Kitty in a Castle - Bride of the Monster
Era un martes tranquilo en la casa de Lancaster, después del desayuno, todas se preparaban para salir, dejar a Annie en la escuela y de ahí ir a las oficinas de Sony para trabajar. Solo faltaban Mandy y Dana, quienes apenas bajaban de las escaleras eran abordadas por Fernanda.
–¿Están contentas por la noticia? Chicas.
–¿De qué noticia habla? Señorita Lancaster –decía Dana.
–¿No revisaron su correo? –Su sonrisa y tono de incredulidad hizo que las psychobilly tomaran sus teléfonos.
Sus ojos se abrían de par en par al ver que dos personas han respondido a su solicitud para ingresar a la banda, ocupando los lugares que dejaron Jason y Rocky. La vocalista u guitarrista se abrazaron mientras daban pequeños saltos de felicidad, con ansias de llegar pronto al estudio.
El camino fue tranquilo, pero la sonrisa no podía ser borrada de sus rostros, pues este era uno de los tantos pasos a dar para continuar con su sueño de triunfar en el mundo de la música. Al llegar al piso donde se encontraba la oficina de La Emperatriz, Alina le notificaba de la presencia de dos chicas esperando a ser atendidas por Lancaster. Detrás de la jefa de la costa, Dana y Mandy se encontraban impasibles por conocer a sus nuevas compañeras, más relajadas por saber que serán una agrupación de puras chicas. Fer, Astrid, Dana y Mandy entraron a la oficina para que las integrantes de Skullcats conocieran a las que buscaban una oportunidad de ingresar a la banda.
Sentada de piernas cruzadas a la izquierda del escritorio de Lancaster, con cabello negro suelto, un mechón de color rojo como fleco, la parte derecha de su cabellera rasurada, camiseta negra de tirantes, pantalones azules oscuros rasgados y converce de bota igual negros; era Vittoria Giovari, una chica de descendencia italiana que estaba para ocupar la batería. Estudiante de música con la aspiración de llegar tan lejos como ella se lo proponga.
Por su parte, la segunda chica se encontraba parada, con el cabello rizado, ojos oscuros como la noche, vistiendo una playera blanca con una falda a cuadros blanco con negro que le llegaba apenas a las rodillas, mallas de encaje y botas negras; Lira es una chica afrodescendiente que era un poco conocida dentro del ámbito, pues su padre, Davis Scott, era un bajista de blues conocido en la década de los 70's. Era ella quien quería encargarse del bajo, como su padre, pero no negaba el hecho de saber tocar el contrabajo, pues su papá la impulsó a tocar varios instrumentos.
–Buenos días chicas –saludaba la jefa de la zona.
–Buenos días –contestaban juntas la bajista y baterista.
–Bueno, déjenme les presento a las actuales miembros de Skullcats. Dana Lenox y Mandy Cromwell –las chicas saludaban conforme las mencionaba Fernanda–. Y ustedes son...
–Yo me llamo Vittoria Giovari. Soy baterista.
–Y yo soy Lira Scott. Bajista y contrabajista.
–¿No eres pariente de Davis Scott? –Indagaba Astrid.
–Así es.
Tras platicar un poco con las aspirantes y conocer las intenciones de cada una, procedieron a ir a una de las cabinas de grabación para escuchar como tocaban cada una. En dicho cuarto ya esperaban un ingeniero de sonido y Erick, para dar su opinión sobre la batería.
La primera en pasar era Vittoria, entrando en la cabina con sus propias baquetas; se puso ante la batería ya instalada, afinando las diferentes partes del instrumento antes de empezar. Teniendo todo listo, Fernanda dio la indicación y la sala comenzó a retumbar. Si bien su estilo estaba acercándose al Deathcore, poco a poco fue pasando al psychobilly, esto con la intención de dar a conocer su talento con el más complicado de los instrumentos de percusión. El cambio de ritmo fue notado por el baterista de Beyon, algo que le hizo aprobar por su parte el ensayo de Vittoria. Cuando dejo de hacer sonar las baquetas, Erick aprovechó para hablar con ella desde la otra parte del vidrio.
–Pregunta niña, ¿desde cuándo tocas la batería? –Cuestionaba Erick.
–Desde los nueve años, siempre he seguido la carrera de Roger Taylor.
Solo le dio su visto bueno y con eso La Emperatriz le pidió que saliera y le dijera a la siguiente chica que entrara. Lira entró y se dispuso directo a tomar el bajo ya ubicado en el cuarto, pero de igual forma se quedó mirando al contrabajo que se encontraba ahí. Preguntó si podía tocar con los dos en diferentes tiempos, a lo cual Dana le contestó que sí, pues en el psychobilly se puede tocar con ambos instrumentos, aunque lo más característico es hacerlo con el contrabajo.
Las manos de Lira se movieron a un compás suave, relajado, pero con un tono que era envidiable pues las notas eran tan parecidas a las que su padre estaba acostumbrado a cautivar a los presentes en los bares que tocaba. No era coincidencia, pues en su sangre estaba presente la llama de un portento del bajo. La bajista de Beyon estaba moviendo involuntariamente el pie, algo que notaron los presentes junto a ella, pues era indicativo de que las notas estaban en orden para La Emperatriz. Dejando que las notas circularan en decrescendo, pasó a tomar el contrabajo, el cual le tomó menos de dos minutos en afinar y continuar con un blues más movido, como si invitara a bailar a todos los que la escuchaban, lo cual puso contentar a Mandy y Dana, quienes no pusieron objeción ante tal presentación.
Cuando las notas dejaron de sonar en el lugar, le pidieron que se juntara con Vittoria para que fueran recibidas por las integrantes de Skullcas, quienes solo se acercaron a ellas para abrazarlas y felicitarlas por el buen trabajo que hicieron.
–Entonces... ¿Estamos adentro de la banda? –preguntó algo ataviada Lira.
–Claro que sí. Claro, si ustedes quieren pertenecer.
–Por supuesto –la alegría de ambas estaba por los cielos, demostrándolo en su respuesta. Tras ser abrazadas por la vocalista y guitarrista, se les acercó Fernanda para explicarles unas cosas.
–Bueno chicas. No quiero interrumpir su felicidad, pero tiene que ponerse a trabajar pronto. Recuerden que tenemos que trabajar en su EP –les indicaba a Dana y Mandy–, por lo que quiero que se coordinen desde ya para que saquen un buen resultado. Y quien sabe, tal vez ponerlas como teloneras en un próximo concierto.
La felicidad invadió al ya completo grupo de psychobilly, quienes se abrazaron en grupo para celebrar la fenomenal noticia. Ya un poco más calmadas todas, se pasaron contactos para ponerse de acuerdo para los ensayos y dar lo mejor de sí para llegar a tocar en un concierto o festival. Sin duda alguna, la vida de estas cuatro chicas esta llena de sorpresas que las ponen en un estado de gracia pura.
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