Día 19 | DustLust
Un turbio día, era lo menos que podía decir en vez de las mil y una groserías que tenía pensado para describir lo pésimo que fue el trabajo aquella jornada, quería llegar a la casa y dormirse con solo caer de bruces sobre el suave colchón que lo estaba llamando a gritos, con quien menos quería encontrarse era el otro, habían acordado no juntarse cuando él trabajara pero después de tantos intentos a que le hiciera caso ya estaba algo acostumbrado ser recibido por Lust.
No eran algo oficial, tendría muchos problemas si alguien en específico sabía de tal relación clandestina, pero tampoco sabía si definirla de ese modo, nunca entendía el por qué el adverso por más mal que lo trataba no dejaba de rendirse en buscar su amor de una forma nada cariñosa, si no lujuriosa, algo que había funcionado las primeras veces hasta decaer a una relación más íntima que amorosa.
Por ello no quería encontrarlo ese día, estaba muy agotado y tener que verlo en su casa justo cuando no estaba de humor no traería buenos resultados para ninguno, y esos últimos meses su relación había sido muy inestable, silenciosa por parte del de prendas extravagantes, y para sí mismo, no sentía el mismo placer, al principio pensaba que era por aburrirse de él, pero el silencio más que dejarlo indiferente le preocupaba, no lo iba a reconocer, su orgullo no le dejaba siquiera en querer hablar al respecto, ni imaginarse que sentía algo más allá de lujuria con aquel tipo.
Aunque tenía que aceptar que la confianza era tal que no podía ser llamados desconocidos con derecho a roce. Divagar le estaba doliendo la cabeza, gruñó antes de sacar las llaves de la puerta y abrirla, las luces estaban prendidas así que su temor fue real.
No obstante, ver a Lust en el sofá con un pijama similar a los antiguos de una pieza pero durmiendo provocó bastante duda, era claro que lo estaba esperando, pero no era tan tarde como para que se durmiera en tan poco tiempo, es decir que estaba cansado. En un principio quiso dejarlo ahí e irse a la cama para descansar de acuerdo a su plan principal, pero sus pies no se movían de su puesto.
Suspiró exhausto, y caminó hasta donde estaba el durmiente, y sin más se sentó donde tenía espacio esperando que sus movimientos no lo despertaran, una vez revisado que seguía en un estado inconsciente, apartó la mirada hacia otro lado, aún no tenía sentido que estuviera ahí, en vez de poca ropa, cubierto de brazos hasta mostrar los nudillos apenas.
O el por qué seguía con él después de tratarlo oral y físicamente horrible, casi nunca tenía compasión de su cuerpo, y se reiría cínicamente si fuera porque Lust era masoquista, pero ante eso le entró bastantes dudas respecto a ello, principalmente la vida detrás de aquel esqueleto que lo había cautivado físicamente, ya no podía negar que le ganaba la curiosidad pero no debido a que estaba preocupado, pero no encontraba otra razón de que estuviera intranquilo por el cambio de rutina.
Lust se removió quitando a Dust de sus pensamientos, asustándolo un poco, pero ver que seguía dormido no pudo quitarle la vista. Su expresión era angelical, nadie pensaría que él era un adicto al sexo, pero notó singularidades, no estaba feliz, había tensión en su rostro, y con el suficiente silencio de su casa oía el aire que entraba y salía ligeramente entrecortado. Tocó su mejilla cauteloso, pudiendo sentir que estaba húmedo, eso sí que no lo esperaba, y se levantó para estar de cuclillas y ver mejor su rostro.
Efectivamente había llorado, y siguiendo en su inspección notó en su cuello una pequeña marca, sintió celos, y no lo negó, fue una ira impulsiva que casi lo hizo empujar al otro e irse sintiendo en vano todo, pero si se fijaba era muy extraña como para ser una mordida. Observó una vez más al otro antes de seguir en lo suyo, desabotonando los únicos tres botones que habían en el cuello, y así ver parte de su clavícula y costillas. Desconcertado por ver más marcas, dedujo que eran heridas, golpes más bien, ya veía que era muy raro que su amante usara tales tipos de prendas de un día a otro, él conocía muy bien el cuerpo ajeno como para saber que él mismo no fue, sus tratos bruscos y físicos eran a la hora del sexo.
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Volvió a su rostro, y sin poder evitarlo, su mano acarició su mejilla como si así pudiera secar las marcas de sus lágrimas que por la luz no pudo notarlas antes, lo tomó en brazos para llevárselo a la cama y tras sentarse y con el menor sentado en su regazo fue cuando abrió las cuencas aturdido y en silencio, sobresaltándose por estar con Dust así de cerca.
Dust no dejó que hablara, depositando un beso en sus labios para acallar; el contrario por inercia cuando estaba con él con torpeza trató de profundizarlo, pero este no se dejó, separándose para acariciar la espalda ajena con lentitud.
— ¿Qué…? —No pudo seguir hablando.
— Lust. Quiero que me cuentes… lo que escondes, no, quiero que me cuentes qué hay detrás de solo alguien para tener sexo. —Lo abrazó— Vas a dormir conmigo quieras o no, o si no te echo a patadas.
Lust estaba extrañado de sus palabras, seguían con el cansancio sobre sí que creía que todo era un sueño, mas, se sentía muy real, pese no estar acostumbrado a sus toques sin segundas intenciones, era cálido, más allá de sus caricias habían sentimientos que proporcionaban corrientes agradables, un apoyo incondicional que le hacia sentir que todo el peso de sus hombros no resistiría, que Dust se preocupara de él…
No pudo contestarle al mayor, sus lágrimas bajaron mientras cerraba sus cuencas con fuerzas tras abrazarlo con la misma magnitud, Dust no supo qué hacer, no era bueno con calmar a las personas pero haría el intento.
Se dio un impulso para recostarse en la cama con su amante a su lado sin soltarle, siguiendo con inseguros mimos que se hicieron más suaves y cariñosos al paso del tiempo, al igual como el llanto se convirtió en sollozos y después en una respiración profunda, Lust se durmió a los minutos.
Dust no podía imaginar todavía que alguien como Lust fuera así, que escondía profundos temores, miedos y dolores, tenía que conocerlo más, darle la oportunidad, todo el jodido amor sexual que le tenía se había tornado romántico, aunque se negara, era así, tenían mucho por delante.
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DustLust | Mimarse.
Para mí Dust y Horror son similares (?
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