MUNDO 1/2
Aviso super importante antes de comenzar a leer, bueno, como algunos sabrán y si no lo saben aquí ya lo sabrán xD. Yo dentro de unos días vuelvo a la universidad, para ser exactos el día 13 de este mes.
Por lo que las actualizaciones pasarán de ser seguidas a ser no tan seguidas.
OJO: NO PIENSO ABANDONAR EL PROYECTO.
Porque a diferencia de otros (JeJe) con este estoy muy emocionada en seguir escribiendo y de verdad quiero acabarla, porque, como dice en el título de la historia es"I", quiere decir, es la primer parte de toda la novela, falta la parte "II" Pero, esa la voy a comenzar cuando esté en vacaciones (Solo esperen 4 meses, no es mucho xd).
Así que, no me abandonen xD por favor, tengan paciencia a partir del día 13. Se los imploro :3
Sin más que escribir, disfruten el capítulo ;).
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Jack.
No puedo creerlo, hasta este punto mi vigilancia con Elsa ha sido bastante agradable y divertida, en cierto modo, es increíble que pueda ir conociéndola porque así puedo estar en calma, sentir que ella no sufrió de la misma manera que la Elsa que conocí en mi mundo. Bueno, en algo sí concuerdan, ambas hermanas fueron separadas.
Acabábamos de semi-terminar la gran historia de los dos mundos hacía los niños y ahora íbamos en camino al muelle.
- Se te da bien el papel de guardián de la diversión- comentó Elsa mientras caminábamos ya en el muelle.
- Todo queda perfecto conmigo, Elsa - ella rodó los ojos y miré el fiordo - ¿Sabes? En mi mundo, hay un fiordo exactamente igual a éste.
- ¿De verdad? - me miró.
Asentí, claramente no iba a decirle que conocí a una Elsa antes de ella, tampoco lo que le había sucedido a ella y a su reino. Pero, sí podía decirle que hay un fiordo completamente igual a este. Obvio, si el momento tiene que llegar para que ella se entere de la verdad, hasta ese momento se lo contaré.
- Sólo que no hay ningún castillo, todo está cubierto de casas, mercados pequeños, un lugar común. Pero, así como aquí, las auroras boreales son preciosas - miré al cielo y estaban comenzando a salir.
- Me encanta verlas - alzó su mirada para verlas - Más cuando la Luna y ellas se juntan, causan un escenario tan hermoso.
"- Claro que lo son, me encantaría verlas desde lo alto de esa montaña - señaló la montaña al castillo - ahí siempre se pone la Luna, y al ver la Luna con la Aurora Boreal desde cerca debe ser mágico."
Mierda, Pitch, sí eres tú, no te metas en mis recuerdos de nuevo. Apreté mis ojos con fuerza y sacudí poco mi cabeza mientras ponía mi dedo índice en mi sien.
- ¿Estás bien Jack? - se acercó Elsa a mí.
- Sí... Sí lo estoy - la miré - Por un momento me molestó la luz de la aurora boreal y comenzó a dolerme un poco la cabeza.
- ¿Quieres sentarte? - me miró preocupada.
- Tranquila, fue solo por un momento, estoy bien - le sonreí - No te preocupes por mí ¿Sí?
- Jack, de verdad me preocupas ¿Necesitas agua? - negué - ¿Comida? - volví a negar.
- Gracias por preocuparte y no, no necesito nada - pellizqué su nariz - Ya deja de preguntar - la solté.
- ¡Eso dolió! - sobó su nariz - Maldito.
- No insultes a tus mayores - hablé fingiendo una voz gruesa y ella soltó una risa - ¿Es gracioso lo que dije? - alcé una ceja mirándola.
- Algo, es gracioso porque, sí, debo tenerte "respeto", a pesar de que aparentas 18 años, en realidad tienes más de 300 años - comenzó a reírse - Contigo ya no pueden referirse como "abuelo" "tatara abuelo", tú podrías ser una reliquia tricentenaria - rió con fuerza
- ¡Eso me dolió, Elsa Arendell! - rió con más con fuerza.
- ¡Podrías ser el último ejemplar de tu especie! - soltó grandes carcajadas.
- ¡Oye! No estoy tan viejo - reclamé - ¿Quieres reírte? Bien.
La atraje hacía mí y comencé a atacarla de cosquillas, ella solo trataba de contenerse y pataleaba, pero obvio, fue inútil.
- ¡Jack! ¡Basta, por favor! - suplicó en risas.
- Ahora no, querías reírte así que hazlo - seguí con las cosquillas.
- ¿Qué le haces a Elsa? - giré en dirección y noté un muñeco de nieve - ¿Qué le haces a Elsa?
- ¡AH! ¿¡Quién eres!? - solté a Elsa y me alejé asustado.
- ¡Jajajaja! ¡Tú expresión fue lo mejor! - rió Elsa mirándome y señalándome - Gracias Olaf - trató de tranquilizarse.
- ¿Quién es él? - preguntó el muñeco de nieve mirando a Elsa - ¿Y por qué te hacía eso? Oh, ¿Es una nueva forma de atacar a las personas?
- Tranquilo Olaf - trató de recuperar el aliento - Él es Jack - soltó una pequeña risa y enseguida apretó los labios - El viejo Jack -me miró - sólo me hacía cosquillas, no me estaba atacando.
- Oh, entiendo - se acercó a mí y me miró - Hola Viejo Jack, soy Olaf.
- No soy "Viejo Jack" - reclamé - Solo Jack - miré a Elsa - ¿Es el muñeco que creaste? - asintió - Wow...
- 300 años no te fueron suficientes para ver que clase de magia hay - se acercó Elsa y acarició la cabeza de Olaf - Por cierto - se arrodilló a su altura - ¿Qué haces fuera del castillo Olaf?
- Paseaba con Sven, pero se separó de mí, o tal vez yo me separé de él - miró a Elsa - Pero tranquila, sé regresar al Castillo.
- Confiaré en tí Olaf - besó su cabeza - No quiero que vuelvas a perderte.
- No lo haré - comenzó a caminar.
- Oye, Olaf, espera - lo detuve.
- ¿Qué pasa Viejo Jack? - me miró.
- ¿Cómo es que puedes verme? - me miró confuso - Es que... No es normal que logren verme.
- No lo sé, será una cosa que tenga que investigar - hubo un pequeño silencio - ¡Oh! Puedo investigarlo en la biblioteca del castillo - sonrió - Cuando lo encuentre te diré - se fue corriendo.
- Aún no entiendo como logró verme - Elsa se acercó a mí.
- Seguro porque fue creado con mi magia - la miré - sí yo puedo verte, lo más seguro es que todo lo relacionado a mí magia pueda verte.
- Eso podría explicarlo.
- Hablando de magia, hay algo que quiero mostrarte - la miré confundido - Tenemos que ir a la montaña del Norte.
- Wow, no piensas asesinarme ¿Verdad? - rodó los ojos mirándome.
- ¿Cómo voy a asesinarte? ¡Eres inmortal, idiota! - dió un golpe en mi cabeza.
- Tampoco me ofendas... Bueno, sí, si soy un idiota. - reí poco - Espera ¿Me vas a mostrar tu arquitectura antigua Arendelliana?
- Espero que te estés refiriendo al castillo - asentí - ¿A sí? - volví a asentir - Bueno, sí, es el castillo que construí.
- Genial - la cargué al estilo nupcial y le dí mi callado - Más te vale que no lo sueltes por nada - me impulsé y salí volando junto con ella.
- ¡Deberías haberme avisado! - se aferró a mi cuello y tomó con fuerza el callado - ¡Jack Frost! - gritó molesta.
- ¡Ay, por favor! - exclamé volando en dirección al Norte - ¡Relájate!
Llegué a la montaña y Elsa bajó rápidamente de mí para tirarse en el suelo.
- ¡Amado suelo! - gritó y me hinqué mirándola.
- Novata - la levanté - Ya, toma aire y continuemos.
- Para tí es fácil decirlo - me miró molesta.
Espere por unos diez minutos hasta que lograra calmarse, cuando lo hizo, me guió cruzando un pequeño arco de piedra, al pasarlo ahí esta el castillo del que me habló.
- ¡Tara! - dijo emocionada viendo el castillo.
- Es bellísimo - miré el castillo - ¿Segura que te educaron como Reina? Porque parece que hasta tenías planos y yo que sé, conocimientos en arquitectura.
- Me educaron para Reina, este castillo supongo que debió de salir de toda mi imaginación acumulada de los tantos libros que leía de fantasía - sonrió mirando el castillo.
- Pues quedó bastante bien - caminé a las escaleras y ella me detuvo tomando mi mano - ¿Qué pasa? - la miré.
- Déjame pasar primero, hay algo que tengo que controlar antes de que entres - soltó mi mano y subió las escaleras, lo cual yo la seguí - ¿Te acuerdas cuando te dije que para correr a mi hermana del castillo cree un monstruo? - asentí - Bien, ahora verás.
Ella dió dos toques en la puerta, al abrirse salió un gigantesco monstruo que miró a Elsa y enseguida me miró a mí, detrás de él, salieron miles de pequeños muñecos de nieve, mucho más agradables que ese gigante.
- Elsa... No creo que sea tan buena idea entrar si ese gigante está ahí - me acerqué lentamente ella mirando al gigante.
- Tranquilo, conmigo no te va a hacer nada - miró al gigante - es un buen amigo, solo estamos de paso - tomó mi mano y juntos nos adentramos al castillo.
El gigante solo hizo un gruñido y se terminó alejando de la puerta.
- ¿Y bien? - preguntó Elsa jalando poco de mi mano - ¿Qué te parece?
- Muy aparte de mi preocupación de ese gigante, está hermoso - miré la escalera dentro del castillo.
- Gracias - me sonrió - no iremos a la parte de arriba ya que bueno, está lleno de flechas y cristales regados por ahí.
- Déjame adivinar, Hans - ella río asintiendo - Igual, sigue siendo hermoso.
- Sí, pero, ya que prácticamente terminamos de ver todo Arendell - se acercó a mí - Es tú turno.
- ¿Crees que te dejen salir? - alcé una ceja.
- Rayos, olvidaba esto - suspiró frustrada - tal vez podamos hablar con Yelena.
- Ya dije, me da miedo esa señora, pero bien, vamos a hablar con ella. - Salí del castillo junti con ella y la tomé de la cintura - ¿Volamos?
- Si prometes ir despacio, sí - se apegó a mí.
- Lo prometo - la cargué de la misma manera a como llegamos - Sujetate de mi cuello.
Ella lo hizo y con "suavidad" tomé impulso para viajar al bosque encantado. Pasaron tan solo pocos minutos cuando llegamos y sorpresa, los Northuldras estaban contando algunas historias alrededor de la fogata.
Yelena, cuando se percató de nosotros, se alejó de los Northuldras y fue hacía nosotros.
- ¿Qué hacen aquí? - nos miró Yelena.
- Bueno, venimos de dar un pequeño paseo por Arendell. - habló Elsa.
- ¿Paseo por Arendell? - me miró - ¿Con qué fin?
- Había venido algunas semanas atrás para hablar con ella, pero en todo ese lapso ella quiso que fuéramos a recorrer el reino. Pero, como no pudimos, mejor lo dejamos pendiente y ahora fue la ocasión. - comenté mirándola.
- Bien, espero que hayan disfrutado del recorrido - habló Yelena - Será mejor que regreses a tu mundo, guardián.
- De hecho, íbamos a hablar contigo algo - interrumpió Elsa - Jack quería llevarme a su mundo, para conocerlo.
- ¿Qué tú qué? - nos miró sorprendida.
Se supone que debería pedirle permiso a Anna por ser su familiar, pero... Yelena es la loca que tiene contacto con todo lo espiritual.
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