SEGUIR.

Elsa.

—Repítelo de nuevo —suspiré sin dejar de mirar la pulsera de Jack, estaba sentada en la cama de mi Lavvu.

—Hombre de la Luna y Sandman lograron encontrar la solución para destruir a Pitch, era una lanza formada por la misma magia de Sandman, solo teníamos que incrustar esa cosa en él —suspiró—. Pitch estaba dispuesto a acabar contigo así que preparó una tipo hoz para tí —mencionó Norte—. Jack logró liberarse de él para recibir la hoz y así mismo atacar a Pitch con la lanza —finalizó.

Suspiré apretando la pulsera.

—Otra vez... —volví a decir.

—Elsa, creo que ya fueron suficientes veces... —interrumpió Anna.

—No, nunca serán suficientes, necesito comprender su razón —miré de reojo a Anna—. ¿Entendiste?

—Ridícula —bufó—, haciendo esto no vas a llegar a nada, es más, nunca vas a llegar a nada si no haces algo diferente a estar encerrada y vagando por el bosque.

—¿Ridícula? Claro, tienes el derecho a decirme así sólo porque no es Kristoff quien se fue —tragué saliva—, lo escucharé y repetiré cuantas veces necesite, si no quieres seguir escuchando estás invitada a irte.

Ella suspiró mientras yo cerraba mis ojos mientras recordaba una y otra vez la escena. Han pasado una o dos semanas quizá, desde que él no está, el tiempo dejó de significar algo para mí. No comprendía, es como ese sueño que vuelve cada noche y se va al despertar, solo que cada que yo despertaba sabía que no fue un simple sueño.

Mordí mi labio y abrí los ojos mirando a Norte.

—Perdón de nuevo, nos veremos en la noche, esto fue todo por hoy —me levanté de la cama y caminé hacia la puerta—, Anna, no fue mi intención ofenderte.

—Lo sé —respondió.

—Necesito estar sola por un momento, y por favor no me busquen. —salí de mi Lavvu y caminé sin rumbo alguno por el bosque.

Mientras caminaba, puse la pulsera de Jack en mi mano, así dejando las dos juntas. No dejaba de mirar aquellos detalles de hielo que les hizo, no olvidaba aquello que me dijo ese día mientras tomaba mi mano con la pulsera recién puesta.

"Quiero que cuando veas esta pulsera, recuerdes lo única y perfecta que eres, además, de que siempre estaré para tí".

Apreté mis labios soportando una vez más el llanto, cada una de las palabras que dijo serán difíciles de olvidar; lo peor son aquellas frases que decía como promesas, promesas que se han roto.

"Todos los copos de nieve, son simplemente diferentes y cada uno es perfecto. Increíblemente, nosotros nos encontramos, somos completamente diferentes e iguales. Pero, tú eres el copo de nieve que jamás va a repetirse entre otros".

Me detuve en el camino del bosque y ridículamente miré al cielo pensando que él por cualquier lugar en donde esté me escuché.

—Siempre estabas para mí cuando te necesitaba ¿Por qué ahora no estás aquí conmigo? Te necesito y tontamente sigo esperando el momento en el que regreses... —tragué saliva—, me aterra la idea de no volver a verte de nuevo... —bajé mi cabeza y me arrodillé apoyándome en un árbol—. ¿Cómo puedo seguir adelante? ¿¡Cómo se te ocurre dejarme!?

Recosté mi espalda en el árbol mientras abrazaba mis piernas con fuerza, Pitch podrá haberse ido, pero las pesadillas vienen cada noche recordando aquél momento en que Jack se alejó de mi lado, será difícil olvidar la sensación de su frío cuerpo cubierto de arena negra pegado al mío, de tan solo pensarlo mi piel se erizaba.

Oculté mi rostro mientras abrazaba mis piernas y cerré mis ojos dejando salir algunas lágrimas, sentí una presión en mi pecho y mi cabeza quería estallar, han sido muchas cosas para asimilar en muy poco tiempo. Ahora, cada noche yo iba con Norte a realizar el trabajo de Jack, algunos niños pensaban que Jack Frost los había abandonado y que de nuevo Pitch regresaría, es ahí donde yo entraba como su "guardián de la diversión" solamente así podría mantener su creencia en él.

"—¿Estás robándome el trabajo? —Jack se acercó a mí preguntando—, el divertir a los niños es mi profesión.

—De ninguna manera, puedes complementar ahora su diversión —hice con mis manos varios copos— ¿Acaso quieres que de verdad te robe el trabajo?

—No puedes robármelo —cruzó sus brazos.

—Porque somos iguales —sonreí—, así que bien puedo ser como tú, el espíritu del invierno y una guardiana en mi mundo.

¿Piensas ser mi copia barata? —rio— Somos iguales, sí, pero tú tienes un destino y yo el mío.

—Cómo tu digas —levanté mis brazos."

Reí soltando más lágrimas, fue la primera vez que entablamos una conversación aquél día que nos conocimos cuando me dieron la bienvenida, siempre jugábamos con ese tema, que yo le robaría su trabajo o una pequeña discusión sobre quién era mejor para un puesto de guardián. Simplemente, jamás creí que el juego se volvería realidad.

—De nuevo estás aquí —escuché una voz—. Déjame adivinar, estás pasando tiempo a solas y meditas.

—Hola Honeymaren —la ví—, ¿Me seguiste?

—Claro que no, estoy cuidando el rebaño de renos y vine porque escuché tus sollozos a kilómetros —se sentó a mi lado.

—No era mi intención, perdón —suspiré y limpié mis lágrimas.

—No te disculpes, no pasa nada —me miró—, sigues pensando en él ¿Verdad? —asentí—, quisiera encontrar las palabras adecuadas, pero no las hay.

—Lo sé, trato de entender por qué lo hizo, pero nada cuadra. Sé que debo seguir con mi vida, pero no encuentro la forma de hacerlo si él sigue presente en cada cosa que hago y lo extraño aún más si trato de "olvidarlo" —tapé mi rostro con mis manos—, tan solo quiero verlo, al menos una última vez.

—Lo único que nos queda de las personas es el recuerdo, pero, si tuvieras la oportunidad de volver a verlo ¿Qué le dirías? —preguntó mirándome.

—Seguro le pediría explicaciones y le diría miles de veces que lo amo y que me ayude a saber como vivo sin él o que me dé algunos consejos para hacerlo, yo que sé.

—Y en lo que vuelves a verlo ¿Crees que le gustaría que estuvieras así? —negué—, supongo que solo te queda por hacer todo aquello que no quería que hicieras ¿Me explico? Creo que deberías tomarlo con calma, tan solo han pasado dos semanas, este es un proceso no tan fácil.

—Gracias —le sonreí—, deberías ir con los renos —ella asintió y se levantó.

—No estás sola, tienes a muchas personas a tu alrededor y estamos dispuestos a ayudarte, cuídate tal vez nos veamos en la noche, Yelena va a relatar algunas leyendas, ojalá nos acompañes —se alejó.

Recargué mi cabeza en el tronco del árbol y suspiré mirando sus hojas, cerré los ojos por un momento sin saber que caería en un gran sueño.

(...)

No sé cuánto tiempo había pasado, cuando abrí los ojos y miré el cielo con un color anaranjado y las nubes se notaban rojas. Me levanté deprisa mareándome un poco por el movimiento tan brusco que hice.

"Mierda, es tarde" pensé.

Caminé con rapidez a las rocas de los espíritus que marcaban el inicio del bosque encantado.

—Pensé que no vendrías —mencionó Norte—, no tienes que hacerlo hoy, si quieres.

—Tomé una siesta que se alargó demasiado, pero estoy aquí, tenemos que irnos —llegué con él.

—Toma esto —me entregó una bolsa una vez que subí al trineo—, necesitas comer algo, estoy seguro que no has comido nada por horas. 

—¿Cómo lo sabes? —abrí la bolsa y empecé a comer de algunas frutas que había dentro así como pedazos de pan caliente—, amo el pan caliente.

—Simplemente lo sé y sí, salió del horno y me pareció buena idea traerte un poco —echó a andar el trineo.

Sonreí ante el acto que hizo Norte, una vez elevado el trineo aventó la esfera y nos transportamos hacia su mundo. Aparecimos en el polo norte y de ahí me llevó hacia algunos lugares que no sabía su nombre, pero sé lo que debería de hacer.

Dejé a un lado la bolsa con la comida dentro y empecé a aventar una ligera nevada encima de algunas casas, no sé cuál era la magia de Norte, pero era impresionante como nadie de los que estaban presentes nos veía; siguió su camino para bajar el trineo donde los niños jugaban en una pequeña colina a deslizarse sobre la nieve.

Jack, una vez me explicó que él debía estar atento a los niños si es que ocurre algún percance con Pitch, en especial en esos días nevados cuando salían a jugar, pero ahora, que no existe mal no sé que debería hacer.

—¿Qué se supone que debo hacer? Ellos juegan felices y sin ninguna preocupación —cuestioné mirándolos.

—Tan solo es observarlos, sabrás cuando hay que intervenir —comentó— solo debes poner atención.

Suspiré y seguí mirándolos, de un momento a otro, los niños empezaron una riña entre ellos. El más grande, molestaba al niño más pequeño levantando su trineo para que no pudiera alcanzarlo, mientras los demás se reían el pequeño solo comenzaba a soltarse en llanto.

—¿Y bien? —preguntó Norte— ¿Qué piensas hacer?

—¿Separarlos? —lo miré y negó—, es cierto, no me ven y por ende no puedo hacer nada —chasqueé con mi lengua.

—Puedes usar lo que siempre hacía Jack —lo miré confundida—. Él usaba una estúpida bola de nieve o un copo —rió poco.

—Podría funcionar —hice una leve mueca.

Con mis manos creé una pequeña ventisca que incluía copos de nieve y la guié hacia los niños, casi al instante ellos dejaron de pelear y se dirigieron a lo alto de la colina para empezar a deslizarse en el trineo del niño pequeño, podría decir que era una escena algo cómica por la diferencia de tamaños.

—Buen trabajo, ahora sube al trineo y vamos a la siguiente parada —comentó Norte y caminó hacia el trineo.

Miré por última vez a los niños y suspiré alejándome, regresé al trineo y una vez arriba Norte lo elevó para seguir recorriendo otras ciudades. De un momento a otro volamos sobre Burgess, el lugar donde Jack pasaba la mayor parte del tiempo especialmente cuando era de noche, mientras recorríamos la ciudad escuchamos a lo lejos algunos gritos que eran irreconocibles.

—¿Será bueno ir a investigar? —miré a Norte.

—Si está fuera de nuestras manos no haremos nada —respondió girando el trineo en dirección a los gritos—, solo no actúes de manera precipitada —asentí.

Ordenó a los renos a avanzar con un trote mientras nosotros bajábamos la vista para tratar de encontrar aquello que producía los gritos.

—¡Norte! —gritaron con fuerza.

—¡Aquí abajo! —gritó una segunda voz.

—¡Oh! ¡Ahí están! —dijo alegre Norte e hizo bajar el trineo hacia un parque cercano de la casa de Jaime.

Conocí a Jaime justo cuando empecé a familiarizarme con las actividades de Jack, aquél día que lo ví recibió la noticia por parte de los guardianes de que su amigo casi hermano no volvería a verlo, al instante se derrumbó y claramente su ira se veía reflejada en mí, era claro que yo debía estar en el lugar de Jack, él fue para muchos un hermano, amigo y pareja, nada comparado a lo que yo he sido, gracias a los demás guardianes y a Erika es que puedo hablar tranquilamente con Jaime, es como si su ira se hubiera calmado aunque no niego que siga ahí.

Tomé un suspiro fuerte y descendí del trineo cuando Norte hizo que tocara el suelo.

—¿Cómo han estado? —preguntó Jaime alegre acercándose.

—Muy bien ¿Y ustedes? —preguntó de la misma manera Norte.

—Estamos bien, gracias por preguntar —contestó Erika acercándose a nosotros.

—¿Qué estaban haciendo? —nos miró Jaime.

—Dábamos un recorrido por las ciudades, lo de siempre —respondió Norte.

—¿Cómo te has sentido, Elsa? —escuché la voz de Jaime.

—Bien —respondí sin más—, gracias por preguntar.

—¿Te has adaptado bien? Si necesitas algo yo puedo ayudarte —me sonrío—, sé muy bien como Jack hacía su trabajo, puedo ayudarte a mejorar.

—Gracias, Jaime —devolví la sonrisa.

—¡Oh! Espera ¿Puedes hacer algo de nieve para mí? —juntó sus manos—, por favor —suplicó y reí poco.

—Claro —moví mis manos en círculos creando un pequeño montículo de nieve. Enseguida Jaime corrió hacia la nieve para tirarse encima de ella.

—¿Están las cosas bien en Arendell? —Erika preguntó.

—Afortunadamente todo está bien —Norte contestó— ¿Como va Jaime?

—Poco a poco —suspiró—, he tratado de distraerlo para que no piense mucho en el tema, pero es imposible.

—No es fácil —interrumpí— a todo esto ¿Porque están caminando tan noche?

—Oh, lo llevé a ver el estreno de una película de superhéroes, Sophie se quedó en casa con su madre —hizo una mueca—, no fue la mejor pero a él le agradó, eso es más que suficiente.

—¡Norte! —gritó Jaime lanzando una bola de nieve.

—¡Ya verás muchacho! —Norte fue hacia él.

—Me odia ¿Verdad? —miré a Erika y ella se acercó a mí.

—No te odia.

—¿Cómo sabes? ¿Cómo estás tan segura? —me abracé a mi misma.

—Jaime tiene que acoplarse a la idea de que Jack no está, es difícil pero ahora está pasando su duelo —mordió su labio—, él busca culpables cuando en realidad solo hay uno y ese es Pitch. No te odia.

—Debí estar en su lugar —negué con mi cabeza soltando el aire.

—Sería lo mismo —la miré confundida—, si hubiera sido tu caso dejarías atrás a una familia, amigos y pareja sin olvidar un reino que alguna vez gobernaste.

—Tal vez tengas razón, pero en mí no puedo soportar que fue mi culpa todo esto.

—¿Por qué lo dices? —preguntó Erika.

—Por muchos años tuve la certeza de que mis padres habían muerto por mí, algo dentro de mí sabía que yo era la culpable, años después supe que el objetivo de aquél viaje que realizaron era para encontrar respuestas de mi magia —hice una leve mueca—. Anna y Jack me convencían de ser el "regalo" de mis padres y lo creí, pero ese mismo sentimiento con el que crecí ahora volvió con todo eso, no puedo sacarme de la cabeza que él se haya ido por mi culpa.

—Te entiendo perfectamente —comentó.

—Lo sé —respondí y me miró arqueando su ceja—, tranquila, aquella vez que fuiste al castillo por accidente Anna me contó que perdiste a tu padre.

—Jack le contó a tu hermana ¿Verdad? —asentí—, él solo sabía que mi padre había muerto, se lo conté una vez, hasta después de ese accidente toqué ese tema de nuevo justo el día que murió mi papá —tomó aire y lo dejó escapar—. Pero te comprendo, tardé muchos años en asimilar que no era mi culpa pero aún así el trato que recibo después de ello me carcome cada día. 

No respondí nada, es la primera vez en estos días que tengo una conversación tan amplia con Erika.

—No fue tu culpa, nada de esto lo fue, por lo que me contó Jack de tí, eras nueva en todo esto y solo aprendías cosas nuevas, no merecías que te hicieran daño —bajé la mirada— él pensó en tí, estabas comenzando a vivir como para que tu vida acabara tan pronto.

—¿Esto es vivir?

—El dolor es parte de la vida, puedes aprender o no, esto mismo te va dando experiencia —puso una mano en mi hombro— ¿Quieres verlo? Tú tienes la respuesta.

—No entiendo —fruncí un poco el ceño.

—Atohallan, Jack me habló de ello, tal vez si vas ahí puedas ver de nuevo su recuerdo y eso ayude a calmarte un poco —sonrió poco.

Asentí devolviéndole la sonrisa, no había pensado en Atohallan y ahora que ella lo menciona siento como mis manos tiemblan, es un nerviosismo de que me mostrará.

Pasaron alrededor de 10 minutos en los que Jaime y Norte jugaron y yo hablé de otras cosas con Erika; al despedirnos volvimos a subir al trineo y regresamos a Arendelle.

—Mañana vendré de nuevo, de igual manera sabes que si no te sientes con ánimos podemos dejarlo para otro día —asentí mirando desde lo alto a Arendelle— ¿Te dejo en el bosque o en el castillo?

—En el bosque, por favor, no quiero perderme de los relatos de Yelena —contesté.

—Está bien.

Norte dirigió el trineo hacia el bosque y dejó que me bajara justo a lado de la reunión de los Northuldras.

—Nos vemos Norte, gracias por traerme —me despedí y caminé hacia los demás escuchando como él se alejaba con su trineo.

—Oh, Elsa, es un gusto que puedas acompañarnos —comentó Yelena una vez que llegué.

—Siempre es grato escuchar lo que cuentas —sonreí poco y mi vista se centró en Anna— ¿Qué haces?

—Olaf nos invitó y Yelena estuvo de acuerdo que me quedara, Kristoff fue con Gran Pabbie —contestó Anna y acomodó la cobija en sus piernas—, está tratando de tranquilizarlo, Pabbie no está muy contento de que la boda se atrasara.

—Conociéndolo le dará un gran sermón —iba a sentarme con ellos cuando recordé lo que mencionó Erika— ¿Saben qué? Ustedes comiencen, tengo que ir por algo y tal vez me tarde.

—¿Todo en orden? —preguntó Yelena mientras yo caminaba a mi Lavvu.

—Todo está bien, no tardaré mucho —me alejé y en vez de entrar al Lavvu caminé poco más allá de él.

Nokk en seguida vino a mí y con suma delicadeza nos alejamos para que al estar lo suficientemente lejos cabalgara hacia Atohallan; disfruté la gran brisa de aire que siempre se encargaba Gale de generar, de alguna manera me tranquilizaba.

Pasaron algunos minutos para que estuviéramos en el mar oscuro que ahora estaba congelado, detuve al Nokk y admiré como se veía, la luz de la Luna se reflejaba en el hielo y las auroras boreales generaban una ambientación bastante cálida mientras a lo lejos Atohallan iluminaba con fuerza el hielo que lo rodeaba.

—Nokk, llévame a Atohallan —di unas leves palmadas en su cuello.

Relinchó y cabalgó con prisa para que al llegar desapareciera hasta la próxima vez que vuelva a llamarlo.

—Solo entra —me hablé a misma.

Tomé aire y caminé adentrándome en Atohallan, con el tiempo he hecho algunas "remodelaciones" de modo que fuera más accesible entrar; realicé la gran caminata para llegar a la parte más profunda y entrar a aquél lugar oscuro, pisé el centro y el lugar empezó a envolverme en una neblina intensa.

"—¿De qué hablas? Mi idea era hacerles un perro, eso tiene un poco más energía"

Miré en dirección a la voz, era la vez que lo conocí y creó ese dichoso conejo de nieve que siempre utilizaba.

"—Cuídate Elsa —ofreció su mano—, espero no sea un adiós permanente.

—No me des la mano, es muy formal —le dí un abrazo rápido y me separé— Los abrazos son mejor."

Giré un poco para encontrar el recuerdo de Jack antes de conocer a Anna, justo cuando intentaba hacer que el reino creyera en él para que pudieran verlo.

"—Agh, ven —tomé su mano y lo llevé a un callejón.

—Oye, si solo quieres dilo —dijo Jack una vez llegando al callejón.

—¡Cállate y no mal interpretes! —grité mirándolo.

—Está bien, siempre y cuando no te pongas roja —se rió."

—Siempre con tus ocurrencias —sonreí mientras negaba con la cabeza rodando los ojos.

"—Jamás pensé en las consecuencias que podría traer... solo actúe —soltó el aire" mi corazón se estrujó al escuchar esas palabras.

"—Sí, actuaste como un mocoso de 18 años... ignorante e insensato —reí poco—. Es increíble que me pude fijar en ti, siendo tú de esa manera. Que tonta fui pensar que podríamos ser algo... que algo podría funcionar"

Apreté los ojos escuchando, no era capaz de mirar esa memoria.

"—Pitch tenía razón... solo estás pagando tu deuda conmigo —suspiré.

—Elsa... —lo interrumpí.

—Te prohíbo volverte a acercar—hablé— Al menos no quiero que te acerques a mí."

"—Elsa ¿Con qué palabras puedo expresar este sentimiento? ¿Cómo iba a mirarte para que supieras lo que hay en mi corazón? —tomó mi cadera pegándome a él— ¿Cómo debía pedirte que quiero pasar las estaciones contigo?"

—No ahora, no con eso... —alcé mi cabeza para mirar una gran pared, esa memoria fue el momento en que Jack abrió sus sentimientos hacia mi, pensé que después de ello todo sería alegría y diversión, con altas y bajas, pero jamás que él se alejaría totalmente de mí.

"—Te amo, no importa dónde estés, yo te amo —juntó su frente con la mía—. Quiero seguir detrás de tí, protegiéndote, estando contigo, yendo hacia tí cada que me necesites y demostrando todo mi amor. —suspiró—, incluso si me alejas, estaré caminando lentamente en tu dirección pensando que así estaré cerca tuyo."

"—Y aunque pase mucho tiempo, quiero quedarme en el mismo lugar y tiempo que tú —sonrió tiernamente— Elsa ¿Podrías darme una respuesta?"

—En ese momento te besé —reí poco—, mi educadora me hubiera recriminado por dar ese tipo de respuesta.

Esa inquietud cesó cuando comprendí aquellas veces que Jack juraba protegerme y amarme y yo prometí seguir amándolo aunque "la muerte nos separe", creí que siendo inmortales jamás debería usar aquella frase.

Elevé mis manos y con delicadeza las bajé disolviendo aquella neblina. Tomé aire para volver a salir de Atohallan, alguna vez escuché y me nombraron que siempre debería mantener los mejores momentos de una persona que ya no esté, por más que duela y queme a cada aliento que dé, debo seguir con mi vida.

Salí de Atohallan y con ayuda de Nokk volví a la aldea Northuldra. No tengo idea de cuánto tiempo pasó, cuando llegué todos estaban recogiendo sus mantas y algunos tazones.

—¡Elsa! Te perdiste de todo —mencionó Anna caminando en dirección mía.

—Lo sé, ya habrá otra ocasión —sonreí levemente— Anna.

—¿Sí? —puso total atención.

—Continúa con la boda —ella abrió la boca—, no es bueno que la retrasen.

—Elsa, pero... —la interrumpí.

—Sé lo que pasó y es algo que quedará grabado en todos, pero estoy segura que él quería que llegaras a ese altar, al final de todo eras su cuñis —hice énfasis en la última palabra y ella rió.

—No quiero hacerte sentir incómoda, considero que es muy pronto —comentó.

—Te doy carta abierta a que la continúes, Kristoff y tú deciden, cualquier decisión que tomen no me molestará, tan solo quiero que ambos sean más felices de lo que son —la abracé y ella respondió el abrazo.

—Lo hablaré con él, gracias Elsa —dijo Anna. 

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Bueno ahí está xD

Esperen el final 🤠

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