CAPÍTULO 10.
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Cuando la secretaría de Harper se comunicó conmigo me sentí realmente culpable. Decirle todas las cosas así a mi mujer y luego huir como un cobarde fue lo peor que hice.
Tenía que quedarme en nuestra casa y demostrarle cuánto la amo, pero decidí irme a esconder en un apartamento que ya no sentía mío, un lugar donde agonicé por una semana entera.
Decidí comunicarme con Liam para ir junto a él a su empresa, tal vez, Harper lo escuchara más a él que a mí, pero la escena que encontramos me partió el corazón, me volvió loco, quería matar a Ethan en ese momento, pero debía llevar a mi mujer a un hospital.
Tres jodidas costillas rotas, una luxación en su hombro derecho y una contusión en su cabeza. Vi rojo vivo cuando la pasaron a una habitación y aún seguía sedada.
— ¿Cómo es posible que él haya entrado a la empresa? —le pregunto a Lucas que está junto a mí.
— Liam se está encargando de eso —menciona sin apartar la mirada de su hermana—. Se suponía que no podía entrar.
— Tanta seguridad que tienen y dejan entrar a ese imbécil, deben cambiar todos los guardias que estaba anoche, seguramente uno de ellos haya trabajado con Ethan —aseguro.
— Liam está investigando, los responsables van a pagar —asegura.
Por el bien de todos deseo que sea así porque de lo contrario acabaré con cada persona que hizo que mi mujer estuviera en este estado.
— Voy a salir un momento, me comunicare con Liam y te avisaré lo que haya encontrado.
— ¿Vas a? —dejo mi pregunta en el aire, él sabe lo que le estoy preguntando.
— No preguntes cosas que no quieres saber.
Si va para el lugar que pienso va a terminar mal y posiblemente se meterá en problemas y no estamos para que algo así suceda en este momento.
— No vayas allí —digo—. ¿Cómo se va a sentir Harper cuando te vea todo golpeado?
— Lo resolveré. Cuida bien de ella hasta que alguno de nosotros regrese.
Sale de la habitación sin escucharme y maldigo. El idiota va a dejarse golpear hasta perder la consciencia, cree que eso es la solución para sus problemas, pero no puede estar más equivocado.
Me siento junto a la camilla donde está Harper y la observo por las siguientes horas. Me pierdo en su rostro y el arrepentimiento me inunda.
Hay muchas cosas que pudieron salir bien y otras que nos llevarían nuevamente a este momento, pero si estuviera en mis manos retroceder el tiempo y evitar que ella esté en esa camilla lo haría sin dudarlo, pero ahora me queda cuidarla y velar por su seguridad.
— Creo que puedes ir a descansar, yo me quedaré con mi hermana —veo a Liam y su rostro se nota más cansado que el mío.
— Tú eres quien debería descansar, puedo quedarme con ella, seguramente despierte en las próximas horas.
— Seguramente ambos deberían irse —me giro hacia la puerta donde se encuentra Lucas.
Suspiro con tranquilidad, al parecer el hombre no fue al galpón de pelea y lo agradezco en silencio.
— No creo que ninguno de nosotros quiera apartarse de ella —menciono.
— No creo que nos dejen quedar a todos, dos deben irse y es claro que soy el único que no ha estado junto a ella, así que yo me quedo —asegura Liam.
Ninguno da su brazo a torcer, nadie quiere marcharse así que el hospital deberá respetar nuestra decisión de quedarnos.
Un par de horas más tarde, Lucas va a la cafetería y nos trae algunas cosas para que podamos comer, ya que en todo el día no habíamos comido nada.
— Mi abogado me acaba de informar que le dieron una fianza de quinientos mil dólares.
— ¿O sea que el hombre salió bajo fianza? —pregunto ya sabiendo la respuesta.
— La ley es una mierda, el idiota tiene dinero, por eso lo dejaron salir.
— ¿Podemos demandar por intento de asesinato? —pregunto.
La información médica y la grabación de las cámaras pueden confirmar que Ethan quiso asesinar a Harper, también la declaración de ella puede ayudar.
— Sí, es una agresión grave, pero debemos esperar que Harper despierte para que pueda dar su declaración.
— Odio que ella tenga que presentarse en un juzgado y ver a su agresor.
— Haré una petición para que su declaración sea privada.
Esperemos que el juez acepte, también haré que mis abogados analicen el caso y puedan investigar más sobre Ethan para que no pueda salir de la cárcel.
— No me importa verle la cara a Ethan mientras declaro.
Los tres nos giramos hacia la camilla donde Harper está intentando retirarse la vía intravenosa que tiene en su muñeca.
— ¿Podemos acusarlo por intento de violación? —pregunta mientras todos jadeamos de horror.
— ¿Te violo? —mi voz tiembla al preguntarle.
— Mencione intento, Jackson, el hombre no alcanzó a tocarme de esa manera.
Sus hermanos están en silencio mientras yo le hago las preguntas que ellos no están dispuestos a hacer. Liam vio los videos de seguridad así que sabe cómo ingresó y todo lo que hizo Harper para huir de Ethan.
— Todos se ven jodidamente cansados —trata de sonreír, pero le gana el dolor de sus costillas—. Puedo quedarme sola por esta noche.
— ¿Estás loca verdad? —pregunta Lucas—. Solo estando muerto me sacarían de aquí.
— Me alegra mucho verte despierta —menciona Liam acercándose a ella—. Me llevé un gran susto cuando te vi caer.
— Me veo terrible, ¿verdad?
— Un poco —menciona Liam riendo—. Esos moretones van a tardar en desaparecer.
— Ese idiota. Nos hizo rodar una vez y luego me lanzó solo a mí, ¿debería llevarlo al mismo lugar y lanzarlo para que estemos a mano? —pregunta.
— No podemos hacer eso, pero haré que cuando llegue a prisión lo reciban de la mejor manera.
— Entonces me conformaré con eso. Ese maldito idiota debe sufrir lo que yo sufrí.
Se que está aparentando ser fuerte, pero sus ojos demuestran lo aterrada que está y sé que sus hermanos también ven eso, pero ninguno lo comenta en voz alta.
— Quiero irme a mi casa —menciona—. Pero no quiero estar sola.
— Iremos contigo, intercambiaremos los días hasta que te sientas mejor —dice uno de sus hermanos.
— ¿No vas a volver a nuestra casa? —pregunta sin apartar su mirada de mí.
— Volveré contigo —prometo.
— Entonces ustedes no tienen que ir, me quedaré con Jackson.
— ¿Estás segura de eso? —pregunta Liam.
— Eso acaba de salir de su boca, entonces ella está segura de querer estar conmigo —menciono—. No la estoy obligando.
Es verdad, Harper acaba de decirle a sus hermanos que quiere estar conmigo, así que no voy a preguntarle si está segura porque no quiero que ella se arrepienta.
— Entonces pueden ir a descansar, me quedaré con Jackson toda la noche, ¿está bien si te quedas?
— ¿Es en serio? —Puedo quedarme de pie e incluso bajo una noche helada desnudo si ella me lo pide.
— No importa si no quieres quedarte, nos vemos mañana en nuestra casa.
— Tesoro.
— Lo siento por tomar tu tiempo sin avisar, sé lo importante que es para ti.
— Tesoro llevo horas discutiendo con tus hermanos para que me dejen quedar —le confieso—. Me hace feliz porque me escogiste a mí.
Los hermanos de Harper se fueron tiempo después de que ella se durmiera y me hicieron prometer que cuidaría de ella con mi vida entera, cosa que no hubo que hacer porque la mujer es todo lo que me importa, por quien he luchado durante tantos años y hoy puedo asegurar que todo valió la pena, mucho más de lo que imagine.
Las enfermeras tuvieron que darle medicamentos a Harper dos veces en la noche porque el dolor había incrementado y se volvía insoportable para ella. Le ayudé a ir al baño una vez y luego dormí junto a ella hasta que la luz se coló por las cortinas.
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Cuatro semanas llevamos en casa desde que le dieron de alta a Harper. Dividí mi trabajo entre mi hermano, mi secretaria y lo más importante me lo traje a casa para poder estar junto a Harper y estar al alcance de lo que ella llegara a necesitar.
Hemos dormido juntos todo este tiempo, pero tengo mucha precaución al momento de abrazarla, no quiera lastimarla. La he ayudado a ducharse, ya que el movimiento de su brazo derecho estaba limitado y los mareos llegan de repente por la lesión en la cabeza.
Los medicamentos le ayudaban con el dolor, pero no siempre hacían efecto inmediato y me mata cada vez que su rostro se contrajera de dolor.
Los moretones de su rostro han desaparecido notoriamente y el cabestrillo que estaba utilizando lo dejó hace dos días porque el doctor le dijo que ya lo podía dejar.
— ¡Jackson! —Subo de inmediato las escaleras al oír mi nombre.
— Tesoro, ¿sucede algo? —pregunto cuando entro a la habitación.
— ¿Crees que pueda regresar ya a mi trabajo? —pregunta poniéndose de pie.
— Lo que creo es que ambos tenemos una conversación pendiente.
Retrase la conversación porque quería esperar a que ella estuviera mucho mejor y ahora qué piensa volver a su trabajo creo que es hora de hablar.
— ¿De qué tenemos que hablar, mi amor? —rodea mi cuello con sus brazos y me sorprende.
— De nosotros, tesoro.
— Entonces hablemos.
Sus labios rozan los míos y siento que muero por ese simple acto, espere algo como esto más de siete años y tenerla así en este momento parece un jodido sueño del que no quiero despertar.
— ¿Qué somos nosotros? —mis ojos se conectan con los de ella y la esperanza me llena el corazón.
Harper me mira como lo hacía cuando éramos novios, como si yo fuera la única persona en su universo.
— Esposos —dice—. Nos casamos en una ceremonia muy íntima hace casi cinco meses, ¿no lo recuerda señor Brown?
— ¿Usted está segura de lo que dice , señora Brown? —mi sonrisa es grande y no hago nada por ocultarla—. Recuerdo que cuando le dije que nos habíamos casado huyó de mí.
— No recuerdo esa parte, tal vez se borro de mi cabeza con el golpe.
Sus manos recorren mis brazos y hago todo lo posible por no tirarla en la cama y follarla hasta saciar los malditos siete años que sufrí en celibato.
— ¿Entonces somos esposos? —pregunto.
— Llevamos casi cinco meses.
— ¿Y los 365 días?
— Estamos seguros de que eso solo fue un pretexto para juntarnos.
Muy seguro, no pensaba dejarla nunca. Si tenía que llevarla a otro continente lo haría, pero no la dejaría ir.
— Luche con todas mis fuerzas para que este momento se pudiera dar.
— Fui una idiota en ese entonces, debí escucharte.
— No lo fuiste —murmuro en sus labios—. Fue duro vivir sin ti, no poder tocarte me mataba día a día, por eso no voy a dejarte ir nunca más.
— Te amo tanto, Jackson —asegura—. Odio haber escuchado a Ethan, odio haber perdido todos esos años y me odio por hacernos sufrir.
Su voz tiembla y unas lágrimas abandonan sus ojos.
— Vivamos lo que tenemos que vivir, seamos felices, pero sobre todo, confiemos el uno en el otro.
— ¿Me perdonas?
— No hay nada que perdonar. Lo único que nos queda es vivir lo que tenemos. Seamos felices tesoro mío.
— Seamos felices mi amor.
Me pierdo por un rato en sus ojos, esos que amo tanto, ese café miel que he querido que mis hijos hereden, esos con los que he soñado cada día de mi vida.
— ¿Entonces ahora puedo besar a mi mujer como se merece?
— Creo que su mujer piensa que se ha tardado una eternidad, señor Brown.
Sonrió antes de probar sus labios en un beso que con los segundos se torna más intenso, lleno de deseo, ese beso que quise repetir cuando llegamos a mi habitación, pero no pude porque su hermano estaba con nosotros y ella esta muy ebria para recordarlo al día siguiente.
Me tomo el atrevimiento de llevar una de mis manos por debajo de su falda y jadeo cuando descubro que no tiene bragas puesta.
— ¿Estabas esperando esto? —pregunto separándome de ella.
— Estuve a punto de follarte anoche —menciona con total descaro.
Llevo mi boca al punto débil de su cuello y succiono allí marcando uno de mis lugares favoritos de su cuerpo.
Me separo nuevamente y le quito la camisa disfrutando cada instante para memorizarlo y asegurarme de que no estoy en uno de mis sueños.
— Te amo tanto, Harper, no sabes lo locamente enamorado que estoy de ti.
Atrapo uno de sus pezones en mi boca, lo muerdo y luego lamo para calmar el dolor que había dejado. Sus jadeos incrementan al igual que mis ganas de follarla, pero no puedo llevar todo tan rápido porque estoy seguro que terminaría en menos de cinco minutos.
— Quítate la falda y acuéstate.
Ella hace lo que le pido quedando completamente desnuda en nuestra cama con sus rizos desordenados en nuestras almohadas.
— Perfecta.
Me arrodillo entre sus piernas y sin dudarlo ni un segundo llevo mi boca a su coño donde me deleito con su sabor, realmente extrañaba esto y juro que voy a disfrutarlo durante un tiempo largo para recuperar el que perdí.
— Oh, Ja...
Muerdo su clítoris y un jadeo en forma de grito abandona su boca. La follo con dos de mis dedos y cuando está a punto de correrse los retiro.
— Quiero que acabes mientras te follo con mi polla, tesoro.
En este momento puedo morir en paz y feliz. Ser amado por la mujer que he amado por años, follarla y hacer que se corra mientras su coño es llenado por mi esperma debería ser el mejor placer para el ser humano.
Tuve que perder a mi mujer para darme cuenta que no puedo vivir una vida donde no esté ella, nos perdimos por muchos años, pero regresamos nuevamente a donde éramos felices, con la persona que soñamos desde que éramos unos niños.
— Te amo tesoro.
FIN
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