Capítulo 5

El rubio veía el techo de su habitación con la mirada fría, se sentía herido, traicionado. Recordó las palabras del Uchiha, una y otra vez en su cabeza. La ventana sonó, el pequeño se levantó con duda, quitó la manta de la ventana, vio a un cuervo en ella, lo observó con cuidado, era pequeño, abrió la ventana, lo tomó en brazos, acarició su cabecita suavemente un momento -no tengo comida pequeño -el rubio sonrió al verlo dejarse mimar, levantó su mirada con miedo al sentir una respiración en su cuello -no deberías bajar la guardia pequeño -

Naruto tragó saliva pesado, intentó voltearse, pero el Uchiha lo tomó de la cintura con firmeza, comenzó a absorber su aroma a vainilla enterrando su rostro en su cuello -¿qu… qué haces? -Itachi sonrió embriagado con su aroma -hueles delicioso, quédate quieto -su nariz acarició suavemente su cuello, observó su largo cuello erizarse y sin dudarlo lo besó suavemente. El Uzumaki abrió sus ojos brillosos con miedo, pero al mismo tiempo le había gustado, abrió sus labios suavemente, los mordió para suprimir ese ruido que saldría de sus labios -mhn -sus mejillas se hicieron rojas -¿te gusta pequeño? -Naruto abrió sus gemas bastante al sentir su mano colarse bajo la chamarra y playera tocarlo sugerentemente -mnh-

El rubio era en extremo sensible. Itachi sonrió ligero al ver como levantaba su rostro con las gemas aguadas, su mano que aún lo abrazaba subió, tomó su mentón, abrió su pequeña boquita un poco, se acercó y sin dudar lo besó suavemente, su lengua se coló con descaro probando la pequeña. El Uzumaki abrió sus ojos bastante al sentirlo, pero no se negó, era un sujeto hermoso el Uchiha, siempre creyó que era un doncel feito, nunca ningún hombre lo había visto, tocado o besado de esa forma. Itachi lo giró hacia su cuerpo, levantó ambas manos, atrapó su pequeño rostro, al verlo tan dócil no dudó, volvió a besarlo suavemente. El Uzumaki lo veía con cuidado, la mirada, voz, las caricias del Uchiha lo tenían atrapado, había perdido voluntad a su lado.

Naruto cerró sus gemas disfrutando el beso que le daban, la lengua del mayor acariciaba la suya suavemente, con timidez comenzó a mover la suya, las manos del Uchiha bajaron suavemente por su espalda hasta su cintura, la apretaron con firmeza, atrajo su pequeño cuerpo al suyo para sentir su calor. Naruto levantó sus manos, las colocó en su pecho, apretó su capa en sus manos, sentía sus piernas aguadas, sentía que el azabache le robaba el alma con semejante beso, se había hecho desesperado, el aire comenzó a faltar, ambos respiraban con dificultad.

Itachi lo veía con seriedad -ahora eres mío pequeño -el Uzumaki apretó el ceño, quería negarse, pero su voluntad se había perdido ante el mayor -te traje un regalo -Naruto lo vio con cuidado, el mayor sacó dos pergaminos -tu legado Uzumaki estaba en la bóveda del tercer Hokage en su mansión, toma pequeño -el Uzumaki abrió sus ojos bastante, apretó el ceño con molestia al saber dónde se encontraban sus cosas, tomó el pergamino, sonrió quedito -la herencia de tu madre no la he localizado, pero la de tu padre estaba en la bóveda kage, así dejarás de pasar hambre.

Naruto lo vio a sus ojos con duda y sorpresa -¿por qué haces esto por mí? -el Uchiha sonrió sensual -eres mío hermoso, te lo dije -un sonrojo cubrió las mejillas del pequeño -en unos meses Akatsuki vendrá por ti, antes de eso te llevaré conmigo pequeño, pero te necesito fuerte, poderoso -el rubio lo vio perdido -usa los clones de sombra, tienen memoria fotográfica, cuando desaparecen todo queda en tu memoria, estaré viniendo a verificar tus avances -la mano del Uchiha acarició su rostro que dócilmente se dejaba acariciar, aunque en los azules podía ver duda -esta aldea sólo te ha hecho daño, sólo quiero liberarte de toda esa basura pequeño -Naruto recargó su frente en el pecho del mayor -¿no me harás daño? ¿no haces esto para entregarme a Akatsuki? ¿también me traicionarás? -el cuerpo del pequeño temblaba.

Itachi lo abrazó suavemente, levantó su rostro viendo lágrimas en sus azules, besó sus labios con cariño -nunca te traicionaría pequeño, te elegí como mi pareja, serás el papi de mis hijos en un futuro y juntos levantaremos nuevamente nuestros clanes, juntos seremos felices, sólo debes tener un poco de paciencia y todo esto acabará -Naruto sonrió sintiéndose especial -¿tu hermano? -Itachi negó -él tiene que buscar su propio camino, también te lastimó, no debes olvidarlo -Naruto lo vio con duda -¿no tengo que cumplir mis promesas? ¿qué pasará con mis sueños? -Itachi lo vio con intensidad -¿tus sueños? ¿o tu deseo de ser reconocido por toda esta gente que te ha lastimado? ¿promesas que hiciste para ser aceptado? ¿dime qué de todas esas promesas hiciste pensando en ti y no en los demás o la aceptación que podías obtener? -Naruto bajó su mirada con vergüenza, el azabache levantó su rostro -olvídalos, sólo tú existirás para mí y yo para ti -las gemas se abrieron enormes, comenzaron a brillar con emoción -te ofrezco llenarte de amor y cariño el resto de tu vida, te ofrezco mi vida a tu lado, piénsalo pequeño -besó suavemente sus labios -escucha mis palabras, déjame conquistarte, deja que te robe y todo estará a tus pies -Naruto sonrió lindo dejándose besar una y otra vez, lo tenía perdido con sus palabras, sus promesas, nadie le había hablado de ese modo, nadie le había dado esa importancia, una promesa de amor y felicidad, sonrió quedito disfrutando sus besos y cariños -volveré pronto pequeño, quiero una respuesta -el Uzumaki sonrió, asintió quedito.

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