APOYO.
Elsa.
— Elsa por favor —Anna tocaba mi puerta— Elsa, sé que estás adentro, déjame entrar — insistía.
— Anna, no creo que sea bueno interrumpirla —escuché a Kristoff tras la puerta.
— No ahora Kristoff —replicó en voz alta y siguió tocando la puerta— ¡Elsa abre ya la puerta!
Solté un suspiro y descongelé la cerradura, Anna entró y cerró la puerta detrás de ella.
— Usando la chalina de mamá no solucionará nada —se acercó a mí— Elsa ¿Qué sucede? ¿Por qué vuelves a encerrarte?
— No quiero estar afuera, eso es todo —caminé a la cama y me senté en la orilla de ella— Ni siquiera sé qué quiero.
— ¿Qué fue lo que te molestó de Jack? Sinceramente, dímelo — se sentó conmigo.
— ¿Quieres que te sea sincera? —asintió— Más que estar molesta, estoy decepcionada de él —suspiré— Aún no proceso el asunto de ambos mundos, pero... No me quiero imaginar como aquella Elsa sufrió como para determinar quitarse la vida.
— No quiero ofenderte, pero ¿Acaso nunca pensaste en ello? —la miré— Ya sabes, pensar en quitarte la vida.
— Llegó a ser un pensamiento pasajero en mi mente, siempre mantuve la esperanza en que saldría algún día —me cubrí con la chalina— Tal vez las historias no son tan similares como yo pensaba.
— Escucha, jamás sabremos que pasaba por la mente o tu mente de ese mundo, podremos imaginar el mejor o peor escenario posible en ella, pero no por ello toda la culpa caerá en Jack —arqueé mi ceja mirándola— Lo defiendo y a su vez no.
— ¿Puedo saber por qué?
— Sí, es cierto que Jack pensó como un mocoso de 18 años y que seguramente abandonó a esa Elsa por un simple capricho de diversión, pero, mientras aquella Elsa se encontraba sola, sin apoyo y desconsolada, él llegó a salvarla en ese momento. —puso una mano en mi hombro— Pudo o no ser el culpable de su muerte, pero le dio los mejores momentos antes de irse.
— Al final, siempre cumple con su papel de diversión —apreté mis labios— Jamás entenderé algo, sí el sabía que iba a irse en algún momento ¿Por qué se involucró?
— Quisiera tener la respuesta, pero el único que la tiene es Jack —sonrió alzando los hombros— Puedes preguntarle a él o tal vez Atohallan la tenga.
— En estos momentos no quiero toparme con Jack —miré por un momento la ventana— Es raro que no esté insistiendo.
— Él se fue —dirigí mi vista a ella— Norte lo mandó a su mundo de nuevo no quería que su presencia te siguiera molestando; además, mencionó algo de ir a dar rondas o algo así.
— ¿No puso ninguna objeción? —ella negó.
— Sinceramente yo pensaba que él replicaría para quedarse, jamás pensé que obedeciera tan rápido, supongo que la situación debió afectarlo bastante.
— Supongo... —me abracé y el silencio volvió a la habitación.
Pasaron unos minutos con solo la compañía de Anna, todo era silencio, ningún movimiento o ruido que molestara. Varios toques a la puerta interrumpieron ello.
—Adelante —hablé y Kristoff abrió la puerta con prisa.
— ¿Amor? ¿Sucede algo? —se levantó de la cama.
— Deben venir a ver algo, es urgente —comentó.
Me levanté de la cama y junto con Anna salí de la habitación. Rápidamente recorrimos el palacio para dirigirnos a la entrada.
— Iremos en mi trineo —mencionó cuando salíamos del palacio— Tenemos que ir hasta Oaken.
— ¿Oaken? ¿Qué sucede con él? —subimos al trineo y Sven comenzó a correr en dirección al Almacén.
— Eso mismo tratan de averiguar los guardianes, ellos se adelantaron con él, solo les dí la indicación de como ir.
Anna y yo nos miramos con cierto temor, pasaron varios minutos y llegamos al almacén.
— Oh por dios... —bajé del trineo y caminé al almacén, Anna siguió detrás mío.
El bosque que rodeaba el almacén de Oaken se encontraba totalmente sin vida, las copas de los árboles con solo algunas hojas y el suelo totalmente seco.
— Majestades —se acercó a nosotros— Les juro... no sé que fue lo que pasó
— Oaken, hiciste bien en avisar —trató de tranquilizarlo Anna— ¿Norte? ¿Qué es esto?
— Pitch Black está haciendo de las suyas —nos miró con una rama seca— Esto mismo hizo en nuestro mundo.
— ¿Su mundo? —interrogué.
— Sí, hay un lugar llamado Alaska, Pitch hizo algo como esto en ese lugar —respondió.
— Hizo destrozos en el castillo, en el bosque, molestó a mi hermana ¿Qué sigue?—exclamó Anna molesta.
— No sabremos cual sea el próximo movimiento de Pitch —comentó Conejo dirigiéndose a ella— Lo único que podemos hacer es mantenernos alerta, Norte —volteó a verlo— El anciano tiene que reportarnos que ha visto.
— ¿Anciano? —los miré.
— Jack —contestaron al mismo tiempo.
Imbécil.
Jack.
Estaba dando rondas y rondas por cualquier parte del mundo, esperando que no saliera Pitch. Norte me mandó de regreso a mi mundo con el fabuloso pretexto de dar las rondas de los demás guardianes, además de no seguir molestando la vida de Elsa.
Me encontraba de nuevo en Burgeess, era alrededor de las 11 de la noche, es obvio que ningún niño estaba fuera de casa, solo algunas personas paseaban por las aceras. En este momento, solo quisiera ir con Jaime para hablar, pero sé que pasa la noche con su familia, tampoco quiero agobiarlo, así que solo comencé a caminar por los techos.
— ¿Erika? —me pregunté visualizando a una chica a lo lejos— ¡Erika! —Volé en su dirección y me posicioné detrás de ella— Erika, Erika, Erika, Erika —traté de llamar su atención.
— And we can build this dream together. Stand strong forever —cantaba con sus audífonos y la música a todo volumen— Nothing's gonna stop us now
— Me odiaré por asustarte —le arrebaté sus audífonos y ella soltó un grito que bien pudo haber despertado al hombre de la Luna.
— ¡Jack Frost! ¿¡Que mierda te pasa!? —gritó furiosa.
— Perdón, pero no me hacías caso —excusé— No sé por qué siempre deben tener la música en alto.
— ¿Te escuchas? Suenas como un anciano de verdad —bufó— Como sea ¿Qué quieres?
— Solo hacer compañía ¿Sabes? no deberías estar a estas horas de la noche sola —ella comenzó a caminar y le hice compañía.
— Estoy saliendo de un trabajo, es un restaurante de comida rápida, y a las 10:30 acaba mi turno —estiró los brazos— Esto de tener vida de adulto y mantenerse solo es difícil.
— Quisiera decir que te comprendo pero no soy capaz de hacerlo.
— No es necesario —me miró— Ya dime que es lo que quieres.
— Hablar —arqueó su ceja— Te platicaré mientras caminamos.
— No, tengo una mejor idea, escucha, hay personas que pueden creer que estoy loca por hablar con alguien que para ellos no existe, mi casa está cerca, entras por la ventana —explicó.
— No me vas a hacer nada ¿Verdad? —me alejé poco de ella.
—No te haré nada, no sé en qué estás pensando. Seguro en Elsa —hizo una sonrisa pícara.
— No empieces —la señalé con mi dedo— Apresúrate en llegar a tu casa, de verdad necesito hablar.
— Sí si ya señor mandón.
La seguí hasta que ella llegó a su casa, ella entró y al poco rato prendió una luz en el segundo piso de la casa, supe que ahí entraría.
Volé a su ventana y ella la abrió dejándome pasar.
— Bien, toma asiento ¿Qué quieres hablar? —dejó sus cosas en su mesa de estudio yo me senté en su cama.
— ¿Te acuerdas de Elsa?
— ¿La chica de la foto que te gusta? —asentí— ¿Le sucedió algo?
— Sucedió todo —solté el aire— Quisiera contárselo a Jaime, pero no quiero agobiarlo con tanto, no sé si sea ya capaz de comprenderme del todo... pero me veo en la necesidad de contarla y siento que eres la única que puede escucharme —la miré.
— Bien, tu dale —se sentó en la silla de su mesa de estudio.
Comencé a darle el resumen completo de la historia de Elsa de mi mundo, cómo fue que conocí a esta nueva Elsa, quien era y qué hizo Pitch incluyendo el suceso de Atohallan; en todo el relato, ella no interrumpió, solo escuchaba atentamente.
— Ella solo montó ese caballo mágico y se alejó... —jugué con mis manos concluyendo la historia— Después de ello, Norte abrió el portal con una esfera y sugirió en que me fuera para venir a dar rondas y así no causo problemas a la presencia de Elsa. Eso fue todo...
— Y por esto no estudié psicología —subió su piernas a la silla y las abrazó— Podría deducir que tu principal problema es que a la fecha no superas la muerte de Elsa en este mundo.
—Supongo —seguí jugando con mis manos.
— Desde mi punto de vista, Elsa de nuestro mundo actuó de manera precipitada al quitarse la vida, pero claro, jamás podrá saberse como ella estaba realmente. —la miré— No puedes seguir toda tu eternidad culpándote. Escucha —se movió junto con la silla hacia mí— La muerte de Elsa no fue tu culpa.
— Pero, yo la dejé cuando más me necesitaba —apreté los ojos.
— Ella debía entender que no siempre estarías para ella —suspiró— Su decisión debió de haber sido tomada tiempo antes de que aparecieras, dices que ella había sido encerrada, fue alejada de su hermana, sus padres se interesaban más en buscar una solución para ella, todo ello debió consumirla, cansarla y agobiarla que llegó a un punto donde no quiso seguir.
— Puede que tengas razón, pero no sé como estar tranquilo...
— Si puedes estar tranquilo, porque de seguro le diste todo lo que necesitaba Elsa en ese momento que fue apoyo y amor, con ello debes de vivir, de momento no es fácil superarlo pero tampoco es imposible.
— Quisiera olvidar todo, superarlo y seguir con mi maldita eternidad... —pasé mis manos por mi cabello.
— Nunca se olvida, jamás olvidas a las personas Jack —puso su mano en mi hombro— Lo mejor que puedes hacer es solo mantener su recuerdo contigo, tu la conociste y seguro fue la niña más feliz cuando tu estabas con ella, con eso debes recordarla.
— ¿Mantener solo su recuerdo? —asintió— ¿Con ello podré perdonarme? —volvió a asentir.
— Ojo, recuerdos buenos, deja a un lado cuando ella estaba triste. —dió un golpe en mi hombro— sé que puedes hacerlo, eres capaz de poder perdonarte aquello que no fue tu culpa. Jaime y yo estamos para ayudarte; no te preocupes por él, trataré de explicarle la historia de una manera sencilla.
— Gracias, Erika —sonreí poco.
— No agradezcas, jamás pensé que pudiera servirte de ayuda —rió poco.
— Lo eres, la verdad —suspiré— Anna tiene razón, es mejor que me mantenga separada de Elsa por un rato.
— De verdad que tiene razón, poco a poco esto va a calmarse, estoy segura que tu historia con Elsa no ha acabado —se alejó un poco de mí.
— Como tu digas.
—Oye mocoso —salté de miedo junto con Erika tras una voz en la ventana.
— ¡Conejo! ¿¡Qué rayos haces!? —grité.
— ¡Uno ya no puede estar tranquilo en su propia casa! —gritó Erika— Espera ¿Dijiste conejo? ¿¡El conejo de pascua!? —comenzó a dar saltos— ¡Es el conejo de pascua! —Conejo me miró confundido y asombrado.
— Luego te contaré, pero sí, ella puede verte —alcé los hombros— ¿Qué sucede? —él sacudió la cabeza, supongo que así sale de su trance.
— Pitch apareció en Arendell, hizo lo mismo que en Alaska, a menor escala, pero lo hizo. Norte me mando a preguntarte si no has visto algo —suspiró— Por lo que veo lo has dado tus rondas.
— Si las he hecho, y no se ha aparecido por aquí —me defendí.
— Esperaba que si lo hiciera, pero estoy de verdad sorprendido. Bien, solo para esto te molestaba —sacó una esfera— Cuidado y te metes a mi madriguera.
— No lo haré, ¿Por qué quisiera estar ahí si no estás para molestarte? —reí.
— Idiota —agitó la esfera y la aventó al suelo cerca de nosotros.
— ¡Espe..—
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*Si, si los dejaré en el suspenso aunque se ve que es lo más obvio JAJAJA*
Hi :3 xD Disculpen la demora, la uni me mata pero bueno, ese no es el tema.
Espero que les haya gustado el capítulo, pronto actualizaré de nuevo :3
Gracias por seguir apoyando la historia, los amo un chingo :D ♥
Sale bye.
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