JACK.

Antes de empezar, quisiera aclarar que este capítulo es dividido en dos partes, una narrada desde la perspectiva de Jack y otra por parte de Elsa.
Pasarán diferentes acontecimientos desde cada perspectiva.

Pd. Si hay algún parecido con Harry Potter, no es mi culpa, no soy fan de la saga ni nada xD simplemente mientras releía el capítulo noté cierto parentesco. 

Pd 2. Traté de hacerlo largo pero fallé en el intento, como sea, disfruten la lectura. (◠‿◕)

Jack.

En el tiempo que hemos estado solos lo único que domina en la habitación es el silencio, los demás no han regresado, se escuchan murmullos y pisadas del otro lado de la puerta. Elsa estaba sentada en un banco junto a la ventana mirando a la Luna, aún soltaba algunos gemidos de dolor por la presión en su pecho, yo sólo la admiraba desde la cama.

— Deberías dormir, —suspiré y me levanté caminando hacia ella— tal vez te hará bien descansar.

— No quiero dormir, no quiero cerrar los ojos. —contestó sin dejar de mirar a la Luna— Estoy evitando otro problema.

— Sabes que no puedes pasar todo el tiempo así, ¿Verdad? —puse mis manos en sus hombros y ella puso su mano en una de las mías.

— Lo sé, pero mientras no tengamos solución, es la única cosa que puede funcionar. —suspiró— Ya he hecho suficiente daño.

— No lo haces, por tí misma nunca harías daño. —dí un beso en su cabeza— Y la forma de como tener una solución es buscándola, si tan solo... —Me interrumpió.

— Ni siquiera lo pienses Frost. —se levantó tambaleando un poco.

— Por favor mujer, espérate. —la apoyé sosteniéndola de su brazo.

— Gracias y como decía, ni siquiera lo pienses, quiero que te quedes aquí sin hacer alguna estupidez. —le ayudé a sentarse en la cama y me inqué enfrente de ella— Pensé que había quedado claro.

— Quedó claro, pero lo único que no entiendo es porqué me tienes aquí atado viendo como poco a poco ese imbécil te arrebata de mi lado. —bajé mi cabeza apretando los ojos.

— Jack... —murmuró.

— No. —la miré— No quieres que tu pesadilla se haga realidad, lo entiendo, pero no me hagas vivir a mí una pesadilla —tomé aire poniendo mi mano sobre su mejilla y acariciándola con mi pulgar— No quiero vivir sin tí, no me imagino un mundo donde no estés ¿Tan difícil es comprenderlo?

— Es difícil para los dos comprender esto. —inclinó su cabeza sobre mi mano— No me pasará nada... Estaré bien.

— ¿Cómo puedes estar segura? —tomé su otra mano y miré cómo la mancha negra había avanzado hacia su muñeca— Juré que iba a protegerte y que estaría detrás de tí para cuando me necesites...

— Lo recuerdo perfectamente. —apretó mi mano cerrando los ojos mientras soltaba un quejido— También me dijiste que te quedarías en el mismo lugar y tiempo que yo ¿Lo olvidaste? —negué y ella tomó mi otra mano alejándola de su mejilla— Amor, ¿Sabes en qué estoy pensando?

— No. —miré nuestras manos.

— Mírame. —levanté mi mirada— Tampoco quiero perderte y es por eso que no te dejaré ir con ese idiota, porque al igual que tú, no sé cómo podría vivir en un mundo donde no estés.

— En pocas palabras, estamos obligados a ver como cada uno se destruye. —suspiré— ¿Qué pasará con nosotros?

— No lo sé, pero siempre dicen que hay una solución ¿No? —sonrió poco.

— ¿Crees que haya solución? —tragué saliva— Lamento ser cruel, pero tu inmortalidad no funcionará... ¿Sabes lo que significa? —asintió— ¿Qué se supone que tengo que hacer después de ello?

— Seguir siendo Jack Frost. —la miré confundido— Seguirás llevando alegría y diversión a los demás, quiero que protejas a Anna y no la dejes sola, tampoco dejes de hablar con Kristoff le alegra tanto poder llevarse bien contigo; lleva a Olaf a conocer tu mundo ¿Sí? —asentí soltando algunas lágrimas— Siempre lo pide...

— Mierda, cállate... —sollocé con algunas risas— ¿Lo dices en serio?

— Sí, muy en serio. —limpió algunas lágrimas que soltaba— ¿Me puedes prometer eso? 

— Trataré de hacerlo... —alzó su ceja mirándome— Está bien, lo haré, lo prometo.

— Gracias amor. —me besó tomándome de los hombros.

El único lugar a solas con ella y seguramente el último beso que tenga, se vió interrumpido por unos golpes en la puerta.

— Adelante. —ambos respondimos a los toques de la puerta.

— Parece que así terminará nuestro último beso. —me puse de pie.

— Ojalá no. —se acomodó en la cama.

Ambos miramos a la puerta y de ella entró Yelena.

— Buena noche. —entró y detrás de ella ingresaron los demás a excepción de Norte— Necesito que me expliques todo, Elsa.

— Qué agresividad. —me alejé dándole paso a Yelena.

— ¿Estás bien? — murmuró Norte una vez que salí con él.— Te notas tenso.

— No trates de coquetearme preguntando eso —suspiré y reí poco.— Esto es sorprendente.

— No entiendo nada Jack, si necesitas hablar, estoy aquí para tí. —puso su mano en mi hombro.

— Dejar de decir tonterías Norte. —quité su mano— Si tan solo pudieras entenderme aceptaría cualquier charla pero no puedes comprenderlo —sollocé con algunas risas— Ni siquiera sé por qué estoy riendo.

— Supongo que debe ser una salida al dolor por el que pasas. —puso su mano en mi espalda y me empujó levemente para caminar con él hacía el gran ventanal del pasillo.— No puedo comprenderte, eso es cierto, pero siento tu impotencia y tu sufrimiento.

— No sé qué hacer... —apoyé mis manos en el marco de la ventana una vez que llegamos y miré tras ella— No quiero perderla y ella tampoco quiere perderme. —comencé a llorar— Dime Norte ¿Volveré a fallar como guardián?

 — No lo harás, escucha, Yelena tal vez sepa que puede ayudarle a Elsa y con la ayuda de Pabbie tal vez todo mejore. —comenzó a sobar mi espalda— Sé lo importante que es Elsa para tí.

— Ella lo es todo... ¿Sabes que me pidió? —Norte alzó sus cejas— Que siga siendo Jack Frost —suspiré— ¿Cómo pretende que lo sea cuando Elsa es parte importante de lo que es Jack Frost?

— Tal vez no quiere esto perjudique en tí. —comentó.

— ¿Cómo puedo evitarlo? —observé el exterior desde la ventaja— mira, no hay forma de lo que le suceda a ella no me perjudique. —pasé una mano sobre mi cabello.

— Sabes que cuentas con nuestro apoyo, y sé que quieres buscar venganza por lo que le hizo, pero en estos momentos, Elsa está asustada y te necesita más que nunca a su lado.

— No es la única asustada.

— Jack. —hablo Anna desde la puerta— Necesitas entrar, igual tú Norte.

Caminamos de regreso a la habitación de Elsa y entré junto con él, Yelena se encontraba sentada en la cama junto con ella, reconozco las expresiones de las personas y la de ella claramente no representa felicidad.

— Jack, acércate. —dijo Yelena y fui hacia ellas— Esto es algo parecido a lo que ocurrió con Anna.

— ¿Acto de amor? —preguntó Anna detrás mío.

— Sí. Sin embargo, él llevó esto a algo más extremo. —interrumpió Pabbie.

— ¿Extremo? —pregunté— ¿Pueden decirlo de una vez? Basta de rodeos.

— Alguien tiene que morir. —soltó Yelena.

— ¿Por qué todo lo que dices o tocas tiene que ser relacionado a la muerte? —la miré— Hablo en serio. 

— Estoy hablando en serio, Frost. —comentó firme— Si esto hubiera sido un simple acto de amor, con el beso que le diste a Elsa se hubiera corregido todo, pero no es así.

— Fue bastante inteligente en esto, quiere muerto a uno de ustedes dos al parecer la inmortalidad no fue impedimento para él. —continuó Pabbie.

— ¿No hay forma de revertirlo? —preguntó Elsa.

— A no ser que hagan algo maravilloso y que él quite esto por su cuenta, no hay forma. —respondió— Escuchen no es algo tan fácil de digerir uste... —lo interrumpí.

— Aunque uno de nosotros muera, él sigue vivo ¿No?

— Lo más seguro es que sí, pero podríamos esperar en que toda su magia sea absorbida por Elsa y que cuando llegue el momento, él no tenga más oportunidad de volver. —suspiró.

Entre todos abundó un gran silencio después de que Pabbie hablara, tras un leve tiempo Anna salió de la habitación con un llanto y Olaf le siguió. Miré a Elsa por un segundo, estaba observando como sus antebrazos se tornaban negros, Yelena la cubrió con la chalina de su madre y comenzó su llanto.

Norte puso sus manos en mis hombros y empezó a hablarme en murmullos, sin embargo, el impacto de la noticia fue tanto que simplemente no escuché nada. Mi mente se imaginó miles de escenarios sin Elsa y de tan solo pensarlos sentí como se creaba un vacío dentro de mí, la última fuerza que me mantenía en pie comenzaba a desaparecer.

— Si necesitan algún apoyo o que estén solos, díganlo. —comentó Yelena.

— Yo... —inició Elsa.

— Norte. —escuchamos otra voz.— Tenemos un problema —miré a la puerta y era Conejo apareciendo en ella.

— No más problemas. —bufé.

— Es él. —soltó— Llegó el momento, el caos ya está desatado.

— Bien, nos encargaremos de eso, Jack no te preocupes. —dió unas palmadas en mi espalda y salió con prisa de la habitación.

Me voy a arrepentir, pero ese imbécil debe de escucharme.

— Elsa... —interrumpí y ella volteó a verme— Estás en buenas manos... te amo ¿Si?

— E-espera ¿¡Qué haces!? —preguntó alarmada.

— Desobedecer tu orden. —tomé mi cayado y miré a Yelena y Pabbie— Más les vale que la cuiden. —salí de la habitación y corrí hacia la entrada principal.

— ¡Jack! —escuché los gritos de Elsa.

Corrí lo más rápido que podía para alcanzar a los demás, cuando llegué a la entrada Norte y Conejo habían abierto el portal, Kristoff me detuvo evitando que lograra ir con ellos.

— ¡Regresa, Jack! —gritó Norte— ¡Ella te necesita, estaremos bien!

— ¡Suéltame, Kristoff! —lo empujé y fui hacia ellos— ¡Yo sé que me necesita! ¡Pero no puedo quedarme sin hacer nada! ¡No puedo estar tranquilo! Norte, por favor...

— ¿Estás seguro? —me miró— ¿Estás seguro de abandonar ahora al amor de tu vida por un capricho de ir a enfrentarlo?

— Estoy seguro de que él deseará no haberle hecho daño a Elsa. —suspiré— sé que está mal, estoy consciente de ello, pero no puedo esperar aquí sin al menos intentar acabar con esto.

— Adelante, vamos. —cruzó el portal junto con Conejo.

— Kristoff. —lo miré y él se acercó— Sé que tú comprenderás. —me abrazó.

— Haz lo que sea necesario, sé que buscarás la forma de cómo salvar a Elsa —se separó— Suerte, amigo.

— Gracias. —crucé el portal.

Al llegar a mi mundo, definitivamente dominaba el caos, las sombras que habíamos destruido hace años habían vuelto y esta vez en mayor cantidad, los padres salían de las casas con gritos espeluznantes, como si sus miedos tomaran por completo su cuerpo y mente, los niños corrían asustados en busca de alguna ayuda; todas las películas apocalípticas de Jaime se habían vuelto en realidad.

— ¡Jack! ¡No te quedes ahí! —me gritó Conejo logrando que saliera de mi estado de shock— No tienes mucho tiempo, recuérdalo.

— Lo logró, ese idiota lo logró... —tomé aire y lo solté— Conejo ¿Es la primera vez que sientes miedo?

— No chico, no es la primera vez pero admito que ésta se lleva el premio. —confesó y volteó a ver como Norte salía corriendo para ayudar.— Búscalo, nos la arreglaremos aquí. —volvió a mirarme.

— Mucha suerte. —él asintió y salió detrás de Norte.

Tome aire y salí volando haciendo un recorrido por la ciudad, Pitch debería estar en algún lado riéndose descaradamente mientras observa como todos sufren por culpa suya. En el camino, congelé alguna de otras sombras que intentaban hacer daño a niños y adultos.

Una de esas sombras se puso cara a cara frente a mí, quedé congelado por alguna razón pero cuando me enfoqué en lo que me mostraban sus ojos, un miedo inmenso se apoderaba dentro de mí; Elsa, tirada en el suelo cubierta de arena negra, pareciera que los papeles en los sueños se intercambiaron, ella gritaba pero sin que yo lograra escuchar sus palabras.

El nudo en la garganta comenzaba a formarse al igual que las lágrimas, aunque eso no fue impedimento para golpear y congelar a la sombra con fuerza, todo se quedará en una pesadilla.

— ¿Pero qué? —murmuré mientras observaba como la sombra volvía a ponerse de pie.

No pude reaccionar tras el rápido ataque que recibí por parte de esa cosa, al tener forma de caballo sabía cómo poder derribar fácilmente a las personas, aunque me dejó tirado el golpe que tuve al caer sobre unos tubos del techo. 

— ¿Crees derrotarlo, Frost? —miré encima de mí— ¿Dejarás que unos tubos me den la victoria?

— ¡Maldito! —lancé un rayo de hielo hacia su cara y me levanté del suelo.

— ¿Ahora eres valiente? —esquivó otro ataque te mandé— ¡No eres más que un mocoso muerto de miedo!

— ¡Cállate! —me lancé hacia él chocando las manos para forcejear— Pensé que que te advertí en hacerles daño a las personas que amo.

— No eres nadie para prohibirme algo. —sonrió ejerciendo más fuerza sobre mis manos— Debiste dispararme tu magia ese día que nos encontramos, pero no lo hiciste ¿Por qué?

— No tengo que darte explicaciones. —empecé a llenar sus manos de escarcha— Tocaste lo que más amo en esta vida y eso nunca te lo perdonaré.

— ¿Me destruirás? —alzó su ceja— ¡Las cosas pasan por algo, acéptalo!

— ¡No! Las cosas ocurrieron así porque tú lo decidiste, no porque así tendrían que haber pasado. —lo empujé a la pared, coloqué mis manos en su cuello y comencé a estrujarlo.

— E-espera, Jack... Hablemos de e-esto... —habló con dificultad.

— El papel de víctima nunca fue tu estilo, si no quieres dejar de hacer desastre y jueguitos por ahí, más te vale que elimines toda tu magia de Elsa. —apreté más su cuello— Lo hago por las buenas.

Él tomó mis manos y por el costado llegaron varias sombras que me aventaron hacia otro muro.

— No puedo hacer nada —tosió— Sujétenlo. —las sombras me aferraron al muro.— Si yo arrebato mi magia de Elsa, ella no tendrá la fuerza suficiente para seguir en pie, mi magia absorbió su energía.

— Eres un... —me interrumpió.

— No he terminado de hablar. Podría decirte todo lo que he hecho pero de alguna manera, ambos terminan destruidos. —soltó una carcajada— Es increíble, espera ¡Soy increíble! 

— Increíblemente maldito. —traté de zafarme del agarre de las sombras— Haré lo que sea, pero deja a Elsa en paz, la quiero viva.

— Hay una forma, aunque dudo que le guste a tu noviecita. —se acercó a mí— ¿Estás dispuesto a ello, Frost?

— ¿No me escuchaste bien? Dije que haré lo que sea.

— Acto de amor, eso dijo Anna antes de que esa vieja horrorosa mencionara que alguno de ustedes tiene que morir. —suspiró— Puedes morir en lugar de ella. —acarició a una sombra— Entrega tu inmortalidad y mi magia que tiene en Elsa estará ahora en tí.

— ¿Y dejarás de molestarla? —pregunté con dificultad, pues las sombras ejercieron más presión sobre mí— S-si hago eso ¿La dejarás en paz..?

— Sí, aunque si lo haces ambos mundos se verán destruídos. —rascó su barbilla— ¿Cómo te lo explico? —chasqueó con su lengua— ¡Ya sé! —aclaró su garganta— Elsa seguirá con vida y teniendo sus poderes, este mundo es obvio que quedará en un caos total y el mundo de tu chica, en específico el reino, desaparecerá justo como aquí sucedió.

— No habrá más Arendell...—jadee.

— Exactamente, el pueblo se levantará contra el Reino y Elsa observará como matan a todo lo que más ama, incluyendo que sabrá de tu inevitable muerte. Ella pasará por lo mismo que tú, sufrirá años en soledad culpándose de todo lo sucedido —frunció los labios— Después de esto ¿Aún estás seguro de aceptarlo?

Me quedé callado, quiero que Elsa esté bien pero sin que sufra en un futuro.

— El tiempo corre, Jack. Decide ahora mismo. —arregló su cabello— Es difícil tomar una opción. —rió poco— ¿Te arrepientes de dejarla sola?

Apreté los ojos por la misma presión de las sombras y por las tantas cosas que abrumaron mi mente. Una parte de mí quiere salvar a Elsa y mi otra parte no quiere hacerle daño a futuro.

— Debiste alejarte de ella cuando pudiste, así no estaría sufrimiento. —levantó su mano y las sombras me quitaron el último aire que tenía— No sirves para ser guardián de nadie, no sirves para nada. Acepta que Elsa morirá, total, hay muchas otras mujeres.

Sin la capacidad de moverme y mi vista nublada, tomé el la poca fuerza que me quedaba e hice uso de mi magia.

Como aquella vez con Sandman, las sombras se congelaron y una gran explosión se dió a notar. Caí al suelo tratando de recuperar el aliento.

— ¡Elsa está muriendo, no puedes hacer nada! —escuché a lo lejos, con dificultad logré ver como montaba un carruaje formado de arena— ¡Puedes quedar ahí acostado como todo un perdedor! ¡Yo iré con ella, a acompañarla en sus últimos minutos!

Me moví a gatas sobre el suelo para alcanzar mi cayado, pero cuando lo tomé él había desaparecido, solo a lo lejos escuchaba su tonta risa.

— ¡Jack! —escuché una voz femenina.

— ¿E-Elsa..? —me recosté sobre el suelo mirando hacia el cielo.

— ¡Norte, por aquí! —tomaron mi rostro y sentí como daban algunos golpes en mi mejilla— Jack, vamos tú puedes, levántate.

— ¡Jack! —escuché varias voces.

Jack, Jack, era lo único que escuchaba, sea por la falta de aire o por la presión para decidir pero mi mente no daba a más.

Pasaron varios minutos hasta que logré ver encima de mí a los guardianes, todos reflejando preocupación en sus rostros. Norte estaba desesperado en hacerme reaccionar, de una de las mangueras que se encontraban en el techo, roció agua en mi rostro.

Aún sin poder reaccionar del todo, apreté la mano de Norte, esperando que se calmara, es mi forma de decirle que estaba bien, que solo necesitaba tiempo para recuperarme, que pronto podría volver a hablar y contarle todo.

— ¡Por Kórsakov! —dejó a un lado la manguera para abrazarme con fuerza— Chico no hagas este tipo de sustos. —me aferré por instinto a su abrigo— ¿Necesitas algo?

— Necesito... —tomé aire— Necesito tomar una decisión...

—¿De qué hablas? —Tooth puso una mano en mi espalda.

— Necesito morir si quiero salvar a Elsa... —tragué saliva— Pero debe haber una forma para que ella no sufra a futuro... —me separé un poco de Norte y traté de levantarme. Conejo me sujetó de los brazos. — Gracias peludo... —aclaré mi garganta— Lamento si lo menciono, pero Pitch salvará a Elsa solo si entrego la inmortalidad, pero, dejará en destrucción ambos mundos, dejando que ella sufra por verlo...

— ¿Algún plan? —preguntó Norte, lo miré y negué lentamente— Sandman ¿Se te ocurre algo?

Sandman hizo varias figuras y gestos, sinceramente no pude entender con exactitud qué expresaba.

— ¿Destruirlo? —preguntó Conejo— ¿Cuándo se ha visto eso? —Sandman hizo más figuras— Meme, lo hemos intentado por siglos.

— Si Meme dice que puede hacer algo, creamos en él. —mencionó Tooth— Por ahora —suspiró— Jack necesita ir con Elsa.

La miré con cierto asombro, ella me dedicó una leve sonrisa a lo que respondí de la misma manera.

— Adelante, Jack. —me soltó Conejo— Te veremos cuando sepamos algo.

— Gracias chicos... —tomé mi cayado y me dí la vuelta.

Me quedé viendo la calle, ignorando el caos supe que la decisión ahora dependía también de ellos, y pase lo que pase, tendré que despedirme, confío que harán buen trabajo en mi ausencia, que buscarán la solución a esto y sobretodo cuidarán de Elsa.

— Por cierto chicos... —volví a mirarlos.

— ¿Algo más que quieras agregar? —preguntó Norte.

— Gracias por todo, no encuentro más palabras para agradecerles lo que han hecho por mí... Me hicieron mejor persona y amigo, sobre todo me enseñaron el maravilloso significado de ser guardián. —sonreí— Los quiero, gracias por hacer de estos años los mejores de mi vida apesar de los conflictos.

— Deja de pedir tiempo en despedirte. —siguió Norte, lo miré sin decir alguna palabra, esperando que captara el mensaje— Oh... Vamos chico, dame un abrazo antes de irte.

Fui hacia él y lo abracé con fuerza, nunca olvidaré ese olor a canela, era tan navideño.

— Eres grande Jack. —acarició mi cabello— Nunca lo olvides, te doy gracias por darme tu confianza y tu amistad. —habló en tono bajo.

— Más que amistad, te ví como mi padre... Me enseñaste todo lo que sé.—murmuré.— ¿La cuidarás por mí?

— Claro, no lo dudes. Te haré ver como si fueras un Dios ante ella, seguramente pensará que eras un tonto. —rió poco— También te quiero Jack.

Asentí y me separé de él. Los miré a todos los última vez, me elevé y volé con prisa hacia donde guardaba las esferas.

Espero que en Arendell todo esté bien, Elsa, por favor, necesito que resistas más, estoy por llegar. 

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¿Qué les pareció? UwU espero que les haya gustado :3

En fin, espero actualizarles pronto
(╯︵╰,) Recen que la escuela me dé tiempo libre.

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