24
Yoongi caminaba a paso un poco rápido por el pasillo desolado seguido por Seokjin y Jungkook. Éstos últimos, habían decidido acompañarlo para ver lo que el pálido le diría a Jimin, pero Yoongi sabía que lo hacían para poder burlarse de él, mas no dijo nada.
Después de que se pusieran de acuerdo en lo que iban a hacer para que Yoongi le pudiese pedir chico que fuese su omega, los gemelos lo habían mandado a que le pidiera la cita a Jimin.
El alfa siguió caminando, sus nervios estaban a flor de piel, y su frente sudaba un poco. Nunca había hecho algo como esto, por lo que rogaba a la Diosa Luna para que le ayudara de lo contrario, se juraría jamás volver a hacer algo similar.
—No te pongas de esa manera, Yoongi —habló desde atrás Seokjin, alzando un poco la voz para que el pálido le pudiese escuchar.
—Tú no entiendes. —Negó Yoongi.
Siguió caminando hacia el aula en la que se encontraba Jimin.
Las cosas en el colegio eran un poco complicadas, puesto que casi todos allí tenían diferentes edades, pero estaban en el mismo salón, o solo compartían algunas clases juntos. Por ejemplo: Los tres omegas, sus amigos y él, compartían algunas clases juntos, pero o eran mayores por meses, o por un año, y estaban juntos. Lo que pasa, era que el colegio permitía a niños desde los 3 años, pero no todos llegaban a esa edad, algunos llegaban hasta los cuatro o los cinco, y los integraban en los mismos salones, por ello, había diversidad de edades, pero ya que eran muchos, los dividían y a veces sólo compartían una que otra clase.
Jimin y él compartían clases los Lunes y Miércoles, pero ahora estaba en Viernes.
Vaya mierda.
Yoongi siguió su camino hasta que al fin llegó al área en la que se encontraba Jimin, miró su reloj de mano y se dio cuenta que faltaban cinco minutos para que el omega saliera a receso.
El alfa se detuvo a unos cuantos metros de la puerta del aula en la que estaba Jimin, y se recostó sobre la blanca pared, inhalando pesadamente mientras se comenzaba a imaginar diferentes escenarios de Jimin junto a él, o de cómo las cosas podrían llegar a salir.
—¿Estás nervioso? —Preguntó ignorante Seokjin.
—¡No seas tonto! —Le pegó Kook en la espalda a su hermano.
—¿Por qué me pegas? —Seokjin estaba indignado.
—Para que se te quite lo estúpido —rodó los ojos—. Mira al pobre —ordenó, señalando a Yoongi, quien se encontraba casi comiéndose las uñas—, está más nervioso que papá cuando perdió algo.
Los gemelos siguieron peleando, sin ser conscientes del pánico que crecía cada vez más en el pálido. Yoongi estaba que se desmayaba, porque jamás había salido ni siquiera a una cita con algún omega, y que Jimin fuera el primero y al que no quería perder por sus estupideces, le ponía los pelos de punta.
Riiiing.
El sonido de la campana que indicaba el receso sonó, poniendo a Yoongi más pálido de lo normal. Los estudiantes comenzaron a salir como ganado del salón, algunos bromeaban y sonreían, mientras que otros salían dando las gracias por el final de la clase.
Yoongi aclaró su garganta, llamando la atención de los gemelos, y se puso recto. Comenzó a estirar su cuello para poder ver al chico por el cual estaba tan nervioso, hasta que lo vio casi salir de último, el omega venía con Namjoon, se veían muy alegre y lleno de vida. Yoongi volvió a suspirar al ver a semejante omega.
Jimin, quien venía hablando sobre conejitos con Namjoon, fue codeado por este último de un momento a otro. El rubio lo volteó a ver confundido y con una mueca, hasta que vio que su amigo tenía su vista fija hacia un punto en específico. El omega, curioso, siguió la mirada de Namjoon, encontrándose con el dueño de sus mejores sueños y fantasías.
El omega sonrió ampliamente y corrió sin siquiera pensarlo hacia Yoongi, cuando llegó, no espero ni que el alfa le dijera algo. El simplemente se lanzó hacia el cuerpo del mayor.
—¡Yoongi! —gritó alegre, mientras abrazaba lo abrazaba con fuerza— ¿Viniste por mí?, ¿me llevarás a comer?, ¿me darás besitos?
Jimin comenzó a hablar rápidamente sin darle una oportunidad de hablar al alfa, y tampoco dándose cuenta de lo rojo que estaba este.
Los gemelos atrás comenzaron a burlarse de Yoongi, haciéndose los enamorados, Jungkook se acercaba a Seokjin e intentaba darle besos, mientras esté último se hacía el tímido, imitando a Yoongi, sin embargo, dejaron de molestar cuando sintieron que les jalaron la oreja.
—Vámonos de aquí —ordenó Namjoon, agarrando con sus dos manos una de las orejas de ambos gemelos.
—¡Nammie, duele! —Se quejó Seokjin.
—Entonces dejen de molestar. Hay que darles espacio —dijo, viendo de reojo a su amigo con Yoongi.
—Está bien, pero sueltanos —pidió esta vez Jungkook—. Debo de ir a traer a Hobi.
—Entonces vámonos —mandó, con voz grave.
Los tres se marcharon de allí, acompañado de las quejas de los gemelos, y viendo hacia atrás cada dos segundo sólo para ver lo que Jimin le hacía a Yoongi.
—Entonces, ¿Puedo darte besitos? —Preguntó Jimin con ilusión palpado en sus ojos.
—Este... Primero... —Comenzó a decir Yoongi, nervioso por la cercanía del omega—. Quería pedirte algo...
El omega de Jimin aulló alegre y ansioso. El nerviosismo del alfa le daba una pequeña idea de lo que pudiera ser lo que él alfa le pediría, aunque no debía de ilusionarse, Jimin no lo podía evitar.
—Sí, acepto —asintió, sin siquiera esperar a que el alfa articulara algo.
Yoongi le miró confundido. —Ni siquiera he dicho nada.
—No me importa, es un sí seguro a cualquier cosa que me vayas a pedir. —Alzó los hombros restándole inportancia, mientras se colgaba del cuello del alfa, haciendo que este posara sus grandes manos en su cintura, para no retener todo el peso en su cuello.
El alfa le miró incrédulo. —¿Incluso si te pido que te tires de un puente?
—Menos eso, no me gustan las alturas —hizo una pequeña mueca de disgusto, pero luego la cambio, poniendo una sonrisa en sus labios—. Ve al grano ya, vamos, vamos, pídeme lo que quieras.
Ahora sí, los nervios volvieron a invadir el sistema de Yoongi. El alfa relamió sus labios y comenzó a morder el inferior después, no sabía cómo pedir una cita.
Jimin miraba fijamente las acciones de Yoongi, y que la Diosa Luna tuviera piedad de él, porque tenía unas tremendas ganas de besar al alfa.
—Entonces...
—¿Tú... yo... casa... —Comenzó a decir el alfa a duras penas, sin lograr articular una pregunta lógica.
—¿Más cama? —Preguntó de manera juguetona el omega, riendo divertido ante la manera tan tierna en la que Yoongi quería pedirle una cita.
El alfa se sonrojo y negó rápidamente. —No, eso no.
—Le quitas lo divertido a la vida, alfa —creó un pequeño puchero en sus labios.
—Solo...
¿Quieressalirconmigoaalgúnlugaroirconmigoaunlugaropasarconmigolatardeenalgúnlugar?
—Preguntó lo más rápido que pudo el alfa, aguantando la respiración, esperando la respuesta de Jimin, más este solo le miraba con confusión.
—¿Qué? —El omega estaba más confundido ahora que cuando recibía matemáticas—. Dilo más despacio, Yoongi-shi, no te voy a morder... al menos no ahora —lo último lo susurró.
El pálido inhaló profundo, si seguía de esa manera, lo único que lograría era pasar más vergüenza.
—¿Quieres salir conmigo? —soltó rápidamente.
—¿Salir contigo? —Se hizo el inocente— ¿Por qué?, ¿A donde?
—Porque... porque quiero conocerte mejor... —susurró, no dándose cuenta de la gran sonrisa que adornaba el hermoso rostro del omega—. Podemos ir por un helado, a comer algo o a pasear —apretó sus labios—, pero si no quieres podemos ir a mi casa —añadió rápidamente, pensando que tal vez el omega podría preferir el ver una película, o sólo charlar.
—La última suena muy tantadora —le miró malicioso, bromeando.
—¿Por qué? —Preguntó el alfa, sin entender la broma del menor—. ¿Prefieres que veamos una película?
Jimin abrió sus ojos. El chico era un inocente total, y a él, le encantaba eso.
—Olvídalo, podemos ir a pasear al parque —propuso dulcemente.
—Al parque será —asintió el alfa, alegre de que Jimin haya aceptado salir con él— ¿Mañana a las cuatro de la tarde?
—Mañana a las cuatro de la tarde —asintió el omega.
Ambos chicos se quedaron en silencio luego de eso. Ninguno sabía que hacer ahora que habían acordado salir en una cita, SU primera cita. El omega estaba que rebosaba de la alegría.
Ambos se quedaron viéndose directamente a los ojos. Yoongi analizó cuidadosamente al omega, quedando sorprendido luego de darse cuenta que Jimin era más hermoso viéndolo de cerca, sus ojos brillantes y llenos de ilusión, su nariz de botón trazada perfectamente, y ni hablar de esos labios gruesos y rosados que pedían a gritos ser besado por los de Yoongi.
El chico se sonrojó con tan solo pensarlo, pero de repente, una pequeña pizca de valentía surgió de algún lugar que el desconocía, para después escuchar a su lobo hablarle.
Por una vez en tu aburrida vida, sé el maldito alfa dominante y bésalo, ese será el paso seguro para que podamos poner a nuestros cachorritos en Jimin.
Pero yo no quiero tener cachorros todavía.
Pero yo sí, así que hazme caso y bésalo.
Yoongi tragó duro ante la orden de su alfa, aunque no lo pensó mucho, puesto que no podía mentirse, porque aunque no tenía ni la más mínima atención en tener cachorros ahorita, tenía muchas ganas de besar al omega, y un beso no podía embarazar al chico, ¿cierto?
El alfa tomó todo el valor que tenía para atraer más a Jimin con sus brazos, hasta que no hubo algún espacio entre sus cuerpos. El último estaba sorprendido ante la iniciativa del alfa, más no dijo nada, solo se quedó esperando curioso al siguiente paso de Yoongi.
El peli-gris sin esperar más, sonrió antes de terminar la distancia entre el los labios de Jimin y los de él.
Un dulce beso comenzó entre ambos chicos. Los labios de Yoongi se movían con necesidad pero a la misma vez con delicadeza sobre los de Jimin, creando un ritmo prefecto y sincronizado. Sonrió cuando un pequeño suspiro gustoso surgió del omega, quien dejaba que el alfa tuviese todo el control.
Yoongi jamás pensó que tener el control completamente se sintiera tan bien, por lo que fue subiendo la intensidad de dicho beso, haciendo que Jimin comenzara a quedarse sin aire por la intensidad que el alfa le imponía.
Continuaron besándose a su propio ritmo, hasta que la cordura de Yoongi se fue completamente al diablo cuando el omega comenzó a gemir sobre sus labios.
El alfa lo tomó sin ninguna delicadeza y lo alzó, haciendo que Jimin enrollara sus piernas en la cintura de Yoongi, mientras este último lo acorralaba contra la pared.
Yoongi comenzó a sacar su lengua, pidiéndole permiso al omega para poder meterla en la boca del contrario, y este último, no se rehusó ni en lo más mínimo. Una guerra dio inicio en la boca de ambos, Yoongi se sintió en el cielo al tener el control total, y Jimin... Jimin quiso ser más dominado.
Al fin, uno de los sueños húmedos del omega se había hecho realidad, porque solo la Diosa Luna sabe cuánto había anhelado ser tomado de esa forma por su alfa, porque sí, para Jimin, Yoongi ya era suyo, y viceversa.
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