El reencuentro
Buenos Aires encontró a las amigas afianzándose intensamente en sus carreras.
Cerca de los 30 pero todavía con un buen trecho para llegar a esa edad habían madurado acentuando los rasgos de sus personalidades.
Estaba claro que una amistad que las había marcado en la niñez y la adolescencia casi juvenil no era algo de lo que ellas pudieran o quisieran renunciar.
Los chateos se hicieron a otra frecuencia, comenzaron los after office, luego la pasión común por el cine y la agregada por el teatro.
Julia en su experiencia italiana se había vuelto fan de la ópera lo que Malena compartió pero no con tanta pasión
El deporte las unía el fútbol sobre todo, aun cuando su devoción era por distintas camisetas. Julia de Independiente por tradición familiar y Malena de Boca.
El paso de Malena por Francia la acercó al mundo del rugby, deporte del que pronto se hizo fanática y no dejaba de gustar de su ambiente y de concurrir a todos los partidos que pudiera. Julia por el contrario no se sentía atraída.
Fue por entonces que se hizo en Córdoba una de las etapas del tour mundial de seven y hacia allí partió Malena, regresando con la compañía de un jugador de las Islas Fiji, del que se hizo muy cercana y que en retribución alargó la estadía......
Para ese entonces Malena se había mudado al ph de Julia acompañada de su gato negro, compartían salidas pero no círculos de amistades, lo que no significaba otra cosa que diferentes gustos, opuestos ámbitos profesionales; amistades personales que fueron decantando en un entorno de camaradería que las involucraba por igual y al que se veía en animadas reuniones en el ph que compartían y otros lugares.
A medida que reconstruía la historia por medio de las fotos, posteos de amigos, etc. detectó lo que había buscado.
El nuevo interés o amor de Julia lo intuyó en la compañía constante de la misma mujer. Eso nada nada mas revelaban las imágenes. Compañía constante pues las fotos eran de diversos lugares y tiempos.
No había ninguna foto que indicara un romance pero las que de Julia y su amiga subía Malena, claramente lo exteriorizaban a quien las observara con atención.
Risas al unísono, atenciones comunes, eran como si los cuerpos de Julia y su amiga se movieran en la misma y perfecta sinfonía que en los primeros tramos de encantamiento escribe el amor.
Cádiz Decry pensó, "es probable que con su anterior pareja hubiera un impase no una ruptura, estará esperando acomodar esta situación para que nadie resulte herido".
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