Capítulo 6

El tiempo ha pasado mientras los ositos observan a Chris vivir. Ha conseguido un trabajo muy bueno en un restaurante, haciendo que tanto su padre como Marcial estén muy orgullosos. Iris, por otro lado, le da igual ya que solo la conoce unos meses y solo se interesa en sus asuntos. Hoy está preparando una fiesta más para sus amigos, Chris saldrá con sus amigas y dejaran los peluches en su departamento.

–Hum –Marcial se aclara la garganta para hablar con él–. ¿Izem vendrá también? –pregunta, intentando sonar lo más indiferente posible.

–Si, ¿sabes?, últimamente él pasa más tiempo contigo que con nosotros –murmura mientras voltea hacia el osito blanco, una sonrisa aparece en su rostro esponjoso al notar que Marcial está nervioso y un poco sonrojado.

–No es débil y llorón como ustedes, eso es todo –contesta cruzándose de brazos.

–¿Si? –Iris cubre su boca antes de que una carcajada se le escape. Entonces camina hacia Marcial y pasa uno de sus brazos sobre los hombros de este–. Me alegra tanto saber que hayas cambiado de parecer hacia nosotros, además saliste del closed.

–No podía pasar un minuto más dentro, fueron diez años –responde quitando el brazo de Iris.

–Eres muy valiente y te apoyo en todo. –Marcial decide alejarse al ver a Iris un poco extraño, está demasiado feliz, pero también parece que va a llorar. Al menos está seguro de algo, Izem vendrá.

En la noche, unos chillidos y gritos de las chicas hacen que los peluches se apresuren por terminar con sus labores. Ahora Iris colocará música junto con un juego de luces que compró por internet y también adornó la cama con luces de navidad. Por su parte, Marcial termina de arreglar la sala mientras su dueña tomaba una larga ducha. Allí verá una película con Izem y quiere que todo sea perfecto.

Las muchachas salen del departamento una hora después, oliendo muy bien y perfectamente maquilladas. Marcial sólo desea que la falda de su Damita sea un poco más larga, hasta los tobillos si era posible. En ese momento se pregunta porqué las cosas cambiaron tanto. Ella de niña quería ser una princesa y usar hermosos vestidos.

–Esas estúpidas de cabello corto y arco iris, son una mala influencia. –suspira al recordar una regla que debe tener presente todos los osos de peluche. Una vez que su niño ha crecido no pueden intervenir en su vida, es por eso que ya no pueden hablar con ellos.

–Wau, que preciso –dice Iride al ver la habitación que Iris decoró–. ¿Luces de navidad? Que corriente –susurra mirando a Iven y ambos ríen bajo.

–Hola –saluda Izem estrechando la mano del anfitrión–. ¿Dónde está Mar? –le pregunta en voz baja, asegurándose que los otros no la escuchen.

–¿Te refieres a Marcial? –Iris ríe bajo para luego subir y bajar las cejas peluditas que posee.

–Si, ¿lo haz visto?

–Izem, te felicito porque ese peluche desgraciado ha cambiado gracias a ti. Salió del closed por ti –murmura mientras sostiene las manos del otro entre las suyas

–Ah, bueno, n-no creo que se-sea para tanto. Diez años, yo no aguantaría tanto encerrado –contesta sonriendo, por un lado está sonrojada, pero por el otro sonríe divertida por lo que Iris acaba de decir.

–Antes de que vayas a la sala con tu hombre, quiero saber, ¿quién manda?
–Yo, obviamente, lo tengo a mis pies. –Izem sonríe al ver la expresión de Iris.

–Mi héroe... Voy a molestar a Marcial por el resto de su vida. Quién hubiera pensado que acabaría mordiendo almohadas.

Izem sube y baja los hombros para luego despedirse. Ahora sabe a donde encontrar a Marcial y se disculpará por lo que acaba de hacer. Una vez fuera de la habitación se coloca sus moños rosas en las orejas y sonríe.

Llega rápidamente a la sala y sube de un salto al sillón, esto lo aprendió del mismo Marcial. Con esta habilidad puede alcanzar y subir a lugares altos.
–Buenas noches señor Marcial –saluda al otro, inclinándose de forma elegante. Una faldita rosa pálido combina con sus moños y la sostuvo con sus manos al momento de hacer la reverencia.

–B-Buenas n-noches señorita Izem –responde haciendo una reverencia también. Se maldice e insulta una y otra vez por su voz débil–. Llegaste a tiempo, la película está por empezar.

Ambos se sientan en el sillón, entre los almohadones y Marcial intenta controlarse. Esta es su primera cita y todo debe ser perfecto, algo que Izem recuerde con cariño. En un momento ella suspira y llama su atención.

–Marcial, lo siento. Me siento culpable –confiesa negando.

–¿Qué? ¿Por qué? –pregunta rápidamente–. ¿Hice algo mal?

–No, no. Es que Iris crees que te gustan los ositos por mi culpa. Las personas lo llaman "salir del closed" y tú lo hiciste literalmente. Por eso malinterpretó las cosas –le explica teniendo una sonrisa en su rostro–. Fue mi culpa, también le dije que yo mandaba y ahora se burlarán de ti.

–Si lo hacen los golpearé, no te preocupes –responde sonriendo, cosa que solo lo hace para ella.

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