—Esperen un momento— dice Masky intentando recordar algo— ¿Ustedes son... Sasha? ¿Lucy?— lo recordó — ¡Cuánto tiempo ha pasado!

Masky primero abrazó a la peliblanca y ella le devuelve el abrazo con la misma alegría que cuando entró a la cabaña; no ocurrió lo mismo con Lucy, ella se apartó tomó su maleta y dijo:
—¿Cuál será nuestro cuarto?

—No te sientas mal, ella es así — le susurra Sasha a Masky— ¿Por qué tan así, hermana?— le apreta las mejillas— Debes disfrutar la vida y ser feliz.

—Como sea— responde la peliazul.

—Los cuartos son por aquí — dice Slenderman guiando a Lucy y llevándola al cuarto compartido con su hermana. Sasha iba a la siga.

Cuando estuvieron frente a la puerta de lo que sería su nueva habitación, la cual quedaba al final de un pasillo, Slender abrió la puerta y las hermanas entraron.

—Éste será su cuarto. Cualquier cosa que necesiten, busquen a alguien de ésta cabaña.

— ¿Ésta? ¿Qué? ¿Hay más? — pregunta la baja.

—Sí— responde Slender— Ésta es de las mujeres, la que está al lado izquierdo; la central es la de los proxys y mía y la de la derecha es de los hombres.

—¿Por qué tres? ¿Y no sólo una?— pregunta con asombro Sasha.

—Son cabañas, dah— responde Lucy— No creo que las cabañas sean enormes.

—Exacto —dijo Slender —Bueno, las dejaré solas.

Dicho eso, se fue, y las hermanas quedaron ahí, viendo su habitación con dos camas, un mueble de dos puertas separadas de un gran espejo y un baño. Luego se acomodarían, Sasha quería ir a hablar con los demás para conocerlos un poco. Y así lo hizo.