Día 18 | NightDream | +18
Ese día era el cumpleaños de los gemelos, y claramente se realizó la festividad para ambos jóvenes entre todos los amigos en unión, en pocas palabras la fiesta resultó ser un caos, personas cantando a gritos en una esquina mientras en la otra solo se reían de las estupideces que tuvo lugar una cantidad común de alcohol, pocos de los sobrios controlaban el irrespeto que tenían al causar estragos en la casa, aunque el cumpleañero mayor era quien dejaba a los demás tomar más de la cuenta consiguiendo algo más de alcohol para ponerlo en el jugo, ello gracias a la ayuda secreta de Blue, tener aquellos griteríos a veces era mucho mejor que algo tan soso y aburrido.
Sin embargo Dream era quien dudaba si era lo adecuado dejarlos ebrios hasta tan tarde, habían estado desde el almuerzo para evitar estragos nocturnos pero el reloj estaba marcando las ocho de la noche, ya se estaba preocupando mucho más de la cuenta y su hermano ya estaba notando la incomodidad, suponía que el tiempo ya había rozado el límite así que su diversión tenía que terminar, a veces detestaba tener que tomar cargo de chofer, y mucho menos en ese día, pero no podía negarse a los ruegos de su hermano, y prefería que él no fuera quien tuviera dolor de cabeza con sus propios invitados, al menos habían parejas.
— Tienes que abrigarte, hermano... —Infló sus mejillas el rubio, el aludido solo le desordenó el cabello molestoso.
— No me tomará tanto tiempo, pero si no muevo a estos idiotas no lo mueve nadie y no quiero más peste en nuestra casa. —Tomó las llaves, pero antes de salir de la habitación donde ambos compartían indicó una caja encima del velador— Ese es tu regalo, no sé qué obsesión tienes con los trajes pero quien sabe, algún día servirá.
Se encogió de hombros cerrando la puerta, dejando a un confundido amante, todavía procesaba las palabras del contrario cuando decidió en vez de adivinar ver lo que era el contenido de aquella caja con un empapelado simple, sus orbes se abrieron con sus pupilas hechas estrellas, teniendo que mirar a los lados si es que nadie estaba vigilando lo que había descubierto del lugar.
Reconocía el por qué no había sido entregado cuando todos estuvieran presentes, y es que el objetivo de aquel regalo era mucho más íntimo por el objetivo de posar aquella ropa, y sintiendo sus pómulos arder volvió a guardar con ilusión el regalo.
Ambos hermanos compartían un amor mucho más que fraternal, y no era novedad debido a que la mayoría de sus amigos ya habían descubierto su secreto no tan escondido, y no era primera vez que recibía ropas provocativas para lucirlas frente al pelinegro, mas seguía estando nervioso por pensar que su propio familiar era quien tantos sentimientos tanto como puros como lujuriosos le produjera.
Iba a ordenar un poco antes de esperar a su pareja y hermano para poder comer a solas, ya estaba bastante cansado por todo el revuelto que habían causado todos, solo una larga siesta podría hacerle recuperar las energías.
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La mañana llegó sin que nadie pudiera evitarlo, y con eso el pelinegro alzó sus brazos a los lados despertándose, estaba exhausto y no se sentía muy bien, parecía que su cabeza daba vueltas y apenas podía respirar, tuvo que tocarse la frente para validar su temor, se había enfermado solo por salir un rato al exterior, quizás era la culpa del alcohol que había tomado, haciendo que fuera disimulada la sensación de que el frío estaba calando su cuerpo.
Vio a su lado y no estaba el rubio, por lo que rápidamente se volteó, boca abajo se sentía mucho más cómodo que estar mirando el techo, su extraña enfermedad hacía que su espalda fuera un peligro, con suerte cuando se enojaba de sus lagrimales salía un extraño líquido oscuro, ahora solo estaba fastidiado, odiaba quedarse en cama con los síntomas de la gripe.
El ruido de la puerta chirriando hizo que girara el rostro hasta la dirección proveniente del sonido, teniendo que frotarse los ojos por ver algo borroso y claro no creerse lo que estaba viendo, pensaba que estaba alucinando o era de aquellos sueños que le encantaba a discreto.
— No sabía que la ropa que te di era diaria. —Comentó con la voz algo ronca por tener la garganta tapada y recién estar despierto.
Dream había llegado con una bandeja, sobre ella un zumo de naranja y un pan de molde, pero lo más llamativo era el traje que le había regalado el mismo día anterior, un disfraz de enfermera con un vestido corto, además de blancos ligueros ajustados, sus muslos delgados lucían a su esplendor, además que su cabello largo estaba amarrado en un tomate con el mechón restante, le quedaba encantador.
— B-Buenos días. —Saludó, por estar vestido así estaba avergonzado y tímido, además que su rostro estaba totalmente sonrojado, podría hasta superar en la temperatura del mayor— Había notado tu fiebre así que me apresuré de prepararte algo, traje hielo. ¿D-Dormiste bien?
— La verdad es que mal, creo que mojé la cama.
— ¿Q-Qué? ¡N-Night, no eres un niño pequeño!
— Mojé la cama de sudor. —No pudo evitar carcajear por su cara de protesta— ¿Por qué ese traje? Creí que lo ibas a usar en un momento más "falso" que uno real, estoy enfermo, con gripe y dolor de cabeza.
— Solo quise usarlo, está tan bonito que no pude evitarlo, y es una buena ocasión, a-aunque las calcetas me aprietan un poco.
— Si lo usas más a menudo el elástico va a ceder, te queda bien. —Se sentó para que el menor lograra depositar la bandeja en su regazo, y así comer sin chistar, tenía mucha hambre— ¿Es decir que no podré tocar nada?
— Solo mirar, Nightmare. —Le besó la frente mientras dejaba el hielo con delicadeza en su cuello, ante esto el mayor se estremeció y posteriormente gruñó.
— Entonces quédate a mi lado, siento que aún estoy soñando.
Dream dejó fluir una risita antes de sentarse a la orilla junto a su hermano, y acarició las hebras del cabello oscuro ajeno, lo veía comer sin decir mucho pues a veces no necesitaban las palabras como para expresarse y sentirse amenos, con solo tenerse al lado del otro parecía que sus problemas se eliminaban, los dos se querían con mucho amor, y se protegían, pero más Nightmare de la maldad ajena, pese a ser gemelos, él mismo vivió la parte más bruta.
El mayor comía sin dejar de mirar a su amante, el traje le quedaba provocador y sus medias al apretar resaltaban sus muslos, estaba tentado de tocar, le gustaba tener ese poder de dominar sobre el otro, pero no solo para complacerse si no ambos, y podía leer con solo ver los gestos naturales ajenos que Dream no solo se había puesto el traje porque sí, era una oportunidad perfecta para exponerlo, pero el traje no era completo, podía extraerle los detalles más lujuriosos, pero todo estaba intacto.
Tomó un poco de su jugo para dejarlo en la bandeja y ésta en la mesita de noche que tenía a su lado para acariciar la mejilla ajena.
— Era sin tocar, Night... —Susurró Dream, acercando su rostro a la mano ajena, el mayor sentía el ardor en sus mejillas, le encantaba verle avergonzado, y más si él era el responsable.
— Es que también quiero comerte a ti. —Respondió con un poco de sorna sin maldad, tironeando un poco la mejilla de su novio.
— ¿Y tu dolor de cabeza? No podemos hacer algo así...
— ¿Sabías que el sexo quita el dolor de cabeza?
Los orbes del menor se abrieron, en un gesto inocente e infantil por estar ajeno a aquello, desvió la mirada abultando sus labios, enrojecido, dejó atraerse hacia el mayor para ser como parte de su papel de sumiso, Night estaba encantado, había ganado, y acertado a que sus deseos habían sido provocados a propósito por su travieso hermano, por ello tomó sus muñecas para que las pusiera a cada lado de su cuerpo y poder depositar lentos besos en su rostro, pasajeros y livianos que confundían a Dream, que acostumbraba a recibir más tentaciones directas que la suavidad, de todos modos sus brazos temblaban ligeramente.
— Aun así, sigo estando algo enfermo, soy tu paciente y tú debes sanarme.
Con una expresión coqueta y retadora, Night se recostó mejor sobre la cama, dejando a un anonadado Dream todavía con los brazos a cada lado de él, le preocupaba un poco que su querido amado estuviera con fiebre y creía que ya estaba delirando, pero tampoco quería desilusionarlo, mucho menos teniendo en cuenta que él mismo empezó colocándose esas ropas.
— Bien... —Respondió después de sopesar, y se levantó para sacarse el moño de su peinado, dejando su cabello largo y rubio caer sobre sus hombros, respiró y se colocó encima del mayor para besar su frente, bajar por sus mejillas y pronto su boca.
Sabía bien que Dream no podría con todo el peso, y no se quejaba, darle esos impulsos eran más que suficientes para sentir su cuerpo reaccionar al placer, tomar parte de la iniciativa había sido capaz de hacerle querer hacer mil cosas con él, empero la debilidad de su fiebre no le permitía esforzarse demás, un pensamiento que le hacía reír interiormente, pronto haría de las suyas.
Los besos eran lentos, sus mandíbulas se movían al son de una melodía inexistente, Night con sus manos acarició la espalda ajena, a veces enredando sus dedos entre los cabellos impropios, amaba su cabello, era perfecto, sin nudos, y gustaba peinarle algunas veces. Sin importarle mucho más, deslizó sus dedos bajo la prenda superior ajena, buscando las reacciones. No tardaron en llegar, suspiros llegaron y el entrecejo fruncido de su amante se podía apreciar.
Comenta acá.
Se estaba aburriendo lentamente por lo despacio que llevaban su encuentro, el calor lo estaba desesperando, quería admirar el cuerpo ajeno con su ropa, lanzar a la mierda su enfermedad para poder hacer un disfrute mutuo, y no se hizo esperar, su lengua se hizo espacio en su cavidad bucal para hacer más pasional el ósculo, Dream demoró en corresponder, pero su sinhueso se encontró con el impropio y se inició un baile travieso por parte del paciente.
Llevó las delgadas manos a su pecho, y no tuvo que decir más para que Dream entendiera el gesto y comenzara a desabotonar su camisa de pijama, para el rubio, ver el cuerpo ajeno seguía siendo un pecado que se oponía a muchos ideales propios, su cuerpo bien desarrollado y no como el suyo que era más delgado, sus dedos se tensaron en su piel, con su cuerpo temblando por el embriagante sabor de sus besos, se separó por la falta de aire, como su cuerpo se oprimía y su anatomía se tensaba, incómodo por la ropa que le daba poca flexibilidad.
No dio tiempo a Night para posteriormente besar su cuello, el mayor se quedó quieto, ensimismado con el placer recorriendo su piel, le gustaba las corrientes que su amante le producía, y una de sus manos apretó el glúteo ajeno provocando un sutil gemido del menor. Rió ante eso.
— Tu cuerpo está tibio. —Susurró, respirando profundamente por los besos que daban frutos en su excitación— Ya creo que estás preparado.
— ¿Eh...?
Rió, y sin dejar que el menor protestara hizo una maniobra para poder levantarse de la cama, tomando las piernas ajenas para levantarlas en la orilla del colchón mientras el torso ajeno quedaba recostado en la cama, sus piernas separadas le daba una vista más directa bajo su falda, relamiéndose por la mirada avergonzada de su pareja.
— N-Nighty... Te v-vas a cansar si estás de pie.
— No te preocupes demás, será mejor excusa para descansar más. —Vio sus muslos, y acarició rozando con los ligues que unía sus medias con su ropa interior, quitó al instante su falda para lograr separar más sus piernas, e inclinarse para besar sus labios y morder su labio inferior— ¿Qué me recetas para mi fiebre, enfermera?
La respiración del mayor colapsaba en los labios temblorosos de Dream, sus parpados sin cerrarlos al completo sintiéndose observado por su hermano mayor, con solo dos besos había quedado agitado, su pecho subía y bajaba y los jadeos venían con caricias coquetas que hacía el contrario en sus piernas. Avergonzado tragó saliva, llevando sus manos a la camisa ajena para quitársela.
— Que tomes mi cuerpo... Y lo hagas tuyo una vez más, paciente...
Night sonrió ladino, y profanó el cuello ajeno haciendo un lado sus cabellos, comenzó a simular embestidas entrepierna contra entrepierna, solo uno rato para excitar por completo ambos cuerpos, el calor estaba en el ambiente hace rato, solo quedaba saciarlo de la única forma que ambos estaban deseando paulatinamente, ser solo uno y llegar a un cielo prohibido del cual solo ambos eran testigos.
Los nervios consumían a flor de piel al menor, pero la sensibilidad en su piel seguía siendo mayor al igual que su disfrute, estar sumiso frente a su amante le hacía tener pensamientos tan impuros que a veces no creía ser él mismo, pero en esos momentos no se arrepentía, deseaba cuanto antes saciar el calor que aumentaba sin piedad, cerrando sus orbes al dejar caer por completo sus parpados, ruborizado y jadeando por las simulaciones de embestidas. No era de quienes rogaban, pues Nightmare era consciente de su vergüenza y lo complacía comunicándose de una forma más especial, en medio de suaves gestos que solo entre ellos entenderían, solo bastaba dar pie a su lujuria para comenzar con la parte más ansiada para los dos.
Bajó un poco su pantalón de pijama en el momento donde sus besos se fueron a los deliciosos labios del ajeno, mordió con suavidad, pero reiteradamente hasta estar seguro que quedarían rojos por sus tratos, le encantaba dejar aquellas marcas, que solo resaltaban la belleza de su hermanito, ambos se sumergieron en un beso silencioso y apasionado, probando el sabor de sus lenguas en su danza donde el mayor tenía dominio, aprovechaba la concentración adversa para poder introducir su miembro en su interior, ahogando su gruñido de placer en su garganta, mas el gemido adolorido de su pareja no se pudo contener, siendo audibles para sus oídos.
— ¡A-Ah! D-Duele...
Sentía como su pecho se oprimía, y las lágrimas fueron participes de su suave delirio. Cada gota fue besada por el mayor, sin moverse para no incomodarlo más, solo quería calmarlo y hacer que entre ellos fuera solo placer. Tardaron un minuto antes de poder empezar con un vaivén lento, que poco a poco se tornaba más ruidoso y rápido, entre ambos jadeando, uno gimiendo al ser embestido y el otro dejando escapar graves ruidos apoyando una de sus manos al lado de la cabeza del rubio para mantener estable su vaivén.
Ambos amaban estar en ese punto, pero no era solo un gusto carnal que se tenían entre sí, había un amor tan delicado y paciente, uno del que entre los dos protegían con todos sus sentidos, se querían, se amaban, tener relaciones solo era una de sus distintas formas de expresar su amor, su cariño desde el más puro al más pecador.
El calor en derredor de su miembro además de cómo apretaba el interior ajeno le producía un placer gratificante, teniendo que callar sus propios ruidos que no podía evitar producirlos mordiendo el cuerpo impropio, alguna que otra vez se erguía para ver con más detalle su anatomía cubierta de las telas que asimilaban el empleo de enfermera, excitándole más, de vez en cuando, pronunciando coquetas frases para sonrojar más a su querido novio.
Aquel encuentro no duró mucho más, la velocidad había sido rápida y algo desesperada por lo ardientes que estaban y el cumplimiento de los fetiches del mayor, pronto, el azabache se dejó caer a un lado, habiendo ordenado la ropa del menor para calmar su ritmo cardiaco y respiración. Dream acallaba sus jadeos que perduraban en el aire, recuperando su aliento perdido y arrebatado, sus piernas temblaban, y tener aquel líquido en su interior le hacía sentir tan extraño pero lleno, se abrazó a sí mismo por un momento pero fue atraído por su hermano en un abrazo envolvente que ambos necesitaban.
— ¿Ya te sientes m-mejor?
— Como nunca. —Rió Night, dejando caer su cabeza en la almohada, Dream se sentó para poder abrochar la camisa ajena, no podía permanecer más en el frío de la habitación, después el calor de sus cuerpos se disiparía y no sería bueno para él.
Lo tapó y besó su frente, tomando la bandeja caminando hasta el umbral.
— Si me necesitas, estaré abajo, hermano.
— Una última cosa.
— ¿Sí?
Night se recostó de lado, guiñando un ojo.
— Linda ropa interior.
Dream notó que como tal dijo él, estaba en ropa interior, se le había olvidado que en pleno acto había quedado sin la falda. Sonrojado a más no poder, salió casi chillando de vergüenza hacia la cocina, dejando atrás a su hermano quien reía, recordando su fiebre, se abrazó a la almohada.
Seguía con dolor de cabeza.
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Día 18 | cosplays.
Pido disculpas porque cosplay y juegos de rol para mi es lo mismo ¿
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