Capítulo 9. La decisión

___ estaba confusa. Se acostó con los dos esqueletos y estaba hecho un lío. No podía pedir consejo a su tío Timo porque él era hombre y no comprendía ciertas cosas. A lo mejor pediría ayuda a una de las trillizas. Frisk sería la indicada porque se veía más seria. Ahora se encontraba en la cafetería esperando a que la morena hiciera acto de aparición. La camarera la atendió con anterioridad y ella pidió una taza de té para aliviar los nervios.

Se estaba planteando cómo decir las cosas. ___ no paraba de jugar con el mechón de su pelo para intentar estar lo más relajada posible. De repente, escuchó la puerta de la cafetería abrirse y ahí estaba Frisk con su sonrisa de siempre. Se acercó a la muchacha para sentarse cómodamente en el asiento acolchado y la camarera la vio para atenderla. Pidió un té también.

—¿Estás bien? Te noté preocupada ante la nota de audio que mandaste.

—No. No sabía a quién acudir —se sinceró.

—Me siento afortunada de poder escucharte. —Frisk sonrió—. ¿Cuál es el problema?

—Carrot y Edge —dijo sin tapujos.

—¿Hicieron algo indebido? —preguntó con un tono preocupante.

Entonces se fijó que ___ se sonrojó abruptamente y sus dedos se movían con cierta timidez. Frisk no evitó reírse bajito entendiendo la situación.

—Ya veo.

—Ambos me gustan, pero… ¡Ah! Esto es un lío tremendo.

—Bueno, los dos tienen una personalidad diferente y llaman mucho la atención.

—Pero si fueras yo, ¿a quién escogerías?

Frisk no pudo responder a la pregunta porque la camarera le trajo el té. ___ esperó a que la chica soplase y diera un pequeño trago. Todavía estaba caliente.

—Esa es una pregunta bastante difícil porque yo solamente pude escoger a uno.

—Tienes suerte de haberte fijado en uno. —Ella lloraba internamente sintiéndose desgraciada.

—Sans me dijo que los monstruos son capaces de compartir —dijo. ___ abrió los ojos completamente. Eso llamó su atención, así que prosiguió—, pero si los dos están de acuerdo, obviamente.

—Edge seguramente se negaría.

—Edge es demasiado… dominante —se paró un momento para buscar la palabra correcta.

—Ya me di cuenta —confesó.

—Es la única solución que veo ante esta situación. —Frisk tomó nuevamente la taza—. Yo creo que los dos lo pueden entender perfectamente porque comparten los mismos sentimientos que tú.

—Pero es tan complicado —suspiró—. No sé, uno piensa que las cosas saldrán bien, pero luego te imaginas otra situación diferente.

Realmente Frisk estaba preocupada ante su amiga ___. Si era cierto que se tuvo que fijar en dos esqueletos diferente y la mar de complicados. La morena empezó a trabajar su cerebro para buscar una solución a este problema tan grande. Entonces una sonrisa surcó en sus labios donde sacó su teléfono. ___ miró con intriga a la morena preguntándose qué estaba haciendo.

—¿Y esa sonrisilla que da mal rollo? —preguntó con una ceja alzada.

—Ya encontré la solución a tu problema —comunicó.

—Ah, ¿sí?

—Les dije a ambos que se reuniera contigo en el jardín donde te conocí.

—Ah. Espera, ¡¿qué?! —exclamó, llamando la atención de la gente de su alrededor.

—Tu solución es quedar con ambos y explicarles la situación —dice Frisk con un tono sereno—. Si habláis, tal vez lleguéis a un acuerdo.

___ quería desaparecer de la faz de la tierra en ese mismo instante. Frisk empeoró un poco la cosa diciéndole de quedar con esos dos. La peli-(c/c) suspiró, no buscando otra solución a este gran problema. Entonces tuvo que aceptar la propuesta de la morena asintiendo levemente.

Una hora duró la conversación porque Frisk le comentó que esos dos esqueletos la estaban esperando en el jardín botánico. No quería llegar tarde. Buscó en su mochila el móvil y los auriculares para escuchar música, mientras caminaba con prisa a su destino. La canción Hot de Avril Lavigne resonaba sus tímpanos. No era la canción idónea para este momento, pero se quedó escuchándola por un buen rato para aliviar sus nervios.

Durante el camino, observaba con detalle a la gente que caminaba con cierta prisa o iban despacio disfrutando el día de la mañana. La gran mayoría de las personas eran jóvenes con sus parejas que estaban cogidos de la mano u otros besándose con tanto amor y cariño. Humanos y monstruos conviven en armonía. ___ se sonrojó un poco imaginándose así con Carrot, pero con Edge sería diferente. El trato será un poco más agresivo, aunque no negaba que él tenía ciertos aspectos buenos y cariñosos.

No tardó demasiado en llegar a su destino. El lugar todavía sigue estando igual que la última vez. Buscó con la mirada a ambos esqueletos y los divisó a lo lejos. Estaban sentados en un banco tranquilamente. Bueno, o eso veían sus ojos porque Edge parecía malhumorado. Siempre estaba malhumorado. Era ahora o nunca. La joven se aproximó a los dos individuos.

—Hola, chicos —saludó con un leve tartamudeo en su voz.

—¡Ya era hora, humana! —exclamó Edge levantándose de su sitio—. ¡Me estaba aburriendo con este estúpido!

—¿Perdón? Pero si te estaba contando chistes.

—¡Da gracias a que no te haya matado, saco de huesos!

—Qué aburrido eres. —Carrot se ríe, levántandose también—. Frisk nos dijo que quería vernos. ¿Pasó algo?

___ estuvo a punto de contarlo de sopetón, pero se dio cuenta que no era buena idea porque el ambiente era tenso. Tal vez lo mejor era dar una vuelta para que se enfriara la situación.

—Sí, quedé con ella para tomar algo y os iba a proponer quedar luego, pero me quedé sin batería en el móvil —puso una excusa. Esperaba que colara—. Por eso, le pedí a Frisk que os escribiera un mensaje.

—Ya me parecía raro —dijo Edge con un tono de extrañera absoluta—, pero ¿por qué los dos y no uno?

¡Ahí no quería llegar!

—¿Qué pasa? ¿No te agrada mi presencia, hermano? —___ se alivió de que Carrot se haya entrometido un poco.

—Tu cara me da asco.

—Eso me ha dolido —contestó dramáticamente.

—¿Q-Qué tal si damos una vuelta?

Los dos esqueletos no se esperaron a que ___ tomara las manos de ambos. Tal vez para salir de la situación extraña. Ella no dijo nada en el paseo por el jardín. Ninguno dijo nada. Era mejor así, pero había cierta incomodidad entre los tres. ___ observaba con detenimientos los jardines parándose un momento para admirar las flores que custodiaban en ese terreno.

Algunas eran hermosas. Otras olían bien. En su cuarto sería capaz de tener un ramo de flores para complementar un poco el lugar. Necesitaba tocarlas, pero había un cartel de prohibición. La única opción sería ir a una floristería. No evitó recordar a su madre cultivando unas rosas en el jardín de su casa. ___ pasaba horas y horas oliendo esas plantas. Un olor dulzón y peculiar para su pequeña nariz.

Entonces sintió algo rozar en su mejilla derecha y se giró para ver una rosa sostenida por Carrot. Sus mejillas se tiñeron de color cereza al ver el atrevimiento de Carrot.

—Vi a una vendedora. Pensé que te gustaría tener una.

—Gracias.

—¡Yo te compré un ramo con mucha varidad, humana! —gritó Edge caminando hasta ellos para entregárselo.

—G-Gracias, Edge.

—Edge, esto no es una competición —aclaró el esqueleto vago.

—¡Para mí sí lo es!

—¡Vamos afuera!

La situación cada vez se estaba empeorando a cada momento que pasaba. Tenía que hacer algo antes de que esos dos se maten entre sí. Frisk ya le dijo que la mejor manera de solucionar este desastre es hablarlo. Entonces, cuando ya estaban afuera y lejos de todo el mundo, ella se paró. Ambos monstruos miraron con cierta intriga ante el comportamiento de ___.

—Chicos, tengo que contaros algo —dijo para mirarlos.

—Te escuchamos.

—Bueno… esto…

—No me valen tartamudeos, humana.

—Edge, ten paciencia —lo regañó su hermano mayor.

—¡Ambos me gustais!

Gritó a pleno pulmón para que los dos no volvieran a discutir. Los dos esqueletos altos miraron a ___ con las caras sorprendidas.

—Sé que vosotros también sentís algo por mí, pero me es imposible escoger a uno —iba explicando—. Los dos tenéis personalidades diferentes y me gusta muchísimo. Y se me está haciendo difícil escoger. Frisk me dijo que los monstruos sois capaces de tener a más de una pareja, pero que estuviesen de acuerdo. No obstante, vosotros… No creo que queráis compartir.

Ambos hermanos se miraron entre sí. Ellos le daban la razón a ___. ¿Cómo podían compartir a la misma chica que tanto le gustaban? Y ahora que sabían que ella tenía sentimientos hacia ambos, pues la cosa se complicaba aún más. Carrot se rascó un poco su mandíbula intentando pensar con claridad que hacer realmente.

—Oye, Edge…

—¡No!

—Pero ni siquiera he dicho algo. —Una gota resbalaba por su cráneo.

—Pero sé lo que vas a decir —gruñó—. No pienso compartir la humana contigo.

—Como si fuera de tu propiedad —exaspera el esqueleto vago.

—¡Lo es! —volvió a gruñir, ya enfrentándose a su hermano.

—No os peleéis, chicos —suplicó ___—. Puedo entender que no queráis, así que… es preferible que deje de lado lo que sienta y…

—¡¿Qué?! —Ahora gritaron los dos.

—Dije que…

—¡Ya! ¡Ya! Te hemos entendido, pero dejar de lado tus sentimientos hacia nosotros no es lo correcto —le corrigió Carrot.

—Es que no veo otra solución.

—Con follar, se solucionan las cosas.

Tanto Carrot como ___ miraron a Edge con un rostro de pocos amigos. El esqueleto más rudo miró a ambos.

—¿O acaso no queréis?

—Arreglar las cosas en la cama, empeoran —sentenció Carrot—. Las cosas se solucionan hablando.

Edge cruzó los brazos un poco molesto. Cómo le gustaba él hablar de esas cosas. ___ dio un pequeño suspiro. Si, era una situación complicada. Carrot se aproximó un poco para acariciar lentamente sus brazos para que estuviera tranquila.

—Podemos hacerlo.

—Yo me niego.

—Edge, por favor, deja a un lado tú orgullo —le riñó nuevamente—. Esto es muy serio. No podemos seguir cabreados y demostrar que uno es más macho que el otro. Además, piensa que ___ tendrá a dos monstruos que puedan complacerla.

—... ¡Pero no tocarás mi miembro!

—Ay, no. Prefiero tocar la feminidad de ___.

—¡Carrot! —le gritó la peli-(c/c).

Parece que la cosa se soluciona. ___ era novia de Carrot y Edge.

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