Día 3 | RedOuter
Normalmente estaba un buen tiempo observando la ventana cuando la lluvia no cesaba ni daba una oportunidad al brillo del sol para que avanzara contra los nubarrones en el gris cielo, su café desprendía un aroma embriagador que lo distraía del día, tomando tan tentador líquido cubriendo sus labios de la espuma que sobresalía, tal y como le gustaba. Reposando su cuerpo en el asiento de ventana con almohadones rellenadas de plumas, esponjosos y pomposos, donde vaya, su decoración tenía un toque especial, haciéndolo más fino, y más suave, una manía.
Se hacía de noche, por lo que mejor era olvidarse de su programa natural cerrando con las cortinas, tapando los vidrios con el color mostaza que poseían, suspiró relajado, dispuesto a abrir el libro que tenía pendiente hace unos días, era perfecto tener libre y poder realizar sus actividades favoritas, aunque el día no ameritaba poder elaborar su pasatiempo favorito viendo estrellas, aunque últimamente tenía mucho tiempo de sobra.
La puerta sonó desde el fondo, alertando la obvia posibilidad que ya no estaba solo, y su sonrisa se hizo presente, se limpió con una servilleta para dejar su taza a un lado, en la pequeña mesa circular que poseía para situar sus cosas, tras estirarse se levantó al zaguán y a un vago paso se abrazó como un saludo a su querida pareja, Red.
-- ¿tan cariñoso, huh?
-- bienvenido a casa. --El de colmillo de oro le depositó un beso en su mejilla para dejar a un lado su casaca, totalmente mojada por la lluvia que había sido repentina.-- déjame hacerte un café.
-- solo fui a pagar la luz, no me fui días.
-- pero mañana sí lo harás, ven, estaba leyendo hace poco.
Así era el trabajo de ambos, Red tenía un trabajo en ingeniera en minas con siete días de trabajo y otros siete días libre, era algo duro por estar alejado de su pareja una semana completa pero valía la pena si después tenía un largo tiempo relajado en la comodidad de su casa junto a Outer. Ambos caminaron hasta la ventana donde antiguamente el menor seguía su lectura tranquilo, para que después de unos minutos ambos tuvieran su café en las manos sentados, el día estaba afable así como ambos estaban entre las almohadas aprovechando de su tiempo compartido.
-- ¿estás cálido? puedo traer unas mantas extras, hace frío afuera ¿no?
-- tranquilo, estoy bien así. Sus presencias y todo es cómodo. --Calmó suspirando, ambos estaban de frente, apoyados en sus respectivas paredes y viéndose, un día apacible.
-- puedo prender la chimenea.
-- no hace tanto frío.
-- de noche lo hará.
-- Outer, sé que hace poco salí de un resfriado pero no exageres, gracias.
El aludido desvió la mirada rendido de no poder ayudar, últimamente su pareja era quien hacía los quehaceres denegando su movilidad y utilidad, todo por estar más débil cuando se trababa de energía al albergar una nueva vida en su abdomen, un alma creándose a partir de su hermosa unión de almas de hace un tiempo.
Suspiró mientras se acomodaba, aunque el silencio no le agradaba, lentamente se acercó al mayor pasa acurrucarse entre sus brazos, en donde estaban sentados tenían buen espacio de sobra. Red no rechistó y dejó su taza en el mueble para abrazarle y arrimar bien a su querido esposo.
Ambos cercan estaban cómodos, aunque la ropa y las almohadas tan suaves atraía tersos recuerdos, lentamente posicionó sus manos en el abrigo del menor, hundiendo sus falanges por lo pomposo que era, como si fuera algodón de azúcar, las deslizó hasta el "vientre" como si buscara a su hijo, no faltaba mucho para animar mucho más a la familia que formaban.
-- tú estás cálido. --Murmuró, sonriendo por lo bajo y reposando su mejilla en su cráneo.
Outer algo ruborizado por su tacto rió, removiendo su cuerpo en un gesto de apegarse más a Red, pero ya no podían estarlo más.
-- contigo lo estoy. ¿seguro que no puedes ser mi cama? sabes que tengo manía con lo suave. y tú lo estás.
-- yo no soy suave. --Refutó, llegando sus manos a sus costillas sobre la ropa para hacer ligeras cosquillas.-- tú lo eres, completamente.
-- hehe... --La vergüenza subió por su cabeza, y giró el rostro para recibir más besos en su pómulo.-- no me hagas cosquillas. p-pfff...
Red siempre lo mimaba, como si fuera frágil, delicado, realmente desde que supieron que iban a procrear una nueva vida lo emocionó, siempre Red había sido nervioso ante los temas del cariño, al principio siempre sus cariños eran toscas, inseguras. Los nervios lo consumían, y sólo al paso del tiempo Outer pudo enseñarle a no tener miedo y estar siempre alterado, que no todos lo iban a dañar, y ello ayudó mucho.
Red siempre con él era suave y especial.
El de colmillos no paró en sus cosquillas, siempre teniendo el cuidado con el temor de lastimar a ambos, aún tenía ciertos prejuicios por el uso mal de fuerzas y como antiguamente lo había lastimado sin querer, sus falanges estaban bajo el chaleco, pero sobre su suéter, quedando en sus costillas y siguiendo en los besos en su pómulo, aunque lentamente fue bajando hasta su cuello, sacando un breve suspiro por parte de Outer.
Ante la presencia de varias almohadas, Red aprovechó el suave momento para acomodarlo en vez de su propio cuerpo, en las almohadas, parecía un ensueño, y con cuidado siguió dándole besos en los aros que componían las primeras vértebras, disfrutando de los suspiros y pequeñas risas de su estrella.
¦ Comenta acá. ¦
Outer estaba tan cómodo que no se Movió ni opuso resistencia, abrazándose al otro sonriendo, ambos disfrutaban el pequeño momento donde la libertad les permitía traspasar barreras, la seguridad de su casa, el calor brindado por ambos cuerpos y prendas tan confortantes.
Red olvidando su plan de las cosquillas, hizo un gesto de permiso para tocar directamente, y apartar su rostro para verlo, a las cuencas, presenciando el brillo de sus pupilas. Sonrió en un mundo onírico.
-- te amo.
-- también te amo. --Susurró Outer, nunca dudaba de sus sentimientos, siempre había estado seguro de lo que sentía por aquel hombre, sus respiraciones eran lentas, profundas, perfectas en sinfonía.
Ambos se unieron a un dulce beso compartiendo el sabor del café que tomaron hace poco, degustando sus labios, moviendo la mandíbula lentamente, tenían todo el tiempo del mundo, no iban a acelerar las cosas, ¿por qué deberían? Los besos y caricias eran más que suficientes, sin embargo algunas acciones subían de tono, como las manos de Red subieron su sweater para acariciar cada costilla, su prolongación, y parte de la columna.
Outer soltó bajos jadeos, aceleraban su alma con el deseo de seguir siendo tratado como una deidad, así lo hacia sentir él, en el cielo. Tan solo esos ruidos salieron de su boca y Red no pudo más contra la tentación, estando encima de él y otra vez besandolo, abriendo la boca en el momento que el otro también lo hacía, intercalando su lengua en búsqueda de la otra.
Sus sinhuesos se encontraron, y se unieron en un peligroso baile con la pasión de ambos, cerrando sus cuencas, creando un mundo nuevo, Outer quedando embobado por estar siendo acariciado, incluso albergando vida. El beso no duró más que largos segundos, separándose en un hilo de saliva que los mantenía en sincronía, ahora con la audible respiración de ambos, mucho más en Outer.
-- ¿vas bien? --Susurró Red, no quería ser brusco, no otra vez.
-- sigue...
Su rostro era poesía, el rubor azulado en sus pómulos más el brillo de sus ojos parecían ser el espacio, el universo tan al alcance de sus labios, podría estar horas maravillando su angelical rostro, simplemente estaba agradecido de tenerlo con él, tan cerca...
Asintiendo acarició más allá de las costillas, quedando en su pelvis, punto sensible en Outer, Red sabía como volverlo loco, como hacer las cosas después de la experiencia, solamente era guiarlo, por el sendero, lo hacía bien, y no quería que parara, no ahora que estaban tan cerca.
Un gemido salió de Outer, uno callado de inmediato por Red volviéndolo a besar, el mayor avanzaba, acariciaba el iliaco y sacro, pasando sus dedos en una expedición tocando, rozando, sintiendo escalofríos de vez en cuando, pronto el fue quien jadeó al separarse cuando sintió manos bajo su ropa, en su espalda.
-- ¿aquí era, no? --Sonrió coqueto Outer, aunque lo pícaro decaia con los gemidos que seguía soltando, Red seguían con sus manos bajo sus caderas, apretando ligeramente para intensificar, hacer más efectivos sus cariños que se tornaban apasionados.
-- me gusta... mucho.
Gruñó, esto no iba a quedar así, por lo que agarró su pelvis para acomodarlo, y yendo más rápido, abrigandose en el calor que fluía en ambos, escuchando los gemidos del menor ante sus provocativos toques, tan cercanos a un punto excitante.
Los besos no pararon, no querían desviar sus labios a otro lado que no fueran los contrarios, un rojo pasión despertó en ellos y sus lenguas seguían bailando hasta una danza candente, Outer subían y bajaba su pecho ante su aliento perdido, y tembló bajo los brazos del mayor, el placer ante sus tactos por su zona más sensible en todo su cuerpo le hacía perder la noción del tiempo.
¿Cuánto pasó para ya estar sucumbido al placer? Las cosas avanzaron lentas y dóciles, sutil y en un paso perfecto, mas se detuvo cayendo en la red del encanto, jadeando y respirando con dificultad en su último beso.
Era una vista celestial para Red, pero cuando sin querer hizo un movimiento bruto en su caricia en sus huesos quitando un pequeño gemido de dolor a Outer, él pronto cayó en cuenta que no podían avanzar más, no quería hacerle daño, no, simplemente estaba decaído desde la vez pasada que lo lastimó ciego de lujuria, y aunque eso sucedió hace mucho, aún Outer conservaba las marcas de su la dientes en sus huesos, una cicatriz, muchas cicatrices.
Siempre sus relaciones eran mínimas, el miedo de Red volvía a la hora de quebrantar las segundas barreras, no quería hacer sentir mal a Outer como la otra vez. El menor se quedó inmóvil intentando recuperar el aire perdido, no era la primera vez dejado así, y entendía lo que sufría Red, tampoco lo iba a obligar a avanzar si se sentía inseguro.
Retiró sus manos de su chaleco, para bajar la propia aún levantada que mostraba el alma de su próximo retoño, y abrazó a su amado para sacarlo del trance, los abrazos siempre eran ideales para calmar el pánico silencioso del mayor.
-- calma... --Le Murmuró, acunando el otro, entre las almohadas, junto a él.-- no ha pasado nada.
-- perdón... perdón... --Se lamentó correspondiendo el abrazo, quitando sus manos de aquella zona, volviendo al punto de inicio, cerca, los tres.
-- estoy bien, vamos, si quieres podemos dormir acá, lo merece mi hombre trabajador.
En silencio, Red asintió, siendo besado en su frente, Outer siempre había sido así de comprensivo, realmente se sentía feliz... De tenerlo a su lado pese a todo. Pese al pasado.
¦ tocando y besando caliente. RedOuter
No salió tan caliente pero es que quería escribir mucho fluff y salió así.
Espero que os guste, que yo morí de ternura y fue la necesidad al leer el One Shot de FrankRiver09
Esta pareja es hermosa ♥️
Aunque sean Ooc.
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