La ventana de la habitación sonó, el rubio abrió sus ojos con debilidad, abrió la ventana sabiendo de quién se trataba, bostezó con cansancio -¿qué sucede? ¿tenemos misión? -el pequeño se tambaleaba con sueño de un lado a otro, el sensei negó -no, ayer por la noche asesinaron a un consejero, la aldea está en investigación -el rubio talló con debilidad una de sus gemas -¿investigaremos? -debía ser astuto y cauto, se supone él no los conoce. El Hatake lo vio con cuidado -no, el consejero Hamura pidió que te interrogaran como posible sospechoso, sólo harán unas preguntas y posiblemente un Yamanaka revise tus recuerdos -Naruto parpadeó con molestia -¿y yo por qué demonios debo aceptar tan fácil? -Kakashi ya esperaba esto, suspiró con fastidio -sé que no lo hiciste Naruto, pero debemos hacerlo, por protocolo cada sospechoso debe pasar por esto -el rubio lo vio con molestia, tenía como safarse -bien -kyubi no dejaría que algún estúpido viaje por su cerebro cuando el zorro es el amo en el lugar, era envidioso de la zona, a él mismo lo había votado en varias ocasiones. Mientras caminaban el Uzumaki como seguro colocó un sello en su brazo para bloquear todos los recuerdos de un día anterior, el sello no era perceptible a no ser que fueras un sensor de alto espectro, como lo era él.

Llegaron al lugar, era el área de investigación y tortura, apretó el ceño con molestia cabreado, lo pasaron a una sala y lo sentaron, la lámpara parpadeaba, el cuarto era oscuro, debía ser hábil y contestar preguntas cerradas, su Ero-sennin lo había entrenado un poco para interrogar a shinobis con entrenamiento, nunca le dio la mayor importancia, pero ahora lo ocupaba, levantó el rostro viendo a Ibiki quien con seriedad lo veía -mocoso, me agradas, pero estas son órdenes, si eres sincero lo sabré, si mientes lo sabré, si lo haces tendré que ser rudo -Naruto apretó el ceño, su mirada se hizo afilada, giró sus azules hacia la ventana, podía ver a su abuela, sensei y Ero-sennin preocupados, los vio con molestia, sabía que no era su culpa, aún así esperaba más de ellos -últimamente la gente que dice que le agrado o quererme es la que más me lastima Ibiki-san, haga lo que tenga que hacer -lo vieron con cuidado, sabían que hablaba de ellos, sentían frustración por no poderlo ayudar, pero era el principal sospecho por la plática de un día anterior y por su actitud.

-¿Dónde estuviste ayer por la noche? -Naruto tenía que hablar de sus recuerdos de dos días atrás -en el departamento donde vivo comiendo ramen solo -Ibiki anotó -¿a qué hora fue esto? -el rubio veía a sus conocidos con cuidado -antes de dormir como a las diez -el interrogador lo veía con cuidado -¿conoces a la consejera Koharu Utatane? -el rubio giró su mirada al investigador -no -Ibiki vio su mirada, era fría, el pequeño que recordaba era amable, gentil, gritón ¿qué sucedía? -es el consejero por el que estás siendo interrogado, fue asesinada por la noche -Naruto no emitió nerviosismo alguno -¿por qué tengo que ser investigado por alguien que ni siquiera conocía? -Ibiki apretó el ceño -eso a mi no me corresponde responder, tu mirada en mis ojos mocoso, deja de ver al resto -los azules se levantaron cabreados y afilados -¿en qué piensas? -el Uzumaki apretó el ceño -¿cómo que en qué? seguramente pensarán como embarrarme en esa muerte y buscarán encerrarme de alguna forma, buscan un idiota para culpar, no veo una maldita fila de sospechosos ¿por qué no hacen su trabajo y a mi me dejan de joder? suficiente he tenido con la vida de mierda que he llevado ¿no lo cree? -Ibiki apretó el ceño, se sentó frente al rubio, lo vio con cuidado -precisamente por eso aún no te entierro mis malditas agujas en los dedos mocoso, no me provoques, te dije que me agradas, no llamaré a un Yamanaka, yo mismo haré la exploración -Naruto lo vio con cuidado, sonrió por dentro, al parecer había gente que lo apreciaba, podía valerse de ello.

Las manos del anbu de interrogación se colocaron en sus sienes, Naruto lo vio con cuidado -relájate o puedo lastimarte -el rubio se relajó un poco, Ibiki comenzó a vagar por su cerebro lentamente, apretó el ceño al ver un chakra rojo rodearlo, comenzó a entrar en él, el zorro abrió sus ojos cabreado, rugió con fuerza lanzando al anbu fuera del cerebro del rubio quién sonrió ligeramente al escucharlo gritar. Anko entró con velocidad -¿qué demonios sucedió? ¿fue el zorrito? -Naruto parpadeó con sorpresa al escucharla, ¿hablaba de él? Ibiki negó con dolor de cabeza -el maldito zorro me botó del cerebro del mocoso, pero alcancé a ver que fue una rutina normal de ramen y dormir -respiraron con calma todos en el lugar. Anko giró su mirada al rubio que los veía con molestia, sonrió con diversión, caminó con diversión a su lugar -zorrito, parece que eres libre cariño -su mano acarició su rostro suavemente, el Uzumaki apretó el ceño por la burla, más cuando lo abrazó y una vez más lamió su mejilla -eres tan bonito, Ibiki ya levántate, no exageres, sólo te dio una maldita patada en el trasero el zorro -Naruto sonrió quedito -cállate y dame algo para el dolor de cabeza maldita -

La puerta se abrió dejando ver a su abuela, Ero-sennin y Kakashi, el rubio se levantó molesto -me voy si no hay más, tal vez con eso dejen de dudar de mí -el sannin se puso frente a él, lo abrazó cargándolo del suelo. Naruto levantó un enorme puchero, aún se sentía traicionado, enterró su rostro en su pecho, simplemente se dejó querer -lo lamento renacuajo, el consejo aún tiene demasiado peso, te prometo que esto terminará -el rubio negó -no hagas promesas que no puedes cumplir Ero-sennin ¿cómo cambiarás el odio de la gente? ¿su miedo? -Jiraiya lo abrazó con fuerza -buscaré la manera -Naruto sonrió quedito. La rubia lo veía con cuidado -mocoso, no es sencillo, pero en verdad hacemos lo que podemos, una muestra fue que lograste salir de su alcance por tres años ¿no lo crees? Lamento lo de Yamato, es un idiota, ya lo puse en su lugar, no es tu correa, simplemente no quiero que el consejo te lastime -Naruto sonrió quedito, se abrazó más al sannin, vio a Kakashi que lo veía con angustia, suspiró con fastidio, sonrió ligero.