15 - Resfriado
[Él]
Después de escuchar que debía llevar a su "sobrina" a la peluquería Jhon se quedó sin palabras. Él era un ahorrador extremo, casi llegando a ser tacaño, y sabía que un corte para una chica era mucho más caro que para un chico. Su filosofía de ahorro estaba peligrando y el sueño de su computadora propia se alejaba de él.
— ¿Una peluquería? —Arrugó su frente.
— Claro, busca una oportunidad, no importa si le das una explicación solo dile que saldrán y te seguirá sin preguntar.
— Sus padres ya lo habrán solucionado —Jhon utiliza negación.
— Estoy segura de que no —Negación no es efectivo contra Stefany.
— No tengo tiempo libre —Jhon utiliza excusa.
— Puedo darte un día libre, solo dime cuándo —Stefany se defiende con negociación.
— No conozco un buen lugar —Jhon ataca con realidad.
— Yo sí, y con mi recomendación te darán un descuento —Stefany devuelve el ataque con un combo.
Al escuchar la palabra "descuento" su atención fue rápidamente tomada. Al darse cuenta de su cambio de expresión su supervisora agudizó sus ojos, dejó el teclado y siguió con su combo.
— Puedes lograr un 50% de descuento.
— 50%... —El ataque de Stefany es muy efectivo.
— Sí, además te daré mi cartilla, si la muestras te darán un sello, si es completada conseguiré... Conseguirás un día de spa gratis —Sigue atacando Stefany.
— ¿Spa? —El ataque no es efectivo contra Jhon.
— O cambiarlo por otro descuento.
— Múltiple forma de descuento... Interesante... Pero-
Viendo que lo empezaba a pensar rápidamente sacó una cartilla de su bolso, se la entregó a Jhon y lo empujó a la puerta.
— Bueno como dije no tengo mucho tiempo, gracias por todo, recuerda los consejos intenta mimarla adiós
Con el golpe de la puerta su cerebro entendió todo lo sucedió, miró sus manos y vio una cartilla con la mitad de sellos puestos. Jhon perdió contra Stefany.
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[Ella]
Ya era de noche cuando despertó, todo a su alrededor era oscuro, y no por que era de noche, simplemente no veía nada. Un poco asustada empezó a moverse y sintió el peso enzima suyo. Estiró sus brazos y movió la colcha que estaba sobre ella.
Cuando había jalado el paraguas también jaló su colcha, que había caído sobre ella. Pasó todo el día durmiendo, su cuerpo estaba cansado pero caliente.
— ... Yo ... Estoy viva...
Mirando su colcha vio un bulto debajo de esta, al levantarla encontró el paraguas al que consideraba como un amuleto, ahora este le salvó la vida.
Rápidamente lo abrazó y lloró en silencio.
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Después de secar sus lágrimas bajó y se dirigió a la cocina, no había comido nada en ese día, por eso sentía su cuerpo tan cansado. La casa estaba en silencio, al parecer la fiesta había acabado.
Entró a la cocina y abrió el refrigerador, habían nuevos platos a medio comer, cogió el que tenia una mejor presentación y lo calentó en el microondas.
Mientras esperaba la puerta se abrió, era su mamá, esta para su sorpresa no estaba borracha. Pero cogía su cabeza con fuerza.
— Maldita resaca... ¿He, Cuándo llegaste?
— ... Yo-
— Calla no me importa, ¿estás calentando algo? —Abrió el refrigerador, sacó un plato y se lo dió— Calienta esto también —Luego abrió un cajón y tomó unas pastillas.
— ... Ok...
El sonido del microondas sonó y cambió los platos, dejó el plato en la mesa y lavó dos vasos donde sirvió agua. Con el otro plato caliente lo dejó en la mesa y empezó a comer el suyo. Su mamá también comió, estuvieron en silencio durante un tiempo hasta que su mamá lo cortó.
— Oye debes salir esta noche, no sé donde pero no vuelvas hasta mañana por la tarde.
Abrió ampliamente los ojos, sabía que a su mamá no le importaba ella pero nunca había pedido eso antes. No supo qué responder pero sabía que no debía cuestionar lo que decía, simplemente asintió con la cabeza.
Terminó de comer y subió a su cuarto ¿A dónde debía de ir? Se suponía que sería una pregunta difícil pero la respuesta llegó rápidamente. Guardó su cepillo de dientes, una muda de ropa y su toalla. Tomó un baño rápido y sopló su nariz, esta llevaba goteando desde hace mucho así que decidió guardar un rollo de papel.
Mientras se vestía con un uniforme escolar limpio vio el paraguas en su escritorio, lo guardó en su mochila y cerró la puerta.
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[Mamá]
La pequeña mocosa había salido, dentro suyo suspiró, no le importaba mucho qué le pasará a fuera pero sabía que afuera era mucho más seguro que dentro de su casa.
Se sentó en el suelo y abrió una lata de cerveza.
Cuando iba por la tercera alguien tocó la puerta, al abrirla vio a tres hombres, estos la saludaron con una gran sonrisa y sus caras rojas.
— Jeje holaaaa, veo que comanzaste sin nosotros.
— Apenas voy tres latas eso no es nada, ¿Ustedes trajeron lo suyo? —Respondió coqueta.
— Claro, aquí lo tengo —Respondió otro levantando una pequeña bolsa, a pesar que los demás tenían otras bolsas mucho más grandes este solo señaló una del tamaño de su palma.
— Muy bien pasen —Les dio una sonrisa más amplia al ver la bolsa.
— ¡Claro! ¡Que comience la diversión! ¡Hasta el amanecer! —Dijeron los tres.
Ya dentro todos empezaron a beber, dejaron sus "equipajes" y mostraron varios artículos. Cuando era la luz del día dejó de entrar por las ventanas todos sabían qué seguía.
Uno de ellos sacó el paquete y dejó un poco en la mesa, mientras que los demás empezaron a quitarse la ropa.
— Oye sobre lo que hablamos hoy en la mañana —Uno de los hombres que estaba semi desnudo le habló.
Esta devolvió una mirada afilada y respondió:
— Les dije que no, además no está aquí.
— ¿Qué? Pero dijiste quien sí la semana pasada, hay que invitarla a nuestra fiesta.
— Jódete.
En ese momento el hombre abrió la puerta y subió al segundo piso, cuando abrió la puerta del cuarto se decepcionó mucho al no encontrar lo que quería, sin embargo todavía podía conseguir otras cosas, se dirigió al baño y encontró prendas utilizadas.
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