Día 39 | SansCross
En una casa cualquiera, se hallaba un albino recostado en la cama matrimonial que compartía con su pareja, apenas era un universitario mientras que el adverso ya llevaba un par de años trabajando, pero se llevaban apenas unos seis años de diferencia.
El joven jugaba con una de sus consolas, bastante emocionado por estar en una zona que pocas veces había llegado; estaba concentrado, teniendo que sentarse para depositar mayor atención, no podía perder, o tenía que repetir todo el mapa de nuevo y eso lo frustraría demasiado. Estuvo más de cuatro horas entretenido en su videojuego, que no atendió siquiera la llegada de su pareja del trabajo; seguía en su mundo, a solo unos segundos de ganar un gran premio...
Hasta que de repente, un gran peso cayó en sus piernas, asustándolo por completo, entorpeciendo sus dedos, en consecuencia, perdiendo en el juego. No supo cómo reaccionar al ver la pantalla en negro con grandes letras diciendo "Game Over", frunció el ceño, alzando su consola para ver el responsable de su agonía; una persona, específicamente su "querida" pareja, estaba boca arriba pero mirándole, llevaba la ropa del trabajo, pero se notaba que estaba muy agotado. Eso pensaba Cross para intentar no quejarse, pero no fueron las suficientes justificaciones, de inmediato soltó un quejido de reproche.
— ¡Uhg! ¡Sans, estaba apunto de ganar!
— Puedes intentarlo otra vez.
— ¡Llevo horas! ¡Horas! No volveré a estar tan cerca de la victoria... —Se llevó una mano en la frente, dramatizando, aunque tuvo que removerse, le estaban doliendo las piernas por la mala posición que estaban— ¿Puedes hacerte a un lado? Me duelen las piernas.
— Lo siento, Cross, pero no me moveré.
— ¿¡Ehh!? ¡Por qué! ¡No he hecho nada malo!
— Mh... —Suspiró— No necesariamente tienes que hacer algo malo para provocar que mi cuerpo caiga pesado.
— ¿Mis malas acciones provocan que tu cuerpo caiga pesado?
— Heh...
— Lo siento, lo siento. —Cross dejó la consola en su mesita de noche, y pasó sus dedos por la cabellera del mayor, sonrió apenas, pues de verdad le estaban doliendo las piernas— ¿Fue muy agotador hoy? ¿Señor "dame atención"?
— Lo fue, y realmente necesito relajarme.
— Sí, tienes demasiadas ojeras. —Frunció el ceño, y agitó una pierna— Ay, ay, ¡Por favor, acomódate! ¡Me están dando calambres!
Sans se rió, y atendió por fin los ruegos del de cicatriz, este movió las piernas para destensarlas, alzando el mentón soltando un profundo respiro de alivio, después de terminar sus quejas, vio que su pareja estaba quitándose la camisa, poniéndose con pereza el abrigo azul que siempre le gustaba usar.
— ¿Qué piensas hacer? —Dijo Cross mientras seguía viendo al contrario cambiarse ropa— Estás tan lento que siento que te vas a desmayar.
— No exageres, "amor". —Reprochó el otro albino, el aludido desvió la mirada ligeramente sonrojado, esos motes melosos le incomodaban a veces— Solo tomaré una siesta.
— Me lo imaginaba, ven, duerme acá.
Al decir esas palabras, pareció que la cara del mayor se iluminó, amaba tomar siestas pero no le gustaba dormir cuando su pareja tenía que ir a la universidad; Cross llegaba tarde y apenas se podían ver cuando el mayor descansaba, además que se descuidaba y solo comía chocolates. Pero ahora, ese día el menor no tenía clase, así que por más que durmiera una horita, estaría al lado de su novio.
Cross rió por su reacción, y palmeó a su lado.
— Ty. —Agradeció necesitado el mayor, aunque algo le detuvo— ¿Y qué harás tú?
— Pues claramente terminaré de jugar.
— Ow... ¿No puedes dormir conmigo? —Preguntó, soltando un bostezo, Cross negó.
— No, porque se supone que debería estar enojado porque me has matado en este juego.
Sans se le quedó observando por un momento, hasta que decidió acercarse al de ropas monocromáticas en claro gesto de querer acostarse en su regazo, Cross entendió las señas, y solo separó las piernas quitándose las sábanas, el mayor rió, y se colocó boca arriba entre las piernas ajenas, acomodándose bien.
— Así puedes jugar mientras yo duermo, ¿Te parece?
— Me parece raro, ¿Te oiré roncar mientras juego?
— Oye... No creo que ronque.
— Lo haces, tonto. —Rió— Pero mientras pueda jugar...
— Siento que estás obsesionado, Cross.
— No no, de qué vas. Solo estoy obsesionado del chocolate.
— Pues... Que yo recuerde, compraste toda la saga.
— ... Sh... Solo duérmete o te tiro de la cama.
Cross rodó los ojos y se inclinó para darle un beso, se volvieron a acomodar, el de cicatriz colocó la consola sobre el pecho de su pareja, y en solo unos minutos, este se durmió mientras que Cross siguió jugando bastante feliz de estar junto a su novio.
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SansCross - Acurrucados juntos.
¡Hola! Tantos meses, lo siento mi ausencia, tampoco puedo decir que volví con esta historia, igualmente, no voolveré a desaparecer por tantos meses.
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Recuerden que prosigue la lista +18
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