PESADILLA.

Elsa. 

— Muy bien, tu turno Anna - comenté

Anna pasó hacia el frente, tomó un papel de la canasta que tenía Sven y comenzó a hacer poses.

— ¡Monstruo! - grité - ¿Gigante? - asintió y con su dedo me insinuó a seguir - ¿Rocas? - asintió - ¿Son los gigantes del bosque encantado? - Ella asintió brincando.

Sven sonó la campana.

— ¡Ganamos! ¡Si es esa! - gritó Anna y vino corriendo a abrazarme.

— ¡Al fin! - la abracé

— Vienen fuerte ésta vez - comentó Kristoff.

— Como dije, dos hermanas, una mente - Anna se separó del abrazo y estiró sus manos soltando un crujido.

— Ahora todos trataremos de adivinar. Elsa, es tu turno - me habló Olaf y pasé adelante tomando el papel de la canasta.

"Pintor."

— Está algo difícil - boté el papel - ¿Listos? - asintieron.

Extendí la palma de mi mano y con mi dedo comencé a hacer algunos círculos sobre mi palma, pensando que era buena forma de representar la "mezcla de pinturas". 

— ¿Te duele la mano? ¿Es un mapa? - Kristoff trataba de adivinar mientras yo negaba. 

— ¡Mezcla! - gritó Olaf, asentí y le insinué que siguiera - ¡De barro! - negué - Ahh.

Con el el dedo que hacía círculos en mi palma, comencé a hacer "rayas" al aire, tomando la "pintura" de la palma de mi mano.

— ¡Estás maquillando! - preguntó Anna

Sonó la campana.

— Pintor - dije y ellos respondieron al unísono con un "Ahh"

— Eso no parecía un pintor - se cruzó de brazos Olaf.

— Perdón pero... - no terminé la frase dado que la fogata se había apagado de repente - ¿Dejaron alguna ventana abierta?

— No, está todo cerrado - comentó Kristoff y se levantó del sillón - ¿Trajiste a Bruni contigo? Puede que solo esté jugando.

— No, Bruni se quedó en el bosque, no me siguió - respondí.

Fuera de la habitación comenzaron a escucharse algunos susurros, pisadas, al momento no nos preocupamos, pensamos que eran los sirvientes del castillo, aunque nos comenzamos a alarmar cuando escuchamos algo romperse con fuerza.

— Iré a investigar - caminó Kristoff a la puerta y Anna lo detuvo del brazo.

— Quédate... No quiero que vayas, por favor - habló con su voz a punto de quebrarse.

— No pasa nada - la tomó de los brazos y besó su frente - Sven irá conmigo, nosotros dos nos protegemos - Sven fue hacía Kristoff. 

— Yo también iré - comentó Olaf.

— Olaf, tu no - habló Kristoff - por favor, quédate con ellas ¿Sí?

— Está bien - Olaf caminó hacia Anna y tomó su mano.

— Ve con cuidado Kristoff - comenté y el asintió.

Él y Sven salieron de la habitación, Anna cerró la puerta y volvió al sillón soltando un suspiro. 

— ¿Qué crees que pueda estar pasando? - preguntó Anna - Yo, yo he hecho todo bien - habló con cierta tartamudez - Todos en el pueblo están felices... Yo lo sé... Y si tuvieran algún problema me lo dirían... Así es Arendell...

— Anna - me senté a su lado - estoy consciente de tu gran trabajo, lo has hecho muy bien - acaricié su cabello - Seguro solo debe ser una jugarreta o algún animal que entró al castillo.

— Eso es cierto Anna - habló Olaf - No pensemos en algo muy grande, tal vez es una ardilla insignificante y tierna.

— Gracias - nos dedicó una sonrisa y tocaron la puerta - ¿Sí? 

— Reina Anna - habló Mattias del otro lado de la puerta - ¿Me permite pasar? 

— Adelante - Mattias entró - ¿Sucede algo malo?

— Vengo a escoltarlas a sus habitaciones - lo miramos extrañado - Estamos investigando majestad, varios retratos, jarrones y algunos muebles se han roto extrañamente. - me miró - ¿Desea que la escoltemos al bosque majestad? 

— No hay necesidad, me quedaré con mi hermana esta noche - el asintió.

— Esperen - Anna se levantó del sillón - Elsa y yo nos quedamos en mi habitación y ordeno que estén soldados afuera

— Como ordene majestad - dijo firme Mattias. 

— Y quiero recibir un informe de esto que está ocurriendo y por favor, proteja a Kristoff - Mattias asintió la cabeza y enseguida nosotras junto con Olaf salimos de la sala donde estábamos. 

Caminamos en dirección a la habitación de Anna y se escuchaban a soldados corriendo y gritando en la planta baja, durante el recorrido logramos ver como algunas mesas del pasillo se encontraban con rasguños o simplemente estaban rotos. 

— ¡Alto ahí! - se escuchó a un soldado - ¡Detengan a ese sujeto! 

— Iré con ellos, por favor, no se desvíen del camino y vayan rápido a la habitación, en seguida les mandaré unidades - Mattias salió corriendo y nosotras igual, solo que en diferente dirección. 

Entramos a la habitación de Anna y por precaución congelé la cerradura. 

— ¿Estaremos bien? - preguntó Olaf y yo lo miré. 

— Lo estaremos Olaf - acaricia su cabeza - Los soldados atraparan a quien es...- un fuerte dolor de cabeza me invadió e hizo que me apoyara en la pared. 

"— ¡No merezco seguir aquí!, Jack... ¡Soy un Monstruo! Nadie quiere a los monstruos..." 

— ¡Elsa! - gritó Anna y fue conmigo - ¿Te sucede algo? 

— ¡Agh! - grité y me apoyé en sus hombros. 

Apreté los ojos con fuerza del inmenso dolor que sentía. De la nada, un silencio total se acaparó de la habitación, temblorosa y dolorosamente abrí los ojos, no veía nada ¿Acaso estoy ciega? Giré mi cabeza en varias direcciones hasta que me encontré con una imagen proyectada... ¿Soy yo? 

"— Solo causo problemas... - escribía sobre un cuaderno - Papá, mamá... están desesperados en encontrar una cura para mí y estoy harta de ver como cada búsqueda resulta un rotundo fracaso, odio presenciar como mi familia, que alguna vez fue unida se desintegra poco a poco por culpa mía..." 

— ¿Sorprendida? - escuché una voz gruesa detrás mío - No tengas miedo, puedes darte la vuelta. 

Me quedé paralizada, mis músculos se habían tensado, mis manos, espalda y frente comenzaban a sudar, mi corazón latía con mucha fuerza, me sobresalté cuando mis piernas comenzaron a ser rodeadas de una arena negra. 

— ¿Quién eres..? - logré hablar y tragué saliva - ¿Dónde está Anna y Olaf? 

— De ellos no te preocupes, se encuentran bien por el momento - sentí la voz a un lado mío - Soy Pitch Black, es un gusto conocerte. 

— ¿Qué quieres de mí? - hablé sin girar en dirección a la voz - No tengo nada que ofrecerte.

— Solo quería presentarte uno de tus recuerdos, pensé que lo recordarías - negué - ¿No? ¿Entonces no eres esa Elsa? 

— No sé de que hablas... No conozco a alguien que sea igual a mí. 

— Oh, ¿Jack Frost no te lo ha contado? - atreví a mirarlo. Su apariencia era bastante inquietante, era un hombre totalmente negro y lo único que resaltaban eran sus ojos entre amarillos y naranjas. 

— ¿Contarme qué? - pregunté y el soltó una leve risa. 

— Veo que te ha guardado secretos - se acercó a mí. 

— Todos tenemos secretos, Jack tendrá sus razones para no decirlos... - hablé. 

— Esto que acabas de ver, es un recuerdo tuyo. 

— Yo nunca escribí eso - fruncí el ceño - recuerdo que casi no escribía, por miedo a congelar la tinta, además, no entiendo que tiene que ver Jack en todo esto. 

— Jack se involucró con esa Elsa que acabas de ver - la miré confundida - Existen dos mundos que son tan diferentes como iguales, tú mundo y mi mundo de donde también es Frost. Tenemos historias similares aunque claro, tu historia en mi mundo no termino bastante bien. 

— Sólo estás mintiendo... 

— Ya sé que no crees en mi palabra porque no me conoces, pero ahora que lo pienso - acarició su barbilla con su mano - tal vez es muy precipitado decirte todo esto, es mejor que lo veas tu misma y que lo escuches de la boca de Jack Frost. 

— Sé que Jack podrá explicarme esto y tendrá una buena razón para no habérmelo dicho antes, sea cual sea la situación - suspiré.

— Maldita sea ¡Abre los ojos! - lo miré y comenzó a dar vueltas alrededor de mí - Prácticamente, aceptas toda verdad o mentira que recibas de Jack y todo porque estás enamorada de él, pero ¿Crees que él siente lo mismo por tí? 

— No lo sé... - me abracé - Quiero creer que estamos en proceso. 

— Escucha, habla con él ¡Y después de que te enteres de todo esto, sabrás si te ama o solo paga la deuda! 

— ¡Ya cállate! ¡Solo juegas con mi mente, Jack no tuvo nada que ocultar, esto solo lo estás creando! ¡Es un maldito sueño! - pasé las manos por mi cabeza - Te exijo que me saques de esto.

— ¿Sueño? Yo lo llamaría pesadilla - suspiró y sonrió dejando ver unos dientes realmente aterradores - Querida Elsa, soy el rey de las pesadillas. - se detuvo delante de mí - quisiera que todo esto fuera un cuento inventado por mí, pero no es así. Cada cosa que te digo y que te acabo de mostrar, es cierto. Y te diré algo, Atohallan y Jack, pueden ser la respuesta. 

Me quedé sin palabras ¿Cómo es que sabe que existe Atohallan? Mis manos comenzaron a temblar cuando de repente comenzó a reír, esa risa me causó un escalofrío en mi columna vertebral. Arena negra comenzaba a cubrirme y aunque trataba de usar mis poderes era inútil, esa cosa la absorbía y poco a poco comenzaba a desaparecer. 

— ¡Elsa! ¡Elsa, por favor, despierta! - escuché el llanto de Anna y sentía como me sacudían con fuerza. 

— ¡Ahh! - abrí los ojos, me encontraba en la cama de Anna, tendida, el aire me faltaba y el dolor de cabeza seguía constante. 

— ¿¡Qué te pasó!? - Anna se detuvo y comenzó a pasar sus manos en mi cara - Elsa... - la miré por un segundo antes de ver la habitación, estaba congelada y la caída de copos era bastante. 

— Dime que se fue... - la miré y comencé a llorar - ¡Dime que se fue ese idiota! - grité y Anna solo me abrazó atrayéndome a ella. 

— ¿De quién hablas? - me meció y la abracé llorando - Shh... Tranquila, todo está bien... 

— Él... - sollocé con fuerza - Pitch Black... - me aferré más a Anna - Sabe de Atohallan, me dijo que había otra Elsa en el mundo de Jack - lloré con fuerza - Y su apariencia... Es horrible ¿Qué no lo viste?

— Elsa, tú te desmayaste - la miré - Olaf me ayudó a subirte a la cama y de la nada comenzaste a patalear, gritar y la habitación se congeló... 

— Decías cosas como "déjame" "Ya basta" "Cállate" y antes de que despertaras solo suplicabas con "ayúdame, Jack" - mencionó Olaf a lado mío. 

Oculté mi cabeza en el cuello de Anna, me sentía asustada, confundida y no paraba de llorar. No sé que rayos fue lo que pasó, jamás había estado en circunstancias así. Anna comenzó a acariciar mi cabello y Olaf puso algo sobre mis hombros. 

Donde se unen viento y mar - Anna comenzó a cantar mientras seguía meciéndome - Un río lleva mil memorias que hay... Duerman y ya en calma estén, pues el conserva lo que fue...

Me espanté al escuchar que forzaron al puerta para entrar. 

— ¡Anna! ¡Elsa! - gritó Kristoff y Olaf lo calló con un "shh"

En sus aguas hay verdad - miré mi hombro, tenía la chalina de mamá - y a tus dudas, te responderá, su voz honda buscarás, si lejos vas será el final... 

Seguí escuchando a Anna, ese canto, su abrazo, el apoyo de Olaf, la chalina, todo hacía un conjunto de tranquilidad y protección para mí. 

En mi mente solo rodaba la frase "necesito hablar contigo Jack" internamente, suplicaba que la Luna lo llamara como aquella vez que vino... De verdad, lo necesito...

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Feliz 14 de Febrero UwU ♥ De Darks para ustedes :3 

Les dejo este capítulo, sinceramente no ha sido el mejor que he escrito y siento que quedó realmente mal :'v Como sea, espero que les guste :3 

Nos vemos TwT ♥

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