CAPÍTULO 03

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Cada que tengo oportunidad intento acercarme a Harper, pero ella siempre me termina mandando a la mierda, cosa que odio tanto como el día que ella decidió terminar nuestros seis años de relación creyendo que yo la iba a dejar.

Hace siete años

Los nervios me están consumiendo, sé que es lo mejor para los dos y ambos hemos esperado esto, así que hoy le pediré matrimonio a mi mujer y luego la haré madre para que no pueda dejarme.

Bueno, esto último no es cierto, no necesitamos un hijo para que ella y yo estemos juntos para siempre, aunque no nos vendría mal una mini Harper corriendo por toda la casa con sus crespos rubios alborotados.

— Señor, su padre lo necesita.

— Dile que pase.

Guardo la caja donde tengo el anillo con el que le pediré matrimonio a mi mujer en dos días.

— Hijo —saluda mi padre entrando a mi oficina.

— Debe ser urgente lo que tienes que decirme —menciono— no sueles venir hasta la empresa.

— Directo al grano —dice—. Necesito un favor tuyo.

— No creo que yo pueda ayudarte en mucho.

— Hasta cargo de la empresa.

Levanto la mirada hacia él y no hay nada en su rostro que me indique que está bromeando. Tengo veinticinco años y manejo mi empresa la cual apenas está entrando al mercado si me hago cargo de su empresa no voy a tener tiempo para nada.

— Antes de que digas que no, piénsalo —dice—, puedes retrasar un poco tus planes, si HS entra nuevamente en la bolsa de valores podrás sustentar tu empresa e incluso impulsar a la bolsa.

Es una idea tentadora, pero tengo planes con mi mujer y levantar la empresa de la familia me llevaría mínimo dos años.

— Voy a casarme con Harper —menciono.

— Eso es maravilloso, Harper es como una segunda hija para nosotros.

— No tendré tiempo para dos empresas, mi esposa y mis hijos.

— ¿Está embarazada?

— No, pero pienso embarazarla muy pronto.

No miento cuando digo que quiero tener una mini Harper corriendo por nuestra casa.

— Habla con ella, trata de dividir el tiempo, puedes manejar ambas empresas, lo sé perfectamente.

— No puedo asegurarte nada.

Dos noches después de haber hablado con mi padre, llevé a mi mujer a Las Vegas para pedirle matrimonio, pero antes quería contarle sobre las dos empresas de las que me haría cargo.

Harper mal entendió todo y no me dejo explicarle que solo le estaba diciendo que nuestro tiempo iba a ser limitado por los próximos dos años, pero viviríamos juntos porque nos casaríamos.

Presente

No sé cómo Liam y Lucas lograron que Harper viniera al cóctel. Durante el almuerzo dijo mínimas palabras y se marchó antes de que todos termináramos manifestando que estaba indispuesta.

En estos momentos camina junto a su secretaria. Lleva un vestido rojo que baja hasta sus tobillos, su cabello está recogido en una cola alta dejando que varios de sus rebeldes crespos se suelten de ella, lleva un leve maquillaje que hace ver sus ojos más claros de lo que son.

Me ha evitado desde que entró —lleva evitándome siete años— y no voy a decir que la entiendo porque no hice nada malo, aquí la mala fue ella porque no quiso escucharme.

— No sabemos si quieres matarla o desvestirla con esa mirada —Lucas me ofrece una copa mientras sigue mi mirada la cual está en su hermana.

— Tal vez la quiera desvestir para luego matarla —digo.

— Estás hablando de mi hermana, así que evita esas dos palabras porque el muerto serás tú y tus planes de boda secreta se irán por la borda.

— Déjame preguntar por qué fue que acepté esta idea.

— Porque sabemos que Harper está enamorada de este idiota y como no han podido hablar, ella no sabe que este idiota —me señala como si no estuviera atento a su conversación— no quería terminarle sino casarse con ella.

— Mala comunicación.

— No, tu hermana es imposible.

— Si lo es, ¿Por qué insistes en casarte con ella?

— ¿Tal vez sea por nuestra empresa? —Liam entrecierra los ojos esperando mi respuesta.

— Tengo demasiado dinero y no, no estoy interesada en su empresa, solo en su hermana.

Harper se acerca al hijo de Benjamín y este le sonríe antes de besar su mejilla, ella le devuelve la sonrisa y pareciera que le interesa el idiota.

— Deberías ir con ella e invitarla a bailar —propone Liam.

Sabe lo que su hermana me hará si me acerco a ella por eso la propuesta.

— Quiero ver eso —celebra Lucas.

— Malditos locos.

— No tanto como tú, mira que esperar a mi hermana por siete años, eso sí es estar loco.

— No, se llama estar enamorado.

— Solo por eso estoy participando en esto.

Los hermanos Blanche se alejan y me dejan solo con mis miradas penetrando a Harper queriendo que ella se digne en mirarme por un segundo, pero la mujer está empeña en ignorarme.

Camino hacia donde está Harper con Patri e interrumpo la conversación que estaban teniendo.

— Señor Brown, creí que traería a alguien —dice Patri, le sonríe a Harper y esta hace lo mismo.

¿Por qué sonríen tanto? Ella no debería sonreírle a él. Esas sonrisas me pertenecen a mí.

— No creo que al señor Brown le importe alguien más que sus empresas.

— Claro que si tengo a alguien que me importa solo que es demasiado tonta para notarlo.

— ¿Quién?

Harper da un giro rápido haciendo que nuestras miradas se conecten nuevamente. Dios, como extrañe esa mirada, esos ojos, he extrañado todo de ella por tanto tiempo.

— ¿Te importa? —pregunto.

— Buena suerte con ella, ojalá no la dejes por tus empresas.

— Hay algo que debe quedarte claro, yo no te deje por las empresas, fuiste tú quien terminó lo que teníamos.

— No es tiempo para hablar del pasado.

Dicho eso, se aleja dejándome junto a Patri el cual se había dispuesto solo a escuchar lo que hablaba con Harper.

— No tienes oportunidad con ella, Harper es mía y en menos de dos días se convertirá en mi esposa, así que agradezco si te alejas de ella.

— Nunca tuve la intención de cortejarla, tengo mi pareja.

— Eso dicen todos, te estaré observando —pongo mi mano en su hombro y elimino una pelusa inexistente de su saco— conozco a los de tu clase, si tocas a mi mujer haré que los negocios que estamos iniciando se terminen.

Patri asiente y se aleja. Algunos hombres de la empresa de Benjamín se acercan a mí para hablar sobre negocios, los escucho, pero mi mirada recorre todo el salón en busca de Harper, pero no logro verla a ella ni a ninguno de sus hermanos.

— Jefe, los Blanche se acaban de ir, Lucas dejó un mensaje para usted —mi secretario se acerca con una Tablet en sus manos.

"Con lo de esta noche no creo que mi hermanita se case contigo, debes luchar con tus garras estos dos días para que Harper pueda darte un sí quiero en esa capilla en la que apartaste la cita. Tú puedes, cuñado".

Idiota.

💌

Estamos recorriendo la planta donde se da la fabricación de los motores para los autos que se venderán próximamente en UB con mi tecnología como pilar para que estos autos tengan el mejor sistema de conducción automática del país.

— Esta máquina la utilizamos para los cortes de láser y así poder obtener los tamaños indicados para ensamblar todas las partes para así formar el motor.

— ¿Qué tipos de motores fabrican? —pregunto.

— Tenemos a gas, gasolina y energía —menciona el encargado que nos está enseñando la fábrica—, aunque la mayoría de nuestras fabricaciones son para motores de gasolina.

— ¿Cómo reducen la contaminación de la fábrica? —pregunta Harper.

— Bueno, con el humo no podemos hacer mucho, pero la mayoría de nuestras piezas se hacen con material reciclable, lo que se puede rescatar.

— ¿Qué hacen con los residuos?

— La mayoría se reutiliza, es decir —señala una máquina que es manejada por dos chicos— allí trituramos los residuos que ya no utilizamos y lo donamos a una fábrica donde reutilizan ese material en diferentes cosas.

Bueno, la empresa tiene buenos pensamientos.

Después de almorzar regresamos a la fábrica donde nos terminaron de mostrar los lugares donde se lleva a cabo los ensamblados y finalización de los motores, todo es un verdadero espectáculo y la gente que trabaja aquí sabe muy bien lo que hace.

— No voy a la fiesta de hoy, realmente tengo mucho dolor de cabeza —menciona Harper cuando entramos al living del hotel.

— ¿Necesitas algo? —pregunto.

— Que me dejes en paz —susurra, lleva una mano a su cabeza y sé que pasará la noche de perros.

Las migrañas que le dan a Harper la hacen parecer al día siguiente como si hubiese estado un mes en el hospital, así que me quedaré por si necesita algo.

— Kelly puede quedarse conmigo, ustedes pueden ir a divertirse y encontrar una novia o un polvo.

— Hasta mañana —digo.

Salgo del hotel y le pido a uno de los chicos que trabajan aquí que me compre varios medicamentos para acompañar a Harper toda la noche.

Un rato después de haber recibido los medicamentos subo hasta el piso donde están nuestras habitaciones y toco varias veces en la habitación de Harper, pero nadie responde.

No creo que se haya dormido tan rápido.

— Harper, tesoro —toco nuevamente y escucho unos pasos acercarse— ¿puedes abrir? Te he traído medicina.

— No te pedí nada —abre la puerta dejándome ver que apenas tiene una bata cubriendo su cuerpo.

Dios, tesoro, no puedes simplemente dormir de esa manera y querer que no esté imaginando como meterme en tu cama.

— ¿Ya tomaste algo?

— No —toma la bolsa que llevo en mis manos e intenta cerrarme la puerta— ¿Qué esperas, un gracias?

— Déjame entrar.

— No.

Se balancea un poco hacia atrás, entro a la habitación y la sostengo.

— Jodidamente terca como siempre.

— Como hace siete años, ¿no? —susurra.

— Mierda, estás hirviendo.

— Es un simple resfriado, por eso no quería venir aquí —menciona— también sabía que estarías aquí y no quería verte.

— Pero no todo sale como queremos.

Se aleja de mí y camina hacia la cama donde se tira y se cubre con la manta.

— Voy a prepararte una bebida para que puedas descansar.

— Idiota —murmura.

Camino a la pequeña cocina y preparo una de las bebidas que había en la bolsa que trajo el hombre junto con los medicamentos.

— Tomate esto para que te sientas mejor.

Levanto su cabeza y le introduzco dos pastillas en la boca y hago que beba lo que le prepare.

Me siento en la silla de la cocina y cuido su sueño por toda la noche, me aseguro de que esté cómoda y le vuelvo a dar medicina ocho horas después tal como lo hacía en los viejos tiempos.

Hoy en la noche me casaré con ella frente a ese Elvis en la pequeña capilla donde le propuse ser mi novia, donde comenzó nuestra historia de amor ese catorce de febrero hace trece años.

Yo solo le estoy pidiendo a Dios que me envié un Jackson que me espere por siete años.

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