Capitulo 8 (Concejo Paternal)
-Podríamos hacer que el tío Shiryu y la tía Shunrei nos cuiden- Sonrió la pequeña rubia.
-Así podrían estar solitos- El castaño asintió, mirando a la niña-
-Y se dirán que se quieren- Camil levanto sus manos emocionado por la idea.
-Si- La pequeña Buda como es conocida, comenzó a dar pequeños saltitos en su lugar bastante feliz –Seria muy bonito- Su sonrisa no se puede negar, pensando en que sus tíos pudieran por fin decir lo que sientan.
-Entonces ¿Si nos ayudas Sander?- El próximo Escorpión hablo, mirando al castaño.
Si hubiera sido petición solo por parte de Camil, posiblemente no aceptaría, no porque no le agradara el pequeño, la verdad es que sentía un poco de celos.
Ya que el pequeños escorpión es muy amigo de la rubia y aunque Sander también es uno de ella, a veces pasa más tiempo con sus padres y hermano, que jugando con los otros niños, ya que cierto géminis es algo proyector, además que en ocasiones su tío Kanon lo lleva junto a Argus a los territorio de Poseidón.
Pero cuando lograba estar con Anshin, sonreía más y siempre trataba de jugar, hacerla feliz.
Mas con este plan, podría ayudarla y hacerla sonreír, en su infantil mente esta idea es muy buena.
Esperemos que en el futuro no existan problemas con cierto caballero de Virgo, por que fije sus ojos en su pequeña hija.
Miro a la niña, dedicándole una sonrisa con sus mejillas algo sonrojadas –Si, ayudare en lo que pueda-
-Gracias Sander- Le dedico una gentil sonrisa al pequeño.
-¿Qué están haciendo pequeños?- Justamente de la joven que han estado hablando los infantes apareció, trayéndoles algunos juguitos y frutita picada para los tres.
-De nada tía- La rubio le sonrió.
-¿Puedo jugar con mis cubos?- Camil de inmediato pidiendo permiso para hacer alguna cosa que implique hacer desorden.
-Claro que si- La pelinegra sonrió –Pero primero vamos a lavar sus manitas, comer su merienda y después podrán jugar-
Los tres niños asintieron, haciendo caso a las indicaciones de la jovencita.
Ella está encantada de cuidar de las pequeñas bendiciones de los caballero dorados, le provoca una gran felicidad, como si fuera una práctica para cuando ella este en esos caminos.
Suspira, pensando por un momento, como sería si formara una familia con su mayor amor.
Por ende su mente trajo ese momento en que casi se dan un beso, pero si no hubiera sido por su padre que interrumpió sin querer, hubiera pasado sin duda.
Se puso toda roja, ocultando su rostro con las manos.
-¿Qué hubiéramos hecho?- Pregunto con la voz más baja que pudo, con el miedo de que alguien la escuche.
Más algo parece que le hizo clic ante esa posibilidad.
-Pero... Si Shiryu... Me quería besar... Significa que...- Sintió como su corazón comenzó a latir con fuerza, pensando de inmediato en esa posibilidad que parecía que ella no se había dado cuenta, hasta ese momento -¿Le gusto? ¿Le gusto a Shiryu?- Sonrió sonrojándose más, y pensando que todo este tiempo debió estar bastante ciega para no notarlo.
Mas no es de las que se dejan guiar por lo que cree, si no que le gustaría comprobarlo, si es que de verdad ella está pensando en hacer el primer movimiento.
Pues... ¿Quién dijo que una no puede hacerlo?
Pero debía calmarse, respirar, pues si deja expresar lo que siente abiertamente, se pondría en evidencia, además tiene tres pequeñas responsabilidades por esa tarde que cuidar.
Lo bueno que son los mejor portados de todos, dejando de lado que Argus es un poco travieso, más se puede controlar.
Después de aquella merienda, les dio permiso jugar un poco con los cubos de Camil, y con la pelota que la pequeña rubia tiene de nuevo juguete, que comparte con sus dos amigos.
Podría vigilarlos perfectamente, mientras prepara la cena de esta noche.
Pero justamente en ese momento, se escucha la voz de alguien que conoce perfectamente, notando como los pequeños se alegran al ver a esa persona.
-¿Cómo están pequeños?-
Al unísono los tres gritaron -¡¡¡ABUELO DOHKO!!!- Dejando de lado todos sus juguetes con tal de recibir un abrazo de Libra.
Lanza un grito fingido de dolor -¡¡¡OH!!! ¡¡¡MI AMADO BORREGUITO!!! ¡¡¡ME ATACAN TRES PODEROSOS CABALLEROS DORADOS!!!- Mientras recibe los abrazos de los pequeños infantes.
El patriarca, sonrió ante esta pantomima de su amado Libra, sabiendo que es sumamente cariñoso y a veces igual de infantil que sus nietos.
-No sean muy crueles con su abuelo- Contestó, riendo levemente.
-¡¡¡ABUELITO SHION!!!- La pequeña niña de inmediato después de dar el abrazo a Libra, corrió para ser cargada por el peliverde.
-Hola mi pequeña flor de Aries- Usa el sobrenombre que le ha dado, pues es lo que es su hermosa nieta para él.
De inmediato la joven salió de la cocina, para saludar a los mayores, que considera como sus figuras paternas, su padre y bueno el patriarca seria su otro papá.
-Bienvenidos- Saluda contenta.
-¿Estas cuidando de estos tres pequeñines?- Libra sonriendo por ser rodado de tanto cariño.
-Sí, aunque mi hermano Mu fue a Jamir y Shaka, está entrenando a Shun, parece que no está muy contento- Hablo pensando en que podría ser el motivo.
-Ja, es normal- El castaño de inmediato sonrió, mirando a su amor.
-Al regresar Ikki, tiende a molestarse por el entrenamiento que lleva Shun, pero no se puede hacer nada- Si que el patriarca disfruta mucho cuando su yerno tiene dificultades ese caballero de bronce, pues es como un karma.
Después de esa cálida bienvenida, los abrazos, las risitas y que los pequeños contaran un poco de lo que han hecho, volvieron a jugar con sus juguetes.
Aunque cierto patriarca ha notado esa cercanía que el castaño tiene con su pequeña flor de Aries, pero no puede crearse ideas, aunque su intuición es muy grande.
Ambos adultos, acompañaron a la joven pelinegra a preparar la deliciosa cena de esta noche, y obviamente comida para los pequeñines.
-Mi hermosa niña, sabe cocinar la mejor Lumpia del mundo- Dijo esto, destapando una olla que aún se está cocinado a fuego lento.
-Gracias padre- Obviamente se siente alegada por las palabras del castaño.
-Te ayudare con la sopa Wantán- Shion de inmediato puso manos a la obra, para ser más rápido.
-Gracias papá- A Shunrei le emociona el hecho de tener dos figuras paternas, que le demuestran mucho cariño y que se siente tan segura a su lado.
-Entonces, a mí me toca hacer los fideos chinos- Sonrió triunfante –Es muy fácil-
-Preparare un postré- Ella sí que disfruta la cocina, y hacer a todos feliz.
-¿Qué harás mi pequeña?- Dohko de inmediato investigando por que disfruta la deliciosa comida de ella, aunque la de su borreguito sigue siendo la mejor.
-Bolas de sésamo- Dijo esto con un cierto sonrojo en sus mejillas, dirigiendo sus pasos a la despensa.
-Bolas de sésamo- Asintió, mientras comienza a cocinar -¿Ese no es el postre preferido de Shiryu?- Obviamente como todo buen padre, conoce los gustos de sus niños, aunque desde que ha regresado al santuario, parece que se dio el trabajo de conocerlos a todos por igual.
-Si- Dijo bajando la mirada, y una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro.
Shion se dio cuenta de esto, entendiendo perfectamente lo que su esposo va hacer, aunque no está muy de acuerdo en meterse en vidas ajenas, le parece algo tierno que quiera apoyarlos, demostrando de nuevo que Dohko no es tan celoso y sobreprotector como lo es él, pero no por eso niega que se debe cuidar a la pequeña Shunrei.
Sonrió triunfante, pues gracias a esa dulce receta, le dio la oportunidad de continuar con su plan.
-Oye mi pequeña Shunrei-
-¿Si?- Sonríe preparando aquella masa para las bolitas de sésamo.
-¿Te gusta Shiryu?- Sí que no tuvo nada de tacto a preguntar esto, aun así no deja de sonreír, esperando la respuesta.
La pelinegra se quedó estática, al escuchar aquello, casi cayéndosele los utensilios que está ocupando.
-¿Dis... Disculpe?- Sus mejillas se sonrojaron, sus manos temblorosas.
-Bueno... He notado que desde pequeña lo ves de la misma forma que mi dulce borreguito me miraba en la época que éramos unos aprendices y...- Parecía estar volviendo al pasado, con una sonrisa de confianza autentica.
-¡¡¡DOHKO!!!- De inmediato llamo la atención de su marido, pues está hablando de más y nota que está avergonzando a la joven.
-Mi borreguito- Miro al peliverde –Es que, todos los Aries cuando se enamoran se les nota y... Me hacía muy feliz, tus hermosos cuarzos cuando me miraban, me sentía el ser más afortunado del universo cuando eso ocurría- Ya parecía una confesión de nueva cuenta para el patriarca, en vez de ayudar a la jovencita.
Suspiró, rojito de las mejillas, dejando de lado el cocinar para tratar de calmar a Shunrei.
-Dohko, solo quiere ayudarte- Le dedico una sonrisa, parece que está más acostumbrado a tener hijos que hijas, así que tratar de hacer su mejor esfuerzo, pues ha empezado a querer a la joven como si fuera también suya.
-¿Ayudar?- Esta confundida, pues nunca creyó ser tan obvia, mas sabe que no ha sido tan discreta toda su vida -¿Se dieron cuenta?-
El patriarca, asintió con algo de pena por ella –Si se nota un poco- Queriendo restarle importancia a ese hecho para hacerla sentir cómoda.
Se tapó su rostro, sin pensarlo se apoyó en el pecho del antiguo Aries, pues con la vergüenza que siente, que sus padres se enteren de una verdad bastante obvia, menos para el receptor de su amor.
-Qué vergüenza- Dijo esto, sin querer dar la cara.
-No mi pequeña- Libra queriendo calmar el ambiente, acercándose a ambos, para reconfortarla –No te debe dar pena, al contrario, es hermoso amar a alguien- Apoyo su mano sobre el hombro de la jovencita –Debes estar decidida, si te gusta, lo quieres como siempre lo he sabido, yo te apoyo, a ambos, para que tengan una hermosa relación y...- Aunque sus palabras son con la mejor intención del mundo, están causando un efecto contrario.
-Dohko, por favor- Los ojos rosas se posan en las esmeraldas, llamando su atención de que la pelinegra está muy apenada por aquellas palabras.
-Mi pequeña... No quise hacerte sentir mal yo...- Ahora siente que hizo algo incorrecto, cuando lo que deseaba era darle ánimos, que tenga el valor necesario para confesarse si es que el plan que le propuso a su alumno, no funciona –Mira, Shiryu es algo torpe en el amor, así que puede ser que tu tengas que...-
-Por favor padre... No es que no quería a Shiryu... Pero... Por favor no le diga nada...- No puede dar la cara, se siente tan mal por no ser capaz de ocultar sus sentimientos.
-Tranquila mi niña- Quiere cambiar sus palabras, pero ella no da su cara, sigue ocultándose en el pecho del patriarca.
-Dohko- El patriarca lo volvió a llamar con un tono más tranquilo –Sería mejor que vayas a ver a los niños-
-¿He?- Miro atento al peliverde, deseando saber que tiene en mente, pero al ver la situación en que terminaron, es mejor hacerle caso –Esta bien...- Pero no podía irse sin tratar de arreglar las cosas –Shunrei... Mi pequeña, perdón si dije algo que no debía, es solo que quiero que sean ambos felices y...-
-Gracias padre... Pero...- No pudo continuar, ya que de nuevo la vergüenza la atormenta.
Miro a su amado borreguito, y este con la mirada solo asintió, para que fuera con los nietos, él se encargaría de hablar con la peligra.
Al por fin encontrándose a solas y asegurarse con la vista que los alimentos en el fuego están a salvo, decidió hablar.
Recordándole un poco, a cuando sus pequeños buscaban su concejo o protección y se apoyaban en su pecho, es como volver a esa época cuando eran adolescentes tímidos y algo torpes en varios temas.
-Entiendo que te de algo de vergüenza hablar de... Ese tema- Batalla incluso él, pues... Es algo que lo pone apenado aun.
-Es que... Nunca creí que pudiera ser tan obvia...- Levanto su vista –Y ¿Si Shiryu ya se dio cuenta?- Bajo la vista de inmediato -¿Tal vez por eso me evita? O ¿Se sienta incomodo?- Se alejó un poco del mayor –Puede que no sienta lo mismo... Y no pueda decírmelo- Solo está haciendo sus conjeturas.
La trato de calmar, hablándole con suavidad –No creo que eso sea cierto-
-¿Cómo puede estar seguro?- Se giró para verlo, rogando en su mirada que le explicará a que se refiere.
Suspiro, pues sabe que debe hablar un poco más de esta ocasión.
-Así como el amor se nota en los ojos de algunos Arianos- Se sonrojo por las palabras absurdas, pero acertadas de su tigre, está tratando de guardar la compostura –Algunos Libras tienden a tener un cambio de comportamiento con quienes quieren-
-¿Enserio?- Ladeo un poco su cabeza, limpiando algunas lágrimas que salieron por su última conjetura que se hizo.
Asintió, dedicándole una sonrisa y ayudándola a limpiar sus mejillas, sin importar manchar las mangas de su túnica patriarcal.
-Al ser jóvenes, Dohko no fue para nada discreto en sus sentimientos, me lo demostró primero en cómo cambio su comportamiento- Sonrió al recordar esa época que parece aun repetirse, pues el amor de Liba ni un día a envejecido –Él siempre fue seguro en cómo actuar, atento, sonriéndome, pero a veces chocaba con algunas columnas de los templos o cayéndose al lago por platicar y no prestar atención- Negó con su cabeza, con una hermosa sonrisa.
Esto hizo sin duda un clic en la mente de la joven.
-Shiryu... Actúa igual- Dijo esto sonriendo, emocionada porque está notando un patrón de comportamiento.
-El amor nos hace hacer cosa tontas o sentirnos inseguros en que si ese sentimiento hermoso es reciproco- Le sonrió a la pelinegra –Pero basta con solo fijarnos bien y uno se puede dar cuenta-
-Papá... ¿Usted cree que... Shiryu... Bueno... Él...?- Baja la mirada, jugando con sus manos, algo avergonzada por hacer esa pregunta.
Le agrada mucho esa palabra, que lo diga ella es algo que le da cierta ternura, mas por pedirle contestar una pregunta de la cual él no está calificado en hablar, pero debe darle ánimos.
-Eso es algo, que solo él puede responderte- Le acaricio los negro cabellos, dándole un beso en la frente, para sonreírle.
Le toca ser quien de ánimos, pues también ha notado esos sentimientos entre ambos jóvenes, al principio no creía que fuera tan buena idea, el sentido de protección que tiene dentro para los que ama, pero Shiryu es alguien digno de confianza y no sería capaz de hacer algo tonto, como cierto rubio a su hijo mayor.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?
Yo acá publicando tarde... Tuve cosas que hacer mis terrones, así que voy rápido que ando atrasada en algunos pendientes, así que solo publico y me voy y obvio contesto a mis terrones de azúcar.
La pregunta del día de hoy sera...
Pues que ustedes me hagan alguna pregunta, la que gusten.
Las contestare en la semana de mi descanso.
Ademas que me gustaría que nos sigamos en redes sociales. Si gustan seguirme en Instagram me encuentran con el mismo hombre, en Facebook, Twitter, Tumbrl como DANNY-AMMU.
Ya que estaré pendiente mas en esta semana que estaré si publicar, me dedicare a postear mis dibujos, que no son nada del otro mundo, pero me siento orgullosa de ellos.
Muchas gracias mis terrones de azúcar, por seguir leyendo y escribirme sus hermosos comentarios.
Son los mejores del mundo, Los mega quiero y ya mañana publicare el ultimo de esta semana y nos veremos hasta el 29 de marzo... Kiaaaaa los mega quiero.
Sigan las medidas de higiene y no se expongan.
Ammu se va.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top