Día 37 | NightStave
Era el día de los enamorados, momento ideal para gastar como idiotas para contentar a los comerciantes que hacen uso de esta festividad, por eso, a cada vitrina que el de la pareja se detenía, había de todo referido al amor, romántico y fraternal, y por supuesto, demasiadas toneladas de chocolate y corazones.
Nightmare quiso evitar como nunca salir ese día, de algún modo, ver tantas parejas melosas en los parques, en los caminos tomados de las manos y besándose de tal forma que parecía un motel sin puertas, le asqueaba por completo, Stave ser reía de su comportamiento, puede que sea verdad y el número de parejas aumentaba ese día, pero no se fijaba en eso, así que cuenta no se daba.
- ¿Qué te pasa? Tienes cara de querer matar a todos. -Se rió, sonriendo burlón cuando le dirigió ahora la mirada a él- Incluyéndome.
- Tú sabes muy bien, -Respondió en queja- que no quería salir hoy.
- ¿Te afecta tanta felicidad ajena?
- Ahá.
- Pues busquemos alguna pareja discutiendo y te ríes con maldad tras un arbusto.
-... ¿Bromeas, verdad?
- No, la idea es que también te rías en la cara de quien llora, y tener una pésima reputación púbica ya que saldrás en los periódicos y perderás todo socialmente. Obvio que es una broma, bobo. -Le sacó la lengua.
El mayor pensó esa posibilidad, ser el terror público siempre había sido una fantasía, arruinar la vida de los demás siempre le sonaba genial, sino fuera por todos los perjuicios que el de pecas decía, lo hubiera hecho.
- Al primero que incordiaría sería al novio de mi hermano.
- Siento que hay un segundo.
- Sí, tú.
- ¿De qué modo lo harías? Espera, no lo digas, creo que sería raro que me digas las formas que te encantaría destruirme tanto física como psicológicamente, si alguien te escucha, pensarán que tenemos algún fetiche sadomasoquista.
Su humor obvio, su sarcasmo, eran cosas que no entendía del menor, pero de algún modo, le hacía gracia, podía mantener viva la conversación, pues cuando al menor le entraban crisis de pánico o pasaba el día deprimido, era muy pésimo tratando de suavizar el ambiente, él mismo se enojaba y empeoraba siempre su relación, Stave era fuerte, le entendía, hacía maravillas para levantar su ánimo incluso si lo hacía de la peor forma, estresarlo más.
Porque Stave amaba sacarlo de quicio.
Por eso no pudo rechazar la invitación a salir de compras, porque cumpliendo sus pedidos era la única forma de equilibrar todo lo que hacía por él, y esos pequeños detalles hacían feliz al menor, pues gratamente no era tan meloso, ninguna era de tacto excesivo.
- Entremos de una vez. -Dijo Night, cuando estuvieron frente al centro comercial.
- Sí, sí, e-espera, ¡No me dejes atrás!
Stave tuvo que dar varias zancadillas para alcanzar al mayor, teniendo que tomarle del brazo para quitarle velocidad, aunque sin soltarse del agarre, el azabache le miró desde el rabillo, tensando el brazo tomado, le incomodaba un poco eso, pero hacer fuerza podía dañar al menor por su cuerpo sensible además de poner incómoda la situación, solo intentó sacar el tema.
- ¿Qué es lo que te mandaron a comprar para que tengamos que venir al centro comercial?
- Nada en especial, sinceramente, busqué una excusa para que salieras de esa casa.
-... No me jodas, Stave.
- No lo hago, es verdad. -Dijo complacido- Aunque, como mi hermano me dio dinero por mi cumpleaños, tengo que gastarlo en algo~.
- No quiero estar acá tantas horas.
- Descuida, miraremos todo una vez e iremos a otro, hehe.
Nightmare se pasó una mano por el rostro.
- Bien, pero después iremos a un lugar en específico a cambio.
- ¿A cuál?
- No te lo diré.
- Pero. -Hizo un puchero- Bien, es un trato.
El mayor sonrió ahora victorioso, y relajó su brazo dispuesto a aguantar a la obsesión del menor visitar todas las tiendas hasta los lugares donde no hay motivos para ir, le gustaba ver, decía, pero no demoraba mucho en cada local, pues se aburría muy pronto, era su forma de quitar sus energías, pues debido a su cuerpo delicado, los deportes estaban estrictamente prohibidos, todos los que se referían a golpes, balones posibilidades de caer.
Una vez presenció lo que era para Stave hacerse daño, cuando en un ataque de pánico, se tropezó en las escaleras, sus huesos parecían vidrio, así que el abrazo en su brazo era una costumbre, así se evitaba dramas.
Llevaban tres horas caminando, ya pasados varios centros y galerías, Stave tenía en un brazo, dos bolsas y Nightmare tres, entre todo, era ropa, para sus sobrinos, para su madre, incluso le compró algunas cosas al mayor, excepto para él, no se decidía, decía, no necesariamente ropa, pues algunos materiales tampoco le caían bien, pero algún objeto, decorativo, un cuadro, incluso Night fue quien le obligó a que eligiera algo y que se lo compraba, pero ni tal muestra de amor verdadero según el azabache, le hicieron aceptar.
- Algo te pasa. -Dijo por fin Night, deteniéndose en medio parque dirección al último centro comercial, ya eran alrededor de las seis de la tarde.
Como Stave estaba agarrado en su brazo, no pudo seguir avanzando, ni aunque quisiera.
- ¿Qué? ¿Por qué dices eso?
- Te conozco, y tú no negarías que te comprara algo, eres como un niño pequeño con esas cosas.
-... Eh, no quería que gastaras en un adorno tan caro. -Nightmare alzó una ceja- ¿Qué?
- Me compraste ni aunque me quejara varias cosas, mucho más caro comparando ese cuadro de constelación.
-... Quizás haya estado deprimido y ni me haya dado cuenta.
- Eso explicaría tanto desgaste de dinero. -Suspiró, soltándose del agarre para apretar su propio entrecejo- No iremos a ese centro comercial, iremos de inmediato a casa.
- ¿Y ese lugar que dijiste...?
- En la casa está.
Stave miró confundido a su pareja, pero no dijo nada en contra, ambos tomaron un colectivo y volvieron a la casa, allí Nightmare tomó todas las cosas que el menor compró y los dejó en el sofá, condujo al menor a la habitación, diciendo que esperara allí. Solo pasó veinte minutos para que el mayor volviera, para la sorpresa del menor, con dos bolsas de regalo en el brazo y una bandeja con un simple pastel naranjo que tenía una vela de corazón.
- Fel... Feliz San valentín, aún sea un tonto día para desechar dinero como lo hiciste tú, no quiere decir que no debas tener algo, de todos modos no te había dado nada para tu cumpleaños.
- Por... Tu dignidad... ¿No?
- Llámalo como gustes.
Solo bastó unos segundos antes que el menor esbozara una emocionada sonrisa mientras de sus cuencas salían lágrimas, eran esos días normales que le pasaban, y esta vez, sí que estaba feliz con el amor que le estaban dando pese estuviera siendo muy infantil y sensible.
El mayor dejó que comiera su pequeña ofrenda antes de acercarse en la cama desde la orilla y darle un par de besos, los cuales Stave respondió con mucho gusto, tras abrir los regalos, una prenda que Blard le ayudó a elegir por los materiales que tenía, y un adorno de "piratas" que tanto amaba el menor para colocar en la mesa de centro, se acostaron pese fueran las siete y media, Nightmare acariciando su cabeza mientras veían su serie favorita de ambos.
A Nightmare le encantaba quedarse en casa en esos días, así podía dar amor a su tonto novio sin que ninguno esté incómodo, sin que nadie sepa sus ñoñerías.
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NightStave (Starnight) / Saliendo de compras.
Esto es más especial porque es un especial de San Valentín, besitos a todos. <3
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