmente podría haberme matado sin problemas.

Finalmente se detuvo frente una SUV marca Bentley color negro. Era un vehículo hermoso, por no mencionar bastante costoso y en mi mente solo pude pensar que mi madre había tenido una así pero de un modelo más viejo.

ꟷ¿A dónde iremos? ꟷInvestigué cuando quitó el seguro al automóvil.

ꟷDejaremos a Odín en mi casa y luego al centro comercial.

ꟷSé que luzco hermosa con cualquier cosa, pero por si no te habías dado cuenta estoy sudada, tengo el cabello revuelto y el trasero manchado con césped.

ꟷ¿Estás diciendo que puedes verte mejor que eso?

A pesar de que siempre me mostraba muy segura conmigo misma y que lo había sido por dieciocho años, los meses anteriores al viaje habían sido un infierno para mí y mi autoestima. Su comentario me dio justo en esa zona sensible y sentí que las mejillas se me encendían a causa del enojo.

ꟷHe cambiado de parecer, no quiero tu ayuda.

Sus ojos verdes se posaron sobre mi rostro y esbozó una mueca.

ꟷEstaba jugando.

ꟷNo es educado hacer bromas con el cuerpo de las otras personas.

ꟷLo lamento.

Sonó realmente arrepentido; sin embargo, eso no quitaba el malestar que se había instalado en mi pecho.

ꟷGenial.

ꟷDe verdad lo lamento, Genesis.

ꟷEstupendo.

Suspiró pesadamente y me indicó con la cabeza que subiera.

ꟷIré a pie, gracias.

ꟷDéjame llevarte a tu casa, tu abuelo me matará si no lo hago.

Lo pensé un momento, no me apetecía seguir hablando con él. A pesar de haber bromeado despreocupadamente por unos minutos, ese último comentario me había dolido. Había ignorado el de las piernas flacas porque todo mi cuerpo era delgado, pero no podía hacer oídos sordos a dos comentarios hirientes y fingir que estaba bien.

Por el otro lado, comenzaba a hacer calor y estaba un poco cansada. Quería darme una zambullida en la piscina y llamar a Taylor a pesar de que en Estados Unidos era de madrugada todavía.

ꟷBien.

ꟷSube.

Me acerqué al automóvil y sin dudarlo me senté en el asiento del copiloto. Enganché el cinturón de seguridad y me crucé de brazos con la mirada fija en la ventana. Jaden no tardó en subir tras acomodar a Odín en el asiento trasero y me observó antes de suspirar. A ese paso se quedaría sin aire en los pulmones.

El camino fue corto y tenso. Estaba consciente de que no me estaba comportando adecuadamente y que seguro pensaba que era una niña, pero no me importaba. Estaba herida y quería llorar.

Odiaba mi autoestima, odiaba haber perdido tanto peso. Con ayuda de Taylor, los consejos de Theo y los regaños de Tyler, había vuelto a sentir deseos de comer y disfrutaba la comida; sin embargo, eso no quitaba los pensamientos negativos cuando me miraba en el espejo y no me reconocía, lo cual sucedía al menos una vez a la semana.

Unos cinco minutos después, se detuvo frente a la casa de mi abuelo y me apresuré a quitarme el cinturón. Intenté abrir la puerta para salir corriendo, aunque no pude hacerlo porque Jaden había colocado los cerrojos.

ꟷ¿Genesis?

ꟷHemos llegado ꟷanuncié.

ꟷLo sé, quiero disculparme de nuevo.

Tragué con fuerza.

ꟷTe perdono.

ꟷ¿Quieres cenar esta noche? Yo invito.

ꟷNo, gracias.

Sentí el "click" característico de los cerrojos y abrí la puerta. Me volví antes de bajar y encontré a Jaden mirándome fijamente. Tenía el ceño fruncido y sus ojos mostraban un profundo arrepentimiento.

ꟷGracias por traerme. Me ha agradado conocer a tu mascota.

Descendí sin esperar respuesta y cerré a mis espaldas.

No fue hasta que ingresé a la casa de mis abuelos que dejé de sentir la mirada de Jaden clavada en mi espalda. Entonces me permití respirar con tranquilidad.

HELLO!!

Esto se nos puso serio ya. Debo confesar que cuando escribí esta parte quise golpear a Jaden por haber lastimado a G, pero a la vez entiendo que él estaba bromeando y no sabía que podía dañar los sentimientos de nuestra niña. Conclusión: nunca hagan comentarios sobre el cuerpo de nadie.

¿Les ha gustado el capítulo? ¿Qué opinan sobre lo que Artie le dijo a G de los J? ¿Qué creen que sucederá con G y Jaden?

Les tengo una buena noticia: no falta mucho para que el cuarteto se reúna. ¡YAY!

Muchísimas gracias por todo su apoyo y amor. Les deseo un hermoso día. I LOVE YOU.

MUAK!

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