Capítulo 26: Cartas
Abril de 2016
Gohan
Mamá había revisado la cantidad de dinero que tenía en la cuenta de ahorros para mi universidad y, por suerte, parecía que alcanzaría para pagar lo que no me cubrían las becas.
—Si la Universidad de California de Los Ángeles te acepta, será mejor que te vayas por esa, así te ahorrarías dinero de alojamiento —me dijo mi mamá.
—Ya te dije que, de todas formas, esa es la universidad que quiero —le recordé—. Esta en Los Ángeles y está dentro de las veinte mejores del mundo... ¿Sabías que el doctor Dubrow de Botched estudio medicina ahí?
—Él es cirujano plástico, Gohan, ¿qué tiene que ver contigo?
—Pues que es una celebridad que estudió en la universidad que quiero, ¿no te quedó claro?
—Deja de decir tonterías —me pidió—. Lo único que quiero es saber dónde vas a estudiar tú, no donde estudió una celebridad...
Yo solo rodé los ojos y seguí comiendo el almuerzo.
Aunque era sábado, mi padrastro había tenido que ir a trabajar, por lo que estábamos los dos solos en el comedor y eso me hacía muy feliz. Mientras menos viera a George, mejor.
—Tu padre estaría orgulloso de ti —dijo mi madre, de pronto.
Yo la miré extrañado.
—Primero, no hables de él como si fuera un gran hombre difunto y, segundo, me importa un carajo lo que un maltratador piense de mí —dije con dureza y sinceridad.
Mi papá no tenía que estar orgulloso de nada de lo que hiciera. Lo único que él había hecho para hacerme la persona que era, había sido poner su semen, todo lo demás era mérito de mi mamá y, aún más, mío.
—Gohan, algún día tendrás que perdonarlo, para sanar.
Yo dejé mi servicio a un lado y la miré directamente.
—Mamá, no puedo —le dije—. El imbécil me pegó cuando no podía defenderme. Aún tengo marcas físicas y psicológicas de eso y perdonarlo, no las va a quitar.
Mi mamá no dijo nada más, principalmente porque en ese momento unas cartas se deslizaron por debajo de la puerta.
Yo me paré de golpe y me tiré al suelo para recogerlas.
—Harvard, Yale, Standford, Chicago... ¡California! —me puse de pie—. Tengo que ir a la casa de los Johnson. Quedamos de abrirlas juntos...
—Yo te llevo.
Mamá se paró de la mesa y luego de que recogiéramos las cosas, fuimos a su auto.
Yo iba mensajeando a Ashton en el camino, a quien también le habían llegado las cartas ese día en la mañana. Yo le había dicho que apenas las tuviera, iría a su casa.
A diferencia de otras veces, mamá entró conmigo a la casa y para mi sorpresa, los señores Johnson estaban ahí también.
Ashton saltó a abrazarme apenas me vio.
—Tienes que prometer que, pase lo que pase, no dejaremos de ser amigos.
—Te lo juro, hermano.
Mi madre saludó a los padres de Ashton y entonces la señora Johnson habló:
—Ya, niños, déjense de tonterías y abran las cartas —pidió—. Suficiente tuve con que tuviéramos que esperar.
Ambos nos sentamos en el sofá que no estaban ocupando nuestros padres y abrimos la carta de Harvard primero.
—Harvard sí —dije sorprendido.
Ashton me miró boquiabierto y me mostro su carta. También lo habían aceptado en Harvard.
Resulto que Yale y la de Chicago me habían rechazado y a Ashton lo habían rechazado Stanford y la de Chicago también.
Cuando fue la hora de abrir la de California, nuestras manos estaban temblando más que nunca.
En ese momento estaba pensando que debía priorizar: si mi universidad preferida o ir con Ashton a la universidad. Podía sonar tonto, pero prefería a lo segundo y, por eso, era capaz de ir a Harvard si es que Ash también estaba dispuesto.
Cuando saqué la carta y vi que me habían aceptado, quedé congelado, pero reaccioné al oír el grito interno de Ashton. Él también había quedado.
Ambos soltamos las cartas y nos pusimos de pie para saltar juntos, mientras nuestros padres nos miraban algo extrañados.
—¿O sea que irán a la Universidad de California y no a Harvard? —preguntó el señor Johnson.
—¡Sí! —gritamos emocionados.
El señor Johnson pareció decepcionado, suponía que no entendía como éramos capaces de rechazar a la que se consideraba la mejor universidad del mundo en algunos rankings.
—No puedo creerlo, los tendremos al menos cinco años más aquí —se quejó la señora Johnson.
Ashton dejó de saltar un momento y entonces miró a su madre.
—Ah, no, no te preocupes por eso —le dijo—. Iré a vivir a otro lado... con Gohan.
Yo fingí una sonrisa. Lo mataría por involucrarme en eso frente a mi madre, quien de inmediato me miró extrañada.
—¿Qué? ¿Estás loco? —me preguntó mi mamá molesta—. Apenas tenemos para pagar lo que no cubre la beca. No puedes mudarte.
—Sí y nosotros no pagaremos nada —advirtió la señora Johnson.
—Tranquila, mamá, no lo harás tú, ni papá —aseguró Ashton—. Lo hará el abuelo. Yo ya soy mayor de dieciocho, ahora puedo utilizar el dinero.
Los señores Johnson compartieron una mirada de preocupación y algo de molestia.
El señor Johnson se puso de pie y miró a Ashton.
—Ustedes dos son unos niños insolentes, sin límites e infantiles —nos dijo—. Si realmente tienen la fantasía de ir a vivir juntos, entonces tendrán que buscar como hacerlo.
—No te pedí nada más que el dinero —le dijo Ashton—. Y eso no me lo puedes negar porque está en el testamento del abuelo, un documento legal que tú no puedes contradecir...
—Ashton, no me hables a mí de asuntos legales —le advirtió—. Sé lo que es legal y lo que no, y no dije que no fuera a respetar el testamento del abuelo.
—Pues no hay nada más que decir. De lo demás me encargaré yo —le dijo Ashton decidido.
—Bien.
Estaba seguro de que el señor Johnson no creía que Ashton fuera a hacer lo que decía y si lo intentaba, casi tenía por sentado que no lo lograría.
—Gohan, ¿podemos hablar en privado? —me pidió mi mamá.
Yo tomé aire y asentí para llevarla a la cocina, pues el comedor y la sala estaban conectados.
Misty estaba en la cocina, por lo que le pedí si podíamos hablar ahí.
—Claro que sí, corazón, yo iré a hacer otras cosas —me dijo con su típica dulzura.
—Gracias, Misty.
Ella salió de la cocina dejándome con mi mamá.
—Dime que Ashton está jugando para molestar a sus padres —pidió.
Yo la miré con algo de tristeza.
—No lo sé... digo, si lo habíamos hablado, pero no creí que él realmente fuera a llegar a hacerlo —le confesé—. Solo él está dispuesto a cargar conmigo cuando ni siquiera somos familia... ha hecho por mí más de lo que hizo mi propio padre.
—Exacto y eso no me gusta —me dijo—. No me gusta que quiera alejarte de mí porque cree que tu vida es miserable en casa.
—No cree que sea miserable —le aseguré—, pero sabe que no la paso bien.
Ella me miró con algo de dolor.
—Gohan, no puedes dejar que él cargue contigo porque no le corresponde —me dijo—. Él podrá ser muy millonario, pero es su dinero, no es tuyo.
—Es que...
—¿Es que qué?
¿Cómo le decía que prefería irme con Ashton a que quedarme con ella sin herirla? Porque ella jamás entendería lo que yo sentía estando en casa.
Yo la amaba, era mi madre; pero tampoco la podía perdonar por el infierno que me había hecho pasar. Tal como ella prefería a sus parejas antes que mi integridad, yo prefería a mi amigo antes que vivir con ella.
Ashton me daba la seguridad y el amor que esperaba de mi familia y que jamás había tenido, ni tendría.
—Mamá, lo siento, pero si Ashton quiere que me vaya con él... eso haré —dije decidido.
No me importaba lo que ella, George o todos los Johnson pensaran, lo único que me importaba era lo que Ashton quería. Si él quería que viviera con él bajo un puente porque no habíamos conseguido ningún lugar, eso era lo que haría.
—Gohan, no. No puedes irte a vivir solo con él. Son unos niños —argumentó.
—Ashton ya es adulto legalmente y a mí solo me queda un mes para serlo... no puedes obligarme a quedarme en casa —dije, intentando no ser tan duro.
Sin decir nada más, volví a la sala cabizbajo para evitar la mirada de decepción de mi madre. Una vez que vi a Ashton, ambos nos abrazamos con fuerza.
—Te amo, hermano —susurré.
—Yo a ti.
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