PREPARATIVOS.
Elsa.
— Oh Elsa, vamos - sacudió mi brazo - Ayúdame con el centro de mesa.
— ¿Por qué quieres que te ayude? Es tu boda Anna - alejé mi brazo - según tú, solo ibas a pedirme ayuda para tu vestido.
— Ya lo sé, pero estos pequeños detalles no quiero verlos con los sirvientes, prefiero que mi hermana me ayude - comenzó a dar toques con su dedo en mi brazo - Elsa, Elsa, Elsa, Elsa, Elsa, Elsa, vamos, vamos, vamos, dime, dime, dime
— ¡Ya, está bien! - le dí una manotada y ella se alejó sobando su mano - Deja de hacer eso - ella asintió aún sobando su mano.
— Con ésta mano escribo - besó su mano.
— Sí claro, Kristoff está consciente de ello - la miré levantando mi ceja y ella se sonrojó - ¡Jajaja! - comencé a reír y Anna solo seguía igual de sonrojada - Ya, tranquila - detuve mi risa y miré los centros de mesa.
— A veces te odio - murmuró aún sonrojada.
— Fue una simple broma, Anna - comenté y tomé un centro de mesa - este es precioso.
Anna lo tomó y comenzó a observarlo, era un jarrón de cristal, que tenía piedras de río, la suficiente agua para mantener vivas a las flores que había escogido Anna, unos tulipanes naranjas y rojos, y rodeándolos están unas lirio de los valles.
— Es sencillo y hermoso - la miré.
— Vaya... - murmuró viéndolo.
— Oh no... Te lo dije, no debías pedirme ayuda en esto - bajé la cabeza - no quiero arruinar tu boda.
— ¡Es perfecto! - la miré sorprendida - No necesito algo tan sofisticado - le dió indicaciones a la encargada de los arreglos y volvió a mí - No arruinas nada Elsa - me sonrió - aprecio que me ayudes a ver las cosas sencillas desde otro punto de vista.
— Sí tu lo dices - le sonreí poco - ¿Ya acabamos del centro de mesa?
— Sí, ahora, no sé que hacer - alzó los brazos.
— Pues ya tienes que hacer - caminé y ella me siguió - solo vamos al castillo y allá te mostraré
— Vale, yo creía que íbamos a pasarla en el reino - salimos del lugar donde se encargaron los centros de mesa y caminamos en dirección al castillo - Ya sabes, podemos comprar chocolates, ir a las obras de teatro que hacen los niños.
— Cuando te muestre lo que hay en el castillo podremos venir a hacer todo eso - comenté caminando.
— Entiendo - suspiró - ¿Cómo van las cosas con Jack?
— No lo he visto desde ese día que vino al castillo - hice una mueca - me he de suponer que tiene mucho trabajo.
— ¿No hay forma de que lo puedas llamar o algo por el estilo?
— Tengo una esfera que me regaló Norte - me miró confundida - Norte es otro guardián en el mundo de Jack, el día que ellos vinieron, él me regaló esa esfera.
— ¿Y qué tiene de especial esa esfera? - preguntó
— Sí pienso en una persona, la esfera me lo mostrará y podré ver que está haciendo esa persona en ese momento. - Anna me detuvo y me miró asustada.
— ¡Dime por favor que no has visto algo malo! - gritó Anna y las personas de nuestro alrededor se pasmaron al escucharla - ¡Por favor, dímelo!
— Tranquila, no grites. No he visto nada malo - rodé los ojos y comencé a caminar de nuevo - Lo que hagas con tu sexualidad no me interesa.
— Elsa, es que, agh, no me imagino que un día pienses en mí y que Kristoff y yo...
— ¡No sigas! - grité interrumpiéndola - No continúes con eso.
— Ya, entiendo - se calló por un micro segundo y enseguida volvió a hablar - ¿Sientes algo por mi cuñado? Ya sabes, del cuñado guardián.
— ¿Cuñado..? - murmuré - ¿De Jack?
— Claro, de quién más, no conozco a nadie más que sea guardián.
— Pues, no, como dije, es un buen amigo - alcé poco los hombros.
— "is in buin amigi" - habló - No te creo nada
— Es tu problema si no me quieres creer - suspiré - no te voy a mentir, es atractivo, pero solo lo veo como mi amigo, no será nada más.
— Por algo vamos mejorando - soltó una risa.
Solté un suspiro y seguimos caminando, cuando llegamos al castillo, no tardaron los sirvientes en llegar con Anna y llenarla con todas las preguntas y mensajería que tenía que leer y responder.
— ¿Ahora quién es la que no descansa? - pregunté burlándome.
— Ja, ja, ríete Elsa - tomó las cartas y miró a los sirvientes - En una hora estaré en la oficina para atender todo esto.
— Como usted ordene, majestad. - se retiraron.
— Qué autoridad - hablé entre risas.
— ¿Te da risa? - asentí - Odio tener todo esto de responsabilidades.
— Ay por favor, no es tan duro - me miró alzando una ceja - Sólo es un poco de disciplina - toqué su frente con mi dedo - Y poco a poco la vas a tener, ahora camina.
La guié hacía el cuarto donde teníamos guardado todas las cosas de nuestros padres. Al llegar, caminé hacía un baúl.
— Elsa ¿Por qué estamos aquí? - preguntó Anna confundida.
— Quédate ahí y cierra los ojos
— Agh, ya, ya, como sea - cerró los ojos y puso sus manos en ellos.
— Sin trampas - miré como separaba su dedo meñique y abría el ojo.
— No estaba haciendo trampa - regresó su dedo a su lugar.
Del baúl, tomé una pequeña caja de madera con adornos típicos de Arendell y tome otra caja más grande. Cerré el Baúl y coloqué las dos cajas encima de él. Guié a Anna desde su espalda para que se acercara y le indiqué que abriera los ojos.
— ¿Cajas? - las miró confusa.
— Abre la caja grande - me puse a su lado. Ella abrió la caja y sacó el contenido.
— Es de...
— Mamá... - acomodé el vestido que sostenía Anna - El vestido de bodas de mamá - miré a Anna.
— Elsa... - abrazó el vestido y me abrazó con fuerza - Es hermoso... - comentó comenzando a llorar - Me hubiera encantado... tenerla aquí a mi lado... - devolví el abrazo.
— Ella siempre está aquí Anna... Ella nunca nos va a abandonar - acaricié su cabello - Seguro jamás creyó que su pequeña estaría casándose - me separé de ella y limpié sus lágrimas - Sí tu gustas, puedes llevarlo el día de tu boda.
— ¿Por qué no querría llevarlo? - sonrío aún abrazando el vestido - Aunque, bueno, el de ella tiene detalles morados y me hubiera gustado que fueran rojos, pero no será impedimento para no usarlo.
— Supongo que podremos cambiarlos - tomé la caja pequeña - Esto, es algo que me mostró días antes de su viaje.
Anna dejó el vestido de nuevo en su caja y tomó la caja pequeña, al abrirla, se encontró con una cadena.
— ¿Por qué es una cadena? - me miró.
— Esa cadena, la mandó a hacer para cuando llegara el momento de que una de nosotras se casara, la hizo para que colgáramos algo que amemos y que lo llevemos ese día. - tomé la cadena - Es hora de que tú coloques algo que ames aquí y lo cargues ese día y por el resto de tu vida - le sonreí.
— En ese caso... - sonrió - ¿Puedes hacerle a la cadena un copo?
— ¿Por qué? - la miré confundida.
— Eres mi hermana, eres lo más importante de mi familia, aparte de Kristoff - tomó la cadena - quiero tenerte cerca y esta cadena y el copo que le hagas, me hará sentir que estás conmigo aún cuando te vayas.
Sonreí conteniendo algunas lágrimas y le hice un copo a la cadena. Ella me dió un abrazo rápido de agradecimiento y volvió a guardar la cadena.
— Me la pondré ese día, pero ahora, algo que me inquieta ¿Por qué mamá habrá dejado la cadena preparada? - suspiró - ¿Crees que ella ya presentía sobre lo que pasó?
— No lo sé, pero, si estoy segura de algo - ella me miró - Anna, hace unas dos noches tuve que ir a Atohallan, y me mostró una escena donde ellos consideraban en ir ahí, pero, papá tenía miedo - tomé mis manos.
— ¿Miedo? ¿De qué?
— De que Atohallan no existiera, no quería arriesgarse - Anna desvió la mirada - Después, cuando salí de Atohallan, vinieron muchos recuerdos, algunos buenos y otros... malos.
— Entiendo... Tal vez, Atohallan llegue a mostrarte si es que mamá sabía lo que pasaría en el viaje.
— Si lo descubro, te lo diré - froté mis manos - bien, llevemos el vestido y la cadena de mamá a tu habitación, ve a atender tus asuntos reales - ella rió - y cuando acabes, daremos una vuelta por el reino.
— Cómo usted diga, emperatriz - tomó la caja del vestido y yo de la cadena - Emperatriz, espíritu de las nieves, hielo y no sé cuántos títulos tengas - ambas caminamos a la salida.
— No sigas, Anna - reí a sus ocurrencias.
— ¡Espera! - me miró - y de Frost - salió corriendo.
— ¡Ya verás! - la perseguí.
Después de todo, las responsabilidades de una reina pueden perderse por un día.
Jack.
— Más abajo - indiqué con mi mano - ¡Más abajo!
— ¿Sí te callas? - me miró Conejo.
— No me callaré, obedece mal amigo - me crucé de brazos.
— Agh - movió el cuadro de Norte más abajo - ¿Así?
— Perfecto.
Resumen, Pitch vino aquí, me dijo que tenía que protegerla, supongo que es a Elsa, no conozco a nadie más, bueno, solo a Tooth, pero ella sabe cuidarse sola.
Me contaron que terminé desmayándome y dormí por todo un día, cuando me desperté encontré que los guardianes estaban tratando de investigar que nuevas habilidades tenía Pitch, como rastrearlo y tenerlo vigilado.
Flashback.
Horas antes.
— ¿Cámaras? - Norte trató de adivinar las figuras de Sandman - ¿Caballos? Oh, ¡ya sé!, nos turnaremos cada uno. - Sandman solo dejó de hacer figuras y sobó su cien - No soy bueno con las figuras que pones.
— No sé por que nos ponemos a planear algo - comenté - cuando veamos el primer movimiento de Pitch desde ahí, podemos tener un primer punto de donde partir para seguir investigando.
— Eres muy aburrido - reclamó Conejo - Aburrido, aburrido y aburrido.
— ¿Tienes una mejor idea? ¿Amigo? - recalqué la palabra "amigo" entre dientes.
— Sí, ya que tanto tienes tiempo para perder con tu Elsa, mejor úsalo para tener vigilado de cerca a Pitch. - se acercó a mí.
— Ahora no puedo separarme ella - preparé mi callado - Mejor, sepárate de decorar huevos de Pascua y comienza tu a vigilarlo.
— La Pascua es más importante que Elsa en estos momentos. - dió algunos golpes en mi frente con su boomerang.
— ¡Ya me tienes harto! - le lancé hielo.
Fin del Flashback.
Comenzó una pelea entre Conejo y yo, cosa que hizo que termináramos por crear el taller de Norte en una zona de guerra.
Ahora, por eso, estamos arreglando todo mientras Norte, Tooth y Sandman siguen en la búsqueda.
— Bien, hemos acabado - miré el taller limpio.
— ¿Acabado? ¡Yo hice casi todo! - me miró molesto Conejo.
— ¿Y? - lo miré.
— Agh, me largo con los demás - caminó hacia donde estaban los otros.
— Oye, esper... - me detuve y me sostuve de la pared.
"—Extraño a Anna, mamá... - la miró desde su cama - Papá dice que aún no puedo acercarme a ella...
- Es por el bien de ambas - caminó hacía ella - Pronto podrás volver a verla.
- Ya pasaron cinco años... - sollozó - ¿Cuándo es "pronto"? - su madre se quedó callada y la abrazó"
— ¡Jack! - se acercó Conejo y me ayudó a sostenerme.
— ¿¡Qué pasa!? - llegó Tooth y se acercó a mí, al igual que los demás.
— Es Pitch... - dije entrecortado.
— ¿Pitch? - preguntaron al unísono.
— Creo... Que está teniendo acceso a los recuerdos de Elsa... - los miré.
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