El truco de Houdini
Con el entusiasmo de los datos encontrados que analizaran extrayendo hipótesis y luego de la entrevista con María José; la cabeza de Cádiz Decry era un hervidero de resonancias.
Entre ellas se destacó, "es un cazador" y todo cazador primario como lo es un felino, se impacienta y torna fogoso ante los obstáculos para hacerse de la comida.
La foto del gato sentado a grupas mirando fijamente la enredadera de la parte alta de la medianera, tenía los suficientes pixeles como para ser agrandada sin perder nitidez.
Lo que el gato negro contemplaba, era un pájaro, parecía una pequeña paloma de las llamadas monjitas posada en un altura y distancia que al gato en su instinto de cazador le significaba dominarse para no perder energías en un esfuerzo inútil.
Aquí está la clave, se acercaba la hora de la comida del gato negro y urgió al comisario para que abriera la puerta a la terraza.
Él había agarrado el recipiente con la comida del gato que llevó consigo y lo puso sobre el suelo, dentro del haz de luz que salía por el ventiluz de la cocina.
Los amigos ingresaron y cerraron la puerta. Desde el living y cámara de video en mano Giménez se mostraba expectante a la par en su silla de ruedas observaba con su phablet presta.
El gato fue a buscar su comida y no la encontró. De un salto trepó a la mesada de la pileta ubicada debajo del ventiluz y por un largo rato estuvo mirando la comida que estaba en la terraza.
Bajó de la mesada, fue al cuarto de Julia y se arrellenó en los pies de la cama. Era el lugar donde habitualmente dormía.
Lejos de descorazonarse los amigos esperaban inmóviles pero ansiosos como quienes están por ver el final de un misterio.
Como a la media hora el gato negro regresó. Trepó nuevamente a la mesada a la que caminó con su cola bien erguida. Está nervioso por su comida discurrió pensando en sus conocimientos de etología.
En un momento el gato negro se acercó a la varilla que cerraba y abría el ventiluz. Primero fue como que la acariciara y luego empleando más fuerza logró descarrilar la parte gruesa de la varilla que hacía de tope para mantener cerrado aquél.
Fue el momento en que el ventiluz se abrió como libro hacia abajo, dejando el espacio para que el gato negro saliera por su comida.
Luego del silencio cargado de nervios Giménez dijo: "Tenemos una parte resuelta, sabemos cómo salió, pero no sabemos de qué manera se cerró el ventiluz ni de qué manera ingresó Malena. Por la tensión que hace el ventiluz sobre la parte gruesa de la varilla descarrilada es totalmente improbable que el gato lo cierre" y agregó el comisario: "a la par que por la abertura que deja el ventiluz es imposible que ingrese un cuerpo, incluso el delgado cuerpo de Malena".
Lo dijo no sin embarazo por haber expresado una obviedad.
Esa es la parte que le toca a Malena le replicaron.
Venga salgamos, pero antes déjeme ir a mi ph.
Volvió con un destornillador de esos que en su manija portan varias medidas y modelos y unos metros de tanza de pesca, la que se usa para mojarritas, cuyo grosor es casi invisible.
Abra la puerta y vamos. Al tema de la apertura y del cierre lo tengo estudiado. No olvide mi condición de arquitecto expresó con una sonrisa de auto elogio.
El ventiluz tiene un alfeizar súbase allí, fíjese la chapa que recubre el cable que se une a la varilla.
"Tiene esa chapa", interrogó, si la tiene y está agarrada por dos tornillos Philips.
Esta puede ser la medida mientras le alcanzaba el destornillador.
Había acertado, el comisario sacó los tornillos retiró la chapa y dejó al descubierto el cable. Luego le dijo sáquelo del encastre y deje que se deslice, tenga cuidado de tener el ventiluz para que no caiga de golpe. Así hizo y el ventiluz se abrió por completo.
Ahora trate Ud. de entrar. Lo logró no con poco esfuerzo, pero tampoco con mucha dificultad.
Vea ahora como lo cerramos.
"Salga Ud." le dijo a su amigo. Una vez en el alfeizar Cádiz Decry le indicó.
Levante el ventiluz hasta la altura que queda abierto o un poco menos si no puede, con su mano derecha vaya empujando el cable hasta que aparezca en el encastre. Hecho esto y colocada la chapita no sin antes decirle que no haga mucha fuerza sobre los tornillos le acercó al comisario la tanza.
Pásela por el reborde que mínimamente tiene la chapita y sostenga las dos puntas.
Abra el ventiluz sosteniéndolo con la tanza, tenga cuidado de no soltarla. Giménez dio con ella algunas vueltas en sus manos antes de proceder. Fíjese que la parte gruesa de la varilla por su peso se acomode en la boca de tope. "Ya está" anunció el comisario. "Ahora cierre el ventiluz". Lo cerró y sintió que la varilla ascendía hasta hacer que la parte gruesa quedara trabada al liberar un poco de presión al cierre y luego volver a presionar dejando así perfectamente cerrado el ventiluz.
Tiró de una de las puntas de la tanza y esta se deslizó con facilidad.
Miró con admiración a su amigo, y en esa admiración estaba el agradecimiento de ver la posibilidad que su hermano se alejara de la pena de prisión perpetua, por mas que pagara cárcel por los ilícitos que cometió al hacer copia de las llaves y entrar a robar y alterar pruebas".
Falta una parte, la haría yo si pudiera, y esto lo dijo sinceramente como alguien que describe la realidad personal sin pena. "Vaya Ud. a la parte baja de la medianera, ingrese en la obra en construcción y vea la forma de salir de ella sin que nadie lo vea".
Así hizo el comisario quien regresó luego de unos 45 minutos. Cádiz Decry no sintió ansiedad por el paso del tiempo. Lucubraba absorto como se vinculaba todo esto con Malena.
El comisario le dijo: " Salir es fácil se mueven una chapas que están afirmadas al andamio exterior que sostiene el agarra escombros". En cuanto a la calle y a las casas, el andamio cubre la salida y la calle está desierta.
Los hechos habían sucedido un día de otoño muy frío como lo es el día de hoy de este invierno (había pasado ya un año). No había gente y el tránsito era escaso.
Igualmente si alguien la hubiera visto, con su ropa de invierno y saliendo del andamio es un transeúnte solitario muy difícil de identificar. La calle en esa zona del barrio de Palermo era ancha.
Se había dado un gran paso, pero como vincular todo esto con Malena? Lo dijo en voz alta volviendo sobre sus cavilaciones.
El estrés del día lo había agotado y si bien estaba acostumbrado a las largas horas en la silla de ruedas el cuerpo en la parte que sentía le dolía ferozmente. "Por favor. Lléveme a mi departamento no al ph. En estas horas mi fisioterapeuta solo irá rápido si le queda cómodo y él vive cerca".
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